sábado, enero 02, 2010

El combate a los pobres

El combate a los pobres
Abraham Nuncio
La Jornada, sábado 2 de enero de 20010.

El combate a la pobreza parece ser una buena coartada para combatir a los pobres. Sobre todo allí donde se ha logrado que los ciudadanos depongan la protesta social como un instrumento de defensa de sus propios derechos constitucionales. Franeleros (cuidacoches o limpiavidrios) han dado en llamar a quienes no encuentran trabajo y se dedican a medio guiar automovilistas u ofrecerles un cierto tipo de fast-cleaning service a sus carros. Aduciendo quejas de los automovilistas, que nunca se hicieron públicas y menos fueron cursadas por los supuestos afectados a través de alguna instancia administrativa o judicial, como llegó a establecerlo la Suprema Corte de la Justicia de la Nación en el caso del Distrito Federal, el ayuntamiento de la capital de Nuevo León ordenó cazarlos para impedirles realizar sus actividades, encarcelarlos y luego multarlos con 450 pesos. Acto en verdad incalificable.
Digo cazarlos, pues la palabra cacería (sin comillas) describe con justeza la que se cometió en contra de esos hombres pobres. Así se la pensó y así se la justifica. Leamos: “Tras revelarse que la cacería de franeleros que inició el municipio de Monterrey fue enfocada sólo a zonas que cuentan con parquímetros, el alcalde regio, Fernando Larrazabal, aseguró que el operativo será permanente y se ampliará a diferentes puntos de la ciudad.” (El Norte, 26.12.09).
La policía regiomontana no escapa a la evaluación de Felipe Calderón en una de sus declaraciones de quiebra del país: El 50 por ciento de los policías no son recomendables, dijo ante el Senado en noviembre de 2008. Y el otro 200 por ciento (por los que no portan placa, pero actúan con la misma impunidad policiaca que los uniformados) se halla bajo sospecha de la ciudadanía. Inepto para combatir el crimen que asuela de muy diversas maneras a la población, el cuerpo de policía resultó sumamente eficaz para agredir a quienes no hacían sino ejercer su derecho de libertad laboral consagrado en el artículo cuarto constitucional. Aquello de la dignidad de la persona humana, según el credo panista, no vale para todos, pero menos para los que menos pueden.
Violaron sus derechos, vejaron, expusieron al ludibrio público –con la ayuda de la prensa escrita y las televisoras locales– a unos ciudadanos que no hacían sino buscar el sustento para sus familias. Pero como los policías sólo cumplen las órdenes de sus jefes sin considerar que hay órdenes escritas (las de la Constitución, que es lo primero que debieran aprender en un curso de capacitación) superiores a las de los que los mandan, no tuvieron el menor escrúpulo en cometer el delito de privación de la libertad en numerosos casos.
Se trató, de hecho, de un secuestro masivo. En esta ocasión no hubo, empero, un funcionario del corte de Mauricio Fernández, el publicitado presidente municipal de San Pedro Garza García, que se lanzara en contra del crimen organizado para hacer cesar los secuestros. Avanzo dos posibles razones: porque a los delitos institucionales no se les quiere ver como delitos y detrás de sus autores –adicionalmente– están autoridades con poder, lo cual inhibe cualquiera otra consideración, salvo la de los hechos consumados, y porque cuando esos delitos son cometidos en contra de individuos o comunidades pobres, el prejuicio de clase se impone: los pobres son delincuentes hasta en tanto no prueben lo contrario.
Los empresarios de Monterrey han sido los más fervorosos defensores del libre comercio. Ahora acusan al anterior alcalde, Adalberto Madero, de haber permitido el crecimiento del comercio ambulante en las principales calles del primer cuadro de la ciudad. La ofensiva en contra de los franeleros y ahora del comercio ambulante lleva la declaración implícita de que la libertad y la competencia sólo están reservadas a quienes disponen de capital suficiente para establecerse.
Por eso es que en Monterrey no hay quioscos de periódicos ni condiciones para que Vasconcelos pudiera llevar a cabo su idea de vender libros no sólo en las librerías, sino en cualquier tenderete. Ese proyecto se habría topado con el responsable de la enorme biblioteca que fue construida durante el sexenio foxista con su nombre –por cierto, no sin implicaciones opacas que han quedado sin aclarar– y que ahora es el presidente municipal de Monterrey.
En el caso de los franeleros y muchos otros ciudadanos que laboran en el mercado informal no se toma en cuenta la crisis, causada por una política económica que ha sido promovida, entre los primeros, por los grandes empresarios regiomontanos, ni sus efectos empobrecedores. Sus beneficios no han escurrido hacia la clase media y menos hacia las clases de menores ingresos, pero sí una ideología grotesca que justifica la inicua distribución de la riqueza, el empobrecimiento y el demagógico combate a la pobreza. Con frecuencia se puede escuchar frases tales como: en Monterrey no se hace rico sólo quien no quiere, la crisis también es oportunidad, en Monterrey no encuentra trabajo el que no lo busca, si no tienen con qué es porque son unos flojos, etcétera.
La respuesta a todas esas distorsiones y frivolidades ha sido el crimen organizado. Nadie debiera dudar que más de un franelero fuera reclutado por cualquiera de las bandas que operan en la región. Ser miembro de una de ellas es la única forma que tiene un pobre de adquirir un pequeño poder, a veces sólo del tamaño de un arma: el que jamás tendría en una sociedad donde le es negada la más elemental supervivencia. Y luego los responsables de su expulsión y cambio de giro se quejarán de la creciente inseguridad a quienes no han sabido ver más allá de sus blindadas narices.
El trasegado estado de derecho está muy lejos de anclar en México. Una de sus condiciones es el combate a la desigualdad. Pero autoridades, partidos, comisiones oficiales de derechos humanos, iglesias, organizaciones sindicales y un considerable sector de la sociedad no parecen tener siquiera en mente tal iniciativa. Por ello el combate a los pobres seguirá viento en popa. Impunemente.

