sábado, mayo 12, 2007

Buenísima esta de Cintia Bolio


Frenan Ley del ISSSTE

Un juez federal aplazó por lo menos hasta octubre la sentencia final sobre el tema
Víctor Fuentes, Reforma.

Ciudad de México (12 mayo 2007).- Un juez federal ordenó ayer suspender la aplicación de la nueva Ley del ISSSTE para aquellos burócratas que han promovido amparos contra el ordenamiento. Los beneficiados por la decisión judicial no perderán sus derechos ante el organismo.Además, conforme su resolución, aplazó por lo menos hasta octubre la sentencia final sobre el tema.José Manuel Villeda, titular del juzgado auxiliar creado especialmente para atender estas demandas, notificó que otorga la suspensión provisional solicitada por un grupo inicial de 197 quejosos, medida que en los próximos días podrá ampliarse a otros miles que también se ampararon.

"Se concede la suspensión provisional para que no le sean aplicables a los promoventes las reformas sufridas a dicha ley, sin que ello se traduzca en privarlos de sus derechos a los servicios de salud y seguridad social que presta dicho Instituto", dice la resolución que Villeda publicó íntegra en la lista del juzgado.

El juez fijó el 18 de septiembre como fecha para la audiencia incidental, donde resolverá si la suspensión provisional se convierte en suspensión definitiva, es decir, si está vigente durante toda la duración del juicio. Además, estableció las 9:30 horas del 2 de octubre como fecha de audiencia constitucional, que es la última del juicio de amparo y requisito previo indispensable para que se dicte la sentencia en la que se determinará si esta ley viola la Carta Magna.

Las autoridades demandadas, que incluyen a los poderes Ejecutivo y Legislativo, tendrán hasta ocho días antes de la audiencia constitucional para rendir sus informes justificados ante el juez.También tendrán derecho a impugnar esta suspensión provisional mediante un recurso de queja, que podría ser resuelto por un tribunal colegiado de circuito en materia del trabajo en los próximos días. El juez Villeda discrepó de los seis jueces federales en materia de trabajo que habían recibido los primeros amparos. Todos ellos habían negado las suspensiones provisionales.

"La presente suspensión no es concedida respecto de otros actos que sean violatorios de diversas normas legales, o de actos realizados con posterioridad a la presentación de la demanda, y que constituyan cuestiones no planteadas en la misma", aclaró Villeda."Tampoco contra todos aquellos actos que no incidan de una manera directa en la esfera jurídica de los quejosos como derechohabientes de los servicios de salud y seguridad social que presta el ISSSTE".

Los burócratas inconformes impugnaron toda la Ley del ISSSTE, aunque la parte que ha generado inquietud es el cambio del régimen de jubilaciones, que en adelante será manejado de manera similar al Sistema de Ahorro para el Retiro que tienen los demás trabajadores.En caso de ser otorgados, los amparos no podrán anular la aplicación general de la ley, y sólo beneficiarán a las personas que los promovieron.

El desmantelamiento del estado

Carlos Montemayor
La Jornada 12 mayo 2007

En varios aspectos, durante la administración federal de Felipe Calderón se ha hecho evidente un deterioro del Estado y del sistema político mexicano que bien podríamos designarlo en su totalidad como un proceso general de desmantelamiento del Estado mismo. Por supuesto, la actual administración no es la causa; Felipe Calderón no podría tener la capacidad política, operativa ni ideológica para haber iniciado ni acelerado un proceso así. El desmantelamiento del Estado comenzó antes, y por la naturaleza de los distintos factores que en él concurren, no se trata de un proceso uniforme que avance al mismo paso y siempre con un mismo ritmo.

El término "desmantelamiento" es en principio de muy amplia y quizás vaga connotación, pero subraya un hecho esencial: no se trata de una reforma, variación, reforzamiento o modernización del Estado, sino de un proceso constante y sistemático de desarticulación del poder del Estado en enclaves esenciales de la vida política, económica y social del país; una especie de capitulación en áreas políticas y sociales que hubiera sido impensable antes de los años ochenta del siglo pasado.
No debemos confundir la acción propia del gobierno federal con las del Estado, cierto; gobierno federal y Estado no son lo mismo. Pero determinadas acciones de gobierno, en particular algunas políticas económicas, sociales y policiales del gobierno federal, han conseguido paulatinamente afectar el Estado mexicano bajo un proceso que se acerca más a su desmantelamiento que a su renovación, remozamiento o "modernización".

Describamos someramente algunos casos de la vulnerabilidad progresiva del gobierno federal que afecta a la conformación del Estado mismo. Empecemos con la lucha contra el narcotráfico, que el discurso gubernamental señala como total y decidida.

En realidad, podríamos decir que el narcotráfico posee numerosas facetas que no son sangrientas ni propiamente conflictivas, y contra las cuales no siempre se combate ni se intenta desarticular a fondo circuito alguno. Es el caso de la producción o cultivos tanto en territorio mexicano como en territorio estadunidense e incluso en otros más lejanos, pues Afganistán volvió a convertirse, por ejemplo, en el primer productor mundial de amapola en cuanto Estados Unidos lo invadió. El procesamiento químico de los estupefacientes tampoco es una faceta particularmente conflictiva, sobre todo si las bases químicas para el procesamiento provienen de la industria de Estados Unidos, y no de China, pues nada más fácil para la DEA que el seguimiento de compradores asiduos, posibles o recurrentes en territorio estadunidense. Incluso en este aspecto podemos agregar otro circuito no violento que se inicia en la industria estadunidense: el contrabando de armas. Y por supuesto, el lavado de dinero y la inversión ulterior en ramos de la construcción, turismo, comercio o bienes raíces, pongamos por caso, no provocan combates ni vendettas, sólo planeación y estrategias financieras. El punto conflictivo, sangriento, es uno solo: el traslado terrestre, marítimo o aéreo de los narcóticos, y aquí se centra "el combate" al narcotráfico.

