sábado, enero 24, 2009


¿Cambios?



El flamante presidente de EU aseveró en su discurso inaugural que las cuestiones de seguridad nacional no deben afectar la vigencia de los derechos humanos. Bien dicho. Sus primeras medidas fueron el cierre de la base de Guantánamo en un año, la suspensión de los procesos incoados por tribunales miliares militares a algunos de los 245 detenidos que allí siguen y la suspensión del régimen de torturas al que han sido sometidos. Bien hecho, sobre todo lo último. Los presos seguirán presos en otros campos de concentración que el Pentágono instaló ya en distintos países y Obama no dispuso que sus casos pasen a tribunales civiles, como demanda Amnesty. Estas decisiones sin duda interrumpirán el declive del más que dañado prestigio de EU en el mundo.

No parece que se modificará la política exterior: la estrategia del nuevo mandatario no entraña el cese de la guerra “antiterrorista” que la Casa Blanca desató, apenas un cambio de acento. Habló de una retirada de Irak “responsable” y no reiteró su intención de hacerlo en 18 meses, anuncio de campaña electoral que le atrajo muchos votos. Tampoco la mencionó al cabo de su reciente reunión con los capitostes del Pentágono para tratar el asunto y los comentarios del general Ray Odierno, comandante en jefe de las tropas estadunidenses en Irak, indican que tal vez Obama le da otro peso ahora a la palabra “responsable” (www.mccclatchydc.com, 21 de enero). El general señaló que la retirada dependía de las elecciones nacionales que se llevarán a cabo en Irak a fin de año. Imposible completarla en 18 meses.

La idea, por lo demás, no es sacar hasta el último hombre del país invadido. Más bien no. Colin Kahl, importante asesor de Obama durante la campaña electoral, señaló que EU debía mantener en Irak una fuerza de 60 mil a 80 mil efectivos al menos hasta fines de 2010 (www.prorev.com, 4-4-08). El New York Times (13-12-08) subrayó la “aparente evolución” del mandatario afroamericano en este tema, sólo que no la hubo: BO siempre mencionó la necesidad de dejar una “fuerza residual” en Irak, aunque nunca indicó la cuantía del “residuo”. Si se cumpliera la observación de Kahl, los muchachos tardarán en volver a sus hogares. Dicho de otra manera: la ocupación de Irak seguirá.

El demócrata Obama, que votó contra la invasión a Irak, se reunió asiduamente a lo largo de los últimos tres meses con su vencido contrincante republicano John McCain, que votó a favor, para solicitarle asesoramiento y opinión sobre las guerras en curso y sobre los futuros encargados de la política exterior. McCain le dijo a varios colegas republicanos que “muchos de esos nombramientos los habría hecho yo mismo” (www.newsmax.com, 19 de enero). No sorprende esa declaración: empezando por la actual secretaria de Estado Hillary Clinton y pasando por el reconfirmado jefe del Pentágono Robert Gates —otra herencia de W. Bush—, el equipo que seleccionó BO en este delicadísimo campo está integrado por demócratas partidarios de la guerra y no hay signos de que se hayan vuelto pacifistas.

Es notorio que BO se comprometió a aumentar el número de tropas norteamericanas en Afganistán: el Pentágono ha pedido el envío de 30 mil soldados más en un lapso de 12 a 18 meses y Washington presiona a la OTAN desde hace meses para que incremente también sus efectivos en ese país (Reuters, 20 de enero).Varios gobiernos de la Unión Europea se muestran remisos a aceptar la gentil invitación. Francia la ha rechazado ya, Alemania enfrenta un año electoral difícil, aunque es posible que todo cambie luego de la primera reunión de Obama con sus contrapartes europeas. Continuamos.

Obama reiteró en su campaña que EU debe atacar las bases de Al Qaeda y de los talibanes en Pakistán con o sin el consentimiento del gobierno paquistaní. “Si llegamos a tener información confiable sobre objetivos terroristas importantes —dijo—, y el (entonces) presidente Musharraf no actúa, actuaremos nosotros” (Reuters, 1-8-07). Cada tanto un avión no tripulado de EU deja caer misiles en la zona de Pakistán limítrofe con Afganistán. La pregunta clave es cuál será la magnitud del ataque anunciado.

El mandatario ya en funciones llamó por teléfono al presidente de la Autoridad Palestina y al primer ministro de Israel afirmando que no escatimará esfuerzos para desarmar un conflicto que acaba de costar la vida de 1,300 palestinos, en su mayoría civiles y sobre todo niños. Pero si Obama insiste en el reclamo de una “Jerusalén única” y capital de Israel —que formuló ante el poderoso lobby judío pro-israelí que recorre infatigablemente los pasillos de la Casa Blanca y del Capitolio—, fracasará como Bill Clinton en la cumbre de Camp David de 2000. Y se verá qué distancia media entre su discurrir de campaña y la realidad de sus actos.

Los presidentes y la religión

Francisco Gómez (Padre Paco)


1. Cuando Vicente Fox, en su toma de posesión como Presidente de la República, utilizó símbolos religiosos propios de la Iglesia católica, fue duramente criticado no sólo por quienes defienden la laicidad del Estado mexicano, sino por personas pertenecientes a agrupaciones religiosas no católicas. Nuestro país, marcado por una peculiar historia político-religiosa, no tolera ese tipo de manifestaciones en nuestros funcionarios públicos.

2. No sucede así en otras latitudes. En casi todos los países de América del Sur es costumbre el canto del Te Deum, oración presidida por el obispo de la ciudad capital, casi siempre cardenal, y con la que se le agradece a Dios el triunfo del nuevo presidente, quien asiste ataviado con sus mejores galas a la celebración religiosa, y se hace acompañar no sólo de su familia, sino de sus más cercan@s colaborador@s.

3. El pasado martes tuvimos otra expresión semejante. Barack Obama, el 44 presidente de los Estados Unidos, no sólo asistió a un servicio religioso antes de iniciar las actividades propias de su toma de posesión, sino que juró sobre La Biblia y recibió la bendición de un ministro de culto. El nuevo presidente, con antecedentes musulmanes, está bautizado en una Iglesia cristiana, y sostiene que sus convicciones religiosas le ayudarán como presidente.

4. ¿Será que esos países son más avanzados que nosotros en materia político-religiosa? ¿Tendríamos que ver con más naturalidad, por ejemplo, la presencia del presidente Calderón en la inauguración del Encuentro Internacional de las Familias, en la que hizo ostentación de su catolicismo? Las críticas a esa presencia: ¿reflejan el añejo anticlericalismo de nuestra opinión pública o tienen otro sustento?

5. Nuestra realidad, diferente a la de América del Sur y a la de los Estados Unidos, nos ha enseñado dos cosas en este espinoso terreno: en primer lugar, que un Presidente de la República, sin negar su propia filiación religiosa, debe tener la suficiente capacidad para no herir a las otras confesiones y, por otra parte, que es muy fácil utilizar al elemento religioso como una garantía de la eficiencia en la administración pública.

6. Un primer mandatario, entonces, debe cuidar las formas –que en política son el fondo– para, sin renunciar a las creencias personales, no afectar la sensibilidad religiosa de otros credos que, como en el caso mexicano, se sienten discriminados ante una Iglesia mayoritaria como la católica. Con toda razón, fieles evangélicos se lamentaron de la pública profesión de fe que hizo el presidente Calderón en el citado encuentro.

7. Pero más peligrosa aún es la utilización que se hace del elemento religioso para darle un valor agregado a la gestión pública. Resulta paradójico pues, si un presidente hace alarde de su religiosidad, su manifestación más que acarrearle posibles simpatías le añade un compromiso mayor: si Calderón y Obama presumen de sus raíces cristianas, tendrán que manifestarlas con hechos, no sólo con rituales litúrgicos.

El año que calló el sistema



Jesús González Schmal
24 de enero de 2009

En este mismo espacio, Ideas, la semana pasada aparecieron, por un lado, el artículo de Jorge Eugenio Ortiz Gallegos titulado “Fraude que ha operado 20 años” y, por el otro, el debate sobre las elecciones de 1988 en el que tercian Manuel Bartlett, Carlos Salinas de Gortari y la autora del libro 1988: El año que calló el sistema, Martha Anaya.

Dicha discusión contesta a la triste salida que se quiere dar al asunto con la consulta de las boletas electorales, que ya fueron incineradas a petición de la diputación del Partido Acción Nacional (PAN), porque “estorbaban” en los sótanos de la Cámara de Diputados.

La verdad es que el libro tiene una importancia histórico-política crucial. Nos descubre que en 1988 el PAN de oposición de entonces, dirigido por Luis H. Álvarez, estuvo en un escenario idéntico a aquel en el que estuvo la coalición Por el Bien de Todos en 2006.

Hace 20 años, Acción Nacional acusó de ilegítimo a Salinas debido a un fraude electoral y, sin duda, obró conforme a su deber democrático y a su propia razón de ser en la vida pública del país.

Más tarde acordó, como la fotografía y el texto del libro lo comprueban, permutar a Salinas “el reconocimiento de su triunfo mediante la abstención en la votación del Colegio Electoral, a cambio de que éste les garantizara la reprivatización de la banca, la reforma para la legalización de la Iglesia, la creación del IFE, la privatización del ejido y otros beneficios personales”.

Este es precisamente el momento de “la metamorfosis” del PAN, cuando muere el sentido original de la política como vocación ética de servicio y nace la política pragmática del poder para beneficio grupal.

Aquí nace un nuevo PAN “el neoPAN”, ya cooptado por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), que también había involucionado de una posición de responsabilidad social empresarial a la de corte neoliberal en boga. Salinas en efecto, les concedió todo, hasta un Instituto Federal Electoral ciudadano, pero junto con ello les regaló los subsidios públicos que habían permitido al Partido Revolucionario Institucional (PRI) estar en el poder durante décadas.