viernes, enero 01, 2010

Naomi Klein. Copenhague, el valor de decir no


Copenhague, el valor de decir no


Naomi Klein
The Nation

En el noveno día de la conferencia de Naciones Unidas sobre cambio climático, África fue sacrificada. La posición del bloque negociador del G-77, que incluye los estados africanos, había sido clara: un incremento de 2 grados centígrados en la temperatura global promedio se traduce en un incremento de 3 a 3.5 grados en África.

Esto implica, según la Alianza Panafricana por la Justicia Climática, que 55 millones de personas adicionales podrían estar en riesgo por pasar hambruna y el estrés hídrico podría afectar a entre 350 y 600 millones de personas adicionales. El arzobispo Desmond Tutu plantea así lo que está en riesgo: Nos enfrentamos a un inminente desastre a una escala monstruosa... una meta global de cerca de 2 grados centígrados va a condenar a África a la incineración y a ningún desarrollo moderno.

Y, sin embargo, eso es justo lo que el primer ministro de Etiopía, Meles Zenawi, propuso que se hiciera, cuando estuvo en París, de paso hacia Copenhague: parado al lado del presidente Nicolás Sarkozy, aseguró que hablaba en nombre de toda África (encabeza el grupo africano de negociaciones en torno al clima) y reveló un plan que incluye el temido incremento de 2 grados y ofreció a los países en desarrollo sólo 10 mil millones de dólares anuales para ayudar a pagar todo lo relacionado con el clima, desde diques hasta el tratamiento contra la malaria y la lucha contra la desforestació
n.

Es difícil creer que sea el mismo hombre que hace sólo tres meses decía: Usaremos nuestras cifras para deslegitimar cualquier acuerdo que no sea consistente con nuestra posición base... Si se requiere, estamos preparados para retirarnos de cualquier negociación que amenace con ser otra violación de nuestro continente..
. No estamos dispuestos a vivir con un calentamiento global mayor al mínimo nivel evitable.

Y también decía: Participaremos en las próximas negociaciones, no como suplicantes que defienden su caso, sino como negociadores que defienden sus puntos de vista e intereses.

Todavía no sabemos qué obtuvo Zenawi por cambiar su tono tan radicalmente, o exactamente cómo se va de una posición que hace un llamado a destinar 400 mil millones de dólares en financiamiento (la posición del grupo de África) a escasos 10 mil millones. De igual manera, no sabemos qué pasó cuando la secretaria estadunidense de Estado, Hillary Clinton, se reunió con la presidenta filipina Gloria Arroyo semanas antes de la conferencia y de pronto echaron de su delegación a los más duros negociadores filipinos, y el país, que había demandado profundas reducciones del mundo rico, de pronto se alineó.

