miércoles, septiembre 16, 2009

Presentación de libro viernes 18 sept.



Ahora faltan Teresa y Alberta


Jacinta sale libre luego de tres años de cárcel


Juan José Arreola/Corresponsal


El Universal

Querétaro Miércoles 16 de septiembre de 2009

07:53 "Me siento contenta", fue la primera exclamación de Jacinta Francisco Marcial al salir minutos después de la una de la madrugada de este miércoles del Centro de Readaptación Social (Cereso) femenil de San José el Alto, en donde estuvo recluida por espacio de tres años y un mes.

A Jacinta -indígena otomí de Santiago Mexquititlán- se le acusó y juzgó por el delito de secuestro en agravio de seis elementos de la desaparecida Agencia Federal de Investigaciones (AFI) cuando éstos realizaban un operativo de decomiso de productos "pirata" en el tianguis de Santiago Mexquititlán.

Sin pruebas contundentes, en medio de un proceso plagado de irregularidades, con pruebas no definitorias, Jacinta Francisco fue acusada, juzgada y sentenciada a purgar 21 años de prisión por un delito que no cometió.

Junto con ella fueron también acusadas Teresa González y Alberta Alcántara, ambas también indígenas y también acusadas sin pruebas contundentes.

Jacinta salió del penal a bordo de un automóvil particular en el que iba acompañada por su esposo, Guillermo Francisco Prisciliano, por su abogado defensor, Andrés Díaz, y por una de sus hijas.

Pidió a quienes le realizaban preguntas que por ahora ya no la cuestionaran; se concretó a decir solamente que se sentía contenta y que después podría hablar, pues quería descansar.

Bernardo Romero Vázquez, quien es presidente del Centro de Derechos Humanos "Fray Jacobo Daciano" y quien fungió como enlace del Centro de Derechos Humanos "Agustín Pro Juárez", instancia que se encargó directamente de la defensa de Jacinta.

Bernardo Romero afirmó que ya en libertad, Jacinta junto con su abogados, analizarán la posibilidad de solicitar una indemnización por el tiempo que injustamente estuvo en prisión.

Héroes y fantasmas. La guerrilla mexicana de los años 70

    • NOTA: El libro Héroes y fantasmas. La guerrilla mexicana de los años 70, de Benjamín Palacios Hernández, se presentará el viernes 18 de septiembre a las 19:30 horas, en el Museo Metropolitano de Monterrey (antiguo Palacio Municipal)


HÉROES Y FANTASMAS*
La guerrilla mexicana de los años 70 (I)
Benjamín Palacios Hernández

15diario número 358, martes 1º de septiembre de 2009, www.15diario.com

“¿Por qué abandonaste las sendas holladas por el hombre y prematuramente, con escasas fuerzas pero con ánimo valeroso, osaste enfrentarte al dragón en su guarida? Indefenso como estabas, ¡ay!, ¿dónde se ocultaba la sensatez, ese escudo espejado...?”

Percy B. Shelley

“La misión última de todos los seres finitos dotados de razón es (...) la unidad absoluta, la identidad permanente, la plena coherencia consigo mismos”.

Fichte

Corría el año de 1977. Los días, los meses y los años se desgranaban, como paletadas de tierra en una tumba, sobre la humanidad de veintitantos hombres y una mujer presos en el antiguo penal de Topo Chico, en Monterrey, sobrevivientes de una guerra soterrada entre un Estado que actuaba con absoluta libertad para perseguir, ejecutar y desaparecer, y civiles que habían creído necesario agrupar sus convicciones en organismos armados.

Las ong’s eran un invento del futuro, y la prensa relativamente independiente y crítica un tema de la literatura fantástica. Los guerrilleros y sus actividades habitaban la nota roja en los periódicos, no las primeras planas y los encabezados. Salvo notables y muy escasas excepciones, no había articulistas de opinión que escapasen a la línea oficial que presentaba a aquéllos como asesinos y terroristas, agentes del (inasible) extranjero y traidores a la patria. Con precaria imaginación, alguna prensa imitaba a las películas del viejo oeste con insertos de: “se busca”, que exhortaban a la población a delatar a esos matones.

En un fenómeno insólito la reflexión vino de parte de los irregulares, primero que todos de un grupo de aquellos encarcelados en Topo Chico. Mediante una dolorosa revisión de su propio pasado inmediato, de su actividad, de sus concepciones y sus teorías –nunca de sus convicciones–, siete de ellos emprendieron lo que se conocería como la rectificación. De experiencias, orígenes y formaciones diversas, todos eran miembros de la Liga Comunista 23 de Septiembre, la más extendida y poderosa de las organizaciones guerrilleras mexicanas; al mismo tiempo la más “culta” y, en una paradoja sólo aparente, la más radical de todas ellas.

El proceso había empezado en diciembre de 1974, cuando les llega la noticia de la disolución de la Liga en su concepción original y su dispersión en pequeños grupos en alguna medida enfrentados entre sí, que empezaron casi de inmediato a deslizarse por la pendiente del militarismo, uno de los extremos, justamente –el otro: el “democratismo”–, entre los cuales la Liga había intentado desesperada e infructuosamente mantenerse en equilibrio.

Hasta aquel momento las largas condenas de varias decenas de años que pendían sobre los guerrilleros poco o nada significaban; tarde o temprano la Liga vendría a rescatarlos: a sangre y fuego –como efectivamente existió un proyecto frustrado durante el primer tercio de 1974– o mediante un intercambio. La noticia de la desbandada de la organización no sólo alejó sine die la eventual liberación: conmovió también las conciencias de los prisioneros forzándolos a preguntarse cómo y por qué la “organización revolucionaria definitiva” había sobrevivido apenas un año y unos pocos meses. La represión de los llamados órganos de seguridad del Estado, con todo y haber sido brutal y sin obstáculo legal alguno, no podía explicar por sí sola el resultado. A pesar del elevado número de guerrilleros muertos en combate o asesinados en la tortura, de los desaparecidos y encarcelados, la guerrilla mexicana y en particular la Liga Comunista 23 de septiembre, que enfrentó el peso principal de la represión, no habían sido aplastadas físicamente.