Ahora bien, incorporar al Ejército en ese enclave conflictivo de la lucha antinarcóticos revela dos cosas: una, que fueron rebasadas ya las estructuras policiales y políticas del país y que el Ejército se ha convertido en el último recurso; dos, que la incorporación de militares a las tareas policiacas antinarcóticos revela el dócil sometimiento del gobierno mexicano a los lineamientos de seguridad hemisféricas que desde la anterior década del siglo pasado han previsto los gobiernos de Estados Unidos: convertir a los ejércitos latinoamericanos (o a muchos de ellos) en fuerzas de complemento.

En cuanto al primer punto, el de las estructuras rebasadas, al echar mano del Ejército como último recurso el gobierno se sitúa al borde del vacío, y detrás de él, el Estado. La ausencia de poder estatal en estos ámbitos del crimen organizado lo ha ocupado ya la misma fuerza criminal. El otro punto es más complejo. En 1996, cuando el Partido Republicano celebró su Convención en San Diego, el entonces candidato Robert Dole afirmó que de triunfar en las elecciones ordenaría a las fuerzas armadas que participaran en la lucha antinarcóticos. El entonces zar antidrogas, general Barry McCaffrey, tildó de grave error que se expusiera a militares al inmenso poder de corrupción del narcotráfico y se le desviara de sus funciones primordiales de seguridad nacional. La misión de las fuerzas armadas era superior: conservar la integridad y la capacidad de defensa de Estados Unidos, sobre todo cuando era ya el vencedor de la guerra fría. Era paradójico que el general McCaffrey se opusiera a que las fuerzas armadas estadunidenses participaran en la lucha antinarcóticos, pero exigiera que las de América Latina sí lo hicieran. ¿Por qué al zar antidrogas estadunidense sí le parecía natural que nuestros ejércitos se expusieran "al inmenso poder de corrupción del narcotráfico"?

Un año antes, el 24 de julio de 1995, en la Reunión Ministerial de Defensa de las Américas, cuando se desempeñaba como comandante en jefe del Comando Sur, el general McCaffrey expuso que el fin de la guerra fría había llevado a Estados Unidos a cambiar significativamente la orientación y naturaleza de sus fuerzas armadas y que, como un "apéndice del Norte", también "nuestros colegas uniformados de toda América Latina están atravesando por un proceso militar de análisis, transformación y orientación", y avanzó que los posibles roles y misiones de los ejércitos latinoamericanos para el siglo XXI "serían operaciones de apoyo doméstico, protección del medio ambiente, administración colectiva de las fronteras, operaciones humanitarias, operaciones convencionales de los intereses del soberano y operaciones regionales contra el narcotráfico".

Esta encomienda de nuevas misiones para nuestras fuerzas armadas revela otro tipo de globalización. Al sometimiento financiero, industrial, diplomático, sobreviene ahora en nuestros países el sometimiento a nuevas estrategias militares. A la apertura comercial de los mercados corresponde un nuevo ajuste de fronteras desde la perspectiva de la teoría de seguridad continental. Ahora se trata de convertir a los ejércitos latinoamericanos en una especie de fuerzas de complemento que puedan coordinarse con aquello que en el futuro será el único cuerpo propiamente militar del continente: el ejército estadunidense. El imperio no quiere ya invadir: requiere la docilidad de fuerzas complementarias o de apoyo.

Desde la perspectiva de Estados Unidos, pues, sólo se enfoca el combate total y decidido contra el narcotráfico en el gobierno de Calderón como una más de las "operaciones regionales contra el narcotráfico", agravado esto con lo siguiente: se trata de controlar el traslado territorial de la oferta externa de narcóticos sin que se corresponda con otra lucha en Estados Unidos para controlar la demanda y la oferta internas; esto es, se nos utiliza como un instrumento regional de control externo en una lucha que más se dirige a consolidar el monopolio estadunidense de los narcóticos fuera de su país que a combatirlo dentro y fuera de sus propias fronteras. En otros términos, la fase actual de la lucha contra el narcotráfico está revelando no sólo la inoperancia del gobierno mexicano y de sus estructuras policiales y el sometimiento del Ejército a un orden estadunidense de seguridad hemisférica; también está significando el desmantelamiento de una estructura del Estado mismo en seguridad nacional.

México SA

Carlos Fernández-Vega
La Jornada, 11 mayo 2007

Empresarios: candil de la calle...
En 6 años, los barones movieron 21 mil mdd hacia América Latina y Estados Unidos
En México, discursos, pactos y "compromisos"

Mientras unos inyectan recursos a la economía mexicana, otros simplemente invierten o depositan en terceros países lo que aquí obtienen, a pesar de su desgastado discurso sobre "nuestro compromiso con México y su futuro".

Creciente fue la salida de divisas en los últimos seis años para que un selecto grupo de empresarios ampliara su horizonte de negocios, especialmente en América Latina. En sentido inverso, la cada vez mayor comunidad de mexicanos en el extranjero (la mayoría de ella en Estados Unidos) incrementó su envío de dólares en 270 por ciento en igual lapso.

Cerca de 92 mil millones de dólares en remesas fueron inyectados a la economía mexicana durante el "cambio", a lo largo de cual alrededor de 3 millones de paisanos emigraron al norte, algo así como 7 por ciento de la población económicamente activa. En contraparte, un grupo de barones (Carlos Slim, la siempre pía familia Servitje, Lorenzo Zambrano y Eugenio Garza Lagüera y sus discípulos, entre otros) movieron, en igual periodo, más de 21 mil millones de dólares de sus gruesas fortunas para expandirse a lo largo y ancho de Latinoamérica y en algunas zonas de Estados Unidos.

La tendencia alcista que observó el país en materia de inversión extranjera directa parece haber llegado a su fin, y para 2007 se espera un monto, si bien no despreciable, de 15 a 20 por ciento menor que en 2006, de tal suerte que las remesas de la paisanada se mantienen como pilar fundamental de la balanza mexicana de pagos.

Días atrás, la Cepal informó que en el marco de un proceso de estancamiento de la inversión extranjera directa (IED) hacia México, empresas mexicanas canalizan crecientes recursos a adquirir compañías fuera del territorio nacional, una tendencia que se acentuará en los siguientes meses, y subrayó que los más de 21 mil millones de dólares "retirados" de la economía nacional crecerán holgadamente en 2007, una vez que se concrete una compra anunciada por Cemex por 14 mil 700 millones de dólares, de una firma cementera en Australia (La Jornada, Roberto González Amador).

