domingo, abril 13, 2008

Carta Abierta al Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano


12 de abril del 2008

Sr. Ingeniero:

A raíz de sus declaraciones surgen muchas dudas que agradecería usted aclarara.

Sus declaraciones casi no tuvieron difusión. A diferencia de cuando usted salio pidiendo la anulación de las elecciones en el PRD, o que usted “no veía indicios de privatización”, o cuando despotricó contra AMLO, esta vez las televisoras no estuvieron repitiendo sus palabras dia y noche.

¡Que error táctico cometió usted ingeniero! Usted, conocido como el líder de la izquierda “bien portadita” podría haber pedido que López Droguira le concediera espacio, en horario estelar, con cobertura nacional, y habría usted podido hacer ahí sus declaraciones. Puta madre, ¡hubiera sido genial! ¡Ni modo que ahí lo hubieran acallado! Entonces si lo hubiera oído el pueblo de México.

Entonces, ingeniero, ¿para quien eran sus declaraciones? Para mi es evidente que los únicos que recibirían el mensaje serian los renegados. La gran masa de pueblo mexicano ni se entero. Y, como le dije, usted es el responsable de ello, por no haber tenido nada de colmillo. (¿O más bien se hizo el pendejo?)

Pero, y si usted sabia que solo los renegados se enterarían de su mensaje, ¿cual fue entonces la intención de este? ¿Desea usted encabezar el movimiento contra la privatización? ¿O está usted tan solo haciéndole un servicio al sistema y piensa dividir nuestro movimiento?

Mire que realmente era usted, el hijo del general, el que debería de haber estado al frente de este movimiento. ¡Y desde hace meses! Pero, hasta hace poco, usted no veía ningún peligro. ¡Que bueno que AMLO anduvo organizando a la gente con anterioridad! Se imagina, con usted al frente, apenas ahora estaríamos tratando de organizarnos. No habría Adelitas ni brigadas ni tomas de tribunas ni una chingada. Es mas, ¡hasta la puta iniciativa del enano ya hubiera sido aprobada!

¿Por qué debemos de aceptar el liderazgo de alguien que ha demostrado tanta ceguera y torpeza? En 1847 hubiéramos estado mejor con un Gabriel Valencia al frente que con un Santa Anna. Este Valencia, durante la batalla de Padierna había logrado ventajas tácticas sobre el enemigo. Pidió el apoyo de Santa Anna pero este, por envidias, se lo negó y el resultado fue que la victoria se convirtió en una derrota espantosa. Creame, yo prefiero seguir a un Valencia que, aunque no era perfecto, por lo menos era entrón y de lucha que a seguir a un Santa Anna que no solo era muy pendejo y sino que además había tenido tratos “en lo obscurito” con el enemigo.

Y es que usted, ingeniero, antes de siquiera atreverse a emitir mensajes a los patriotas mexicanos debería explicar sus “tratos en lo obscurito” con el enemigo. Le pido que clarifique como chingaos fue que se le ocurrió a usted y a Lazarito mandar un incondicional –Héctor Heredia Zubieta—a la reunión de Banff. ¿A qué fue el fulano? ¿Qué propuestas llevó de su parte?

Y es que lo mas cercano a esta reunión fue la de Miramar, donde los conservadores traidores fueron a ofrecerle la corona de México a un habsburgo sifilítico. Fue en Banff, reunión convocada por George Schultz, el verdadero cerebro detrás de las administraciones de los Bush, donde se acordó como (acabar de) robarle a México su petróleo. Le repito la pregunta, ingeniero, ¿para que chingaos mandó un incondicional a una reunión de traidores a la patria?

Y es que en Banff asistió la crema y nata de la mierda mexicana. Ahí estaba Pedro Aspe, representante del salinismo, Juan Camilo Mouriño, representando a los intereses de REPSOL, Vinicio Suro de PEMEX, dispuesto a mostrarle a los gringos donde estaban los “tesoritos” mexicanos, y otras putas, representando a Walmart de México, Pepsi Cola, etc., etc. ¡Como chingaos no iban usted y Lazarito mandar una puta! ¡Faltaba más!

Mientras no aclare usted este punto no puedo sino concluir lo peor: que usted mando a su incondicional a esa reunión a ofrecerle a George Schultz no solo las nalgas sino que usted y sus chuchos se encargarían de dividir y sabotear al movimiento. (Cuando Banff tomo lugar, a principios de septiembre del 2006, AMLO todavía tenia todo Reforma.) Por supuesto, eso requeriría financiamiento. Nunca lo acusare a usted de pendejo (si se hace tal es otra cosa). Bien lo decía Bismarck: “mit gold das hunde tanzen” o en cristiano, con dinero baila el perro.