Sí sabemos, luego de observar una serie de estos discordantes y radicales cambios de opinión, que las potencias del G-8 estaban dispuestos a hacer prácticamente lo que fuera por obtener un acuerdo en Copenhague. La urgencia claramente no proviene de un ardiente deseo de evitar el cataclísmico cambio climático, ya que los negociadores saben que las irrisorias reducciones de las emisiones que proponen son una garantía de que las temperaturas se incrementarán 3,9 grados, cifra dantesca, como la describió Bill McKibben.

Matthew Stilwell, del (Instituto para la Gobernanza y el Desarrollo Sustentable) -uno de los más influyentes asesores en estas pláticas-, dice que las negociaciones en realidad no tratan de evitar el cambio climático, sino son una batalla campal sobre un recurso profundamente valioso: el derecho al cielo. La cantidad de carbono que puede ser emitida a la atmósfera es limitada. Si los países ricos no consiguen reducir radicalmente sus emisiones, entonces se estarán tragando la de por sí insuficiente porción disponible para el sur. Lo que está en juego, argumenta Stilwell, es nada menos que la importancia de compartir el cielo. Diversas ONG internacionales han lamentado que la pasada conferencia de la Organización de Naciones Unidas sobre cambio climático celebrada en Copenhague no arrojara un acuerdo de tipo vinculante para la reducción de emisiones de efecto invernadero.

Europa, dice, comprende cabalmente cuánto dinero será ganado en el mercado del carbono, debido a que lleva años usando el mecanismo. Los países en desarrollo, por otro lado, nunca han lidiado con restricciones de carbono, así que muchos gobiernos no se dan cuenta de lo que están perdiendo. Al contrastar el valor del mercado de carbono -1,2 billones de dólares anuales, según el destacado economista británico Nicholas Stern- con la irrisoria cantidad de 10 mil millones de dólares puestos sobre la mesa para los países en desarrollo, Stilwell dice que los países ricos intentan cambiar cuentas y cobijas por Manhattan. Añade: Éste es un momento colonial. Por eso se hizo todo para que los jefes de Estado accedieran a un acuerdo de este tipo... Luego no hay vuelta atrás. Repartieron el último recurso que quedaba sin dueño y lo asignaron a los prósperos.

Durante meses, las ONG se sumaron al mensaje de que la meta de Copenhague era sellar el acuerdo. A todos lados donde volteáramos en el Bella Center, los relojes hacían tic tic tic. Pero no bastaba cualquier acuerdo, sobre todo porque el único acuerdo sobre la mesa no resolvería la crisis climática y podría empeorar las cosas: recoger las actuales desigualdades entre el norte y el sur y sellarlas indefinidamente. Augustine Njamnshi, de la Alianza Panafricana por la Justicia Climática, se refiere en duros términos a la propuesta de los 2 grados: "No se puede decir que se propone una `solución´ al cambio climático si esa solución provocará que millones de africanos mueran y si los pobres, no quienes contaminan, siguen pagando por el cambio climático".

Stilwell dice que un acuerdo erróneo sellaría un enfoque equivocado hasta 2020, mucho después de la fecha límite para las emisiones pico. Pero insiste en que no es demasiado tarde para evitar el peor de los escenarios. Preferiría esperar seis meses o un año y hacer bien las cosas, porque la ciencia avanza, la voluntad política crece, la comprensión de la sociedad civil y de las comunidades afectadas crece, y estarán preparadas para asegurar que sus dirigentes se comprometan con el acuerdo correcto.

Al comienzo de estas negociaciones, la simple idea de un retraso era herejía ambiental. Pero ahora muchos ven el valor de reducir la velocidad y hacer bien las cosas. Fue significativo que, luego de describir lo que 2 grados implicaría para África, el arzobispo Tutu enunciara que más vale ningún acuerdo que un mal acuerdo. Eso podría ser lo mejor que podríamos esperar de Copenhague. Sería un desastre político para algunos jefes de Estado, pero podría ser una última oportunidad para evitar el verdadero desastre para todos los demás.


América Latina, revisiòn 2009


América Latina 2009

Alejandro Manrique Soto

Al cierre del año 2009, y a unos meses del asenso a la presidencia de los EUA de Barack Obama, ¿qué balance se puede hacer en la relación del gobierno de Washington y los países de América Latina?

Casi al inicio de su gestión, Obama dio un discurso en tierra latinoamericana, en el cual ofreció una nueva política entre el gobierno de los EUA y los países de la región. Muchos observadores y críticos afirmaron que se trataba del inicio de una nueva era, la cual traería cambios sustanciales a favor de un acercamiento y que quedaría lejos la política de dominio y sometimiento que ha caracterizado esta relación.