En México, la historia empresarial reciente es plena en discursos, pactos y "compromisos" con la economía nacional, y la "inversión para el crecimiento, el desarrollo y el futuro del país", pero en los hechos los grandes capitales mexicanos buscan mayores ganancias y "facilidades" en terceras naciones, toda vez que aquí su dominio y garantía son absolutos.

En 2004 la salida de capitales por el concepto referido sumó 3 mil 490 millones de dólares, cuando en 2003 ascendió a mil 972.5 millones, y un año antes a sólo 122.5 millones. En 2005-2006 se acercó a 10 mil millones. La tendencia de invertir fuera de nuestra fronteras va al alza, y el propio Banco de México ha reconocido que el saldo de los activos en el exterior, propiedad de residentes de México, aumenta como resultado de la creciente adquisición de activos en el exterior, propiedad del sector privado (bancario y no bancario), así como de salidas asociadas a inversión directa en el exterior por parte de residentes mexicanos.

En sentido contrario, el monto de remesas pasó de 6 mil 280 millones de dólares al cierre de 2000, a 23 mil 53 millones al concluir 2006, un crecimiento cercano a 270 por ciento, lo que ha llevado a México a ocupar la segunda posición mundial en este renglón, sólo superado, marginalmente, por India, que en 2006 captó 23 mil 548 millones de dólares. En el primer trimestre de 2007, la paisanada envió 5 mil 360 millones en remesas.

Mientras unos sacan y otros inyectan, el Banco de México informó que en 2006 la cuenta corriente de la balanza de pagos del país mostró un saldo deficitario moderado, tanto medido en dólares como con relación al producto interno bruto: mil 771 millones de dólares, equivalente a 0.2 por ciento del PIB, mientras que en 2005 había alcanzado 4 mil 897 millones (0.6 por ciento del PIB). Este resultado fue influido a la baja por los incrementos que experimentaron el superávit de la balanza comercial petrolera y el ingreso de recursos al país por concepto de remesas familiares.

El déficit de la cuenta corriente en 2006 se originó de la combinación de déficit en las balanzas comercial, de servicios no factoriales y de servicios factoriales y de un superávit en la cuenta de transferencias. La cuenta de transferencias presentó un superávit de 23 mil 452 millones de dólares. El principal componente de esta cuenta es el de las remesas que los residentes en el exterior de origen mexicano envían a sus familiares en México.

El ritmo de crecimiento de las remesas se desaceleró de manera significativa a lo largo de 2006, al pasar de 27.5 y 19.7 por ciento en el primero y segundo trimestres, a 10.6 y 5.5 por ciento en el tercero y cuarto. Esta evolución se explica por diversos factores, entre los que destacan: la mejoría en la cobertura de las operaciones de remesas influyó al alza en tal estadística en los años previos, pero su efecto se ha ido atenuando gradualmente; los mayores problemas que han enfrentado los trabajadores mexicanos para emigrar hacia Estados Unidos, como resultado de una creciente vigilancia fronteriza en ese país, y las dificultades adicionales que han enfrentado en Estados Unidos los inmigrantes mexicanos indocumentados para encontrar trabajo, ante controles oficiales más estrictos en un contexto de desaceleración de la economía estadunidense.

El monto de remesas en 2006 superó tanto al saldo superavitario de la balanza comercial de productos petroleros como al flujo de inversión extranjera directa. Fue equivalente a 2.7 puntos porcentuales del PIB. En ese año se efectuaron 65.8 millones de envíos de remesas, con un valor promedio de 350 dólares por envío. Los principales receptores de tales recursos fueron Michoacán, Guanajuato, Jalisco, estado de México y Distrito Federal. Esas cinco entidades captaron el 43 por ciento del total de remesas captadas por el país.


Nota: Esto de la exportación de capitales les llena la boca de orgullo a los neoliberales y a alguno que otro despistado que piensan (o más bien nos quieren hacer pensar) que el posicionamiento de unos poquísimos mexicanos en el grupo de los más ricos del mundo es muestra del grado de desarrollo y de avance del país, sin tomar en cuenta ni importarles que la situación de privilegio de esos pocos está sustentada en la precarización de millones de mexicanos. Que nos expliquen de qué sirve, por ejemplo, a la clase trabajadora mexicana el que Servije invierta en China y Lorenzo Zambrano lo haga en Australia, cuando lo que se necesita es la creación de empleos en México.

viernes, mayo 11, 2007

México Injusto

Detrás de la NoticiaRicardo Rocha 10 de mayo de 2007

No sé usted, pero yo sí percibo un país cada vez más disparejo e inequitativo. De contrastes todavía más brutales y ofensivos. Donde lógica y ética parecen conceptos cada día más distantes de la realidad.

La condena infame a 67 años de prisión de Ignacio del Valle, Felipe Álvarez y Héctor Galindo, dirigentes del Frente de Pueblos Unidos en Defensa de la Tierra, es verdaderamente atroz. No sólo porque equivale a una cadena perpetua de la que nadie saldrá vivo sino por el tufo repugnante a venganza contra estos tres activistas de San Salvador Atenco.

La misma sentencia establece que no tiene nada que ver con los enfrentamientos de mayo de 2006 cuando la toma abusiva del poblado mexiquense por efectivos federales y estatales. Lo que ahora castiga el juez José Alfredo Blas Hernández es la retención de funcionarios del estado de México. Establece el delito de "secuestro equiparado" y una pena descaradamente desproporcionada, que es mucho mayor a la de El Mochaorejas y del triple de la que purgan grandes capos del narcotráfico.

Otra comparación válida es con la tragedia de la mina Pasta de Conchos en Coahuila: a varios ejecutivos de Minera México se les encontró responsables del delito de "homicidio culposo", pero bastó que uno solo pagara fianzas de 165 mil pesos por cada uno de los 65 mineros muertos; total, un poco más de 10 millones de pesos que son apenas una propina para esta empresa valuada en miles de millones de dólares.

