LLEGAN A PREDIO EMPISTOLADOS Y QUEMAN CASAS

A punta de pistola, cinco hombres que bajaron de un taxi irrumpieron con violencia en el predio Las Adelitas de Villa, en las faldas del Cerro del Topo Chico, en Escobedo, donde sacaron a tres familias de las seis viviendas de madera que ocupaban para luego rociar gasolina y prender fuego a los inmuebles.

El Norte, 14 noviembre de 2007.
Por Rodrigo Ramírez.

A punta de pistola, cinco empistolados sacaron de sus casas a tres familias del predio Las Adelitas de Villa, en las faldas del Cerro del Topo Chico, en Escobedo, y tras rociar con gasolina sus propiedades les prendieron fuego, que consumió seis casas.

En pleno mediodía, los pistoleros bajaron de un taxi y entraron a las casas de madera y techo de lámina para amenazar a tres familias, de 30 que habitan el terreno, hasta lograr que salieran.

Con garrafones de gasolina que ellos llevaban empezaron a rociar las estructuras de madera y les prendieron fuego, que empezó a propagarse con rapidez sobre las viviendas.

Nada pudieron hacer los dueños para impedir que los empistolados quemaran sus casas, aunque la situación se complicó aún más cuando una bomba de agua de los bomberos de Escobedo falló y no pudieron evitar que todo quedara reducido a cenizas.

En un intento por sofocar el fuego, unos vecinos corrieron con botes y cubetas a sacar agua de una pipa estacionaria, a una distancia de 50 metros, para regresar al lugar del incendió y arrojar el agua sobre las brasas que ardían, informó el comandante de la Policía municipal Rito Moreno.

Luego de 60 minutos de esfuerzos, los afectados y el personal de auxilio quedaron ante un panorama desolador, porque los muebles, ropa, aparatos eléctricos, documentos, habían sido consumidos por el fuego, a causa del presunto atentado de cinco pistoleros.

“Entraron dos sujetos a mi casa, uno con un tanque de gasolina y otro atrás con una pistola, y me amenazó: sálgase, señora, sálgase, porque esto va a arder (le ordenó la persona armada)”, expresó María de los Ángeles Saavedra, de 46 años.

“En eso yo le habló a mi esposo, como anda de noche, estábamos dormidos, le digo: Ramón, levántate; pero los fulanos ya habían estado adentro y habían rociado todos los sillones (con gasolina)”, dijo con tristeza.

Mencionó que todavía alcanzó a ver a otros tres pistoleros que le pegaban a su vecina, María Guadalupe Molina, para que abandonara su casa, en el predio, ubicado arriba de Fomerrey 36.

NOTA: DIVERSAS MAFIAS ESTÁN EJERCIENDO SU PODER EN EL ESTADO, CON LA COMPLACENCIA O COMPLICIDAD DE LAS AUTORIDADES FEDERALES, ESTATALES Y MUNICIPALES.

NO RESPETAN LA VIDA NI LAS PERTENENCIAS DE LAS PERSONAS O COMO EN ESTE CASO VIOLANDO LAS LEYES Y LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS FAMILIAS, PRETENDEN DESPOJARLOS DE SUS PREDIOS Y VIVIENDAS.

SI LAS AUTORIDADES NO APLICAN LA LEY Y CASTIGAN A LOS CULPABLES, ES HORA YA DE QUE EL PUEBLO INICIE LA ORGANIZACIÓN DE LA AUTODEFENSA DE SU VIDA Y PATRIMONIO, FORTALECIENDO SUS ORGANIZACIONES SOCIALES Y POLITICAS, ASÍ COMO LA UNIDAD Y LA SOLIDARIDAD ENTRE ELLAS.