El neopan surgía, pues, con la ideología de la derecha y con la escuela electoral del priísmo de abolengo.

Ya para 2006 invierte su función vital de defensor de la democracia electoral y, sin el menor recato, oficializa la composición del IFE, trastoca el resultado electoral y se indigna porque se le llama espurio al que, como Carlos Salinas, llega por el mismo medio a la Presidencia.

La analogía de 1988-2006 se rompe porque en este último caso el gobierno legítimo (que se llamó gobierno paralelo en 1988, cuando el PAN defendió el sufragio democrático) no ha recurrido a la transa para legitimar a nadie, contra la voluntad popular.

Manú Dornbierer y Luis Sánchez Aguilar habían denominado esta fusión como PRIAN que auguraba la derechización militar, la pobreza y la pérdida de independencia nacional. El tiempo les ha dado la razón.


21-Ene-2009

Horizonte político

José A. Crespo

Oscurantismo familiar


El VI Encuentro Mundial de las Familias, celebrado la semana pasada bajo auspicios de la Iglesia católica, ha puesto una vez más de manifiesto el enorme retraso ideológico de esa institución religiosa —y política— con respecto a la evolución de la sociedad en el siglo XXI. Las concepciones católicas acerca de la familia en general, y de la sexualidad en particular, evocan el oscurantismo de la Edad Media. Contrasta la idea cristiana del sexo como fuente de pecado y vergüenza, con la de varias tradiciones orientales (el hinduismo, el budismo, el tantra o el taoísmo), donde la sexualidad no sólo se ve como algo natural, sino incluso como un vehículo de desarrollo espiritual (canalizando debidamente su poderosa energía). Pero la Iglesia católica, y muchas otras derivadas de ella (protestantes y puritanos), ha mantenido un concepto pecaminoso de la sexualidad.

San Agustín, uno de los más reconocidos Padres de la Iglesia, fue un joven disoluto e incluso tuvo un hijo fuera del matrimonio. Todo lo cual le provocó mucho dolor y arrepentimiento, lo que determinó su concepción de la sexualidad como fuente de pecado, como un impulso que vulnera la voluntad y debe ser reprimido: “Esta excitación diabólica de los genitales es evidencia del pecado original de Adán, que ahora es transmitido desde el vientre de la madre, corrompiendo a todos los seres humanos con el pecado y dejándolos incapaces de elegir el bien sobre el mal, o determinar su propio destino”, escribió en el siglo V. Y san Jerónimo advertía: “Considerad como veneno a todas las cosas que guarden dentro de sí la semilla del placer sensual”. Por su parte, san Clemente, obispo de Alejandría, prevenía sobre los peligros inherentes de la sexualidad: “Ni siquiera por la noche es apropiado conducirse impúdica o indecentemente… pues incluso dicha unión, que es legítima, es peligrosa, excepto en cuanto se ocupe de la procreación de hijos”.

Por eso, para el catolicismo la sexualidad sólo es lícita dentro de cánones sumamente rígidos; dentro de un matrimonio consagrado por la Iglesia, y con fines exclusivos de procreación. Toda otra manifestación y circunstancia queda excluida. Por ello también el modelo católico de familia consiste en los padres y los hijos; las múltiples variantes no son bien vistas por al Iglesia. Quedan fuera quienes, por decisión propia, no tienen hijos, o los divorciados, y desde luego quienes mantienen un matrimonio legal pero no bendecido por la Santa Iglesia Católica (por ejemplo, tras un divorcio, prohibido también salvo cuando se trata de los poderosos, como ocurrió con Vicente Fox y la nefasta Marta Sahagún).

Y, por supuesto, en el modelo católico de familia prevalece la supremacía del varón sobre la esposa. Escribía san Agustín: “Un esposo está destinado a gobernar sobre su esposa, así como el espíritu gobierna sobre la carne” (lo masculino se identifica con el espíritu; lo femenino, con la pecaminosa carne). En su primera carta a los corintios, san Pablo justificaba la supremacía del varón sobre la mujer, “porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer (Eva) del varón (Adán)”. Por lo cual, en su carta a Timoteo, determina: “Que la mujer aprenda en silencio, con toda sumisión; no permito a la mujer enseñar ni ejercer dominio sobre el hombre; ella debe mantener silencio”.

La homosexualidad, por su parte, es y ha sido condenada por la Iglesia, pese a la enorme evidencia de prácticas homosexuales entre diversas especies animales que contravienen la premisa católica de que se trata de una expresión contra natura (a menos que también los animales actúen contra natura, un contrasentido). Bajo esa condena, la Iglesia propicia y tolera la homofobia, que frecuentemente se expresa con violencia hacia personas con esas preferencias. Precisamente, a los legendarios templarios, se les acusó de homosexualidad, lo que justificó la matanza de la que fueron objeto en el siglo XIV por instrucción del papa Clemente V, con el propósito de confiscar las cuantiosas riquezas de esa orden.

Paradójicamente, la homosexualidad resulta más natural que el celibato, impuesto por la Iglesia a sus clérigos. Tal disposición puede explicar en buena parte la proclividad de muchos clérigos a abusar de niños y niñas, como efecto de la represión contra natural de su propia sexualidad.

Desde luego, la Iglesia antes era muy tolerante con sus propios ministros, que tenían hijos fuera del matrimonio y con varias mujeres, cortesanas o prostitutas. El papa Borgia, Alejandro IV, no es sino el ejemplo emblemático de los usos y costumbres que el clero, de manera farisaica, practica en las sombras mientras en público condena a los demás con dedo flamígero.

En un Estado laico, donde prevalezca la libertad de cultos y credos, cada quien tiene el derecho a dar por válidas o no y seguir éstas u otras supercherías y anacronismos. Lo que no procede es que la Iglesia intente imponer a toda la sociedad sus atrasados puntos de vista. La Iglesia ha sido un enorme lastre social y cultural en muchos países —México, desde luego— donde ha gozado de gran fuerza e influencia. Su insistencia en imponer sus posiciones no es grave, siempre y cuando el Estado la mantenga a raya; el problema surge cuando un partido en el gobierno, como ahora el PAN, avala pública y oficialmente las pretensiones y posiciones del clero.

Muestrario. Por cierto, al tomar posesión Barack Obama lo hizo jurando sobre una Biblia, un predicador rezó públicamente el Padre Nuestro, y otro concluyó con una bendición oficial. Pero Estados Unidos se puede dar esas licencias porque nunca tuvo una Iglesia de Estado, a diferencia de nosotros, donde la Iglesia católica fue tal por siglos, y no se resigna a ser tratada en un plano de igualdad con las demás.

Debo, no niego; pago lo justo

Mario Di Costanzo Armenta

Sin lugar a dudas, la tarjeta de crédito (TDC) es uno de los productos financieros de mayor penetración en México: en la actualidad se estima que existen 24 millones de “plásticos” con una cartera de aproximadamente 321 mil millones de pesos, mismas que son ofrecidas a través de 18 bancos y se pueden encontrar en más de 120 marcas, entre las que destacan las llamadas clásicas, oro y platino.

Sin embargo, la falta de una adecuada cultura financiera, la estrategia implementada por los bancos al utilizar el llamado “crédito al consumo” como una herramienta de penetración de mercado y el deterioro del ambiente económico (mayor desempleo, pérdida de poder adquisitivo y elevadas tasas de interés) ocasionan que muchos tarjeta-habientes hayan caído en un sobreendeudamiento que genera que la cartera vencida del crédito al consumo observe un crecimiento de 57% entre diciembre del 2006 y septiembre del 2008.

De esta manera, las agresivas campañas para la colocación de “plásticos” bancarios y comerciales, la ampliación de líneas de crédito sin previa opinión del cliente, la falta de análisis de su capacidad crediticia y la penetración de este producto entre la población de menores ingresos ha llevado a que la “cartera vencida” del crédito al consumo se ubique ya en casi 25 mil millones de pesos, cifra que resulta 206% superior a la registrada en diciembre de 1997, cuando los bancos que operaban en México fueron rescatados de manera ilegal y con recursos públicos a través del llamado FOBAPROA.
Lo anterior cobra relevancia en virtud de que —de acuerdo con la propia Comisión para la Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (CONDUSEF)— se estima que cada usuario posee en promedio 1.5 tarjetas de crédito, lo que arroja entonces que en promedio en México existen 16 millones de personas que poseen tarjetas de crédito.

Más aún, la propia CONDUSEF estima que cada línea de crédito revolvente que otorga uno de estos plásticos es de 17 mil pesos en promedio, por lo que se puede concluir que esta situación afecta ya a cuando menos un millón y medio de personas y seguramente este número se incrementará durante el presente año debido al incremento en las tasas de interés y el deterioro cada vez mayor del ambiente económico.

En este punto, conviene preguntarnos: ¿cómo es posible que la línea de crédito promedio de estos “plásticos” sea de 17 mil pesos, cuando de acuerdo a la Encuesta Ingreso Gasto de los Hogares 80% de las familias del país vive con un ingreso inferior a 10 mil 500 pesos mensuales?

Esto refleja una gran irresponsabilidad de los bancos, al haber otorgado un crédito superior en 70% al ingreso máximo de millones de familias.

Pero más graves aún resultan los ilegales mecanismos que utilizan los bancos —y los despachos jurídicos que estos contratan— para recuperar los adeudos de las personas que han caído en cartera vencida.

Estos mecanismos incluyen desde el acoso permanente a los deudores y a sus familias, hasta el cobro “a lo chino” de cuentas de ahorro o de nómina que los deudores poseen en las instituciones bancarias.

Y lo señalo porque en la página de internet de la CONDUSEF, bajo el título de Los nuevos derechos de los usuarios de las tarjetas de crédito, aparece como “derecho del banco que te puede cargar a tu cuenta de cheques u otras cuentas” el adeudo vencido en tu tarjeta de crédito.