Aunque, la verdad, no se requieren comparaciones externas. Al interior, el caso hierve de injusticias e irregularidades judiciales: los ahora sentenciados ni siquiera estuvieron presentes en la fuenteovejunesca retención de funcionarios, por lo que nadie ha podido probarlo; ni por antecedentes penales ni por evidencias Del Valle y sus compañeros son delincuentes, se trata en cambio de luchadores sociales reconocidos por su comunidad; pese a no ser criminales y a ser juzgados en un tribunal estatal, fueron confinados en el penal federal de alta seguridad de La Palma junto a los más peligrosos delincuentes del crimen organizado; desde su detención hace más de 12 meses -han perdido ya un año de su vida- están incomunicados, y ni siquiera la esposa de Ignacio, Trinidad Ramírez, ha podido ver a su marido un solo minuto; sobre dos de sus hijos pesan órdenes de aprehensión y están prófugos por los mismos motivos.

Pero lo más grave es que del lado contrario reina la impunidad más absoluta: mientras que a los atenquenses se les castiga cruelmente, a los policías federales y estatales acusados de uso excesivo de la fuerza, tortura y violación contra pobladores de Atenco -en mayo del año anterior- apenas se les ha molestado con algunas faltas administrativas y ahí andan libres como si nada de lo que vimos hubiese sido cierto.

Tan libres como el ex gobernador Arturo Montiel -junto con Fox, responsable de la actual situación-, quien con su esposa se ha convertido en un patético pero risueño personaje de las revistas del corazón que no paran de contar sus hazañas en las más caras tiendas de París; que es una de las ciudades y centros turísticos donde se ubica la docena de mansiones que el grotesco personaje eligió para perpetuar su estulticia a costa del saqueo de las arcas del estado de México y sus negocios escandalosos. Mientras tanto, su sucesor Enrique Peña Nieto se niega a la grandeza del indulto.

Pero hay todavía un pecado mayor. Y es la saña con que en este país se castiga al disidente, al opuesto, al que protesta, al que no se deja, al que grita en el surco o en la plaza pública. Por eso los intentos de criminalizar la lucha social no son casuales. Seamos francos: estamos frente a un caso de venganza política porque Del Valle y otros luchadores sociales de Atenco se opusieron a la construcción del nuevo aeropuerto que iba a ser la gran obra del sexenio anterior, aunque también el gran negocio del sexenio anterior.

Pero se equivocan quienes piensan que este capítulo está cerrado. Son quienes no aprenden de la historia. Ni siquiera de las décadas recientes. Los que creen que todos los gobernados somos idiotas. Los que, a pesar de todo, juegan con fuego.

ddn_rocha@hotmail.com

jueves, mayo 10, 2007

CONFERENCIA EN N.L. EN EL SINDICATO DE TELEFONISTAS

INVITACIÓN A LOS TRABAJADORES DE N.L.
Este sábado 12 de mayo a las 11:00 horas en el Auditorio del Sindicato de Telefonístas ubicado en M.M. de Llano entre Escobedo y Emilio Carranza en el Centro del Municipio de Monterrey.
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Tema: La defensa de los derechos laborales ante la pretendida reforma laboral.
Expone: Bertha Elena Luján Uranga, Secretaria del Trabajo del Gobierno Legítimo.
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Tema: La problemática socio-política del país, la Convención Nacional Democrática y el Gobierno Legítimo.
Expone: Mario Alberto di Constanzo Armenta, Secretario de la Hacienda Pública del Gobierno Legítimo.
INVITACIÓN PARA TODOS LOS CIUDADANOS DE NUEVO LEÓN.

La justicia, ahumada, sucia

Por: Humberto Musacchio
Nuevo Excelsior, 10 mayo 2006

El aparente dueño del equipo de futbol León es la persona que mandó colocar cámaras y micrófonos en su estadio, para espiar a los equipos contrarios, lo que no fue objeto de sanción
La liberación de Carlos Ahumada está lejos de ser un acto ordinario del aparato judicial. Es la muestra de que la "justicia" mexicana es una de las mayores vergüenzas de un país humillado por los dueños del poder y del dinero, es un ejemplo más de la impunidad con que actúan las autoridades panistas y sus servidores.

Salido de los bajos fondos del mundo empresarial, Carlos Ahumada se ha caracterizado por su desprecio a la ley y a las personas. Al amparo de Vicente Fox, quien estaba empeñado en impedir a cualquier precio la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República, Ahumada cometió innumerables tropelías, algunas de las cuales recordó ayer un periódico insospechable de simpatizar con el PRD.

Ahumada —dice Reforma—, el aparente dueño del equipo de futbol León, es la persona que mandó colocar cámaras y micrófonos en su estadio, para espiar a los equipos contrarios, lo que no fue objeto de sanción. Igualmente, sus pistoleros tomaron por asalto las instalaciones del club Irapuato, de Primera A, para forzar un cambio de estadio. No hubo autoridad que quisiera intervenir.

Esas dos perlas del grueso expediente de Ahumada lo muestran como un rufián, pero en el Distrito Federal cumplía una sentencia por fraude genérico en perjuicio de dos delegaciones, Tláhuac y Gustavo A. Madero. Pese a todo, hace unos días fue cambiado el juez que veía el caso y, el juzgador entrante, Alberto Rubalcava, desechó las pruebas y lo declaró inocente.

Ahora, los antiperredistas de siempre señalan a Ahumada como una víctima de López Obrador, un mártir de la insidia izquierdosa al que han decidido elevar a los altares de la impunidad, ante los cuales esperan que nuevamente oficie fray Diego de Fernández y Cevallos. Para esa hueste, la extensa confesión de Ahumada rendida a los servicios de inteligencia de Cuba es asunto olvidado. Pero, cuidado: pueden llevarse una sorpresa si en La Habana deciden dar a conocer las partes de la confesión que hasta ahora tienen guardadas y en las cuales, presumiblemente, aparecerán los nombres de quienes protegieron al inescrupuloso empresario.

Para las autoridades de todo orden debiera ser preocupante la manera en que Ahumada amasó una colosal fortuna. Cabría que se preguntaran de dónde le llegaron esos fondos inagotables que le permitían comprar empresas, cooptar políticos y contar incluso con avión propio. En un país donde el narcotráfico maneja cantidades rockefellerianas, la autoridad encargada de investigar esas cosas debería estar preocupada. Pero no es así.

