sábado, mayo 29, 2010

Los DESC en desventaja mayor que los derechos humanos!



Derechos sociales y rendición de cuentas

Miguel Concha

C
omo todos los años por estas fechas, el jueves Amnistía Internacional (AI) presentó su informe sobre la situación de los derechos humanos del año anterior (2009). Ese mismo día La Jornada publicó un balance de las principales consideraciones de la organización a escala mundial y regional, y sobre sus datos y reflexiones más importantes acerca del caso mexicano.

Vale la pena sin embargo añadir lo que el secretario general interino de AI afirma en la introducción sobre el estado que guardan hoy en el mundo los derechos económicos, sociales y culturales (DESC). Con el amplio elenco de situaciones y datos con los que la organización cuenta de primera mano, Claudio Cordone expresa que esos derechos se encuentran todavía en mayor desventaja que las garantías civiles y políticas en cuanto a la rendición de cuentas a la que están obligados los estados y gobiernos.

Ello hace que sus políticas contra la pobreza no vayan a la raíz de los problemas, y que probablemente en septiembre, cuando los dirigentes del mundo se reúnan en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para examinar los avances en sus compromisos para mejorar la vida de los pobres en el planeta, nos encontremos lejos de haber alcanzado las metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

Todo lo cual exige que así como se invirtió gran cantidad de energía y creatividad a escala internacional para generar una Corte Penal y mecanismos que hagan más exigibles y justiciables los derechos civiles y políticos en todos los países, se haga ahora el mismo esfuerzo para incorporar una mayor rendición de cuentas en un orden económico y político mundial que hace caso omiso de todos los derechos humanos.

Aunque reconoce la importancia de la firma del Protocolo Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU en septiembre del año pasado, que establece por primera vez un mecanismo para la presentación de quejas individuales en relación con violaciones a los DESC, y apoya los esfuerzos que en cada país se hagan para garantizar recursos efectivos en favor de las víctimas, para la organización deben existir también mecanismos internacionales eficaces para obligar a los estados a que rindan cuentas en cuanto al cumplimiento de sus promesas en los ODM, y proporcionarse recursos efectivos para exigírselas cuando hayan incumplido su deber.

Para ello deben tomarse en cuenta plenamente las opiniones de las personas que viven en pobreza y asegurarse un escrutinio adecuado de las acciones de aquellos gobiernos que aplican políticas internas, incluso con repercusiones internacionales, que socavan la realización de los derechos fundamentales contenidos en los Objetivos del Milenio. “Todos los gobiernos, pero sobre todo los del G-20 (entre los cuales se cuenta a México), que reclaman mayor protagonismo en el liderazgo global –afirma el secretario general interino de AI–, deberían responder sobre si sus políticas se traducen en mejoras tangibles en la vida de los pobres del mundo”.

Para la organización no es excusa suficiente la limitación de recursos económicos para que los gobiernos cumplan con sus obligaciones en el acceso de las personas al goce de sus derechos sociales, pues por lo menos en relación con algunos de ellos, como la prevención de la mortalidad materna por complicaciones relacionadas con el embarazo, se comprueba en varios casos que su cumplimiento no es un simple reflejo de la pobreza o riqueza con las que cuentan.

Para la organización el aumento en la rendición de cuentas por la negación de los DESC se ha vuelto tanto más importante, cuanto que en la actual crisis económica, alimentaria, energética y financiera son los pobres quienes más han aumentado en número y más sufrido las consecuencias, y por ello el respeto de todos los derechos humanos, incluidos los derechos económicos, sociales y culturales, deben ser parte esencial a escala nacional e internacional de todas las respuestas que se den a estas crisis.

La organización sin embargo advierte con toda razón que no son exclusivamente los gobiernos quienes contribuyen a ellas, sino también demasiadas empresas que se aprovechan de la ausencia de normas efectivas o trabajan mano a mano con gobiernos abusivos y a menudo corruptos con consecuencias demoledoras. Y observa con agudeza que en los pasados 15 años se ha venido ampliando la esfera de protección legal de los intereses económicos globales, mediante una serie de acuerdos internacionales de comercio e inversión respaldados por mecanismos destinados a hacerlos cumplir, al margen desde luego de las obligaciones en derechos humanos de los estados.