Sin embargo, no explica que para que el banco pueda hacer esto debe estar claramente estipulado en el contrato que celebró con el usuario de la tarjeta de crédito y del cual debió entregar una copia al tarjeta-habiente. Por ello, si el banco no entregó dicho contrato en tiempo y forma, está imposibilitado para cobrarse “a lo chino”.

Por tanto, es conveniente que los deudores tengan muy presentes los siguientes consejos para que no se dejen sorprender por las arbitrariedades que cometen las instituciones de “ajiotismo” llamadas bancos:

No te dejes acosar por los bancos o las compañías administradoras de cartera o despachos jurídicos de cobranza.

No firmes ninguna reestructura crediticia a menos que hayas tenido la asesoría jurídica de alguna asociación de deudores, con autoridad moral, honradez y honestidad probada.

Los bancos no pueden congelar tus cuentas de ahorro, de nómina o de pensionado, aun cuando tengas adeudos con las instituciones bancarias, si no está claramente estipulado en el contrato que firmaste cuando te otorgaron tu tarjeta de crédito.

Existen mecanismos jurídicos para defendernos de las arbitrariedades que se cometen en contra de los deudores. Sin embargo, la atención de estos casos requiere de asesoría técnica y jurídica,

No es un delito haber caído en cartera vencida y con más razón si perdiste tu empleo o si eres víctima de la negligente política económica, implantada por el gobierno de la “estabilidad y el empleo”.


No puedes ser embargado: una tarjeta de crédito es un “préstamo dado sin ninguna garantía”.


De hecho, si a Felipe Calderón en verdad le interesa el bienestar de la gente debería impulsar un programa de reestructuras de adeudos que involucrara al gobierno, a los bancos y a los deudores, el cual funcionaría de la siguiente manera:

El gobierno absorbería 20% de la cartera vencida de las tarjetas de crédito; los bancos tendrían que absorber 25%; y los deudores pagarían el restante 55% de su cuenta actual en seis mensualidades fijas. En el caso de los trabajadores desempleados, su adeudo se congelaría hasta que pudieran encontrar un nuevo empleo. Por eso digo: debo, no niego; pago lo justo.

Boletín Mensual de Profesionistas por la democracia

El Holocausto Palestino

Por Arturo Jiménez Cruz
14 enero 2009

De acuerdo al diccionario Merriam-Webster, holocausto significa destrucción, desastre, fuego, genocidio, infierno, sacrificio, aniquilación, catástrofe, devastación, asesinato, o cualquier destrucción masiva de vida. En la historia del siglo XX, el Holocausto se refiere al asesinato masivo de población judía en los campos de concentración nazi. Algunos grupos de musulmanes sin embargo, ponen en duda la existencia del holocausto judío, mientras que Adolfo Hitler justificaba sus atrocidades porque acusaba a algunos judíos de ser responsables de la crisis y el desempleo en Alemania y en Europa.

El Holocausto judío debió haber sido una experiencia para que los gobiernos de todo el orbe y sobretodo la ONU evitaran un hecho similar. Sin embargo, los mas de 1,5 millones de Irakies muertos en los últimos 7 años como resultado de una guerra solamente concebible en las mentes perversas de Bush Jr., de Aznar, de Netanyahu, de Blair y de sus seguidores demuestran que algunos políticos no aprenden. Los más de 5 millones de masacrados en la Republica Democrática del Congo, con una comunidad internacional indiferente, y más recientemente la masacre a los niños y civiles palestinos por parte del gobierno de Israel, con la complacencia de Bush Jr., nos demuestran que miembros del gobierno de Bush Jr y del gobierno de Israel parecen estar interesados en competir con personajes execrables de la historia del siglo XX como Hitler, Stalin, Mussolini, y Franco.

Que un personaje con el desprestigio sobre derechos humanos como Bush considere que el Gobierno de Israel solamente se defiende de Hamas, cuando asesina y destruye a mas de 150 niños y 400 civiles, cuando destruye miles de casas y evita la ayuda humanitaria internacional, demuestra una actitud de cinismo y de desprecio por la comunidad internacional y por los derechos humanos. El gobierno de Israel, apoyado por la mayoría de partidos, la mayoría de su población y el apoyo activo de muchos intelectuales judíos y no judíos en el resto del mundo han creado el holocausto Palestino. Frente a este holocausto, intelectuales usualmente críticos hacía gobiernos o líderes de sus países de origen o de otros países, por comisión u omisión participan como cómplices al callar o justificar el ataque genocida por la presencia de Hamas. Con frecuencia, sus brillantes firmas no son utilizadas para asuntos intrascendentes (son más trascendentes las bombas verbales de AMLO o Chavez que las infanticidas de los israelíes hacía niños palestinos), lo que los ponen en un sitio similar al de los intelectuales que no criticaron el Holocausto Judío hasta después que los EEUU entraron en la segunda guerra mundial.

Precisamente en el lugar donde hace más de 2000 años nació Jesucristo y donde supuestamente llegaron de oriente unos reyes magos a ofrecer regalos (que la tradición ha hecho que en los países predominantemente católicos muchos niños reciban regalos en la paz de sus hogares), cientos de niños palestinos recibieron de regalos bombas, muerte, mutilaciones, hambre, orfandad, destrucción de sus casas, falta de electricidad y de medicamentos. Terror, fuego, genocidio, infierno, sacrificio, aniquilación, catástrofe, devastación, asesinato, destrucción masiva de la vida de ellos, de sus amigos y familiares, es decir un Holocausto envuelto en papel de plomo. Un regalo de navidad y de reyes de parte del estado de Israel y del gobierno de Bush para los niños y civiles palestinos.

Algunos datos sobre Gaza e Israel.

La franja de Gaza tiene un área de 360km2, un poco menos de la mitad de lo que tiene Tijuana. Con la misma población que Tijuana tiene una densidad poblacional dos veces superior, lo que la hace uno de los lugares más densamente poblados del mundo, casi la mitad de niños. Gaza ocupa el lugar número 167 en ingreso per capita, con solamente 600.00 dólares. En Israel el ingreso per capita es superior a 25,000 dólares, tiene 164,000 mil millones de dólares de producto nacional bruto y es considerado el país económica e industrialmente más avanzado del suroeste de Asia. Además cuenta con algunas de las mejores universidades del mundo y uno de los promedios de educación más alto del mundo. Israel es uno de los países más equipados militarmente, y recibe anualmente 3,000 millones de dólares del gobierno norteamericano para defensa, y es uno de los pocos países con armas nucleares. Entre soldados activos y los reservistas Israel cuenta con más (550,000) miembros del ejército que el total de hombres adultos residentes en Gaza. Gaza no cuenta con ejército y la capacidad de desarrollo militar esta limitada a la proveniente del contrabando y a las armas de creación casera. Sin embargo, Gaza esta dirigido por un grupo reconocido internacionalmente como terrorista (Hamas), rodeado y cercado por Israel y por su aliado el presidente Mubarak de Egipto, muchos analistas consideran que Gaza puede ser el equivalente moderno a un campo de concentración.

En esas condiciones en solamente 15 días el ejército de Israel ha matado a más de 400 niños (además de mujeres y anciano) y herido a más de mil, los ha dejado sin alimentos, sin servicios de salud y sin ayuda humanitaria. Aunque Israel ha recibido ataques con armas de construcción casera de Hamas, en Israel no ha muerto ni ha sido herido ningún niño, ninguna mujer ni ninguna persona de la tercera edad durante el mismo período.

Nota: las cifras de muertos y heridos no corresponden a la información actual dado que este artículo fue elaborado para su publicación el 14 de enero, casi una semana antes de "el cese al fuego" israelí.

SATIRICOSAS

Obama: “Bush es una buena persona”

MANÚ DORNBIERER

Días antes de su toma de posesión, el presidente electo de USA Barack Hussein Obama dijo esa barbaridad en una entrevista a CNN. Y para millones de seres humanos que fueron sus víctimas dentro y fuera de su país, expresarse así de semejante genocida fue un inaceptable insulto. Los 3 mil muertos del atentado a las Torres Gemelas, ideado para sustentar el inmenso y sanguinario negocio que ha sido “La Guerra contra el Terrorismo”, los cientos de miles de iraquíes muertos, torturados, mutilados por la guerra que inventó ese Hitler Americano con ese canalla hoy en silla de ruedas que es Richard Cheney, los 4 mil soldados estadunidenses caídos en Iraq en la 2ª guerra de la familia Bush contra su antes amigo Saddam Hussein, contra toda justicia y lógica, contra las inmensas manifestaciones populares en todo el planeta que el New York Times describió a la opinión pública como “la segunda potencia mundial”, contra la prohibición de la ONU, todo eso constituyó otro monstruoso holocausto que no tiene derecho de pasar por alto Barry Obama, hoy presidente del país que lo permitió, solapó e impulsó con su voto. La actual debacle financiera y económica mundial que por lo visto es lo único que le duele a los estadunidenses no es más que claro resultado de Bush.

“Lo perverso del capitalismo es tan real como son perversos el militarismo y el racismo”. dijo Martin Luther King cuando se opuso a la guerra de Vietnam y el sistema entero se le echó encima.

Los que oímos decir a Obama que “Bush es una buena persona”, sentimos minada nuestra confianza en sus discursos poéticos y espirituales que prometían recuperar valores humanos y que nos llenaron de esperanza. Y es que the show must go on, el espectáculo del poder imperial, de la hipocresía imperial, tuvo que continuar al estilo mussoliniano. Había que mostrar la unidad interna y para ello se requería una transferencia del Poder lo más tersa posible, se comprende, pero el intelectual y refinado mulato Obama, creyente en la buena educación se pasó de lindo con el siniestro y bastante tonto “mono blanco” que dañó al planeta entero durante 8 años.

¿SE ACABÓ EL RACISMO?