Si sólo fuera la liberación de Ahumada, el asunto muy bien podría atribuirse a un juez descuidado o ligero en sus determinaciones. Lamentablemente, se amontonan los desatinos y abusos del aparato impartidor de justicia y en la esfera oficial todo el mundo lo considera como algo "normal", quizá porque en México no hemos conocido otra cosa más que el atropello, la prepotencia y el enriquecimiento nunca explicado de los juzgadores.

Sin embargo, lo cierto es que del ámbito de los togados salen olores desagradables. Véase por ejemplo la sentencia infame contra Ignacio del Valle y otros presos por lo sucedido en San Salvador Atenco en febrero de 2006, sobre los cuales recayeron sentencias hasta de 67 años por la retención indebida de empleados públicos, pero no secuestro, pues no medió la petición de rescate ni se emplearon armas de fuego ni hubo nada que permita configurar el citado delito. Sencillamente, el juez José Blas Hernández actuó pensando en su carrera judicial o estimulado por las gratificaciones del presente.

En el caso de Atenco, como en el de Carlos Ahumada, la actuación de la judicatura ocurre leyendo mal el libro de la ley, pero ignorando, lo que es peor, el clima de desasosiego social que produce la actuación del juez. Ni un solo policía ha sido castigado por la brutalidad y los excesos punibles en los que incurrieron las mal llamadas fuerzas del orden. El Estado, tan incapaz de ofrecer salidas políticas a los conflictos como de dar una adecuada preparación a los policías, opta por proteger la sevicia, los abusos sexuales y las humillaciones de todo orden contra la población, especialmente en la persona de los detenidos, pues luego vendrán los "procuradores de justicia" y los jueces, para redondear la canallada.

Esa misma "justicia" es la que se niega a aceptar la apertura de los paquetes electorales porque, según dice el magistrado Salvador Nava, las boletas son documentos públicos, pero no deben ser conocidos por el público, lo que constituye un insulto a la inteligencia de los mexicanos. Lejos de legitimar el proceso de julio pasado, el celo con que se oculta la información se presta a la sospecha y fortalece las hipótesis que atribuyen a un fraude la llegada de Felipe Calderón a la Presidencia.

Esa es la justicia mexicana, que por cierto tiene cientos de presos por motivos políticos, lo que parecía cosa del pasado. Y luego se dicen sorprendidos por la indignación de una sociedad que no halla vías legales para sus querellas.


Nota: Aunado a esto, la muy conveniente liberación de Ahumada quita temporalmente los reflectores de la figura de Calderón y orienta los medios en una direcciòn diferente al incipiente pero incómodo cuestionamiento sobre la eficacia de los operativos "patito" contra el narcotráfico, especialmente de periódicos como Milenio donde Ciro Gómez Leyva (y Marín, por supuesto) ha sustituido el motivo de sus editoriales por esa cruzada especial en defensa del empresario argentino. Y de pasada el repaso de los videoescándalos para echar tierra (qué novedad) al PRD y a AMLO.

hum_mus@hotmail.com

domingo, mayo 06, 2007

Juárez


Juárez, el forjador del Estado mexicano.