Así, mientras los intereses económicos han logrado que la ley trabaje en su favor, las personas perjudicadas por sus operaciones han visto con frecuencia que la ley se bate en retirada frente al poder empresarial.

Como el comercio global funciona en una economía global, aunque en ausencia de un estado de derecho universal –expresa con toda claridad la organización–, todavía son excepcionales las empresas que rinden cuentas de sus actividades de manera significativa, y los intentos por garantizar justicia se malogran por sistemas judiciales ineficaces, falta de acceso a la información, intromisión de las empresas en los sistemas reguladores y jurídicos, corrupción y poderosas alianzas entre empresas y estados. Lo que refuerza la acción creativa de la sociedad civil en la promoción y defensa de todos los derechos humanos, indivisibles e interdependientes, frente a todos los agentes estatales y no estatales.



Presa El Zapotillo



Presa El Zapotillo: lucha local contra el despojo global

Francisco López Bárcenas. La Jornada, 29 mayo 2010

P
oco a poco, como se hacen las grandes caminatas, las que en el trayecto fijan su horizonte y construyen su camino, las luchas de los pueblos contra del despojo capitalista se van juntando para analizar sus experiencias y trazar sus alternativas. Conjuntamente, porque se han dado cuenta de que las luchas aisladas no tienen la suficiente fuerza para oponerse a los nuevos colonizadores. Los frentes de lucha son muchos: unos pelean contra las represas, otros contra las mineras y la defensa del agua, unos más contra compañías eólicas y turísticas. Pero en todos los casos hay dos elementos que los unen: la defensa de su patrimonio –territorios, tierras, recursos naturales y cultura– y su oposición a que sean empresas de capital extranjero las que indebidamente se apropien de las riquezas que deberían beneficiarlos a ellos.

En días pasados, en México se realizó un cónclave denominado Aguas, Ríos y Pueblos, en el cual los participantes analizaron las implicaciones que este tipo de obras tienen para el futuro del país y denunciaron que se ejecutan pasando por encima de los derechos de los pueblos, en beneficio de las empresas trasnacionales. Paralelo a esa actividad, en la ciudad de Madrid, España, sesionaba el Tribunal Permanente de los Pueblos, donde los afectados de América Latina presentaron casos de violación de los derechos de los pueblos cometidos por empresas trasnacionales y exigieron que los integrantes del organismo se pronunciaran por la creación de un fuero especial que juzgue los daños de estas empresas en América Latina, cosa que al final sucedió.

Uno de los casos que se analizaron y resaltaron en ambos actos fue la lucha de los habitantes de las comunidades de Temacapulín, Palmarejo y Acasico, en el estado de Jalisco, que se oponen a la construcción de la presa El Zapotillo. Se trata de una obra que los gobiernos federal y estatal, con el apoyo de la Iglesia, pretenden llevar a cabo sobre el río Verde, en pleno corazón de los Altos de Jalisco, con la intención de almacenar 912 millones de metros cúbicos, los cuales no beneficiarían a los jaliscienses, sino a la ciudad de León, en el vecino estado de Guanajuato, donde existe evidencia técnica que la falta del líquido podría tener otras soluciones, con lo cual se podría prescindir de la obra que implica –además de profundos impactos ambientales, como ha demostrado la Universidad de Guadalajara–, afectaciones a los derecho sociales y a la cultura de los habitantes de esos lugares.

Entre los agravios que los opositores a dicha presa esgrimen se encuentra uno elemental: que no fueron consultados en una obra que los afectará directamente sin aparejarles algún beneficio por ello. Pero no es el único: ellos saben que la tierra cuando es territorio engloba las tradiciones y los sueños, el pasado y el futuro, el valor histórico y cultural de los pueblos. En ese sentido, sus razones resultan profundas: quieren seguir siendo pueblos y la obra les niega ese derecho. Por eso se oponen a ella, no porque estén contra el desarrollo. Saben, como muchos ciudadanos que han padecido este tipo de obras, que las afectaciones que la obra traerá consigo serán irreversibles, que cambiará no sólo el paisaje y el medio ambiente, sino también sus formas de vida y esta misma.