Cabía entonces indagar, pensar y reflexionar en el otro polo: el de la propia organización, en sus teorías, en el sustento teorético de su actividad y, a fin de cuentas, en su concepción misma. Este esfuerzo de auto revisarse, de estudiar y repensar los hasta entonces considerados fundamentos inamovibles de una organización que ellos concebían, sin duda alguna, como preparada y destinada a la victoria, fue llevado a cabo en las peores condiciones imaginables: en el aislamiento físico y anímico de la cárcel. Producto de ello fueron varios documentos, la absoluta mayoría hasta ahora inéditos. Quizá el más ilustrativo de todos sea el extenso ejercicio testimonial que aquí se ofrece por primera vez –cuyo título de trabajo es Los siete de Topo Chico–, generado cuando aquel proceso de reflexión autocrítica estaba casi concluido.

Su origen es un proyecto presentado por Abraham Nuncio, quien por aquellas fechas había ido a conocerlos a la cárcel. Él les planteó la idea, arguyó sobre la importancia de que expusiesen su versión y les presentó entonces un guión, compuesto por el índice, que aquéllos deberían “llenar”. Los testimonios fueron grabados, poco a poco e individualmente, en algún rincón relativamente aislado del Topo Chico. Ellos constituyen un documento único en la historia, aún por escribir, de la guerrilla mexicana. Con estilos diversos y diferencias la mayoría de ellas de matiz, los autores –encabezados por Gustavo Hirales Morán– coinciden en una autocrítica que, en aquellas condiciones y en esa primera fase, aparece naturalmente incompleta y en proceso de maduración. Las rutas individuales del desarrollo de ese pensamiento conducirían a algunos de ellos a concepciones diferentes, incluso enfrentadas. Pero esta historia escapa a los marcos y los propósitos de esta investigación, si bien algunas muestras de ella podrán encontrarse en la introducción.

La historia del movimiento guerrillero en México es prácticamente inexistente. En otros países, regularmente, primero aparecen las historias particulares y después surgen novelas sobre el tema. Paradójicamente en nuestro país ha ocurrido lo contrario: existen algunas novelas de mayor o menor fortuna editorial mientras que la historia del fenómeno, a más de 40 años de su eclosión, sigue sin escribirse.

Se trata, ya nadie lo discute, de un periodo de fundamental importancia para comprender tanto el desarrollo posterior del país como las transformaciones de su estructura política. La historia, como la naturaleza, tiene horror al vacío. Los huecos existentes en ella son llenados con cualquier cosa (las novelas, por ejemplo), y sobre esos vacíos se generan las consejas y las versiones más peregrinas. Es momento, entonces, de dotar de sustancia a esta historia, expulsando a la anécdota sin más, la incomprensión y los mitos.

En el estudio introductorio intento explicar los orígenes, y a partir de ellos sentar lasbases para comprenderlaactuación y la trayectoria de la guerrilla que encarnó destacadamente en la Liga Comunista 23 de Septiembre. El análisis se centra en los empeños que condujeron al propósito, el único en la historia de la guerrilla mexicana, de fusionar a los grupos armados dispersos que pululaban en diversas regiones del país y se detiene en su culminación: la fundación en marzo de 1973 de la propia Liga.

En estos esfuerzos unificadores jugó un papel fundamental el grupo de Raúl Ramos Zavala asentado en Monterrey, justo en el centro tradicional de “la reacción mexicana”. No es en modo alguno desdeñable, y sí por el contrario preñado de consecuencias teóricas, el análisis de las razones de que haya sido justamente Monterrey la cuna político-formativa no sólo de los precursores de la Liga (y de algunos otros grupos armados comunistas), sino también el principal semillero de sus dirigentes. Es este un estudio que sigue pendiente.

(*) Este texto, a publicarse aquí en dos partes, corresponde a la “Advertencia” que encabeza el libro del autor, publicado con idéntico título en mayo del año en curso por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León.


HÉROES Y FANTASMAS
La guerrilla mexicana de los años 70 (II)
Benjamín Palacios Hernández

15diario número 359, miércoles 2 de septiembre de 2009, www.15diario.com

Respecto a la existencia temporal de la Liga existen aún ahora diversas interpretaciones. La nuestra es que la Liga Comunista 23 de septiembre, como tal y en su concepción original, tuvo una vida que va de marzo de 1973 a abril-mayo de 1974.

Existen sin embargo quienes sostienen que la Liga sobrevivió hasta ya entrados los años 80, e incluso algunos la prolongan hasta fechas tan tardías como 1990-91. Lo cierto es que, en nuestra opinión, en ese extendido periodo lo que sobrevivía eran tres o cuatro desprendimientos de la agrupación original –lo que Gustavo Hirales llamó en su momento “los restos del naufragio”–, cada uno de los cuales reclamaba ser “la auténtica” Liga.

Fue este, también, el lapso de mayor desenfreno de las tendencias militaristas incubadas ya en la propia Liga y manifestadas incluso en sus actas de fundación. Y no es de extrañar: destituida su dirección nacional, muertos en combate, desaparecidos o encarcelados sus principales dirigentes y con el cerco cada vez más estrecho y la feroz persecución policiaca, la reacción de los sobrevivientes era fatalmente natural.

De este modo la desconfianza y la psicosis de la “infiltración” se instalaron entre los combatientes que seguían vivos y libres, y su actividad cada vez más se reducía a la mera sobrevivencia y al contra-ataque exactamente en los mismos términos que la represión del Estado: ojo por ojo y diente por diente.

Lo que el lector tiene ahora en sus manos forma parte de una investigación de más largo alcance sobre el movimiento armado mexicano de la primera mitad de los años setenta, y, conviene insistir en ello, en particular acerca de su principal y más importante expresión organizada: la Liga Comunista 23 de Septiembre.