Masiosare. La Jornada, 06-mayo 2007.
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Carlos Monsiváis desmenuza aquí al Juárez homenajeado y vilipendiado.
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Juárez, el forjador del Estado mexicano. ­
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Ninguna persona, por extraordinaria que sea, forja un Estado ­nación. La idea misma de forjar es inaplicable. Dicho esto, y garantizada la humildad de las contribuciones personales, sin Benito Juárez el Estado que conocemos sería algo muy distinto y se habrían perdido décadas y esfuerzos de generaciones en separar a la Secretaría de Desarrollo Social de la advocación del Santo Niño de Atocha, que puede ser muy milagroso pero que por alguna razón no figura en el organigrama.
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­Juárez, el estadista.
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­Lo es sin duda, en el sentido de alguien que en su razonamiento esencial incluye en primer término el Nosotros, y se traza acciones y decisiones de conjunto. Un estadista es lo opuesto al dictador, no concibe el país de un solo hombre sino la acción de una minoría calificada que propone, proyecta y pone en marcha un esquema de país. No inaugura, consolida.
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­Juárez, el héroe de la patria.
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­Lo es sin duda, pero su vigencia no depende sólo de su heroísmo sino de la conjunción de inteligencia y valor personal. Es un héroe atípico porque su obstinación es un ejercicio de racionalidad. Su hazaña mayor es sentir posible y deseable la Reforma liberal y arriesgar la vida para lograrlo.
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­Juárez, el primer Presidente indígena.
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­Es, para ser algo más exactos, el primer Presidente de origen indígena, la persona que transforma la gran limitación social (condición étnica), en estímulo permanente. No fue un Presidente de los indígenas pero, internacionalmente impuso un criterio: si un indígena que aprende tarde a hablar español es un Presidente de la República extraordinario la condena fatal de los indígenas admite excepciones y por tanto es falsa.
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­Juárez, el hombre.
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­Visto muy de cerca y con un prejuicio tan marcado en su contra, Juárez resiste perfectamente. Sí, fue autoritario (¿podía evitar serlo en sus circunstancias?); sí, se enamoró del poder; sí, fue a la vez riguroso y rígido. Estas características no intervienen a la hora del juicio histórico: es alguien con errores manifiestos pero, además, es Benito Juárez, y el concepto Benito Juárez trasciende con amplitud sus limitaciones.
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­Juárez, el indio.
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­Lo fue de manera evidente; nunca dejó de serlo de manera evidente, no se "blanqueó". Se incorporó a otra realidad y se alejó de su origen, pero venció al imperio de Maximiliano a sabiendas ­él y todos los testigos de la época­ de que era un indio el vencedor del príncipe rubio y barbado.
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Juárez, el liberal.
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Juárez afirmó en una carta: "Es imposible moralmente hablando que la reacción triunfe". Lo notable de la afirmación no es únicamente su exactitud, sino el depositar el sentido del triunfo en la moral, en la ética que, desde su perspectiva, sólo puede provenir de la autonomía de los valores republicanos. Es liberal porque, en primer término, no lo mueve el infierno tan temido para dejar por eso de olvidarse en la condena del fuego eterno que le garantizaba su intransigencia.
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Las Leyes de Reforma.
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­Fueron el ingreso formal del país a la atmósfera de la civilización irreversible. Un grupo intelectual y político de primer orden desafía a los representantes de Dios sobre la tierra y deja claro que no están desafiando a Dios. El distingo parece muy retórico pero en la época no se considera así, y por eso el país sigue siendo creyente pero las libertades se establecen en las leyes como preámbulo a su implantación en la realidad.
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­Estado laico.
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­Es al principio un conjuro, la necesidad de un país distinto formulada a través de leyes que parecían o eran incumplibles. Pronto se vuelve la representación formal del fin de la teocracia, y acto seguido, la suma de atmósferas cotidianas que si no afectan el tamaño de la desigualdad (el gran espacio religioso de lo inevitable de la extrema riqueza) sí generan las libertades individuales y crean los espacios de la tolerancia que son los primeros respiraderos de importancia de la modernidad.
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­Juárez, Presidente.
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­Palabras inevitables en la ficha de diccionario: admirable, prodigiosamente terco, autoritario (debió serlo en una etapa, debió dejar de serlo), doctrinario, inteligente, solemne (pocos no lo eran), capaz de grandes miradas de conjunto.
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­La Carroza de Juárez.
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Un símbolo de la vida nómada de la República, un vehículo como una casa de seguridad de intransigencias y decisiones ideológicas, una muestra de lo que le pasa a los símbolos cuando se convierten en abstracciones sin contextos. ¿El final de la Carroza? Si no se quiere mencionar a la telenovela, ubíquese su triste fin en el corte de dibujos animados de 1973, el año del primer centenario de la muerte de Juárez. En el corto la Carroza sigue a Juárez como si fuera su poodle. Las carcajadas del público de la única función segregaron a la Carroza de la lista de símbolos.
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­Juárez austero, vivir en la justa medianía.
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­El aspecto de Juárez más alabado por los políticos y menos tomado en serio. Desde hace mucho, para la mayoría de los políticos la justa medianía ocurre en el espacio entre los ricos y los demasiado ricos. Para citar con una variante al Profesor: un político pobre es un juarista sincero.
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Juárez y el racismo.
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¿A quién otro se le ha aplicado en gran escala lo de "pinche indio"? Después de 1867 ser racista a costa de Juárez fue la estrategia predilecta de la derecha ansiosa de resucitar a Maximiliano.
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­Juárez glorificado.
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­El siglo XIX fue en América Latina el siglo de la religión de la patria. Sin la canonización laica a ningún héroe o caudillo se le tomaba en serio, y esto afecta también al siglo XX. Si no se glorifica a Juárez, se desdeñan los reflejos condicionados de la gran mayoría de su época. "Sí, persiguió a la Iglesia, pero además era un santo". Con la glorificación de Juárez los liberales inician su secularización del santoral, al amparo de la escritura de la Historia.
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El Tratado McLane­Ocampo.
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­¿Quién recuerda ahora los términos de este tratado? La derecha no, la izquierda nunca lo tomó en cuenta. Valdría la pena un debate a fondo sobre el tema.
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­Juárez demonizado.
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­La derecha y el clero cayeron en su propia trampa. Al demonizar a Juárez vulgarizaron la imagen del Infierno y no obtuvieron la gran convicción: "Juárez se quema a diario en las llamas del infierno. No se les ocurra rogar por él".
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Juárez ateo o creyente laico.
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­¿Quién lo supo de cierto? A la distancia, Juárez parece un liberal cristiano capaz de afirmar lo siguiente: "Desearía que el protestantismo se mexicanizara conquistando a los indios; éstos necesitan una religión que los obligue a leer y no les obligue a gastar sus ahorros en cirios para los santos" (Citado en Evolución política del pueblo mexicano, de Justo Sierra).
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Los homenajes cívicos a Juárez.
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­De tan inertes llevan mucho tiempo siendo calistenia de la memoria.
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Juárez del PRI.
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­Lo han visto como un miembro sin credencial; con todo, es la figura que les ha impedido la derechización beata.
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El Juárez de la izquierda.
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­Una figura de la formación escolar y estudiantil, un personaje relevante del tiempo prehistórico anterior a la Historia verdadera que surge con el socialismo, alguien que por mucho tiempo (sin estas palabras) se consideró propiedad del PRI. Ahora, esta distancia se nulifica porque si la izquierda no incorpora a Juárez se queda con los fantasmas del PCUS y la Tercera Internacional, de los que ya tampoco sabe nada.
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El Juárez de la derecha.
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­La aparición en el mural de Rivera del personaje que le roba el espacio a Iturbide, Miramón y Carlos Cuauhtémoc Sánchez.
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¿Desacralizar a Juárez?
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Juárez ya no está sacralizado si alguna vez lo estuvo. Es una presencia viva porque así lo determina la realidad (que exige nuevas definiciones del laicismo) y sus enemigos que ni siquiera soportan las definiciones antiguas.
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¿"Rescribir la historia reivindicando a Iturbide, Miramón, Díaz y acabar con los mitos de Juárez y las Leyes de Reforma que siguen dañando al país"? (Jesús Díaz Cid, líder del Yunque y consultor cultural del Vaticano).
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­Para que la frase del señor Díaz Cid tuviese sentido, debió pronunciarla en 1808. Luego ya era una pérdida de tiempo. Por lo menos, no quiso como el Secretario de Gobernación, Carlos Abascal, reconciliar literalmente a Madero y Victoriano Huerta.

PRESOS POLITICOS EN MEXICO.

La Jornada, 06-05-2007.
Presos políticos en México.