Se renueva la democracia, dijeron, al grado de que el hijo de un inmigrante de Kenia (lo abandonó casi desde que nació) llegó a la presidencia del país más poderoso de la Tierra. Es adorado Barak Obama, el primer presidente de USA mal llamado negro, en realidad mulato, blanco de madre y negro de padre en la misma proporción. En ese sentido los gringos están siendo racistas con la madre que lo parió y los abuelos blancos que lo educaron, porque los negros kenianos, que no querían que se casara con una blanca, no dieron color a no ser el de la piel, que por lo visto sigue siendo para la humanidad racista lo más importante. A Obama no se le nota mucho su sangre blanca, pero la tiene. ¿Es esa la que inspira tanta tolerancia para los vergonzosos blancos que son Bush y sus halcones? En todo caso fue la negra la que le dio el más fantástico apoyo mundial que haya jamás tenido un entrante presidente gringo. Pero para rechazar el nefasto racismo antinegro, se cae en el otro. Lo único que se logra es voltear la tortilla racista al revés. Se supo que sus padrinos políticos afro-americanos iniciales no lo consideraban “bastante negro”. Hasta que no se evalúe el valor de una persona más allá del color de la piel, sólo a través de las ideas y de los hechos, no se podrá hablar de fin del racismo y principio de una real evolución de la humanidad.

¿YA NO HAY EMPERADOR?

Se ha hablado también del fin de la “presidencia imperial” … que desdijo el irrenunciable espectáculo. El propio Obama ha dicho que “El poderío de Estados Unidos no le da derecho a hacer lo que le plazca en el mundo”. Pero tampoco a juzgar y manipular a países enteros de acuerdo a los intereses de sus grandes grupos de poder, los judíos, los cubanos de Miami, las compañías, los petroleros, etc. El periodista disidente James Petras ya llamó a Obama “ El primer presidente judío” de Estados Unidos por haber dicho en campaña ”, en plena matanza de Gaza. que “Primero Israel”. Y de hecho, W sería el tercero o quizás el cuarto presidente judío. Los Bush, según la Enciclopedia Hebráica Castellana son de cepa judía checa y se ha dicho que Truman era judío. No sería ni bueno ni malo si no hubieran cometido los crímenes que cometieron. Pero el caso es que USA actúa siempre para agradar a los judíos y ahora dicen que “ ellos inventaron a Obama”.

Y para agradar a los cubanos-estadunidenses,no se pronuncia sobre el criminal embargo que dura 50 años en Cuba, aunque promete algunas “caridades” y cerrar la vergüenza de Guantánamo para borrar las huellas de un crimen contra la humanidad que debería denunciarse en la Corte Internacional de la Haya. A Cuba Estados Unidos le debe una disculpa ¿ no creen? Para agradar a la derecha venezolana y a las transnacionales dice que Hugo Chávez, presidente de Venezuela, “impide el progreso de América Latina”. ¡Y los imbéciles se ríen! ¿Por qué no le pregunta a los pares de Chávez, los presidentes sudamericanos que son sus amigos y apoyan como muchos latinoamericanos lo hacemos su teoría bolivariana? Ahí están con Lulla, Cristina Kirchner, Correa, Michelet, para ilustrarlo, señor Obama. Antes ya había expresado “ su admiración” a Calderón por la narcomatadera del presidente espurio. Claro, situación que no le sirve a México más que para ensangrentarlo y desacreditarlo, espantar al turismo, propiciar la militarización, etc. pero que propicia la entrada de dinero y de tropas gringas a México. De ese grotesco encuentro Obama-Calderón me quedo con la descripción que de él hizo Porfirio Muñoz Ledo : “Las imágenes y revelaciones del encuentro invitan a una nueva definición zoológica, que podría ser: ‘la anguila y la ostra’. Es el primero un pez alargado, escurridizo y poderoso que se alimenta de especies más débiles y su variante tropical es la ‘morena’. El otro es un molusco acéfalo de sangre descolorida, apreciado comestible que se protege con una concha, pero capaz de incubar perlas para provecho ajeno”.

La perla podría ser simple y llanamente el dominio total de nuestro país como preconiza el cafre del general McCaffrey, ex zar antidrogas, que recientemente expresó con gran ilusión: “México está al borde de un abismo que se llama narco-Estado y si el gobierno encabezado por Barack Obama no respalda la estrategia antidrogas del presidente Felipe Calderón, en menos de ocho años el crimen organizado tendrá el control de facto en amplias franjas del país y pondrá en riesgo la seguridad nacional de Estados Unidos. No podemos darnos el lujo de tener un vecino así, un tanto inestable, extremadamente violento, –¿habla de violencia un gringo bushista?– que está emergiendo de 71 años del gobierno autocrático del PRI. Gracias a la visión y el valor del presidente Ernesto Zedillo y del siguiente liderazgo de Vicente Fox, dice, el país construye con trabajo las instituciones democráticas bajo el gobierno de la ley, con libertad de prensa y un compromiso con los derechos humanos, y tiene por delante un proceso difícil de 25 años para consolidar un Estado democrático”. ¡Qué bien informado el generalote! En suma, según él estamos listos para que nos invadan y nos salven.

¿No van a salvar de que Papá Mouriño imponga en Campeche al nuevo gobernador; de que los empresarios bandidos que compraron a Calderón persigan a periodistas como es el caso hoy de la revista Contralínea, de Miguel Badillo y Ana Lilia Pérez, por denunciar al Gas Zeta y orro saqueo a Pemex de su dueño Jesús Alonso Zaragoza; de que el arzobispo Rivera Carrera y su “Presidente Católico” nos quieran regresar al Medio Evo? De eso ya nos salvó por fortuna El Colegio de México. ¿De que el mochísimo Servitge, dueño de Bimbo, haga un falso pan integral y sea multado en Perú y denunciado en Chile, pero no en México porque es uno de los que pagaron el fraude? ¿Nos salvaron los gringos tan democráticos del dicho fraude propiciatorio de tantos males actuales?

EN USA TAMBIÉN PREOCUPA LA AMABILIDAD CON BUSH

Quisieron una transferencia tersa ante el mundo los fuertes Estados ¿Hundidos?. Quisieron un fair play y en las elecciones lo lograron. Limitaron las campañas sucias y se dieron un apretón de manos al fin porque esta vez no hubo fraude electoral. Qué envidia … Pero ahora ya el maquillaje se derrite los ciudadanos antiBush que sufrieron la vergüenza del Patriot Act y de las guerras indecentes y saben que es Dick Cheney, esos a los que la ultraderecha de Bush dejó humillados, empobrecidos y/o sin hijos, no están de acuerdo con tanta tersura. Están enojados. Lo suficiente para enfrentarse a los riquísimos.Quieren investigar el 11-9,e igual la riqueza de Hallliburton, de Enron y de cientos otros ladrones. La prensa se entera de que desde el 15-9-08 los rescates financieros como los nuestros son para ellos, los hipermillonarios culpables de la debacle. Igual que sucedió en México.

Transcribe Humberto Hernández Haddad, conocedor de las entretelas gringas, que intelectuales de gran prestigio, como Paul Krugman, Premio Nobel de Economía 2008, alertan a Obama con adevertencias como ésta: “Para proteger y defender la Constitución, un presidente debe hacer más que obedecer la Constitución él mismo: debe llamar a cuentas a quienes violen la Constitución. Así que Obama debería reconsiderar su decisión aparente de permitir que la anterior administración quede impune de sus delitos. Al margen de las consecuencias, no es una decisión que tenga derecho a tomar.”

satiricosas@gmail.com http://satiricosas.es.tl

Paul Krugman aconseja a Obama

Paul Krugman es uno de los intelectuales más importantes de Estados Unidos. Profesor en Princeton y columnista del New York Times, escribió gran parte de esta carta durante su viaje a Suecia para recibir el Premio Nobel de Economía. Es colaborador habitual de Rolling Stone.


Paul Krugman aconseja a Obama

LA NACION.com

En esta misiva abierta, el Premio Nobel de Economía le brinda sugerencias al Primer Mandatario en función a la crisis de su país.

Estimado Sr Presidente: Como le sucedió a Franklin Delano Roosevelt hace tres cuartos de siglo, usted está haciéndose cargo en un momento en el que todas las verdades establecidas han desaparecido y toda la sabiduría convencional demostró estar equivocada. Vivimos en un mundo que ni usted ni nadie esperaba ver. Muchos presidentes han tenido que lidiar con crisis, pero muy pocos se han visto obligados a hacerlo desde el primer día con una crisis como la que Estados Unidos enfrenta hoy.

Entonces, ¿qué debería hacer? En esta carta no voy a tratar de aconsejarlo acerca de todo. En gran parte me voy a limitar a la economía, o a asuntos relacionados con la economía. También voy a hacer foco en cosas que usted puede o podría lograr en su primer año de mandato. El éxito o fracaso de su gobierno dependerá en gran parte de lo que suceda en el primer año- y, sobre todo, de si logra controlar la crisis económica actual.

LA CRISIS ECONÓMICA :

¿Qué tan malas son las perspectivas económicas? Peor de lo que casi nadie se hubiera imaginado.
El crecimiento económico en la era Bush estuvo alimentado por un estallido de la deuda privada; ahora los mercados de crédito están dados vuelta, las empresas y los consumidores se están retrayendo y la economía está en caída libre.

A lo que nos enfrentamos, en esencia, es una enorme brecha laboral. La economía de Estados Unidos necesita sumar más de un millón de puestos de trabajo por año sólo para mantenerse al ritmo de la creciente población. Incluso antes de la crisis, bajo el mandato de Bush el crecimiento de la ocupación promedió sólo 800.000 puestos por año – y durante el año pasado, en lugar de ganar un millón más de puestos, perdimos 2 millones. Hoy seguimos perdiendo puestos de trabajo al ritmo de medio millón por mes.
No hay nada en los datos ni en la situación subyacente que sugiera que la caída del empleo vaya a aminorar pronto, lo cual significa que para fines de este año podemos llegar a tener 10 millones de trabajos menos de lo que deberíamos.

