sábado, agosto 20, 2011
Ansias de Libertad. Presencia Saharaui en México
PRESENTACIÓN DE ANSIAS DE LIBERTAD: PRESENCIA SAHARAUI EN MÉXICO,(19-08-2011)
DECLARATE DEFENSOR
jueves, agosto 18, 2011
Indefensión
Abraham Nuncio
México se ha venido convirtiendo en un país de victimarios y de víctimas. Los victimarios son criminales y cocriminales; las víctimas son heridos, secuestrados, torturados, esclavizados, amenazados, censurados, atropellados en sus derechos y muertos; las covíctimas son deudos, dolientes e indignados. Pero todos, salvo quienes poseen las armas o el dominio de aquellos que pueden usarlas contra otros –legal o ilegalmente–, estamos indefensos.
La pobreza y el crecimiento del narcotráfico y de las bandas y células dedicadas a crímenes de variopinta laya han producido un cambio radical en la prédica pacifista y en la realidad que le servía de cierto sustento. Los criminales están fuertemente armados; también los soldados, los marinos y algunos policías. Los civiles, en general, permanecemos inermes, y también indefensos. Algunos civiles han empezado a comprar armas, como pudo verse a raíz de la muerte de don Alejo –con ellas pensó que podía defenderse– por una banda de hampones.
Armarse de nada sirve, salvo para repeler un asalto súbito. Pero las fábricas de armas no aspiran a vender unos miles de pistolas, sino a crear un clima propicio al uso de armas muy diversas y de alto poder destructivo. El mercado negro de armas de fuego no se ha medido en México –y sería muy difícil hacerlo– pero el operativo Rápido y furioso fue una pequeña muestra de hasta dónde, al peligro que representa el crimen organizado o amateur en México, se le sumará el del uso indiscriminado y masivo de esas armas. No fueron sólo criminales los que participaron en su tráfico, sino que hubo cocriminales: los burócratas de Estados Unidos y México que facilitaron su entrada ilegal al país. A la guerra presidencial le sirve cualquier agregado de violencia venga de donde viniere. Entre más violencia, más guerra.
A la admiración por el empleo de las armas de fuego contribuye el propio titular del Ejecutivo federal a través del Ejército Mexicano y la Fuerza Aérea. Las exposiciones que han montado en el Distrito Federal, Monterrey y Puebla, a las que han asistido cientos de miles de personas, son la contraeducación cívica más espectacular que está recibiendo la población mexicana.
Las tareas de combate que desempeñan los militares son un mal necesario y debe ser tan extraordinario como pasajero. De su ejercicio, en tiempos de paz, lo único que se desprenden son gobiernos autoritarios y acciones tan arbitrarias como impunes. Un trío de ejemplos: los asesinatos de los estudiantes del Tecnológico de Monterrey, el del hijo de don Otilio Cantú y el del joven Jethro Ramsés Sánchez, asesinados por miembros del Ejército sin que sus autores (intelectuales y materiales) hayan sido enjuiciados con rigor y transparencia. El universo del Ejército se basa en una lógica elemental de órdenes y cumplimiento de esas órdenes, a las que se presume superiores a la ley.
El Ejército Mexicano ha llegado en Nuevo León a participar en el desalojo violento de decenas de comerciantes establecidos desde décadas atrás con efectivos policiacos del estado y del municipio de Monterrey. Las funciones del Ejército son claras: seguridad nacional
, ha dicho el ex titular de la PGR Joge Carpizo. ¿Se le podría señalar de radical antimilitarista
como se ha señalado con quienes van más allá de la urgencia de exigir perdón de Javier Sicilia? La seguridad nacional que implica, ante todo, velar por la soberanía de la que el Ejército, ante la presencia de agentes de Estados Unidos en ambas materias, no se ha ocupado; al contrario.
La verdadera defensa de los pueblos está en las condiciones que permiten una alta calidad de vida y un nivel de educación y cultura que les abone el camino de la civilización. En América Latina, para no pensar en términos ultramarinos, tenemos el gran ejemplo de Costa Rica, que no tiene ejército y que disfruta de instituciones civiles propicias a la justicia, la tranquilidad y el ocio creativo. Así que el mal necesario de las armas profesionales que dependen del Estado puede ser prescindible, y de ninguna manera motivo de orgullo.