El proyecto de esa investigación “mayor” apunta más allá de donde ésta se detiene. Comprende tres partes más: La crítica de las armas y La caída: causas y manifestaciones, las dos primeras. La tercera y última estaría dedicada a adelantar algunas conclusiones que, forzosamente, dado lo inexplorado del tema, han de presentarse como provisionales. De todo ello se encontrarán aquí, de cualquier modo, apuntes de alguna manera detallados y desarrollos parciales.

Dificultades de diverso tipo han contribuido, durante un lapso ya bastante largo, al aplazamiento de la conclusión del trabajo en su planteamiento y extensión originales, de modo que decidí, como ya he dicho, hacer un corte en la cobertura temporal, y por consiguiente también temática, de mi objeto de estudio.

Este se detiene justamente en la fundación de la Liga para que pueda conservar una unidad que de otro modo –interrumpiéndose por ejemplo en el rastreo e interpretación de su intensa actividad– perdería al dejar abierto el desarrollo de la propia investigación, por no dotarla de un punto de llegada ciertamente todavía parcial, pero coherente.

Por lo demás, esta medida obligada por las circunstancias se sustenta también en una esperanza: que su publicación traiga consigo la apertura de los diques que, aún ahora, siguen conteniendo la abundante y rica información detrás de los labios de los sobrevivientes dispersos en los lugares más insospechados.

Muchos de ellos, a los que entonces no conocía personalmente, poseen información más abundante que la que en su momento pude recabar sobre eventos particulares, reuniones y operativos. Con su concurso y disposición para hablar –aunque parezca increíble, después de más de tres décadas algunos aún se muestran renuentes para proporcionar nombres y datos–, podremos consolidar los cimientos y añadir nuevos pisos a esta historia en construcción.

Paradójicamente la historia real de la guerrilla mexicana de los años setenta ha enfrentado también el fenómeno opuesto. Si bien algunos protagonistas de ella prefieren callar y olvidar, algunos de aquellos que formaron parte de lo que nosotros llamábamos nuestra periferia –pasada la época en la que haber sido guerrillero o haber tenido contacto con ellos era peligroso o por lo menos inconveniente, cuando por el contrario ello empezó a otorgar cierto status– se han mostrado más que dispuestos a hablar e incluso testimoniar sobre “su participación”. Especulando y tomando ventaja, precisamente, de que esa historia no ha sido aún escrita, han sembrado en un terreno abonado por la desinformación documental y hecho florecer, así, sus propias “hazañas”.

La construcción de la historia del movimiento armado mexicano de aquella época, entonces, que natural e inevitablemente se enfrenta a la dificultad representada por la diversidad de las concepciones y los juicios retrospectivos de sus actores, encara también un obstáculo bifronte e internamente contrapuesto: ex-guerrilleros que prefieren ocultar su pasado, y “ex-guerrilleros” que se lo inventan.

Además de algunas entrevistas directas con ex-compañeros de armas que me permitieron verificar ciertos puntos (fechas y acontecimientos particulares, principalmente), refrescar e incluso conocer otros olvidados o ignorados por mí, y también, en algunos casos, contrastar sus opiniones con las mías; además, asimismo, de una revisión y cotejo hemerográficos de la actividad previa a la Liga, de la Liga misma y de los grupos-secuela surgidos a raíz de su desmembramiento sobre todo en el área de Monterrey entre 1971-1976, he podido contar con cuatro textos sumamente valiosos, que se convierten en punto menos que invaluables si tomamos en cuenta la situación de penuria que, hasta ahora, continúa caracterizando a la documentación sobre la guerrilla mexicana: el original largamente inédito, ahora publicado aquí y al que estas líneas pretenden servir de introducción, del ya citado trabajo colectivo testimonial elaborado a iniciativa y con la coordinación de Abraham Nuncio, entre 1977 y 1978; una copia de las Cuestiones fundamentales, tal vez el único documento con pretensiones “programáticas” de la Liga, el cual después de un largo rastreo que me llevó varios años pude finalmente conseguir; A la luz de esta historia de batallas, análisis escrito en 1969, antes de la fundación de la Liga, por el que llegaría a ser el segundo en el mando, Manuel Gámez Rascón, y por último el que quizá sea el único ejemplar existente de las Actas –bien es cierto que casi completas– de fundación de la propia Liga Comunista 23 de Septiembre.

Quiero agradecer a mi hermana Lylia Isabel Palacios, a Rogelio Flores de la Luz, Javier Almaguer, Cecilia Saviñón, Marcelo Leija, Gerardo Escalera y Clara Eugenia Flores por haber realizado en su momento el rastreo y recopilación de notas tomadas de los periódicos regiomontanos (“El Norte” y “El Porvenir”, principalmente) de la época; a Elías Orozco Salazar, Gustavo Hirales Morán, Héctor Escamilla Lira y Carlos García Guerrero, por su tiempo, interés y disposición para ser entrevistados, por los recuerdos y por la información; y de nuevo a Hirales por haber vencido el tan común celo retentivo de documentos, haberme hecho saber de la existencia de las “actas de fundación” de la Liga y enviado su texto.

Todos ellos son, en distinto grado, no coautores pero sí copartícipes de este trabajo aunque, como siempre, la responsabilidad sobre las ideas, la forma y la calidad, es sólo mía.


LA GUERRILLA DE LOS 70:
UNA HISTORIA (AÚN) OCULTA
Benjamín Palacios Hernández

15diario número 368, martes 15 de septiembre de 2009, www.15diario.com


Allá arden los libros en la hoguera. ¿Qué has hecho para salvarlos? ¿Crees tú que basta con que te los aprendas de memoria? Acá se arrancan los intestinos de los cuerpos y se pisa los rostros con botas claveteadas. ¿Qué has hecho tú para impedirlo? ¿Piensas, por ventura, que conseguirás algo con esos sermones sobre el amor humano que predicas ante los sicarios armados hasta los dientes? ¿Que extingues el fuego porque le repitas los diez mandamientos?