Esto, a su vez, implicaría una tasa de desempleo de más del 9 por ciento. Sumémosle aquellos que no son considerados en la tasa estándar porque ya no buscan trabajo, más los que se ven forzados a tomar trabajos part-time cuando lo que quieren es trabajar full time, y probablemente estaremos viendo un desempleo real de alrededor del 15 % - más de 20 millones de norteamericanos que ven frustrados sus esfuerzos para conseguir trabajo.


El costo humano de una caída tan severa sería enorme. El Center on Budget and Policy Priorities, un grupo de investigación independiente que analiza programas gubernamentales, estimó hace poco que los efectos de un aumento del desempleo darían una tasa del nueve por cierno – un peor escenario posible que ahora luce muy probable.

¿Qué pasará entonces si el desempleo llega al 9 por ciento o más? Diez millones de estadounidenses de clase media serán empujados a la pobreza, y otros seis millones a la indigencia, un severo estado de privación que sucede cuando el sueldo está a menos de la mitad del nivel de pobreza. Muchos de los estadounidenses que pierdan sus trabajos también perderán su seguro médico, empeorando el ya lúgubre estado de la salud en los Estados Unidos, e inundando las salas de emergencia con aquellas personas que no tienen otro lugar a donde ir.

Mientras tanto, otros millones de estadounidenses perderán sus casas. Los gobiernos provinciales y locales, habiendo perdido gran parte de sus ingresos, tendrán que hacer recortes incluso en los servicios más esenciales.


Si las cosas siguen su curso actual, Sr. Presidente, pronto estaremos frente a una gran catástrofe nacional. Y es su tarea – una que ningún otro presidente tuvo que hacer desde la Segunda Guerra – evitar esa catástrofe. Un momento, dirá usted. ¿Acaso otros presidentes no enfrentaron economías problemáticas también? Sí, lo hicieron, pero cuando se trató de política económica, sus predecesores no controlaban realmente la cosa. Durante la última mitad del siglo la Reserva Federal – una institución más o menos independiente, dirigida por tecnócratas diseñados a propósito para ser independientes de quien quiera que esté en la Casa Blanca – se ha estado encargando de la administración económica día tras día, e incluso año tras año. Sus colegas presidentes sólo acompañaban.


¿Se acuerda del boom económico de 1984, que permitió que Ronald Reagan use el slogan 'Amaneció de nuevo en Estados Unidos'? Bueno, Reagan no tuvo absolutamente nada que ver con ese boom. Fue, en cambio, obra de Paul Volcker, que había sido nombrado por Jimmy Carter como director de la Federal Reserve Board en 1979 (y que ahora es el jefe de su panel de asesores en economía) Primero Volcker le quebró la espalda a la inflación, con el costo de una recesión que probablemente haya condenado a muerte las chances de reelección de Carter en 1980. Luego Volcker diseñó una recuperación económica. En efecto, Reagan se puso el uniforme y simuló ser el gran piloto de la economía, pero Volcker fue el tipo que realmente piloteó el avión y lo aterrizó a salvo.


Usted, en cambio, tiene que levantar este avión va en picada solo, porque la Fed ha perdido su poder. Compare la situación de ahora con la que había en los ochenta, cuando Volcker dio vuelta la economía. En ese momento, a la Fed le bastaba con emitir un montón de dólares (Ok, de hecho acreditó el dinero a las cuentas de los bancos privados, pero el resultado final es el mismo) y luego usar esos dólares para comprar deuda del gobierno de Estados Unidos. Esto bajó las tasas de interés: cuando Volcker decidió que la economía necesitaba una ayuda para levantarse, rápidamente fue capaz de llevar la tasa de interés de los papeles del Tesoro del 13 al 8 por ciento. Tasas de interés más bajas de la deuda oficial, a su vez, rápidamente hicieron bajar las tasas de las hipotecas y los préstamos comerciales. La gente comenzó a gastar de nuevo, y en unos meses la economía había pasado de la depresión al boom. Los economistas llaman a este proceso –de la decisión de la Fed de emitir más dinero a la consecuente suba del consumo, el empleo y los ingresos – el 'mecanismo de transmisión monetaria'. Y en los ochenta ese mecanismo funcionó bien.

Esta vez, sin embargo, el mecanismo de transmisión está quebrado.

En primer lugar, aunque la Fed todavía puede emitir dinero, no puede bajar las tasas de interés. ¿Por qué? Porque esas tasas de interés ya son tan bajas como es posible. Mientras escribo esta carta, la tasa de interés en bonos del Tesoro es 0,005 por ciento – o sea, cero. Y las tasas no se pueden bajar más que eso.


Ahora, usted puede pensar que tasas de interés en cero llevarían a una orgía del crédito. Pero aunque el gobierno de los Estados Unidos puede prestar dinero gratis, el resto de nosotros no puede. El miedo domina los mercados financieros, por lo cual desde hace más de un año y medio, a medida que las tasas de interés sobre la deuda pública se han precipitado, las tasas de interés que el común de la gente tiene que pagar en su mayoría han subido. En particular, muchas empresas están pagando tasas de interés mucho más altas ahora que hace un año y medio, cuando la Fed no había empezado con los recortes. Y tienen suerte, si se los compara con las muchas empresas que no pueden obtener nada de crédito.

Además, incluso si más gente pudiera pedir prestado, ¿realmente querrían gastar? Hay una sobreabundancia de casas sin vender en el mercado, así que hay muy poco incentivo para construir más casas, sin importar cuán bajas estén las tasas de interés hipotecarias. Lo mismo pasa con la inversión comercial: con los edificios de oficinas vacíos, los shoppings rogando por inquilinos y las fábricas paradas, ¿quién va a querer gastar dinero en productividad? Y con los trabajadores preocupados por mantener sus puestos de trabajo, la gente que está tratando de ahorrar unos dólares , podrá ir en malón a los comercios que ofrecen grandes descuentos, pero no muchos van a querer comprar grandes productos, como los autos, que son los que normalmente alimentan una recuperación económica.

Entonces, decía, la Fed ha perdido su poder. Ben Bernanke y sus colegas están probando todo lo que se les ocurre para descongelar los mercados de crédito – la ensalada de nuevas 'instituciones prestamistas' con siglas que nadie puede recordar crece minuto a minuto. Hay un chiste que dice que en cualquier momento, todos tendrán una tarjeta Visa con el logo de la Fed. Pero en el mejor de los casos, toda esta actividad sólo servirá para limitar el daño. No hay ningún pronóstico realista de que la Fed pueda sacar a la economía de la caída que atraviesa.


Así que depende de usted.


RESCATANDO A LA ECONOMÍA :


El último presidente que tuvo que enfrentar un lío semejante fue Franklin Delano Roosevelt, y usted puede aprender mucho de su ejemplo. Esto no significa, sin embargo, que usted deba hacer todo lo que hizo FDR. Por el contrario, usted debe intentar emular sus éxitos, pero evitar repetir sus errores.


Acerca de esos éxitos: La forma en la que FDR lidió con el desastre financiero de su época ofrece un muy buen modelo. Entonces, como ahora, el gobierno tuvo que usar el dinero de los impuestos para rescatar al sistema financiero. En particular, la Reconstruction Finance Corporation tuvo en principio un rol similar a la Troubled Assets Relief Program de la administración Bush (el programa de $700 billones que todos conocen) De la misma forma que el TARP, la RFC engordó el efectivo de los bancos en problemas usando fondos públicos para comprar y subir las acciones de esos bancos.

Había, sin embargo, una gran diferencia entre la forma en que FDR manejó el rescate financiero subsidiado con recaudación impositiva, y la que llevó a cabo la administración Bush: a saber, que a FDR no le dio vergüenza pedir que el dinero de la gente sea usado para servir al bien común. Para 1935, el gobierno de EE.UU. era dueño de cerca de un tercio del sistema bancario, y la administración Roosevelt utilizó esa porción de propiedad para insistir con que los bancos ayuden de hecho a la economía, presionándolos para que presten el dinero que Washington les estaba dando. Más aún, el New Deal se lanzó a prestar un montón de dinero – directamente a empresas y gente que quería comprar su casa, y a gente que ya era propietaria, ayudándolos a reestructurar sus hipotecas para que puedan quedarse con sus casas.

¿Puede usted hacer algo como eso hoy? Sí, puede. La administración Bush podrá haberse negado a poner condiciones para la ayuda a las compañías financieras, pero usted puede cambiar eso. Si los bancos necesitan fondos federales para sobrevivir, provéaselos, pero demande que los bancos hagan su parte prestando esos fondos al resto de la economía. Otorgue más ayuda a los propietarios. Utilice a la Asociación Federal Nacional Hipotecaria y a la Corporación Federal de Préstamos Hipotecarios - las agencias de préstamos inmobiliarios- para transmitir los bajos costos de los préstamos oficiales a propietarios calificados (las dos agencias fueron incautadas por reguladores federales en Septiembre, pero extrañamente la administración Bush ha mantenido sus costos de préstamo altos, negándose a declarar que sus bonos están respaldados por la pura fe y el crédito de los contribuyentes)

Los conservadores van a acusarlo de nacionalizar el sistema financiero, y algunos lo llamarán marxista (a mí me pasa todo el tiempo) Y la verdad es que usted estará, de alguna manera, llevando a cabo una nacionalización temporaria. Pero eso está bien: en términos generales, no queremos que el gobierno maneje a las instituciones financieras, pero por ahora necesitamos hacer lo que sea para logar que el crédito vuelva a fluir.

Todo esto va a contribuir – pero no lo suficiente. Sin duda usted deberá tratar de solucionar el problema de los bancos y otras instituciones financieras. Pero para sacar a la economía de su caída, debe ir más allá de canalizar dinero a los bancos y otras instituciones financieras. Debe darle un impulso a la economía real del trabajo y los ingresos. En otras palabras, tiene que arreglar bien el tema creación de empleo – cosa que FDR nunca hizo.