A ese mal, que el actual gobierno panista pretende volver sistémico, se agrega el de una más amplia indefensión a que nos sujetan órganos de gobierno, cuerpos policiacos y maleantes. Una más de las movilizaciones de estos días tuvo lugar el domingo 14, debido a lo blindado e hipócrita de Calderón y los diputados en torno al reclamo generalizado de seguridad efectiva. Ese reclamo implica el rechazo a las facultades prácticamente dictatoriales que le otorga al titular del Ejecutivo federal el proyecto de reformas a la ley de seguridad nacional. El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, encabezado por un Javier Sicilia al que pueden acercar algunos de los que lo rodean al principio de Peter (nivel de ineficiencia, que desde sus primeras intervenciones como covíctima dijo rechazar), coincidió con otras organizaciones (entre ellas, señaladamente, No+Sangre, promovida por los caricaturistas Rius, El Fisgón y otros intelectuales y artistas) en el reclamo de seguridad efectiva y el repudio a la ley de seguridad nacional aprobada por los diputados que antes habían pedido perdón por sus yerros. Nociva tradición de la Iglesia católica que Jacinto Benavente siempre nos recordará con su famosa Rueda de la existencia: Pecar, hacer penitencia y luego vuelta a empezar
.
El sentimiento de engaño en Javier Sicilia lo llevó a llamar traidores a los representantes populares: un exceso que resulta incómodo ante la necesidad de interlocución con la Cámara de Diputados. Lo mismo pasó en Nuevo León con los responsables de conducir, desde la ciudadanía, la iniciativa de ley de participación ciudadana: llamaron traidores a los diputados que habían ofrecido aprobar esa iniciativa y no lo hicieron ni en el periodo extraordinario de sesiones. La palabra traidor es una suerte de última ratio verbal. Pero también es señal de la desesperación a la que están orillando los responsables de las instituciones gubernamentales al pueblo de México.
El ataque al poeta Efraín Bartolomé y a su esposa, en su propia casa, es una muestra más, entre demasiadas, del deslizamiento del gobierno federal y de los gobiernos de los estados hacia un régimen contrario a la democracia y al estado de derecho. Una palabra, en su relato sobre ese ataque, lo resume todo: Indefensión
. Sicilia la llamó con el término griego zoe: La vida no protegida
. ¿066 para ser atendidos los vecinos en una emergencia? Es una tomadura de pelo en el estado de México, en Nuevo León (tengo pruebas) y en no sé cuántas partes más del país.
Una viñeta y una fábula para concluir este artículo.
La viñeta es del caricaturista Herrera. Se halla en la portada de una plaquette titulada La pesadilla regia. Una pareja en medio de la noche ve turbado su reposo por el enorme cañón de una pistola.
La fábula es mía (Fábulas del poder). Tras una agotadora jornada de trabajo, el lápiz descansa sobre el escritorio. Un balazo en la puerta, un estrépito y pronto se verá encañonado por dos armas. Aquí te mueres, infeliz
, dijo la de más grueso calibre. ¿Por qué me matan?
, preguntó el lápiz. Porque escribes, hijo de puta
, le respondieron al unísono las dos armas, mientras lo acribillaban a balazos.
La sociedad no existe
La sociedad no existe
Soledad Loaeza
Entre las convicciones de Margaret Thatcher que tuvieron más influencia en sus políticas y en las de sus seguidores destaca como una insolente provocación –a las que era muy dada– la aseveración que repetía con frecuencia de que la sociedad no existe
, sólo individuos y familias. Que no le hablaran de clase social, ni de desigualdad social, derechos colectivos o sindicatos, pues para Thatcher todo eso no era más que retórica de izquierda y manipulación.
Sus argumentos no eran de ninguna manera novedosos, sino que se referían al viejo debate del siglo XIX entre el liberalismo económico y el socialismo democrático; pero la crisis del Estado benefactor de los setentas los reanimó, y para resolverla los conservadores recurrieron a las políticas neoliberales que identificamos con la líder británica y con el presidente Ronald Reagan.
Olvidemos que así descartaban a Emile Durkheim y a la sociología, y la riqueza del análisis, por ejemplo, de las causas sociales del suicidio, el acto individual por excelencia. Las implicaciones de esta posición ultraliberal son muchas y muy significativas. Por ejemplo, que en el origen de problemas como la pobreza, la desigualdad, el desempleo no hay que buscar causas sociales, que para los thatcherianos no existen, sino motivaciones individuales. Mientras un individuo no tenga la voluntad de trabajar, no encontrará empleo; el pobre es pobre porque no trabaja lo suficiente o porque no organiza bien su gasto; y como cada individuo es único, su posición en la escala social se explica por sus características personales. Nada más. La premisa de que la sociedad no existe también justifica la reducción del intervencionismo estatal a su mínima expresión, pues si el origen de un problema es el individuo la solución también es de orden individual.