Sin embargo, las expectativas creadas en torno a esa posibilidad pronto se diluyeron. Las acciones propias del imperio, sobre las cuales se llegó a creer que habían pasado a la historia, reaparecieron en la escena política de América Latina en una reedición de los viejos golpes de Estado. En esta ocasión, y para abrir el siglo y el milenio, le tocó a Honduras ser el protagonista de esta nueva ola de avances de la derecha latinoamericana apoyada por el gobierno estadounidense.

El derrocamiento del presidente Manuel Zelaya por parte de la oligarquía, el ejército hondureño y con el apoyo de los grupos de la derecha ultraconservadora de los EUA, entre los que tuvo un papel destacado la secretaria de Estado Hillary Clinton, quien estuvo al pendiente de lo que ocurría en el país centroamericano tanto antes como después del golpe e impulsó el acuerdo de San José, encabezado por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, con el que solo prolongaron la solución pacífica que había sugerido la comunidad internacional y de esa manera dar tiempo a los golpistas para afianzarse en el poder, fue el primer movimiento en la era Obama que nos indicó cual sería la verdadera actitud del nuevo presidente.

Para continuar con el desengaño, y frente a quienes aun se resistían a creer que el imperio rompería con la esperanza de tener como buenos vecinos a los países que habitan al sur de su frontera, se dio a conocer que el gobierno de Colombia, dirigido por el presidente Álvaro Uribe firmó un acuerdo con el gobierno de los EUA en el cual se le otorga el permiso para instalar y operar 7 bases militares en su territorio. Estos "Siete puñales en el corazón de América Latina", tal y como los llamó Fidel Castro, y que a su decir significan una anexión de Colombia al imperio, tienen la intensión de establecer un área de dominio y control estratégico-militar en la región, con la cual estarían tendiendo un cerco a los países de la ALBA, encabezados por Venezuela, Cuba, Bolivia y Ecuador, países cuyos gobiernos representan (a 200 años de las guerras por su independencia de las colonias europeas), el resurgimiento de la conciencia latinoamericana en la región. Incluimos claro al recién electo y futuro gobierno de Uruguay.

La instalación de esas 7 bases en Colombia no para ahí, en su artículo "A 20 años de la invasión de EU a Panamá", (La Jornada, 26-XII-2009, p. 20), el profesor Jorge Turner afirma que existe un acuerdo para instalar cuatro bases militares de EUA en territorio panameño y afirma que "La fiebre imperialista de Washington de instalar sus bases militares por todos los lugares posibles de América Latina es quizá la amenaza directa más grave a nuestras soberanías..."


Frente a estos y muchos otros hechos podemos observar que la tendencia del gobierno estadounidense es la de imponer su dominio expansionista y que sus proyectos son, para variar, los de no permitir que los países de latinoamérica alcancen su independencia y soberanía, ya que ello significa perder los privilegios e interese económicos, sociales y políticos que tiene en la región. Sin embargo, el resurgimiento de la conciencia latinoamericana no se queda atrás y, frente a esas embestidas del imperio, ha cuestionado y denunciado en diversas ocasiones y foros la actitud intimidatoria y los movimientos militares de EUA contra la organización de los países de la región, tal es el caso de la prohibición a futuro de bases militares en el espacio geográfico suramericano, acordado por cancilleres y ministros de la Defensa de Unasur.

El cierre del año no nos deja muy esperanzados acerca de un cambio positivo en la relación del gobierno de los EUA con los países de América Latina. Lejos de eso se vislumbran fuertes embates, amenazas, confrontaciones e intentos por parte de los estadounidenses por retomar el control y el dominio en la región.

Para terminar citamos las palabras del profesor Jorge Turner que resumen la visión y acción que los latinoamericanistas tendrán que asumir en los tiempos por venir:
"Pero la hermosa aspiración a una América Latina libre de bases militares debe ser no sólo a futuro, sino también referirse a los lugares ya cedidos e igualmente debe abarcar al subcontinente. Es un planteamiento que concierne a todos nuestros países sin excepción y que exige muchas movilizaciones y la creación de una conciencia indoblegable sobre la importancia de afianzar la independencia en la Patria Grande".