Este fin de semana, el juez primero penal de Toluca, estado de México, José Blas Hernández, sentenció a Ignacio del Valle Medina, Héctor Galindo y Felipe Alvarez, líderes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), a 67 años y seis meses de prisión por el delito de secuestro equiparado, por la retención de varios funcionarios, en febrero y abril de 2006.
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Este fallo, contrario a derecho, resultado de un juicio repleto de irregularidades, revela una de las caras de la brutal represión lanzada en los años recientes por las autoridades contra los movimientos sociales del país.
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Confirma la existencia de presos políticos en territorio nacional y ratifica que el Estado mexicano es discrecional en la aplicación de la justicia: a unos se les castiga severamente en tanto a otros se les achaca sólo faltas administrativas, como a los policías acusados de uso excesivo de la fuerza, tortura y violación contra pobladores de San Salvador Atenco en mayo del año pasado.
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Se trata de una sentencia desproporcionada de origen. El Código Penal del Estado de México equipara al secuestro la acción de quien "detenga en calidad de rehén a una persona para obligar a la autoridad a realizar o dejar de realizar un acto de cualquier naturaleza; en tal caso se impondrán las penas señaladas" en el artículo 259, "de 30 a 60 años de prisión y de 700 a 5 mil días de multa".
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Es decir que, en este contexto, los delitos cometidos por El Mochaorejas son similares a las acciones efectuadas por activistas. Este caso muestra, además, la falta de canales institucionales para atender reivindicaciones sociales.
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Desafortunadamente, lo sucedido en el caso Atenco no es una excepción. La criminalización de las luchas sociales es un hecho no sólo por la creación de leyes tramposas sino por prácticas viciadas como el invento de cargos, conductas aberrantes de parte de policías y autoridades, represión selectiva contra activistas y afectación a ciudadanos que nada tenían que ver con protestas. Esto último es más frecuente de lo que se percibe.
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De hecho, sucede con mucha frecuencia que alguna movilización social termine con detenidos, heridos y torturados. De acuerdo con activistas y analistas, las detenciones arbitrarias y violentas abundan en el estado de México, Puebla, Tamaulipas, Veracruz, Chiapas, Tabasco, Hidalgo y Jalisco.
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En Yucatán se ha detenido a 40 jóvenes sólo en este año. En Oaxaca decenas de personas viven escondidas, algunas con secuelas físicas por la represión de las fuerzas del Estado. La otra campaña ha encontrado en su recorrido por el país decenas de presos políticos.
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La represión estatal en el México de hoy nos remite a la época de la guerra sucia -en los años 60 y 70-, cuando se acabó prácticamente con los movimientos sociales surgidos en ese tiempo. Las víctimas del brazo autoritario del poder, entonces, eran militantes de izquierda, obreros, campesinos, intelectuales, académicos o simples ciudadanos hartos del asfixiante e injusto sistema político.
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Este mismo patrón de conducta ha sido retomado por las administraciones panistas. Según el Comité Cerezo, Vicente Fox dejó a Felipe Calderón una herencia de más de 400 presos políticos. Pero lo peor, señala dicha organización civil, es que la cifra se ha incrementado en los cinco meses de esta administración federal a causa de la represión de movimientos sociales.
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El número de presos políticos y de conciencia ha alcanzado niveles no vistos desde hace tres décadas. Aunque no existen cifras exactas del número de detenidos por motivos políticos en México, el Comité Cerezo considera que al menos 500 personas estarían en tal caso.
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Ante este panorama, es urgente exigir a las autoridades que den certidumbre al estado de derecho y dejen de hostigar a los movimientos sociales que, después de todo, lo que quieren es construir un México mejor, sin injusticias, sin corrupción ni impunidad y con oportunidades de desarrollo para todos. Para ello, el papel de los medios de comunicación es vital, así como la perseverancia de la asediada sociedad civil organizada.

Diagnóstico: México y el mundo

En el Por Esto!
sábado, 05 de mayo de 2007
Manú Dornbierer
Satiricosas

Con la división totalmente pasional (irracional) que crearon en México los dos esbirros contratados en el 2006 por Calderón para que le hicieran ganar a como diera lugar la rifa del tigre -Antonio Solá, ya hoy ciudadano mexicano, y el gringo Dick Morris, sin olvidar a la zorra-musa de Marta y de Fox, Elba Esther Gordillo- lo que hoy en día necesitamos los mexicanos para dejar de "entrematarnos" por simpatías o antipatías políticas sin fondo analítico, es un diagnóstico frío, veraz y elocuente: El de los números.

Para tal efecto recurro a un amigo periodista investigador si los hay y obviamente analista profesional de muchos años. Yuri Serbolov publica "La Carpeta Púrpura", que sólo se lee por suscripción (misma que cancelaron "los poderes fácticos detrás de Calderón" cuando Yuri, que no fue particularmente partidario de López Obrador, denunció el fraude electoral). Ofrece datos precisos que dibujan sin posible error de apreciación interesada o de pasión personal o grupal al México de hoy dentro de un esquema que llama "Tableros". A la fecha han aparecido cuatro: Tablero Económico, Tablero Político, Tablero Social y Tablero Judicial.

Empecemos por la introducción, no tan fría, de Yuri, bajo el título "México a Nivel Mundial": -El posicionamiento de México a nivel mundial se ha desplomado vergonzosamente en los últimos 24 años en que los tecnócratas neoliberales han manejado al país, teniendo como sus sirvientes a los presidentes priístas y panistas en turno. Por el tamaño de su población, de su territorio y de su economía, México podría estar entre las 5 potencias del mundo. Así lo han declarado Calderón y Sojo. Sin embargo, estamos a punto de caer al lugar 15 en tamaño del PIB y en PIB per cápita ocupamos el lugar 66 y en IDH el lugar 53. Estos dos últimos datos confirman que el país está siendo subgobernado y mal administrado". Y entremos ahora a la regadera fría de cifras irrebatibles:

Tamaño de la economía: Pasamos del lugar 9 en el mundo al 14.
Población: En población México ocupa el 11º lugar, con 107 millones de ciudadanos.
Superficie: En cuestión de territorio México está en el lugar 14 de todos los países con una extensión de 1,972 millones de kilómetros cuadrados.
PIB per cápita: México ocupa el lugar 66, con 10 mil 604 dólares anuales por habitante.
Indice de Desarrollo Humano: Aquí estamos en el lugar 53, con un 0.821
Educación: Lugar 48 entre 125 países, evaluados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO.
¡Recordemos que acababa Calderón de treparse al poder cuando ya estaba proponiendo reducir el gasto de educación, ciencia y tecnología! Veamos cómo se encuentra México en inversión en ciencia y tecnología en comparación con los países que más invierten en ellas:
Suecia invierte el 4.3% de su PIB. Finlandia 3.5, Islandia 3.1, Japón 3, Corea del Sur 2.9, EU 2.8 y México 0.4 %.