Esta postura maximalista entre nosotros no ha tenido mucho éxito. Un gobierno hubo, el de Ernesto Zedillo, que creyó que debíamos dejar todo en manos del libre mercado; no obstante, y para no mencionar la acendrada tradición estatista que nos distingue, po-dríamos hablar sólo de que se topó con obstáculos tan grandes como la inmensa realidad de la pobreza, que lo obligó a mantener programas de asistencia que escapan a las fuerzas del mercado. Es cierto que los programas del Banco Mundial de combate a la pobreza, que han aplicado los gobiernos mexicanos desde los años ochenta, están más individualizados que otros programas similares del pasado, pero siguen siendo recursos públicos destinados a apoyar a los grupos más desfavorecidos.
El gobierno de Vicente Fox intentó seguir los pasos de su antecesor, pero la terca realidad se le impuso, como se le impone al gobierno actual, y se han mantenido los programas sociales. Esta continuidad es un reconocimiento implícito de que el mercado no puede resolver los problemas de los individuos y de las familias, de que la sociedad es demasiado grande y compleja como para que el individuo la enfrente solo, y de que el Estado es responsable del bienestar social.
En vista de lo anterior, y dado que a estas alturas del partido las políticas thatcherianas han caído en el descrédito, resulta sorprendente encontrar a un de-sorientado que hoy, en 2011, es capaz de afirmar sin tartamudeos que “la obesidad es una decisión individual y la función del Estado no debe ser combatirla, sino reducir los costos que genera…” Así lo declaró Jaime Zabludovsky, presidente ejecutivo del Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (Reforma, 13/8/11). O sea, que la obesidad en México no es un problema de salud pública –si es que para este antiguo funcionario existe algo así–, tal como lo señala la Organización Mundial de la Salud, que coloca a México como el segundo país del mundo en porcentaje de obesos; sino que el sobrepeso es una opción estética que ha sido elegida por un amplio porcentaje de la población para el que la gordura es hermosura.
Así, Zabludovsky sugiere que no busquemos el origen del problema del sobrepeso de millones de mexicanos en condiciones de insalubridad que propician el consumo de refrescos embotellados, o en la pobreza y la ignorancia que favorecen la mala costumbre de alimentar a los niños con gansitos, en lugar de darles fruta o verdura. En realidad, a los gordos no les importan las consecuencias del sobrepeso sobre su salud, simplemente han decidido ser obesos
, y no hay razón para que el Estado violente su decisión.
Este mismo razonamiento se puede extender a quienes deciden ahogarse en alcohol, morirse de cáncer cérvico-uterino o de sida. Cualquier ejemplo es bueno para darle la vuelta al fisco y defender los intereses particulares de la industria del consumo.
domingo, agosto 14, 2011
Ante el retraso de la Secretaría del Trabajo para otorgar la toma de nota a nuestra dirección sindical y la infame orden de aprehensión girada contra nuestros compañeros Martín Esparza Flores, Secretario General, Eduardo Bobadilla Zarza, Secretario de Trabajo, y de nuestra apoderada legal Amalia Vargas Ríos, el pasado lunes 7 de agosto se realizó, en nuestras instalaciones, una reunión de solidaridad con el Sindicato Mexicano de Electricistas. Contamos con la presencia de 42 organizaciones políticas y sociales, entre otras, la Unión Nacional de Trabajadores; el Movimiento por la Soberanía Alimentaria y Energética, los Derechos de los Trabajadores y la Libertades Democráticas; el Sindicato de Trabajadores Mineros, las Secciones 9 y 18 de la CNTE-SNTE, el Frente Sindical Mexicano, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, el Diálogo Nacional, la Asociación de Jubilados, Pensionados y Adultos Mayores, compañeros del Congreso Social para una Nueva Constituyente y una amplia representación de organizaciones políticas y sociales. Cabe destacar la presencia de representantes de organizaciones sindicales internacionales como la Federación Sindical Mundial y la AFL-CIO-CSI, esta última la central de trabajadores más importante de los Estados Unidos.
El gobierno de Felipe Calderón pretende quitar de en medio a una organización muy representativa de la lucha social, en contra de la imposición de reformas neoliberales “regresivas” como la Laboral y de Seguridad Nacional. Por lo tanto, todas estas organizaciones se comprometieron a asumir la defensa del SME, condenar la política totalitaria y fascista del gobierno federal y emprender un plan de acción conjunto para detener la embestida del gobierno en contra de la soberanía nacional, los derechos sociales, las libertades democráticas y las luchas de resistencia.