Para oponerse a ello han recurrido a todo tipo de acciones, desde las legales, en tortuosos proceso judiciales, hasta las políticas y sociales. En ese proceso de resistencia se inscribe la denuncia presentada tanto en la reunión de Aguas, Ríos y Pueblos, como en el Tribunal Permanente de los Pueblos. En la segunda década del siglo XVI, después de una fuerte resistencia a la primera colonización española de los pueblos donde ahora se pretende construir la presa, Francisco Tenamaxtle, el líder que había encabezado la lucha contra las españoles al mando de Pedro de Alvarado, se entregó a los religiosos, quienes lo remitieron a España; ahí tuvo oportunidad de alegar las razones de su lucha, de la mano de Bartolomé de las Casas. Paradojas de la historia que los pueblos no olvidan su historia. Por eso en esta resistencia local contra el despojo global, Francisco Tenamaxtle se encuentra presente.




martes, mayo 25, 2010

dia de Acción Mundial. 29 mayo

Cuauhtémoc



Nombre: Cuautémoc Serrato Salinas

En huelga desde: 27 de Abril

Edad: 48 años

Puesto en LyFC: Ayudante de agente foráneo; Subsecretario del Interior del SME en Cuernavaca


Amanezco con la firme determinación de no contarles que el jueves, segundos después de publicar la historia de Beatriz, se fue la luz. No regresó hasta el día siguiente, momento en el cual pude, finalmente, acabar de escribir y publicar –tarde, claro está- la historia de Roberto. En el largo lapsus de oscuridad perdí también algunos trabajos de video, la lavadora quedó detenida en el tiempo y nos quedamos sin cubitos de hielo, pero eso eran inconveniencias menores. Apenas publicada la historia de Roberto me llegó noticia de que éste había sido trasladado a un hospital. Ya nunca pude entregarle la copia de su entrevista ni pasar a darle, al menos, las buenas tardes. Donde sea que esté Roberto, espero que esté bien, que esté mejor. El sábado tenía un compromiso ineludible que me llevó lejos de los huelguistas, pero gracias a la electricidad prestada del único enchufe de un puesto de barbacoa situado a pie de autopista en mitad de ninguna parte pude terminar la historia de Marco, aunque no la pude postear hasta varias horas después, cuando tomé por asalto –metafóricamente hablando- la señal de un Starbucks de León para lanzar la historia desde mi ordenador hasta el mundo de internet. El domingo recibí por internet una colaboración desde el campamento del SME y la publiqué en el blog. De regreso al distrito federal soy recibida por una nueva oleada de oscuridad y lluvia. No hay luz en mi casa. Habrá que esperar hasta hoy para poder escribir la historia de Cuauhtémoc.

Pocas cosas hay más difíciles que tratar que un sindicalista te cuente su vida. Así que cuando Cuauhtémoc abre nuestra sesión contándome que él fuera subsecretario del Interior del SME en Cuernavaca oculto mi mueca de desespero tras el cubrebocas azul que hoy me han obligado a ponerme –además del reglamentario lavado de manos con gel a la entrada del campamento-. Es la primera vez que me toca ponerme cubrebocas. No es, en cambio, la primera vez que me enfrento a un sindicalista hambriento, pero Cuauhtémoc no es un simple representante, sino un subsecretario. Resulta difícil hacer comprender a los huelguistas que no busco dar a conocer sus opiniones políticas, sino sus vidas. Los mal llamados medios de comunicación les han enseñado –a ellos y al resto de habitantes del planeta- que sólo las opiniones políticas son dignas de ser noticia. Ay, si yo fuera Cristina Pachecho, ¡todo sería más fácil! Voy a enfrentarme, pues –de nuevo- a un sindicalista. Sé que él tratará de llevarme al huerto de las revoluciones sociales mientras que yo lucharé por ablandar su coraza y lograr que me cuente sus memorias de infancia. Confieso por adelantado que ganó Cuauhtémoc.