El “anti-culto” al “culto”, Leszek Kolakovski

Al operar en todo el territorio nacional –con la excepción de los estados del sureste más allá de Oaxaca–, la Liga ha sido, entonces y ahora, la única agrupación armada “irregular” que no ha estado confinada a una región localizada. Fundamentalmente una estructura político-militar urbana, con sus centros principales de operación en Monterrey, Culiacán, Guadalajara y el Distrito Federal, intentó crear y mantener sus propios frentes y columnas de guerrilla rural.

Fracasadas las negociaciones con el Partido de los Pobres de Lucio Cabañas que buscaban establecer una coordinación entre ambas fuerzas, la Liga pudo en cambio sostener un núcleo guerrillero en la sierra de Chihuahua, que logró reclutar un pequeño número de indígenas tarahumaras y que, incluso, sobrevivió durante algún tiempo después de la desaparición de aquélla. Fue capaz también, como hemos visto, de crear otra columna en un lugar tan distante de esta zona como la sierra oaxaqueña.

La Liga Comunista 23 de Septiembre, que se mantendría en actividad durante un relativamente corto aunque intenso periodo hasta abril de 1974, fue también –como ya se ha apuntado– la menos militarista de las organizaciones guerrilleras del país durante la década de los setenta.

Ninguna otra pudo –y es de dudar que las de ahora puedan– exhibir en sus mismas actas fundacionales pasajes que afirman que “la necesidad de agitar a través de la acción militar, poniendo énfasis en eso, es una desviación terrorista”, o bien que la “forma fundamental de lucha que debe promover la organización es la lucha política y en segundo término la guerra de guerrillas” (Actas, p. 87; cfr., también, infra, nota 7).

No un papel menor en la configuración de esta característica desempeñó otra de las peculiaridades de la Liga, esto es, la importancia asignada por ella –al menos en sus primeros tiempos– a la formación teórica de sus militantes y a la elaboración también teórica de los problemas. Que sus teorías no hayan sido del todo sólidas y no todas racionales (¿cuál, de entre todas las agrupaciones y partidos no armados de la época lo era?) es un problema cuyas consecuencias habrán de discutirse en otro lugar.

Para el que aquí nos ocupa –el de mostrar los rasgos que confieren a la Liga su calidad de organización armada sui generis–, en cuanto a este punto un dato lo resume todo: una organización de combate que en su momento pudo ser acusada, por otros grupos guerrilleros, de... teoricista.

A diferencia de la parcialidad de uno u otro signo propia del propagandista más que del ideólogo, del “político” y no del historiador, los miembros de la Liga –y en general los integrantes del movimiento armado que dramatizó los años setenta– no debieran ser considerados ni como ángeles ni como demonios. También ellos, como todos nosotros, se parecieron más a su época que a sus padres.

Si ha de ser cierto que el oficio del historiador implica, en primer lugar, el esfuerzo por comprender, debería entonces ser obvio que en nada ayudan a sus propósitos aquéllos que –según la expresión de Thompson– leen la historia a la luz de una problemática posterior y no a la de aquélla en la cual los hechos ocurrieron.

Una lectura de la historia, tan frecuente y tan deletérea, que “sólo recoge lo que ha triunfado” en tanto que “las causas perdidas, los caminos muertos y los mismos vencidos son olvidados”, que hizo a Thompson proclamar la necesidad de rescatar a estos últimos de “una posteridad excesivamente condescendiente”, o excesivamente condenatoria, agregaríamos por nuestra cuenta.

Pero si la historia no fuese comprensión sino catalogación, si ella fuera algo así como el archivo fáctico y documental de la Suprema Corte de la Humanidad y el historiador una suerte de árbitro de las derrotas y las victorias, juez del error y el acierto y censor de las intenciones, aún así habría que levantar acta de los motivos de los enjuiciados.

En el caso, todos ellos podrían suscribir –no como excusa, sino como explicación– el encendido reclamo del anti-culto de Kolakovski.

A todos nos honraría, incluso como nación, que pudieran también rubricar la sentencia del Me-Ti: mi miedo es una debilidad que me concierne sólo a mí; mi muerte concierne a todos...

    • Este texto corresponde al epílogo del libro Héroes y fantasmas. La guerrilla mexicana de los años 70, que se presentará el viernes 18 de septiembre a las 19:30 horas, en el Museo Metropolitano de Monterrey (antiguo Palacio Municipal)

martes, septiembre 15, 2009

En Ciudad Juárez, protesta de madres contra la eventual llegada de Chávez a la PGR


Protestan las madres de Chihuahua contra posible ratificación de Chávez Chávez en la PGR, pintando cruces en la pared



Madres de mujeres asesinadas y activistas sociales plasmaron con pintura decenas de cruces negras sobre fondo rosa en la pared perimetral de la Procuraduría General de la República (PGR) en Ciudad Juárez, como signo de rechazo a la nominación de Arturo Chávez a dirigir la dependencia a nivel nacional.

altura con la leyenda de "Justicia".
La pinta de cruces en la barda de la PGR provocó un enfrentamiento verbal entre las madres y el delegado de la PGR, Héctor García quien le dijo: "Esto ya no es pacífico...hemos sido muy tolerante, el problema es que ahora están dañando propiedad pública, vamos a tener que actuar jurídicamente".

La manifestantes externaron que si aparte de la irresolución de los homicidios de sus hijas, las mandarían a la cárcel por manifestarse, a lo que el funcionario respondió en tono airado que "abriremos una averiguación previa y ejercitaremos acción penal...se hará lo que la ley mande...el juez es que va a decidir".

Las involucradas colocaron grandes mantas tendidas en la banqueta con mensajes personales contra la eventual designación de Chávez, y una más de color negro colgada en los muros con el mensaje: "Rechazamos totalmente a Arturo Chávez".

Las mujeres reiteraron que Chávez Chávez fue ineficiente en los casos de feminicidio cuando como procurador durante el gobierno de Francisco Barrio, "mostró desprecio p[or la mujer", dijo Victoria Caraveo dirigente de "Mujeres en busca de Justicia".