Rebelión ha publicado este artículo con permiso del autor


jueves, diciembre 31, 2009

2010

La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar. Eduardo Galeano

Pues sí, ese fluir continuo que se llama tiempo está pasando por algo que llamamos inicio de un nuevo año, el 2010. En este espacio no quisimos ponernos sentimentales, melancólicos ni románticos con las fechas, porque, a final de cuentas, qué diferencia un día de otro si no es lo que vivimos, hacemos, dejamos de hacer, sufrimos, luchamos, soñamos. La importancia del final de una convención que se llama año 2009 es que termina un lapso aciago para millones de personas en el mundo, muchas de ellas en nuestro país. Intervalo de 365 días duro de sobrellevar, imposible para la sobrevivencia de no pocos, tiempo de persecución, de muerte, de hambre, de penurias. Mientras esto sea así, ¿con qué cara se pueden mandar mensajes de felicidad, prosperidad, éxito, buenaventuranza entre quienes son (somos) privilegiados en casi todos los sentidos? o peor aún: enviar buenos deseos a aquellos que han sido y son vìctimas de injusticias sin que parezca una burla cruel?

Lo que desde aquí enviamos es una nueva invitación, una conminación a emprender los cambios necesarios. Nadie nos va a regalar nada, tenemos que ser nosotros de manera organizada, consciente, y decidida. Una invitación a informarnos, a investigar la realidad, a reflexionar sobre ella a través del compromiso de reconocer del lado de quién estamos.

Resulta doloroso hacer un recuento de las agresiones y agravios vividos por los luchadores sociales y comunidades que han enfrentado designios de un gobierno que sigue la única lógica que considera acertada: servir los intereses de los capitalistas nacionales y extranjeros, coludidos con una clase política que deja hacer para salvaguardar también sus intereses.

La lucha la han dado primordialmente pobladores de comunidades afectadas en sus recursos naturales, por la pretensión o la consumación del despojo y/o contaminación de tierras y aguas, y destrucción del medio ambiente. En las urbes, medianas o grandes, la reacción de la población ante los abusos es muy otra: reducida, desorganizada. En las ciudades la gente no protesta, aunque sufra afectaciones a su patrimonio porque socialmente "no se ve bien" y prefieren los abusos al estigma social. Por tano, la solidaridad, es un bien social bastante escaso. De este modo, estamos dejando todo el peso de la resistencia y lucha contra el sistema a comunidades muy reducidas.

Debemos seguir tejiendo utopías: cuando tengamos el mismo sueño y la decisión de hacerlo realidad, otro mundo más humano y equitativo será posible. No es sólo el deseo, sino la voluntad.



Agradecimiento y reconocimiento por parte de Aminatou Haidar


"Esto es un triunfo, una victoria del Derecho Internacional, de los Derechos Humanos, la justicia internacional y la causa saharaui"


-Aminatou Haidar-

Ante tremendo triunfo de la justicia y el derecho internacional las fuerzas policiales marroquíes han respondido reprimiendo brutalmente a los saharauis que se encontraban en el aeropuerto anhelando la llegada de la activista de derechos humanos, luego de mantener una huelga de 32 días en el aeropuerto de Lanzarote.




Haidar, desde El Aaiún: "Seguiré mi lucha hasta el final"
La activista que ha mantenido una huelga de hambre de 32 días en España tras ser expulsada del Sáhara Occidental considera su regreso a El Aaiún "un triunfo de la causa saharaui"


El País, JOSÉ NARANJO - Lanzarote - 18/12/2009




La activista saharaui Aminatu Haidar ha asegurado hoy desde su casa en El Aaiún que tiene la intención de "seguir su lucha hasta el final", aunque antes se tomará un periodo de reposo de alrededor de dos meses. "Ahora tengo que recuperar mi salud, como mínimo dos meses para descansar un poco, pero puedo asegurar que voy a seguir mi lucha hasta el final", ha señalado Haidar en una entrevista con medios españoles desde su cama en el hogar familiar.




Haidar ya está en casa. En El Aaiún. En el Sáhara. Había salido a las 22.23 (hora canaria) del aeropuerto de Lanzarote. A esa hora, el avión medicalizado enviado por el Gobierno español levantaba por fin el vuelo rumbo a El Aaiún tras 32 días en huelga de hambre.


"Lo primero que voy a hacer es besar a mi madre y a mis hijos", ha anunciado en Lanzarote, poco antes de subir al avión. A bordo la ha acompañado su médico personal, Domingo de Guzmán Pérez, y su hermana Laila Haidar, que había llegado a la Isla de los Volcanes el día anterior.