Cuauhtémoc no es el tipo de persona a quien te imaginarías participando en una huelga de hambre. Guapo, atlético y fiestero, es extrovertido y derrocha simpatía y buen humor a pesar de la tristeza que poco a poco, como una lenta marea, amenaza con invadir la carpa. A pesar de que lleva ya casi un mes en huelga de hambre luce todavía músculos impresionantes, pero está más que dispuesto a sacrificarlos con tal de recuperar su trabajo y sus sueños. Lo tenía todo planeado: acabaría de pagar sus préstamos en los próximos seis años, el tiempo que le falta para jubilarse. Lleva toda la vida trabajando duro para, al acabar su vida laboral, poder ser el feliz propietario de dos casas en Cuernavaca y poderlas rentar. Se jubilaría entonces en Playa del Carmen, donde viviría tranquilo y feliz el resto de su vida sin deberle nada a nadie. Le faltaba poco, muy poco, para poder cumplir su sueño. Ahora, en mitad de la tormenta, es poseedor de dos préstamos impagables. Tampoco puede pagarle ya la licenciatura a su hijo, quien pronto tendrá que abandonar su escuela de Comunicación. Cuauhtémoc no hace ningún esfuerzo por disimular que siente un hambre desesperante. Dice que por alguna extraña razón ha venido soñando con hot dogs. Es extraño porque ni siquiera es su comida favorita. Pero en cuanto cierra los ojos ve aparecer montañas de sabrosos hot dogs con sus nítidas líneas paralelas de cátsup y mostaza sobre la salchicha. Dice que todo le duele, hasta las mismísimas incrustaciones de las muelas, que se le han ido aflojando con la continua pérdida de masa corporal. Mientras los demás dormitan en sus catres, Cuauhtémoc camina arriba y abajo, se levanta, se sienta, habla y ríe. Él es puro nervio y se le hace difícil estar sentado. Parece un tigre atrapado en la jaula de sus ideales.

Su rostro alegre y expansivo se oscurece al recordar la noche del diez de octubre. Estaba viendo el fútbol con su familia, los seis hermanos y sus respectivos hijos, todos juntos, comiendo tal vez pizza, como hacen siempre. Salió de casa de sus papás hacia la suya para cambiarse y salir con sus amigos. Prendió la tele casi sin darse cuenta, por oír una voz amiga en la noche. Pero lo que oyó le heló la sangre en las venas. Canceló entonces todos sus planes y manejó hasta la subestación de Cuernavaca, antiguo jardín de emperadores, ciudad de la eterna primavera, ahora más conocida como la ciudad de la eterna balacera. Allí, en una absurda visión de pesadilla vio un operativo digno de caza y captura del Chapo Guzmán. Vio cómo las tanquetas y los soldados sacaban a empujones a sus compañeros fuera de la subestación. Lo vio y fue como un mordisco en su alma el ver a los suyos tratados como criminales. Más tarde, los trabajadores de LyFC de Cuernavaca llevarían a cabo una de las defensas más coordinadas y exitosas del país. Aunque ya habían perdido la subestación se organizaron en turnos -con ayuda de los maestros- para evitar que los militares pudieran llevarse nada. Hasta el momento Cuauhtémoc afirma que han conseguido que todo el material se quede dentro. Una pequeña victoria entre tanta humillación y desespero.

Cuauhtémoc no le pide permiso a nadie. Es y ha sido siempre un hombre independiente. Se fue de casa muy joven para vivir su propia vida. Lleva, como todos sus hermanos, un fascinante nombre azteca. Es el nombre del último emperador, aquél que intentara por todos los medios salvar la gran ciudad de Tenochtitlán de las garras de Hernán Cortés cuando ya era demasiado tarde. En su avaricia, el español lo sometió a tormento para que revelara donde estaba el oro azteca: Cuauhtémoc no cedió. Ahora, su tocayo resiste en carne propia los envites de una nueva invasión española. El buque insignia del grupo español Prisa -el diario El País, antiguo emblema de la izquierda española-, no contará jamás esta historia. No en vano son el largo brazo que mueve a Televisa, ahora convertida por obra y gracia divina en la única licitante de la fibra óptica de LyFC, asociada junto con la española Telefónica y la mexicana Megacable. Las grandes energéticas españolas –Iberdrola, Endesa, Preneal, Gamesa, Unión Fenosa…- producen ya la energía que luego vende la CFE. En breve las otras dos grandes españolas tomarán el control de la fibra óptica mexicana escondidas bajo el nombre de Televisa, quien además efectúa con destacable eficacia su papel de mordaza mediática. Tal vez sientan ustedes, al leer esto, ganas de agarrar a palos al primer español que encuentren, pero les pido por favor que se restrinjan. La verdad es que las grandes empresas como Prisa y Telefónica no tributan casi impuestos en España. El grupo Prisa, por ejemplo, mueve gran parte de su patrimonio a través de varias Sicavs –un complicadísimo modelo empresarial cuyo principal chiste es que apenas paga impuestos-. Ningún español se beneficiará del saqueo a México, excepto la familia Polanco y pocos más.