Dijo que las organizaciones juarenses han hecho saber la posición al Senado y hasta la misma Presidencia de la República a través del Observatorio Ciudadano de Equidad y Género.


Campaña "ni un peso menos a las universidades públicas"


Ponencia del Dr. Hugo Casanova Cardiel En el 2o Encuentro Por la Universidad Pública

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La universidad pública en México hoy

Hugo Casanova Cardiel

Investigador del Instituto de Investigaciones sobre la

Universidad y la Educación

Profesor de la FFyL

UNAM

Hoy el pretendido recorte al presupuesto de la educación superior no es un asunto que afecte solamente a las instituciones universitarias y los universitarios no limitamos nuestra visión a razones de orden local. Los universitarios estamos conscientes del encargo social de nuestras instituciones y de la trascendencia de nuestro trabajo hacia el futuro.

En tal sentido, reclamamos un mayor compromiso de los poderes públicos, especialmente de quienes nos representan en el poder legislativo, para definir una política nacional de largo aliento en materia de educación superior. Una política que por fin se comprometa con la construcción de la Nación y que supere las visiones partidistas.

Agradezco la convocatoria del colectivo Redes Universitarias y celebro que los estudiantes estén promoviendo la discusión de uno de los grandes temas de la universidad de nuestro tiempo.

No es un secreto en la UNAM que durante los últimos años los estudiantes han disminuido su presencia en el debate de la problemática universitaria y que esto no es un hecho fortuito. Ha habido en la última década una tendencia a desestimular el debate y a descalificar la participación política de los estudiantes.

Muchos de ustedes conocen bien los fundamentos de la participación de los estudiantes en los asuntos de la universidad. Sin embargo, me gustaría recordar con ustedes que el surgimiento de la universidad en la lejana Bolonia del siglo XI y el despertar de la universidad alemana en el siglo XIX se deben en una buena medida al ímpetu de los estudiantes. En el primer caso, porque el cuerpo directivo –incluido el rector- estaba compuesto íntegramente por estudiantes, y en el segundo caso, al centrarse el quehacer universitario en el desarrollo de las capacidades de investigación de los jóvenes universitarios.

Tampoco podríamos omitir una mención a la reivindicación de los estudiantes en la Universidad de Córdoba en Argentina hace ya 90 años. En 1918, un movimiento llamado de Reforma Universitaria reclamaba para los estudiantes el derecho a participar en las decisiones universitarias y la necesidad de vincular la universidad con la sociedad respondiendo a las causas de igualdad y democratización del saber. Ese movimiento que influyó a todas las universidades de América Latina se extendió por supuesto a México y la UNAM que en 1929 obtuvo su autonomía y reconoció la participación de los estudiantes en el Consejo Universitario.

La tradición estudiantil en México, y de manera especial, la tradición de los estudiantes de la UNAM en la participación política no es menor. Del 68, del 86 y del 99-2000 al 2009 han pasado ya unas cuantas décadas, y la lucha y la presencia comprometida de los universitarios de entonces, son las que hoy nos permiten estar aquí, en una institución pública, gratuita y comprometida socialmente. Tales atributos no han sido obtenidos de una manera automática. Han implicado trabajo constante, estudio, disciplina y organización por parte de los universitarios que nos han precedido.

Por todo ello reitero la importancia de esta serie de encuentros pues colocan a los estudiantes universitarios en el centro de las reflexiones acerca de su propio quehacer y de su capacidad para construir el futuro de su institución.

Quisiera aludir en esta breve presentación a cuatro factores que hoy están en el centro de las preocupaciones de los universitarios. Son problemas de distinto orden pero que confluyen en el ámbito que esta mañana nos ha convocado.

1. El problema de la educación superior como un bien público

Hoy día existe un debate en prácticamente todo el mundo acerca del papel de la educación superior como un bien intrínseco para el conjunto social. Se sostiene, por un lado, que el financiamiento público de la educación superior en realidad beneficia en primera instancia a los individuos y a los dueños del capital. Por otro lado, existe otra interpretación que reivindica el poder redistributivo de la riqueza a través de la educación superior. Se sostiene también que la educación y la educación superior en especial, son los mecanismos sociales que ofrecen mayores dosis de certidumbre para la emancipación de los individuos y de la sociedad en su conjunto. En síntesis, si bien la educación superior no garantiza una automática mejor distribución de los beneficios sociales, sí constituye un beneficio a los individuos que se extiende de muy maneras diversas al todo social.

Por todo ello, es un derecho de los ciudadanos recibir la educación superior y, constituye un deber del Estado financiar de una manera decidida y sin cortapisas la educación superior.

2. El problema de la dimensión cuantitativa

Pese a lo anterior, hoy en México la educación superior sigue siendo el privilegio de unos cuantos. Las estimaciones varían pero se tiene la certeza de que el número de jóvenes mexicanos que acceden a la educación superior apenas rebasa el 20% de la tasa correspondiente de edad. Esto significa que solamente 2 de cada 10 jóvenes (entre 19 y 24 años) tiene acceso a la educación superior. La enorme desigualdad que prevalece en la sociedad mexicana y las diferencias entre las regiones y entidades de la federación, ofrecen un panorama aún más complejo a nivel nacional pues mientras el Distrito Federal alcanza alrededor del 40% y Nuevo León y Tamaulipas el 30%, otros estados como Chiapas, Quintana Roo y Guanajuato se ubican muy por debajo. (Chiapas 11.6%, Quintana Roo 12.5%; Guanajuato, con 13.6; Estado de México, con 14.8%; Oaxaca, con 14.8%). No sobra recordar que en los Estados Unidos de América (referente permanente de los políticos de nuestro país) la tasa de cobertura está sobre el 80% y que, en Europa rebasa el 50%.

3. El problema de la educación superior privada y de la privatización de la educación superior pública

A lo largo de las últimas décadas el ascenso de la educación superior privada ha sido notable. Así, mientras en los setenta apenas uno de cada 10 estudiantes de la educación superior asistía a instituciones privadas hoy lo hacen tres de cada 10.