Esto puede sonar raro. Después de todo, lo que se recuerda de los años treinta es la Works Progress Administration, que en su punto más alto dio empleo a millones de estadounidenses construyendo caminos, escuelas y represas. Pero los programas de creación de empleo del New Deal, si bien contribuyeron de verdad, no fueron lo suficientemente grandes ni sostenidos como para terminar con la Gran Depresión. Cuando la economía está en profunda depresión, uno tiene que dejar de lado las habituales preocupaciones acerca de déficits presupuestarios; FDR nunca logró hacerlo. Como resultado, fue demasiado precavido: el impulso que le dio a la economía entre 1933 y 1936 fue suficiente como para bajar el desempleo, pero no a los niveles pre-Depresión. Y en 1937 dejó que los guerreros del déficit lo afecten: aunque la economía todavía estaba débil, dejó que lo convenzan de recortar el gasto al mismo tiempo que subía los impuestos. Esto llevó a una severa recesión que deshizo mucho del progreso que la economía había logrado hasta ese punto. Tuvo que venir el enorme proyecto público conocido como Segunda Guerra Mundial – un proyecto que silenció al fin a los tacaños – para que la Depresión llegue a su fin.

La lección del limitado éxito de FDR en el frente del trabajo, entonces, es que usted tiene que ser verdaderamente audaz en sus planes de creación de empleo. Básicamente, las empresas y los consumidores están recortando muchísimo sus gastos, dejando a la economía con un enorme déficit de demanda, que llevará a una enorme caída del empleo – a menos que usted lo frene. Para frenarlo, sin embargo, debe gastar lo suficiente como para llenar el agujero que dejó la reducción del sector privado.

¿De cuánto gasto estamos hablando? Quizás sea mejor que se siente antes de seguir leyendo. Ok, aquí va: 'Pleno empleo' significa una tasa de desempleo del cinco por ciento como mucho, y probablemente menos. Mientras, hoy estamos en una trayectoria que empujará la tasa de desempleo al nueve por ciento o más. Incluso los estimados más optimistas sugieren que se necesitan al menos $200 billones al año de gasto público para bajar la tasa de desempleo en un punto porcentual. Haga la suma: usted probablemente tiene que gastar $800 billones al año para lograr una recuperación económica total. Menos de 500 billones por año será demasiado poco como para generar un cambio económico.

Un gasto a esa escala, en tiempos en que la economía, debilitada, está haciendo bajar la recaudación impositiva, producirá unas cifras de déficit realmente atemorizantes. Pero las consecuencias de ser demasiado cuidadoso - o de no hacer lo suficiente como para frenar la caída en picada de la economía – serán aún más terroríficas que el océano de tinta roja que se viene.


De hecho, el problema más grande con el que se va a enfrentar al intentar rescatar a la economía será el de encontrar suficientes programas laborales que puedan empezar rápidamente. Los tradicionales programas del estilo WPA – gastar en rutas, edificios públicos, puertos, y otras infraestructuras – son una herramienta muy efectiva para crear empleo. Pero Estados Unidos tiene probablemente algo menos de $150 billones en proyectos del estilo, que están listos para hundir la pala ahora mismo, que pueden comenzarse en seis meses o menos. Así que va a tener que ser creativo: deberá encontrar muchas otras formas de meter fondos en la economía.


Debería gastar todo lo que sea posible en cosas de valor a largo plazo, cosas que – como las rutas y los puentes – hará que éste sea un país más rico. Aumentar la infraestructura detrás de Internet, mejorar la red eléctrica, mejorar la tecnología informática en el sector de la salud, una parte crucial de cualquier reforma del sistema de cobertura médica. Suministre ayuda a los gobiernos provinciales y municipales, para prevenir que recorten gastos de inversión en el momento menos propicio. Y, cuando haga esto recuerde que todo ese gasto cumple una función doble: sirve para el futuro, pero también ayuda en el presente, dando trabajo e ingresos para compensar el desplome.

También puede hacer lo correcto haciendo un bien. Los estadounidenses que fueron más golpeados por la caída – los desocupados crónicos, las familias sin seguro médico – también son los estadounidenses que más probablemente gasten cualquier ayuda que reciban, y de esa manera ayudan a sostener la economía como un todo. Así que la ayuda a los necesitados – un mayor seguro de desempleo, vales de comida, susidios para seguros médicos – es al mismo tiempo algo justo y una parte deseada de su plan económico en el corto plazo.

Sin embargo, aún si hace esto no será suficiente para compensar la increíble caída del gasto privado. Así que sí, también tiene sentido recortar los impuestos temporalmente. Los recortes impositivos deberían ir principalmente a los estadounidenses de ingresos bajos y medios; una vez más, porque es lo más justo y porque es más probable que ellos - en vez de los mejor acomodados – gasten la ayuda que reciban. Las exenciones impositivas para familias trabajadoras que usted expuso en su plan de campaña parece un instrumento razonable.


Pero seamos claros: los recortes impositivos no son la mejor herramienta para luchar contra la recesión económica. En primer lugar, rinden menos que el gasto en infraestructura, porque no hay ninguna garantía de que los consumidores vayan a gastar sus recortes o reembolsos impositivos. Como resultado, probablemente se requieran recortes por más de $300 billones, comparados con los $200 billones en obras públicas, para bajar un punto la tasa de desempleo. Más aún, a la larga va a necesitar más recaudación impositiva, y no menos, para pagar la reforma del sistema de salud. Entonces, los recortes impositivos no deberían ser el núcleo de su programa de recuperación económica. Deberían, en cambio, ser una forma de agrandar su programa de creación de empleo, que de otra manera no será lo suficientemente grande.


Mi sincera opinión es que incluso con todo esto, usted no podrá evitar que 2009 sea un año muy malo. Si logra que la tasa de desempleo no pase del ocho por ciento, voy a considerar eso un gran éxito. Pero para 2010 usted debería ser capaz de poner a la economía en camino a la recuperación. ¿Cómo debería prepararse para esa recuperación?


MÁS ALLÁ DE LA CRISIS :


El manejo de la crisis es algo importante, pero Estados Unidos necesita mucho más que eso. FDR reconstruyó Estados Unidos no sólo haciendo que atravesemos a salvo la depresión y la guerra, sino también convirtiéndonos en una sociedad más justa y segura. Por un lado, creó programas de seguro social, en especial el Seguro de Desempleo, que ha protegido a los trabajadores estadounidenses hasta el día de hoy. Por otro, supervisó la creación de una economía mucho más igualitaria, creando una sociedad de clase media que duró décadas, hasta que las políticas económicas conservadoras trajeron la nueva era de la desigualdad que reina hoy. Usted tiene una oportunidad de emular los logros de FDR, y el juicio final sobre su presidencia descansará sobre si usted aprovecha o no esa oportunidad.


El legado más importante que puede dejarle al país será darnos, finalmente, aquello que todas las naciones desarrolladas del mundo ya tienen: atención médica garantizada para todos sus ciudadanos. La crisis actual nos ha dado una lección acerca de la necesidad de una cobertura médica universal de dos maneras. Ha subrayado la vulnerabilidad de los estadounidenses cuyo seguro médico está atado a trabajos que pueden desaparecer fácilmente. Y ha dejado claro que nuestro sistema actual es además un mal negocio – las Tres Grandes automotrices no estarían en semejantes problemas si no hubieran intentado pagar los gastos médicos de sus antiguos empleados además de los de sus actuales trabajadores. Usted tiene el mandato de cambiar las cosas; la crisis económica ha demostrado que el sistema necesita ser cambiado. Y ahora es el momento de aprobar las leyes que establezcan un sistema que de cobertura a todos.

¿Cómo debería ser este sistema? Algunos progresistas insisten en que debemos ir inmediatamente hacia un sistema de pago individual (Medicare para todos) Si bien ésta sería la manera más justa y eficiente de asegurarse que todos los estadounidenses obtengan el sistema de atención médica que necesitan, seamos francos: es probable que el pago individual no sea factible políticamente ahora mismo, simplemente porque representaría un cambio demasiado grande. Al menos al principio, los estadounidenses que tienen un buen seguro médico privado serán reticentes a cambiar ese seguro por un programa público, aunque ese programa al final demuestre ser mejor.

Entonces lo que hay que hacer en su primer año es aprobar un plan de compromiso – uno que establezca, por primera vez, el principio del acceso universal a la atención médica. Sus propuestas de campaña proveen el esquema. Deje que la gente mantenga su seguro privado si así lo desea, subsidie el seguro para familias de bajos ingresos, exija que todos los niños estén cubiertos, y dé a todos la opción de pasarse a un sistema público – uno que probablemente termine siendo más barato y mejor que el seguro privado. Apruebe leyes haciendo todo esto, y tendremos cobertura médica universal funcionando para fines de su primer mandato. Y eso será un logro que – al igual que la creación del Seguro de Desempleo por FDR – cambiará Estados Unidos para mejor de manera permanente.

Todo esto va a costar dinero, en su mayoría para pagar esos subsidios para seguros, y alguna gente le dirá que el país no puede pagar una gran reforma del sistema de salud dados los costos del programa de recuperación económica. Hablemos de por qué debería usted ignorar a los que dicen no.

Primero, pongamos en perspectiva los costos del programa de recuperación económica. Es posible que resucitar la economía pueda costar trillones de dólares a lo largo de su primer mandato. Pero la administración Bush desperdició como mínimo la mitad de eso en una guerra innecesaria y recortes impositivos para los más ricos; el plan de recuperación será intenso pero temporario, y no significará una carga muy grande sobre los futuros presupuestos. Piénselo de esta manera: con la deuda federal de largo plazo pagando la menor tasa de interés en cincuenta años, los costos en intereses de un trillón de dólares de deuda nueva sumarán apenas $30 billones anuales, cerca del 1,2 por ciento del actual presupuesto federal.