Cuauhtémoc lo sabe. No le gusta estar aquí, entre las cucarachas que por la noche salen de las alcantarillas y reptan entre los catres que de tan combados casi tocan el suelo. A nadie le gusta. Dice que ha escogido vivir así para no tener que vivir así. Se lamenta amargamente del destino de su país, antaño el cuerno de la abundancia, ahora convertido en el salvaje oeste. De los puentes penden los colgados y un amigo suyo murió acribillado, atrapado entre dos fuegos, allá en Cuernavaca, jardín de los dioses, antigua ciudad de la eterna primavera.


http://www.untrabajadorunahistoria.blogspot.com

CNTE, SME y Mineros unidos, jamás serán vencidos

Atentan contra las luchas de los trabajadores y los sindicatos auténticos


La Jornada Aguascalientes. Lunes, 24/May/10 00:53

Susana Rodríguez

• Basados en el encubrimiento de sus propuestas tratan de vender una falsa reforma laboral

• Hace falta crear conciencia con los legisladores para respetar un México con derechos fundamentales

Detrás de la iniciativa propuesta por el Partido Acción Nacional (PAN), para la reforma de la Ley federal del trabajo hay un atentado severo contra las clases trabajadoras, que con su mano de obra sostienen el rumbo de este país, para los logros que por años se persiguieron y mejorar las condiciones de trabajo, de autorizarse tal cual, como está ahora los primeros afectados serían precisamente los trabajadores y los sindicatos auténticos, comentó Margarita de la Cruz, integrante del Centro de Investigación Laboral y Apoyo Sindical (CILAS) de la ciudad de México, que participó en un taller organizado por el Colectivo Raíz.

Históricamente la ley del trabajo tiene un carácter “tutelar”, es decir busca proteger a quienes en verdad menos tienen o la parte más débil en la relación obrero patronal, es por eso que las disposiciones de la actual, están orientadas a favorecer el crecimiento y el avance del trabajador. Esto que alguna vez fue prioritario no está ya dentro del discurso oficial, donde en realidad esta nueva iniciativa quiere vender con planteamientos como la modernización del país, la generación de mayor cantidad de empleos, equidad en los centros de trabajo.

Sin embargo, los planteamientos antes mencionados dentro de la propia ley no tiene un sustento real, no se crean empleos con hacer esta reforma, no se moderniza la planta productiva con el hecho de hacer más flexible la mano de obra ya que en otros países este proceso de mejoría se ha dado a partir de implementar nuevas tecnologías, mejorar las condiciones de los trabajadores y tener más inversión en el proceso productivo. En México la renovación se ha querido endosar a los trabajadores al disminuir la planta de trabajadores y hacer más pesadas las cargas de trabajo e incluso dándoles salarios más bajos.

En concreto, esta ley busca modificar que las empresas tengan libertad para contratar y despedir sin cargos, eliminar las cargas a la productividad para basar los ascensos en la productividad y no en la antigüedad, “porque haces más, lo haces mejor, eres más puntual eso es lo único que te va a ir empujando a los ascensos, la antigüedad se va a quedar atrás”.

“Las autoridades y los diputados del PAN alegan que lo que se requiere en México para promover la creación de empleo y mejorar el nivel económico es quitarle obstáculos al capital y que los inversionistas tengan mayor libertad para llegar, invertir y que sus inversiones les rindan frutos”.
El mismo gobierno ha implementado ciertas medidas como la condonación de impuestos al inicio de la instalación de una empresa, la facilidad para realizar ciertos trámites, sin embargo esto no ha sido suficiente y ahora se plantea que hace falta permitir flexibilidad en el proceso de contratación y despido. En el aspecto de contratación se contempla que se diversifique y se usen de manera indiscriminadamente las formas existentes de contratación con lo que se desgasta la figura también lograda luego de una larga lucha, el trabajo estable.