El ascenso de las formas privadas de la educación superior no fue casual. Ha existido una política deliberada de aliento a la expansión privada en detrimento del impulso a la educación superior pública.

Tal política, generada a través de estímulos fiscales, de otorgamiento de terrenos y permisos, e incluso de mecanismos perversos como el desprestigio de la enseñanza pública, ha venido imponiéndose a lo largo de las últimas décadas sumándose a los vientos del neoliberalismo económico contrarios al papel del Estado en la promoción de la educación.

La explosión de instituciones de educación superior privada a lo largo de las décadas recientes, solamente pudo darse bajo dosis mínimas de exigencia académica y, excepto tres o cuatro instituciones privadas que atendieron su encargo social con rigor, la abrumadora mayoría de las universidades privadas se desenvolvieron bajo criterios de gran precariedad abusando de una sociedad desinformada y confundida por los propios responsables de la educación superior nacional.

No puede dejar de aludirse en este apartado, al problema de la irrupción de lo privado en el ámbito público. Durante los tiempos recientes el surgimiento de los enfoques de la nueva gerencia pública se ha trasplantado al ámbito universitario implantando mecanismos ajenos a la vida académica.

Así, entre estos factores se incluye una pretendida despolitización de los problemas institucionales. Es decir, se trata a la universidad como una entidad en la cual no existe la dimensión política y en la que las decisiones se toman desde la esfera de lo técnico sin tensiones de orden político.

Privatización y orientación al mercado. En los nuevos esquemas de gestión la privatización deja de ser un propósito velado y pasa a ser una aspiración. Se le supone “neutra”, “eficiente” y “noble”. Baste recordar que en México uno de los fundamentos del plan nacional de desarrollo y del programa sectorial educativo tuvieron como insumo el llamado Plan 2030 mismo que fue encargado a diversas firmas de consultoría. Era toda una paradoja: los asuntos públicos definidos desde la óptica privada. No puede dejar de aludirse también a la incesante promoción a la búsqueda de recursos extraordinarios para las universidades y el desplazamiento del liderazgo académico por los liderazgos emprendedores en las universidades.

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Hay de católic@s a católic@s


Católicas por el Derecho a Decidir: 15 años defendiendo la autoridad moral de mujeres y jóvenes

Por Elena Poniatowska Amor

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Con la consigna “María fue consultada para ser Madre de Dios, elegir ya es derecho de todas. Maternidad libre, maternidad voluntaria”, surge hace 15 años “Católicas por el Derecho a Decidir” en México. Dentro de la vida política y social de nuestro país, “Católicas por el Derecho a Decidir” ha sido un poderoso agente de cambio. “Católicas” es una organización fundada en 1994 por un grupo de mujeres y hombres católicos conscientes de la necesidad de dar a conocer a la población mexicana las posiciones católicas sobre la moral sexual distintas a las que la jerarquía católica difunde.

“Católicas” apoya el derecho de toda la feligresía a vivir su sexualidad como una expresión del amor y el erotismo y no sólo como una vía para la reproducción. Afirma la autoridad moral de las mujeres y jóvenes para tomar decisiones sobre su cuerpo y les enseña a liberarse de la culpa del mensaje negativo y condenatorio de la sexualidad que la jerarquía católica propone. Dentro del derecho a decidir sobre el cuerpo, apoya a las mujeres que deciden interrumpir un embarazo no deseado. Trabaja por la despenalización del aborto y jugó un gran papel en el debate que se dio en 2007 ante la decisión de la Asamblea Legislativa de aprobar una ley que permite la interrupción del embarazo hasta las doce semanas de gestación en el Distrito Federal.

Las "Católicas" fundamentan su defensa en el principio católico tradicional de la libertad de conciencia, base de la dignidad humana, que ha sido defendido por los Papas y por los documentos de esta Iglesia, pues todas las personas fueron creadas a imagen y semejanza de Dios, con voluntad y libertad para disentir y decidir. Además, dicen que en temas de moral sexual no hay dogma, las católicas y los católicos deben seguir los dictados de su conciencia, aunque éstos no estén de acuerdo con las enseñanzas de la jerarquía.

La comunidad defensora de Derechos Humanos en México ha reconocido la lucha de “Católicas” dándole legitimidad a estos principios. En 2002 recibió el X Premio Nacional de Derechos Humanos Don Sergio Méndez Arceo y en 2008, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal le otorgó el Reconocimiento Hermila Galindo.

Su participación en la defensa del Estado laico también ha sido fundamental para impedir que la Iglesia católica influya en las políticas públicas destinadas a la vida sexual y reproductiva de mujeres y hombres. En los últimos 15 años, los intentos de los sectores conservadores y la Iglesia jerárquica para acabar con la laicidad del Estado mexicano han sido intensos y frecuentes y la contribución de “Católicas” para mantener la separación entre Iglesias y Estado le habría fascinado a Benito Juárez.

Desde 1998, "Católicas" ha denunciado los feminicidios y la impunidad asociada a estos crímenes. La erradicación de la violencia contra las mujeres, así como su acceso real a la justicia se han convertido en una obsesión. Su trabajo en el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio alrededor de estos temas ha contribuido significativamente a la visibilidad de esta tragedia.

Preocupadas por la vulnerabilidad al embarazo no deseado, las infecciones de transmisión sexual y el rostro cada vez más joven del VIH y el sida, así como las manifestaciones de homofobia, promovieron en 2003, la creación de la Red Nacional Católica de Jóvenes por el Derecho a Decidir. La Red ha llevado el mensaje liberador y de defensa de los derechos sexuales y reproductivos desde la perspectiva de “Católicas” a la juventud de más de 10 estados de la República, con pasión y compromiso para contrarrestar el mensaje negativo de la jerarquía católica conservadora sobre la sexualidad.

Esta organización ha defendido los derechos sexuales y reproductivos con gracia, con simpatía, con sentido del humor. Es imposible olvidar a los actores disfrazados de obispos en el Zócalo dándole la espalda a las personas afectadas por el VIH y el sida, o los mensajes de la Campaña “Por la vida de las y los jóvenes” que rescata el Cantar de los Cantares para decir: “Disfrutar no es pecado. Arriesgar la vida y la de tu pareja sí. Ama al prójimo como a ti mismo, usa condón”.