En comparación con Canadá, su socio menos rico del Nafta (TLC), que tiene una población tres veces menor a la de México, la economía nacional se ve enana. La economía de Canadá es 57% mayor a la mexicana. Y un nivel de vida que triplica la mexicana. El PIB per cápita es del triple: 34 mil dólares mientras que, como se vio, México tiene un porcentaje 3 veces menor.
El país se encuentra en "Estancamiento Económico". Lleva un cuarto de siglo en ese estado. Y prueba de ello es que la economía sólo ha logrado una tasa promedio de crecimiento de 2.3% de su PIB. Si le descontamos el incremento poblacional, ese crecimiento se reduce a sólo 0.6%, es decir 25 años de crecimiento CERO, en aras de una mal entendida estabilidad que, por cierto, no se ha consolidado.

En materia de creación de empleos formales los presidentes neoliberales han ido de mal en peor: Miguel de la Madrid creó 1 849 000, Salinas de Gortari 2 770 000, Zedillo 2 662 519, y Fox sólo 1 268 537. Se requerían muchísimos más y bien pagados para que hacer crecer al país.
Pero el país creció en pobres. Yuri cita un fragmento de artículo del 23 de abril 2007 de Sara Sefchovich en El Universal intitulado "Qué es la pobreza": México es un país rico con muchos pobres. Tantos, que hasta se pueden distinguir diferentes grados de pobreza, dependiendo si es más o menos extrema. Julio Boltvinik asegura que en el país hay 76 millones de personas en esa situación; la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno federal asegura que son 53 y según Rodolfo Tuirán, son 49. En términos porcentuales algunos hablan de 60% de la población; otros como Gerardo Torres Salcido, de entre 48 y 52% y según José Woldenberg son 42%.
Pero si México cuenta con 60 millones de pobres, tiene 10 de los multimillonarios a nivel mundial que citan las revistas especializadas.

Estos son los hombres más ricos de México:
Carlos Slim, Telmex, 23 008 millones de dólares (3º en la lista de Forbes y 4º en la lista de Eventum). Jerónimo Arango, Tiendas de Autoservicio, 4 mil 600; Alberto Balleres, sector minero, 2 mil 800; Ricardo Salinas Pliego, TV Azteca-Elektra, 3 mil 100; Lorenzo Zambrano Cemex, 1 mil 800; Roberto Hernández, banquero, 2 mil; Ma. Asunción Aramburuzabala, Cervecería Modelo, 2 mil; Alfredo Harp Helú, banquero, 1 mil 400; Isaac Saba, textiles, 1 mil 400; Emilio Azcárraga Jean, Televisa, 1 mil 700.

Hay que hacer notar que la revista Forbes, por ejemplo, publica sólo los nombres de los más ricos empresarios privados del mundo, pero nunca de los políticos más ricos del mundo, porque inmediatamente los países saqueados caerían sobre ellos. Sin embargo, los mexicanos sin leer demasiado entre líneas sabemos de dónde provienen las fortunas de nuestros cresos. Y cada día se recuerda más respecto al que encabeza esta lista, para muchos oprobiosa, dado el revés de la mexicana medalla que destaca los demasiados millones de pobres, aquella restaurantera broma de su dualidad, Carlos & Charlie, que nunca lo ha dejado en paz.

Lo peor es que uno de los componentes de la inmensa riqueza de los citados es el contubernio con los gobiernos mexicanos, sus cómplices. Lógicamente les permiten una bestial evasión de impuestos como se vuelve a ver hoy con claridad con la revisión de la inicua Ley Televisa, aprobada al vapor en momento de las elecciones, cuando Felipe Calderón, cuya campaña no subía ni con chochos suplicó vergonzomente a las televisoras "regálenme spots". Y les permiten además una constante violación de no pocas leyes, la del Trabajo entre otras, ya que frecuentemente en las empresas de los hipermillonarios, los salarios y las prestaciones son de hambre. México, en comparación con otros países, tiene por consiguiente un ingreso tributario mínimo sobre el PIB. En 2005 según un informe comparativo de la OCDE, en Dinamarca la captación de impuestos fue de 49.7, en Francia de 44.3, en Hungría 37.1, en Irlanda 30.5, en Nueva Zelanda 36.6, en Estados Unidos 26.8, en Corea 25.6 y en México fue del 19.8%.

Los gobiernos hacen carísimas campañas para instar y hasta amenazar a los ciudadanos comunes a pagar más impuestos. Pero a los grandes tiburones les cobran lo mínimo para tapar el ojo al muy cornudo macho mexicano. El día que les cobren lo que se debe y que los obliguen a pagar bien a sus empleados, empezaría a componerse la situacion del país. "Los privilegios fiscales, una enorme evasión y una carga excesiva a los causantes cautivos provoca que México tenga una de las peores captaciones fiscales", concluye este primer informe de la Carpeta Púrpura.
www.manudornbierer.com

Nota:
Hay quienes dicen que existen las verdades, las mentiras y las estadísticas; es decir, estas últimas son datos "duros" que sin embargo pueden mostrar retratos no fidedignos de la realidad, por ejemplo, eso de que el PIB per cápita es en México de 10 604 dólares por habitante es simplemente un cálculo resultado de dividir el monto del PIB entre el número de habitantes, como si el ingreso estuviera distribuido uniformemente, lo cual no es ni remotamente cierto; si así fuera significaría que efectivamente cada habitante tendría un ingreso de alrededor de $115 000 al año o su equivalente: $9500 al mes. Lo que pasa es que hay unos pocos privilegiados y/ abusados que se llevan la tajada del león en esta repartición, o no? Ahora sí que cabría preguntarse no ¿quién se comió mi queso? sino ¿quién se embolsa lo que nos corresponde?