"Esto es un triunfo, una victoria del Derecho Internacional, de los Derechos Humanos, la justicia internacional y la causa saharaui". Con estas palabras dichas con un inaudible hilo de voz, una agotada Aminetu Haidar puso el punto y final a su reivindicación desde la entrada del hospital de Lanzarote, donde pasó su último día. Ella apareció sentada en su silla de ruedas, muy debilitada, pero sonriente. Envuelta en una manta azul y blanca y con su inevitable melfa, Haidar dedicó tres minutos a despedirse. "Felicidades a la sociedad civil, a la plataforma, a todos los medios que nos han apoyado, muchas gracias por vuestra presencia permanente", dijo la activista.


Instantes después, una ambulancia del Servicio Canario de Salud llevaba a la activista hasta pie de pista donde aguardaba desde las 20.10 horas el avión medicalizado. Unas doscientas personas, la mayoría saharauis, acompañaron en comitiva a la citada ambulancia hasta el aeródromo lanzaroteño, donde también se hizo notar una sensible presencia de agentes de la Guardia Civil. Cuando el avión despegó, la explosión de júbilo y los gritos de "Sahara, Sahara" llenaron el ambiente.


Aunque este final se esperaba, durante todo este jueves se vivió entre rumores. La primera preocupación era su estado de salud tras el ingreso del día anterior con vómitos, náuseas y dolor abdominal en el centro hospitalario. Sin embargo, pronto se despejó la incógnita cuando su abogada, Inés Miranda, reveló que Haidar había mejorado gracias al tratamiento con calmantes y a la hidratación con suero intravenoso que le fue prescrito en el hospital lanzaroteño.


Haidar no abandonó la huelga de hambre en ningún momento, ni siquiera durante el día que pasó en el centro hospitalario. De hecho, advirtió a los médicos de que no se la alimentara y cuando ya estaba claro que partía esa misma noche, incluso en ese momento aseguró que mantendría su ayuno voluntario hasta que pisara El Aaiún.


Culminada la operación de traslado, las muestras de alegría en el aeropuerto lanzaroteño fueron incontenibles. Carmelo Ramírez, Edi Escobar, Fernando Peraita y todos los miembros de la plataforma se emocionaban por ver cumplido el sueño de Aminetu, poner camino a su tierra y abrazar a sus hijos. "Este es el triunfo de la dignidad frente a la barbarie", dijo Peraita. Haidar vuelve a casa "sin condiciones y sin pedir perdón", recordó Ramírez.

LLAMAMIENTO DE EDUARDO GALEANO PARA LA LIBERACIÓN DE LOS SIETE DEFENSORES SAHARAUIS DE DERECHOS HUMANOS ENCARCELADOS EN LA PRISIÓN MILITAR DE SALE (MARRUECOS)

Hay quienes dicen que la justicia militar se parece a la justicia tanto como la música militar se parece a la música.

Quién sabe. En todo caso, esto es indudablemente cierto para la justicia militar del reino de Marruecos.

Los abajo firmantes exhortamos a una movilización universal en defensa de siete patriotas saharauis, defensores de derechos humanos, que están corriendo el peligro de ser condenados a muerte por un tribunal militar de Marruecos:

  1. Degja Lachgar (Vocal de la Asociación Saharaui de Victimas de Derechos Humanos)
  2. Ali Salem Tamek (Vicepresidente del Colectivo de Defensores Saharauis de Derechos Humanos)
  3. Brahim Dahan (Presidente de la Asociación de Victimas de Violaciones Graves de DDHH)
  4. Rachid Sghair (Vocal del Comité contra la Tortura en la ciudad de Dajla)
  5. Nassiri Hamadi (Presidente del Comité de Defensa de Derechos Humanos en la ciudad de Smara)
  6. Yahdih Tarruzi (Miembro del Colectivo de Defensores Saharauis de Derechos Humanos)
  7. Saleh Lubaihi (Miembro del Colectivo de Defensores Saharauis de Derechos Humanos)

    Se les imputan delitos que ofenden la inteligencia, pero ellos han cometido el crimen de creer que su patria saharaui, robada por Marruecos, tiene el derecho de ser patria, y que sus ciudadanos tienen el derecho de ser quienes son.

    Eduardo Galeano.
  8.  
  9. Para firmar sigue esta dirección:
  10.  
  11. http://www.afapredesa.org/www/english/form2/galeano.html 
  12.