Una voz como la de “Católicas por el Derecho a Decidir” es muy necesaria en México para contrarrestar los mensajes negativos de la jerarquía católica conservadora que pretende obstaculizar el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, para demandar el respeto a la diversidad sexual, para defender la separación de las Iglesias y el Estado, para luchar contra la pederastia al interior de la Iglesia católica. Su voz es necesaria para promover la autoridad moral de mujeres y jóvenes y compartir con la población mexicana el mensaje liberador católico que concibe al ejercicio de la sexualidad como posibilidad de crecimiento espiritual, de disfrutar el placer y el erotismo, de búsqueda de la felicidad.

Número 157 agosto 6, 2009

Católicas por el Derecho a Decidir: 15 años defendiendo la autoridad moral de mujeres y jóvenes



En Oaxaca

Todos a apoyar


Cita este jueves 17 de Sept. 2009 en DIF Capullos, para exigir la presentación y entrega a sus familiares de los niños desaparecidos del albergue CAIFAC.


Un golpe de Estado ofende a la humanidad entera


Un golpe de Estado ofende a la humanidad entera y debe ser considerado un crimen de lesa humanidad: Marcelo Fabián Monges


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Manuel Zelaya, presidente depuesto de Honduras, Evo Morales y Hugo Chávez, presidentes de Bolivia y Venezuela, respectivamente

Mientras la comunidad internacional se debatía buscando mecanismos y fórmulas para restituir el orden constitucional en Honduras, sin encontrar el camino, el escritor argentino Marcelo Fabián Monges propuso, a diez días del golpe de Estado, una iniciativa que organizaciones de derechos humanos europeas no dudaron en calificarla como histórica: que sean penalizados, en el orden jurídico internacional, los golpes de Estado.

El día 8 de julio, en el Sindicato Mexicano de Electricistas, Marcelo Fabián Monges aseguraba: un golpe de Estado es la supresión de todas las garantías fundamentales de una sociedad. Es la suma magna de delitos contra un pueblo.

Un golpe de Estado en un país ofende a la humanidad entera, sus crímenes, como la suma de sus actitudes y actividades. Por ello un golpe de Estado debe ser considerado un crimen de lesa humanidad. Un golpe de Estado es, sin duda, la suma magna de delitos particulares contra un pueblo o contra una nación, y por lo tanto, es una forma de delito contra la comunidad internacional, afirma Monges.

En unas horas, la propuesta había sido publicada en más de diez países. La habían tomado la agencia EFE y CNN. Al día siguiente, el colectivo español “Queda la Palabra” tomaba la iniciativa y anunciaba su apoyo irrestricto a “esta iniciativa histórica”. Jesús Hidalgo, quien lidera el colectivo y es premio nacional de Derechos Humanos 2005, se constituiría en el vocero de la propuesta de Marcelo Monges en España.

El escritor argentino explica que la figura jurídica que él propone, para penalizar el golpe de Estado en el ámbito internacional, es la de crimen de lesa humanidad, porque “todos los golpes de Estado” terminan cometiendo la mayoría de los delitos comprendidos en la definición de Crimen de Lesa Humanidad de la Corte Penal Internacional.

Otro elemento definitorio, explica, es que para que sea considerado dentro de este rango es porque un golpe de Estado, al ser un ataque generalizado contra un pueblo, ofende a toda la humanidad.

Pero la propuesta abrió la puerta para el debate, destaca, hay quienes tienen dudas de si ésa es la figura jurídica que le corresponde, pero sobre lo que hay acuerdo, es que independientemente de la normatividad que se decida aplicar, es que deben ser penalizados en el ámbito internacional.

Monges señala que el golpe de Estado en Honduras abrió la puerta al pasado, dejando en claro que el retorno de las dictaduras es perfectamente posible en el continente y que la manera de cerrar esa posibilidad es la construcción de estas herramientas jurídicas.

El día 21 de julio, Marcelo Monges, autor del libro Chiapas. Cuando la Dignidad se levanta y camina, y de la novela Lucila entre el mar y el fuego, entre otros, presentó su propuesta formalmente en la Oficina del Representante en México, de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Allí se presentó acompañado de numerosos medios de comunicación, de organizaciones sociales y sindicales, entre los que se contaba el Sindicato Mexicano de Electricistas, la Liga Mexicana por los Derechos Humanos, integrantes del Centro de Comunicación Social (Cencos), entre otros, quienes fueron recibidos por Alberto Brunori, encargado del despacho, quien entregó al escritor una constancia de que se recibía su propuesta y sería enviada al Consejo de Derechos Humanos de Ginebra para su consideración. El acto fue difundido por Telesur, Prensa Latina, MVS, CNN, entre otros medios.

Mientras esto ocurría en México, en Madrid se celebraba un acto simultáneo frente a la Embajada de Honduras en España, apoyando la propuesta.

A partir de entonces, Monges comenzaría una febril tarea con organizaciones sociales y de derechos humanos de distintos países, haciendo conocer la propuesta. A esto, le sumaría entrevistas con embajadores, y envío de la misma a sus respectivos presidentes, entre los que se encuentran los mandatarios de Ecuador, Argentina, Paraguay, Bolivia, Uruguay, Brasil y Perú.

Durante la visita del presidente Hondureño Manuel Zelaya a México, Monges le entregó la propuesta en mano propia, antes del inicio del acto en el Teatro de la Ciudad. Horas después, Zelaya anunciaría una y otra vez que impulsaría la propuesta. De igual forma, el mandatario se la expondría al gobierno de Brasil durante su visita a ese país, lo cual haría posteriormente con el canciller argentino Jorge Taiana.

El 31 de agosto, el escritor y defensor de los derechos humanos Marcelo Fabián Monges presentaría, en conferencia de prensa en el Club de Periodistas de la Ciudad de México, una nueva iniciativa para el ámbito internacional contra los gobiernos de facto: un proyecto de Convención contra los Golpes de Estado.

