martes, enero 15, 2013

Alguien en NL debe llevar la cuenta exacta de nuestros estudiantes vìctimas




Debiéramos asumir que la Universidad Autónoma de Nuevo León a través de  alguno de sus departamentos o áreas de trabajo llevara a cabo una investigación de al menos el número exacto de estudiantes de la máxima casa de estudios desaparecidos a partir de las condiciones generadas por la delincuencia y rociadas del combustible ineficiencia, del inflamable negligencia, del carburante indiferencia y de tantos  aceites que contribuyen a encender el fuego de una guerra de Estado que no prevé la protección de la población ante el actuar de la criminalidad; al contrario, el mismo estado desata y contribuye al clima de inseguridad, indefensión y miedo de los ciudadanos. 

La mayoría de los desaparecidos y muertos a partir de la decisión gubernamental de declarar la "guerra al narcotráfico" son jóvenes. Las cifras las deben tener las instituciones que cuentan con recursos y equipo para un tipo de trabajo mínimo de indagación seria y efectiva, pero o no la tienen o no la dan a conocer. 

Pero además del número, están las condiciones en que se llevó a cabo la muerte o la desaparición, para buscar patrones que intenten explicar los hechos. Podrán decir que esta labor es trabajo de las organizaciones de Derechos Humanos. Tal vez la hagan y la hagan bien, pero no estorba que una institución que se dedica al estudio y difusión del saber realice, coadyuve, apoye y dé soporte científico a un quehacer que se relaciona específicamente a la vulnerabilidad de su estudiantado. No con ello queremos decir que la situación de los chicos que no son universitarios no sea motivo de estudio, por el contrario, en lo que insistimos es en la necesidad de que la UANL tome cartas en el asunto, para contar con la información fidedigna que permita aproximarnos a posibles explicaciones y soluciones del problema.

Además de su participación en el estudio del fenómeno social que vivimos y sufrimos, a la UANL le hace falta gran dosis de solidaridad ante la realidad en que se encuentra inmersa. Como si no perteneciera a este planeta, la Uni nada de muertito en lugar de tomar su rol de vanguardia de la sociedad. Y cuando decimos Uni, nos referimos no sólo a funcionarios y directivos, cuyo papel es fundamental, pero también a las bases académicas, de investigación, técnicos y trabajadores. Hay grupos de estudiantes que están conscientes y activos, pero la mayoría sigue adormilada, siguiendo el ejemplo de la abúlica sociedad regiomontana. De qué sirve el conocimiento entonces? O mejor dicho, hay conocimiento en la Uni? Porque siempre hemos creído que la educación y el saber nos hace distintos, que el camino que se recorre al adquirir conocimiento no tiene punto de retorno, no se puede desandar y va siempre en ascenso. Entonces?

MEPS, enero 2013

lunes, enero 14, 2013

Estudiantes muertos: al menos 12, desaparecidos: ?


12 estudiantes asesinados en Nuevo León en tres años. #UANL #ITESM

Monterrey • Al menos 12 estudiantes han perdido la vida en los últimos tres años en diferentes hechos violentos tras ser blanco de delincuentes o ser alcanzados por balas perdidas en el estado de Nuevo León.


Estudiantes del ITESM asesinados por el Ejercito Mexicano

El primer hecho ocurrió el 19 de marzo de 2010, cuando los estudiantes del Tecnológico de Monterrey, Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, murieron al quedar en el fuego cruzado, cuando militares se enfrentaron a balazos contra delincuentes.



El 6 de octubre del mismo año, la estudiante de octavo semestre de la carrera de Diseño Gráfico de la Facultad de Artes Visuales de la UANL, Lucila Quintanilla Ocañas, de 21 años, quedó sin vida al ser alcanzada por balas en la plaza comercial Morelos en el centro Monterrey.

El 10 de marzo de 2011, Raúl Javier Villarreal Martínez, alumno de primer semestre de la Facultad de Arquitectura recibió un balazo en la cabeza, al quedar en medio de una balacera.
El 5 de abril, una pasante de la Facultad de Psicología, identificada como Gabriela Pineda Aguilar, murió atropellada por una patrulla sin control cuando gatilleros acribillaron al policía que la conducía.
Cuatro meses después, el 20 de agosto, la Facultad de Arquitectura de la Máxima Casa de Estudios perdió a otro alumno.
En 2012, el 7 marzo, el estudiante de Filosofía y Letras, José Fidencio García Nery, murió atacado por pistoleros.
Ese día, los alumnos de nivel secundaria Jorge Ojeda Arredondo y Bryan Alejandro Navarro Rodríguez fueron ultimados.
El 12 de marzo, Liliana Berenice Góngora Melchor, estudiante de preparatoria, fue acribillada en Santiago, acompañada de un joven que también murió.
Un día después, Hiram Gerardo Meza, de la Facultad de Arquitectura, murió acribillado cuando presuntos delincuentes intentaron despojarlo de su Ipad.
Adrian Javier Gonzalez Villarreal
Foto Facebook

El último hecho ocurrió ayer, donde el joven Javier González Villarreal, de 20 años, murió al ser baleado junto con su novia por policías en Santa Catarina, quienes presuntamente los confundieron.