Segundo, hay buenas razones para creer que la reforma del sistema de salud en el largo plazo será un ahorro de dinero. Nuestro sistema no sólo está lleno de agujeros en cuanto a cobertura, también es muy ineficiente y con enormes costos burocráticos, como los inmensos recursos que las compañías de seguros emplean en asegurarse de no dar cobertura a las personas que más necesitan atención médica. Y bajo un sistema universal será mucho más fácil utilizar sabiamente nuestros dólares del sistema de salud, gastar dinero sólo en procedimientos médicos que funcionen y no en los que no lo hacen. Dado que el alza de los costos en atención médica es la fuente de las sombrías proyecciones a largo plazo para el presupuesto federal, la verdad es que no podemos dejar de avanzar hacia la reforma del sistema de salud.

Y no ignoremos los efectos políticos en el largo plazo. Allá por 1993, cuando los Clinton intentaron y fracasaron en crear un sistema universal de salud, estrategas republicanos como William Kristol (hoy colega mío en el New York Times) pidió a su partido que se oponga políticamente a cualquier reforma; ellos argumentaron que un exitoso programa de cobertura médica – que enviaría el mensaje de que el gobierno puede efectivamente servir al bien común – esencialmente cambiaría el rumbo de la política estadounidense hacia una dirección progresista. Tenían razón – y las mismas consideraciones que llevaron a los conservadores a oponerse tanto a la reforma sanitaria deberían ser las que lo hagan a usted decidirse firmemente a hacerla realidad.


La atención médica universal, entonces, debería ser su prioridad numero uno luego de rescatar a la economía. Proveer cobertura para todos los estadounidenses puede ser para su administración lo que el Seguro de Desempleo fue para el New Deal. Pero el New Deal logró otra cosa: convirtió a Estados Unidos en una sociedad de clase media. Bajo FDR, Estados Unidos atravesó lo que los historiadores del trabajo llaman la Gran Compresión, un aumento dramático de los sueldos de los trabajadores comunes que redujo muchísimo la desigualdad de ingresos. Antes de la Gran Compresión, Estados Unidos era una sociedad de ricos y pobres; después fue una sociedad en la que mucha gente, con justicia, se consideró a sí misma como clase media. Puede ser difícil igualar ese logro hoy en día, pero usted puede, al menos, orientar al país en la dirección adecuada.


¿Qué causó la Gran Compresión? Es una historia complicada, pero un factor importante fue el surgimiento de la organización sindical: la cantidad de trabajadores sindicalizados se triplicó entre 1935 y 1945. Los sindicatos no sólo negociaron mejores sueldos para sus miembros, también aumentaron el poder de negociación de los trabajadores a lo largo de la economía. En ese momento, los conservadores advirtieron que los aumentos de sueldo tendrían desastrosas consecuencias económicas – que el surgimiento de los sindicatos paralizaría el empleo y el crecimiento económico. Pero de hecho, la Gran Compresión fue seguida por el gran boom de posguerra, que duplicó los estándares de vida de Estados Unidos en el curso de una generación.


Desafortunadamente, la Gran Compresión se revirtió a principios de los 70, a medida que los trabajadores estadounidenses perdieron gran parte de su poder de negociación. Esta pérdida se debió en parte a cambios en la economía mundial, cuando las compañías manufactureras estadounidenses empezaron a enfrentar una mayor competencia internacional. Pero también tuvo mucho que ver con la política, ya que la administración Reagan primero, y la de Bush luego, hicieron todo lo posible para limitar la capacidad de organización de los trabajadores.


Usted puede comenzar a revertir ese proceso. Obviamente, no llegará ver a los sindicatos triplicando su número de afiliados en algún tiempo cercano. Pero puede hacer muchas cosas para fortalecer los derechos de los trabajadores. Una es empezar a poner los cimientos para que se apruebe la Employee Free Choice Act, que le haría mucho más difícil a los empleadores intimidar a los trabajadores que desean afiliarse a un sindicato. Sé que probablemente no sucederá en su primer año, pero si sucede, y cuando suceda, la legislación hará que Estados Unidos de un enorme paso adelante hacia recuperar la sociedad de clase media que hemos perdido.


VERDAD Y RECONCILIACIÓN :


Hay muchos otros asuntos de los que deberá ocuparse, por supuesto. En particular, no mencioné ni una palabra acerca de la política ambiental, que es finalmente el tema más importante de todos. Y no lo hice porque sospecho que no será posible aprobar un plan integral para abordar el tema del cambio climático en su primer año. Sin dudas, incluya en el plan de recuperación inicial toda la inversión relacionada con el ambiente que pueda, como puede ser gastar en la mejora de la eficiencia energética. Pero supongo que 2009 no será el año para introducir medidas cap and trade (comercio de derechos de emisión) para reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Si me equivoco, genial – pero no espero grandes movidas en política ambiental enseguida.


Tampoco dije nada acerca de la política exterior. Su equipo es muy conciente de la necesidad de aminorar la guerra en Irak – la cual, ya que estamos, cada año está costando casi tanto como lo que nos costarían los subsidios a los seguros necesarios para implementar la cobertura médica universal. Usted también es conciente de la necesidad de encontrar la solución menos mala para el desastre de Afganistán. Y no quiero ni pensar en Pakistán – pero usted sí debe hacerlo. Buena suerte.


Hay, sin embargo, un área en la que siento que no puedo ser disciplinado. Soy un economista, pero también soy ciudadano estadounidense – y como muchos ciudadanos, he pasado los últimos ocho años viendo horrorizado cómo la administración Bush traicionó los ideales de la nación. Y no creo que podamos dejar esos terribles años atrás a menos que hagamos un reconocimiento total de lo que pasó realmente.


Sé que la mayoría de la gente de Washington le está pidiendo que olvide el pasado, de la misma manera que le pidieron a Clinton que mantenga oculta la verdad sobre los escándalos de los años Reagan-Bush, en especial el asunto Irán-Contras. Pero sabemos cómo terminó eso. La misma gente que abusó del poder en nombre de la seguridad nacional hace 20 años volvió como parte del equipo que –bajo el segundo George Bush – lo hizo de nuevo, y en una escala mucho más grande. Fue una lección acerca de lo verdaderas que son las palabras de George Santayana: aquellos que no aprenden de su pasado están condenados a repetirlo.

Por eso esta vez necesitamos una explicación completa. No una casa de brujas, quizás ni siquiera procesamientos, pero algo como la Truth and Reconciliation Commission (Comisión por la Verdad y la Reconciliación) que ayudó a Sudáfrica a reconocer lo que sucedió durante el apartheid. Debemos saber cómo fue que Estados Unidos terminó peleando una guerra para destruir armas que no existían, cómo la tortura se convirtió en un instrumento de rutina de la política estadounidense, cómo el Departamento de Justicia se volvió un instrumento de persecución política, cómo la corrupción descarada floreció no sólo en Irak, pero a lo largo del Congreso y la administración. Sabemos que estos males no fueron, a pesar de lo que digan los apologistas, el resultado de errores sinceros o un par de manzanas podridas: la Casa Blanca generó un clima en el que el abuso se volvió habitual, y en muchos casos probablemente fue el instigador principal de estos abusos. Pero no alcanza con dejar a esta realidad en el ámbito de las cosas que 'todo el mundo sabe', porque pronto serán negadas u olvidadas, y el ciclo de abuso volverá a empezar. Toda esta historia macabra debe ser sacada a la luz.

Probablemente sea mejor que el Congreso lidere la investigación de los años Bush, pero su administración puede hacer su parte, evitando usar su influencia para desalentar las investigaciones, y también poniendo fin al muro de silencio de la administración Bush. Permita que el Congreso tenga acceso a los registros y los testigos, y deje que la verdad sea dicha.
Dicho esto, el futuro es lo más importante. Este mes celebramos su llegada a la Casa Blanca; en tiempos de gran crisis nacional, usted trae consigo la esperanza de un futuro mejor. Ahora depende de usted cumplir con esa esperanza. Llevando a cabo un programa de recuperación aún más audaz y completo que el New Deal, usted puede no sólo dar vuelta la economía, puede poner a Estados Unidos en el camino hacia una mayor igualdad para las próximas generaciones.

Respetuosamente,

Paul Krugman

Del correo ilustrado


Demandan apoyo para el pueblo palestino

Más de mil 145 palestinos, masacrados en un callejón sin salida, ultimados como en una cámara de gas, sin ayuda, sin protección, sin que la vergüenza del negocio de la política y de los políticos se atrevan a enfrentarse a los barones de la guerra.

Activistas de diversas organizaciones, entre ellas mixtas (palestino-judías) comparten el destino de esta carnicería; movilizaciones en todo el mundo, incluyendo a judíos, nos manifestamos en contra de este terror, sin que el autismo de la ultraderecha israelí se detenga.

Israel es un Estado terrorista, pero el problema de la humanidad no son los judíos, sino el sistema de explotación capitalista, que destruye toda relación moral y de convivencia humana; como representantes de este sistema, la derecha y la ultraderecha mundial, llámese fascismo, nazismo, franquismo, yunquerismo, sionismo, Opus Dei, bautistas protestantes, al fin fanatismo dogmático que impone criterios de vida particular a la diversidad.

Exigimos un alto a este crimen de lesa humanidad, que lleva más de 50 años; a la Organización de Naciones Unidas, el envío inmediato de cascos azules para replegar al ejército israelí a las fronteras de 1967.

Exigimos al Congreso de la Unión la ruptura de relaciones comerciales y diplomáticas con Israel; a nuestro Presidente Legítimo, Andrés Manuel López Obrador, y a su movimiento, un compromiso de difusión y movilización en apoyo al pueblo palestino y judío que sufren la violencia de la ultraderecha sionista.