Los juicios por despido injustificado tendrían un límite de seis meses para salarios caídos; estas son trabas para que el trabajador se desanime y no contemple la posibilidad de demandar a quien lo contrato, además quienes tengan tres años o menos en un trabajo al momento de hacer la demanda perderían su posibilidad de ser reinstalados. Buscan volver los horarios de trabajo “acomodables” con lo que eliminarían las jornadas laborales de ocho horas diarias logradas desde hace más de 100 años, siempre y cuando se cumplan las 48 horas reglamentarias de una semana, sin embargo esta elección la hará el patrón de acuerdo a sus necesidades y la producción.

Engañosa “multi-habilidad”

En la nueva ley se establecería también una obligación del trabajador para manejar la “multi-habilidad” es decir hacer lo mismo trabajos por encima o por debajo del perfil con el que fue contratada una persona, sin que estos trabajos representen en algún caso un pago extra o incentivo. “Los trabajadores no estaríamos en contra de sentirme capaz y hábil para desempeñar puestos de más arriba y más abajo, lo que sí estoy en contra es que mi valoración, mi salario, mis prestaciones estarían sólo al nivel del que estoy contratada y todo lo demás sería gratuito”.

Esta reforma permite que los patrones “pacten de manera libre” con los trabajadores pacten la compactación de la jornada, su extensión e incluso los trabajos a realizar, sin embargo con esto se desarticula el concepto de jornada laboral para dar paso a la hora-semana.

En materia sindical, la reforma también afecta quienes han buscado de alguna manera trabajar como sindicatos auténticos pues se plantea aumentar la cantidad de exigencias para por ejemplo realizar un emplazamiento a huelga, si una huelga no cumplió con los requisitos se declararía ilegal o inexistente. “Se están agregando mayores presiones a los sindicatos y creo que se hacen con la finalidad de desalentar los emplazamientos a huelga y desalentar la participación sindical”.

Hay dos rubros que parecieran ser una moneda de cambio para autorizar la ley como está y conciliar la aprobación de ciertos sectores, uno de los rubros es de la equidad de género en las relaciones laborales para que las mujeres no sufran discriminación en el desempeño de su trabajo donde se incluyen cuestiones como la eliminación de la prueba de embarazo en la solicitud de empleo, situación por cierto que había sido solicitada con mucha anticipación de parte de los grupos feministas sin haber tenido eco hasta ahora.

No es suficiente la fuerza de los sindicatos para sostener un debate en el congreso

El otro tema es la democratización de los sindicatos donde se contempla que aún cuando estos organismos puedan conservar su autonomía, en la reforma se plantea que se use el voto directo y secreto de los trabajadores afiliados a una agrupación sindical para efectos del recuento en la titularidad del sindicato así como en la aceptación de la huelga. E incluso el planteamiento va más allá pareciera que la intención es remover estas propuestas a cambio del apoyo de los líderes tradicionales de CTM, CROM, SNTE, de los sindicatos corporativos más grandes, quienes pueden apoyar esta iniciativa siempre y cuando le quiten el filo de la democratización de los sindicatos.

Esta no es obviamente la única iniciativa pendiente en torno a una reforma de la Ley federal del trabajo, detrás de cada una de las iniciativas hay intereses detrás de cada una de ellas; para Margarita de la Cruz desafortunadamente la fuerza política de los sindicatos auténticos no es la suficiente para sostener un debate en el congreso. Sin embargo, para CILAS este momento antes del debate de la iniciativa en donde se toman las decisiones, deben generarse espacios de discusión y análisis, a la par buscar sensibilizar a los legisladores para hacerles ver que el México donde los derechos laborales son fundamentales nada tienen que ver con la propuesta que ahora promueve el PAN. Una cosa es el discurso y otra es la realidad, deben analizarse las repercusiones de la reforma para denunciar y evitar que el congreso realice la aprobación de una ley sin conocer las condiciones reales.