La nueva iniciativa consta de 25 puntos, y es una especie de protocolo de acción, explica el escritor, para que los países puedan actuar en consonancia contra las dictaduras y sus respuestas no sean coyunturales.

Este tipo de instrumentos y su construcción llevan mucho tiempo, comenta, para que se puedan hacer realidad, deben tener el lobby de organismos de derechos humanos, de intelectuales, pero también de gobiernos para que se vuelvan realidad.

En la mesa lo acompañó en esa oportunidad el embajador del Perú en México, Luis Alvarado Contreras, y la catedrática Frida Gisela Ortiz. El embajador Luis Alvarado destacó la valoración ética de la actitud de Monges al presentar estas propuestas y la energía del autor al haber iniciado una campaña internacional por las mismas.

Como corolario del camino recorrido por la primera iniciativa en este breve tiempo, en enero, en la ciudad de Valparaíso, Chile, se realizará un festival de cine donde el tema principal es la propuesta de Marcelo Fabián Monges contra los golpes de Estado.

Propuesta contra los Golpes de Estado


Importante presentación en la ONU de una propuesta de

Convención contra los Golpes de Estado



Nuestro compañero, el escritor argentino Marcelo Fabián Monges, presentará mañana lunes día 14 de septiembre, ante el representante en México de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Alberto Brunori su nueva propuesta de Convención contra los Golpes de Estado. El acto tendrá lugar en la sede de esta institución ubicada en Alejandro Dumas #165, Colonia Polanco, CP 11560, Delegación Miguel Hidalgo, México D.F. (En archivo adjunto encontraréis la invitación a los medios de comunicación).

Esta iniciativa, convocada por la Liga Mexicana por los Derechos Humanos (LIMEDDH), el Centro Nacional de la Comunicación Social (CENCOS), el Colectivo internacional “Queda la Palabra”, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), el Frente Pro Derechos Humanos, el Sindicato Obrero Inmigrante y la Asociación Civil 23 de marzo, forma parte de una Campaña Internacional que empezó diez días después del Golpe de Estado perpetrado en Honduras y que tuvo en aquel momento, y sigue teniendo, una amplia difusión y respaldo de activistas sociales, organizaciones Pro Derechos Humanos, sindicales, políticos, intelectuales y medios de comunicación de más de 15 países de Europa, África y Latinoamérica mayoritariamente. En Europa, la Campaña está siendo respaldada por el Colectivo por la Justicia y los Derechos de las Personas y de la Naturaleza "Queda la Palabra", colectivo que recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos 2005.


La Campaña pretende que los Golpes de Estado sean considerados crímenes contra la Humanidad y los golpistas puedan ser perseguidos y juzgados cuando salgan al extranjero. De ella han tenido conocimiento Manuel Zelaya, presidente democrático de Honduras, a quién Marcelo Fabián Monges se la entregó en mano, representantes diplomáticos de diversos países latinoamericanos, el Presidente de España Jose Luis Zapatero a quién se la envió Jesús Hidalgo, activista social y miembro del Colectivo "Queda la Palabra" y también fue presentada en la ONU, la OEA, la Corte Penal Internacional y la Unión Europea.


La Convención contra los Golpes de Estado es una nueva propuesta que se suma a la anterior, ya presentada, que proponía que los Golpes de Estado sean penalizados en los organismos internacionales como crímenes de lesa humanidad; ahora, unas propuestas más específicas de 25 puntos concretan las actuaciones que pueden llevar a cabo conjuntamente diversos países o la comunidad internacional como reacción ante un gobierno de facto. Consideramos que todos los ciudadanos de todos los países debemos conjuntar esfuerzos para que estas propuestas sean una realidad, pues ningún país está exento del peligro de sufrir un golpe de Estado con las subsecuentes indeseables y nefastas consecuencias que puede traer consigo en cuanto a las persecuciones, torturas, asesinatos y vulneraciones de Derechos Humanos incluidas las pérdidas de las garantías democráticas más básicas como la libertad de expresión.


Es por ello que pedimos a los medios de comunicación una amplia difusión de esta noticia, la asistencia o información sobre la rueda de prensa que nuestro compañero Marcelo Fabián Monges realizará mañana lunes en México, también en reconocimiento a su trabajo desinteresado y su empeño ejemplar. Es muy necesario que tenga una repercusión efectiva y lo que ahora es una propuesta pueda hacerse real ya que todos deseamos que no se den situaciones tan terribles como la que está ocurriendo en Honduras y que, si ocurren, sean penadas internacionalmente.


Jesús Hidalgo (Vocero de la iniciativa en Europa)

Miembro del Colectivo Queda la Palabra y
Portavoz del Sindicato Obrero Inmigrante (SOI-CTM)

Colectivo por la Justicia y los Derechos de
las Personas y la Naturaleza “Queda la Palabra”
Activistas y voluntarios, pacíficos e independientes, sin fronteras
Organización limpia y no dependiente sin subvenciones
(Premio Nacional de Derechos Humanos 2005 en España)
Correo electrónico: quedalapalabra@gmail.com
Teléfono: (0034) 693 391 587

Contacto con el autor de la iniciativa:

Marcelo Fabián Monges
Correo electrónico: marcelomonges23@yahoo.com.mx
Teléfono: (0052155) 18566435 (marcación fuera de México)
Teléfono: (04455) 18566435 (marcación desde México)

Reseña sobre el autor de la iniciativa:

Marcelo Fabián Monges es escritor argentino (Córdoba), residente en México. Ha militado en diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos, es autor de: “A los 500 años de ocupación de América” (1992), prologado por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel; “Chiapas, cuando la dignidad se levanta y camina” (1995), con prólogo de Osvaldo Bayer (autor de la Patagonia Rebelde); y “Un Llamado a la humanidad contra el exterminio de la especie” (2002), libro que comprende un compendio de propuestas en contra del neoliberalismo, el armamentismo y la guerra, entre otros