Luz María Acosta y Marco Arturo Calderas

viernes, enero 23, 2009

Crisis, Obama y Oriente Medio

Meps

Los sucesos en este mundo globalizado se presentan a una velocidad de vorágine, de tal modo que apenas se logra tener suficiente (?) información de algo cuando ya hay otro suceso tan o más importante o urgente que conocer y tratar de desentrañar; de esta forma siempre vamos a la cola, intentando seguir el ritmo de los acontecimientos que se traslapan y se modifican influyéndose entre sí. Estábamos con la crisis económica dándonos de golpes en la Bolsa y en la bolsa, cuando emerge la crudeza de la despiadada agresión israelí a Gaza como un moderno holocausto -por lo actual pero también por las tecnologías de guerra utilizadas, algunas incluso totalmente desautorizadas por el daño a la población civil, como las bombas de fósforo- y antes de que nos demos cuenta ya es tiempo de la toma de posesión de la presidencia de E.U. de quien fue (es) la esperanza encarnada para millones de habitantes del planeta, Barak Obama.

Tres supereventos, si es posible catalogarlos así, que han concentrado la atención, el estudio, la opinión tanto de legos como de los simples mortales del mundo entero. Tres eventos entrelazados e interinfluenciados. Porque nadie duda que la imbecilidad de Bush con su política económica y guerrerista le fue preparando el camino a la presidencia a un candidato democráta; luego la situación económica interna de la población norteamericana que estaba ya en crisis tuvo como cauce lógico la búsqueda de propuestas que sonaran frescas y francas. Como colofón de su horrible gobierno, Bush apoya a Israel en ese monstruosa carnicería que fueron las aproximadamente 3 semanas de los ataques a la franja de Gaza, que, de manera altamente sorprendente se detienen casi en la víspera de toma de posesión de Obama; un alto al fuego en que nadie con memoria cree dado el historial de Israel, y que pareciera que no le quiere quitar los reflectores a Barak o bien que éste tuvo que ver con el cese de las hostilidades creándole así un plus a su ya acrecentada imagen.

A los pocos días de que Obama resultó electo Noam Chomsky señalaba que habría muchos desilusionados de esa presidencia. Analistas de temas políticos agregaban que los más decepcionados serían precisamente quienes estuvieron más cerca y más tiempo siguiéndole y apoyándole, ya que Barak se iría corriendo hacia el centro para no desatar los temores republicanos.

El nuevo presidente ha declarado que en un año se cerrará la prisión de la base naval de Guantánamo, lo que efectivamente ha desencadenado la reacción de los del partido opositor, empezando por McCain, quien señala que es un error dado que no se tiene un programa sobre dónde quedarán los prisioneros, que además, asume –¿cómo no?- que son terroristas. Y eso que Obama habla sólo de cerrar la cárcel donde se ha acreditado suficientemente el uso y abuso de métodos de tortura a los prisioneros. Pero ¿qué pasa con Guantánamo mismo? Cuándo se saldrá E.U. de un territorio que no le pertenece? La base naval es un enclave norteamericano en la isla, con cientos de marines y arsenal que varía en intensidad según el momento político de que se trate. Algo que E.U. no permitiría en su territorio pero que puede imponer a países débiles como Cuba. Por cierto, sobre el embargo impuesto a la isla desde hace 40 años, ése no se levanta, ya lo dijo el presidente.

Además de otras cosas, Obama declaró también que están listos (los estadounidenses) para seguir siendo líderes. Preguntamos los habitantes del resto del planeta que no es E.U. ¿Pero a cuenta de qué van a ser nuestros líderes? ¿quién se los ha pedido? Esa idea de la supremacía norteamericana es muy peligrosa, nos recuerda al pensamiento alemán de amarga memoria.

Y sobre el conflicto palestino-israelí, la postura de Barak Obama no fue de clara condena contra el genocidio; de hecho Hamas resiente la acusación del nuevo presidente estadounidense de que fueran ellos los que durante años hayan lanzado cohetes contra Israel y que les exija el cese a dicha práctica sin tomar una postura igual de recriminación y exigencia hacia el estado Israelí, culpable de una de las peores masacres de civiles en la historia moderna.

Sobre el plan económico para sacar de la crisis a Norteamérica consistente en inyectar muchos millones para evitar o paliar el desempleo pronosticado, se rescata el plan de austeridad que significa la congelación de sueldos a funcionarios de alto nivel, así como la transparencia del gobierno; además la aplicación de la ley no sólo en la letra sino en el espíritu.

En fin, como dijo Fernando Savater, el hecho mismo de que Barak Obama sea presidente de E.U. es ya un hecho histórico, dado el historial racista de esa nación. Representaba además la opción ante la podredumbre que significaría otra administración republicana y expresaba la necesidad y la voluntad por un cambio que se hizo corpóreo en el demócrata negro contrincante de Hillary. Frente a la amenaza –para la población no sólo norteamericana sino del mundo entero- de McCain, era claro que el voto debería irse hacia Obama. Hay quienes afirman –como nuestro sub, hablando de la realidad mexicana- que no hay que escoger al menos malo, sino que se trata de construir un mejor mundo. De acuerdo en lo segundo, pero (una verdad de perogrullo) si en una contienda no gana el menos malo, entonces ganará el peor, y eso serán los pueblos los que lo habrán de sufrir, como en nuestro caso; y no es justo.

Tenemos derecho a la esperanza, tratemos de ser moderados en el optimismo y sigamos trabajando desde abajo para lograr un mejor mundo para todos.






Extorsionadores a domicilio

Lydia Cacho


Una mujer joven arregla su boutique en la Quinta Avenida en Playa del Carmen, piensa en su familia, feliz de haber dejado la ciudad de México. Un hombre entra a la tienda; guayabera negra de lino y pantalón negro, uno ochenta de estatura, tez morena, gesto adusto.. Le explica que la seguridad para que los maleantes no ataquen su tienda le va a costar 30 mil pesos mensuales. Ella no entiende. El hombre levanta su camisa, porta una pistola de alto calibre. “Cada día veinte cobramos” dice el sujeto al salir. El jefe de la policía explica a la mujer y a su esposo: “son los zetas, no se puede hacer nada, denles lo que puedan”. La pareja huye de regreso al Distrito Federal; quebrada, asustada y con sus sueños aplastados en un país sin ley.

Un hotelero me mira a los ojos mientras habla, no puede creerlo, el suyo es un hotel cinco estrellas, la petición de los zetas es de 50 mil dólares mensuales. Ni la policía, ni el alcalde ni el gobernador le pueden asegurar que los narcos no cumplirán la promesa de secuestrar a su hija de 14 años si no paga.

Tal vez lo mejor sea mudar su inversión a otro país, esto parece que empeorará antes de mejorar, asegura.

Caminando en la Quinta Avenida de Playa del Carmen, dealers jovencitos nos ofrecen coca, tachas y methas. Los militares que pasean por la playa, a dos cuadras, miran a las turistas en bikini. Cargando sus rifles y con el rostro cobrizo bañado de sudor, aparentan dar seguridad al turismo. Frente al centro comercial dos agentes federales uniformados de azul, fornidos y guapos, sonríen y charlan con unas jovencitas americanas.

Los negocios, desde restaurantes y cerveceras hasta hoteles o perfumerías de lujo en Cancún y Playa del Carmen han recibido las órdenes de pagar un impuesto secundario: el de los sicarios que se hacen llamar Zetas. Los alcaldes y el gobernador responden “hemos pedido apoyo al gobierno federal, el fenómeno nos rebasa”.

En la cárcel municipal de Cancún, un preso detenido por vínculos con el narcotráfico, es el jefe. Una mujer espera audiencia con “el Zeta” él mantiene el control adentro y afuera de la cárcel, el negocio, las drogas, el buen comportamiento de los presos; a las esposas les ayuda para que sus hijos estudien.


El director de la cárcel está de adorno, asegura un custodio avergonzado.

Un convoy de camionetas y patrullas pasa por la avenida Bonampak, supongo que será una avanzada presidencial. A dos cuadras se detienen, de la camioneta blindada y escoltado por militares cubanos, Greg Sánchez, alcalde de Cancún, baja vestido d elino blanco con zapatos claros, para que le tomen la foto para una publicidad de obra pública. Se sube a la camioneta y se dirige a la carretera para luego cruzar hacia Cozumel. Custodiado fuertemente aborda su Lear Jet 45 nuevecito, ordena a su piloto privado que lo lleve a la ciudad de México para reunirse con líderes del PRD, partido al que pertenece.


Por el país Calderón viaja rodeado del Estado Mayor presidencial, los gobernadores con ropa y vehículos blindados, mientras la ciudadanía no tiene protección ante los ex militares transformados en brazos armados del narco.

Aquí mandan los zetas, parece ser la frase con que las autoridades se quedan al final del día. Nadie se salva, ni las grandes corporaciones cerveceras, amenazadas con bazucas, ni los gaseros de Zacatecas, ni los hoteleros de la Riviera Maya. Mientras, en el país se forman grupos paramilitares ante la desprotección del Estado. Parece un mal remake de la historia de Colombia; aunque la sociedad mexicana no ha reaccionado como lo hizo la colombiana. Miles emigran al extranjero para salvar la vida, quien puede culparles. Para los capos no sólo se trata del dinero: lo que les apasiona es apropiarse del poder formal, su guerra -contrario a lo que dice el Presidente- sí es contra la sociedad, así debilitan el poder del Estado. Mientras tanto el procurador dice que no hay guerra, que es solamente contra los delincuentes; sus argumentos son débiles e incongruentes.

Cada vez que les escuchamos, el discurso de legisladores y políticos en general, suena hueco, falso. La verdad es que ni la Suprema Corte se salva de su corresponsabilidad por la situación actual de México. Un fuerte grupo de Ministros han protegido al poder criminal. La sociedad ya lo ha entendido. No sé si en México tenemos un Estado fallido, pero no hay duda de que en algunas regiones estamos padeciendo un Estado desplazado.

¿Qué tendrá que suceder para que arresten a los gobernadores y alcaldes aliados con el Narco?

No se puede construir un estado de derecho sobre cimientos corrompidos.