Fuente: La Jornada de Aguascalientes
Soberanía Popular

El turno del ofendido



El turno del ofendido

Pedro Miguel

V
aya ese título en evocación a Roque Dalton, el inolvidable Pájaroloco, quien este mes cumplió 75 años de estar vivo y 35 de estar muerto. Vaya, también, como recordatorio de que uno de sus asesinos, Joaquín Villalobos, cobra como asesor en la Procuraduría General de la República, según señalamiento reciente de los familiares del poeta asesinado. Chulo de bonito que se ve el procurador Chávez Chávez con un homicida, confeso e impune, incrustado en su nómina.

Y es que un poemario de Roque, publicado originalmente en México, en 1964, se llama El turno del ofendido, y el título viene al caso por quienes encuentran su momento de desahogo verbal tras el secuestro de Fernández de Cevallos.

Es impresionante: a lo largo de 15 largos días, en las redes sociales, pero también en las pláticas de calle y de fonda, muchísimas personas le han deseado al litigante lo peor de lo peor; han clamado porque sus captores lo conserven para siempre; han evocado con rencor sus movidas pecuniarias y políticas, su insolencia y su cinismo; han hecho, una y otra vez, el recuento de sus infamias (las reales, las incomprobables y las inventadas). En los días que corren no parece haber un personaje más vilipendiado en la escena nacional, salvo, por supuesto, el procurador Bazbaz, quien tuvo la audacia de contarnos que sus investigadores permanecieron nueve días sentados sobre el cadáver de Paulette y no se dieron cuenta.

A primera vista, el fenómeno sorprende, porque circunstancias de infortunio, como las que se abatieron sobre el ex senador panista –si es que el secuestro no es una farsa, que las cosas no están como para creer nada–, suelen suscitar solidaridad, simpatía o, cuando menos, piedad. Secuestrados acaudalados los ha habido muchos y hasta ahora ninguno de ellos había sufrido, como daño colateral al plagio, un linchamiento virtual. Y sí: es políticamente incorrecto, es bajo, mezquino e incivilizado, y constituye una muestra de las simas a las que hemos llegado en materia de desarrollo cívico.

Pero luego no sorprende tanto si se considera que Fernández de Cevallos es corresponsable prominente de la degradación generalizada de la que ahora es víctima. Cómo no recordar su función de bisagra entre el PRI salinista y el PAN empresarial, su respaldo a la incineración de las pruebas del fraude de 1988, su desempeño como promotor de aquel magno asalto bancario a la nación que fue el Fobaproa, su enriquecimiento lícito pero inescrupuloso al amparo de sus influencias, sus exhortos a la represión contra los indígenas zapatistas, su militancia a favor de la ley Televisa, su sórdida mediación entre Ahumada y Salinas para urdir los videoescándalos de 2004, su papel en el desafuero del año siguiente y otras cosas más siniestras, como sus poderes notariales de la clínica en la que fue operado –con resultado fatal– Amado Carrillo, y de la funeraria que se hizo cargo después. Cómo no recordar que es uno de los principales responsables por el desprestigio de la política y de los políticos.

A ver si esto les da una pista de la abominación colectiva: Fernández de Cevallos hizo carrera como representante popular, es decir, como empleado de los ciudadanos; cuando salió del Senado se compró una camioneta de 750 mil pesos. Olvídense del resto de sus propiedades, Punta Diamante incluida. Alguien que gane al mes el equivalente a un salario mínimo –cerca de la mitad de la población tiene un ingreso de esa magnitud– tendría que invertir la totalidad de sus percepciones, durante 40 años, para adquirir un vehículo como el del ex senador, el que fue su empleado. Envidiosa que es la gente, dirán, pero si no logran entender la monstruosidad ética de esta desigualdad y la ofensa que conlleva, entonces no entienden nada de nada. Casi tan triste como la situación incierta y angustiosa del panista es la incapacidad de la comentocracia oficial para percibir, en este enojo, y más allá de la falta de modales y de buen gusto, una señal de la irritación social que cunde. Con todo, el México bronco que se asoma en Twitter es de peluche comparado con el que ya controla, manu militari, diversas regiones del país. Por supuesto, cuando no se dedica a fruncir la nariz por la vulgaridad de quienes se regocijan con el problemón en que se encuentra Fernández de Cevallos, esa comentocracia sigue muy entretenida con la morralla de los procesos electorales y discurre como si el país se encontrara en plena normalidad democrática.