Y ahora usted sale con estas declaraciones. Perdone lo mal pensado pero solo puedo concluir que el enano le habló a usted golpeado. Después de todo, ni logro acallar el movimiento, ni tampoco lograron sus chuchos apoderarse del PRD, ni tampoco hay ya quien lo pele, vamos, sus chuchos están tan bueyes que no pueden ni impedir la toma de las tribunas. Como dirían los gringos (si no es que Tony Garza ya se lo dijo en su cara), “Cárdenas can’t deliver” o sea, usted no da el kilo.

Lo mas embarazoso para el enano es que va ir en días recientes a gringolandia y ahí el patroncito don Chorch lo va a poner como al perico. El mismo juicio que seguramente le aplicó el enano a usted se lo aplicaran al enano: si no puede entregarle PEMEX al patroncito, entonces, “Calderón can’t deliver”. ¿Entonces, para que chingaos lo quieren en la silla los gringos?

Así pues, yo en lo personal le doy la bienvenida a sus declaraciones. Dudo de la sinceridad de estas. Si el enano ya le está hablando golpeado entonces esto me indica que ya están desesperados y las ratas ya abandonan el barco.

Nosotros ni siquiera hemos sudado. Entre usted y sus chuchos y los taravisos y los pefepos le han hecho a la resistencia lo que el viento a Juárez. Y si usted cree que con sus declaraciones va a ponerse al frente del movimiento siento desilusionarlo. ¡Lastima Margarito! Es evidente que naiden le va a hacer caso.

Sepa usted que uno de los generales que estuvieron al frente de los mexicanos el cinco de mayo, Miguel Negrete, un grandísimo hijoeputa muy hábil, había sido conservador y le había partido la jeta varias veces a los juaristas. Se presento ante Zaragoza, pidiéndole que le diera oportunidad de pelear, aunque sea de soldado raso, pues “el no era traidor”. Si sus palabras son sinceras, estoy seguro que en cualquier brigada lo aceptan, aunque sea “de soldado raso”.

Lo siento, es usted demasiado torpe y ciego para hacerla de coronel, no le llega ni a los talones a Negrete. Pero si está dispuesto a servir a la patria aun en un puesto humilde serviría para mostrar que si heredo aunque sea tantito de los huevos de su padre. Le repito: busquese una brigada y pida que le dejen entrar “aunque sea de soldado raso”.

De otra manera, ingeniero, el juicio de la historia le será tan rígido y cruel como lo fue con Petain. Este mariscal, en la primera guerra mundial fue una de las glorias de Francia. Pero en la segunda, llevado por su ambición y ya sufriendo de demencia senil se convirtió en un asqueroso traidor, pelele de los nazis.

Si no tiene usted los huevos y la dignidad para andar repartiendo volantes, hablándole al pueblo, y enfrentado pefepos en una brigada (y bien que hay en estas personas aun de mas edad que usted), le recomiendo entonces que se regrese a Michoacán. Usted y Lazarito ya son dueños de ese estado. Ya no necesita andar haciendo desfiguros en estos trotes. Ya está usted hinchado de feria, chingaos, que Dioj se lo multiplique, nomás no este chingando.

Si el enano triunfa seguro que la Fluor de George Schultz incorporara a usted y a Lazarito a la mesa directiva de esa corporación, con su correspondiente vaquita en las islas Caimán. Y si no, pos no creo que vaya a pasar hambres.

Atte.

Pomponio.


1 comentario:

San Judas Cuauhtemoc Cardenas dijo...

CUAUHTEMOC CARDENAS SOLORZANO EL VICTORIANO HUERTA, TRAIDOR Y ARIETE DEL GOBIERNO

En cierta ocasión tuve la oportunidad de conocer a un paisano que, entre plática y plática me comentó que tiempo atrás, antes de dedicarse al negocio de la soldadura —ahora carena barcos en los diques de la región—, había sido zardo en su juventud.

Me dijo que por cosas del destino y siendo su padre amigo personal de un prominente político, éste lo sacó de repente de la milicia para insertarlo en el grupo que servía entonces como guardia presidencial en los tiempos de la transición del poder entre De la Madrid y Carlos Salinas.

Por supuesto que no me sorprendió en absoluto cuando le escuché decir que ahora, el tan sólo pronunciar el nombre de Salinas le producía un cierto escozor en el pescuezo, pero reconoció que en su tiempo, “el chaparrito mondo” tuvo un poder súper encabronado en nuestro país. Y he aquí que de repente, entre parrafada y cháchara, se le salió decirme algo que en verdad me cimbró.

Me dijo en voz baja, que en determinada fecha del año 1988, justo en los aciagos tiempos electorales y en cierto lugar (no mencionó el sitio naturalmente) de la ciudad de México, él fue testigo de un encuentro discretísimo entre las íntimas huestes de Cuauhtémoc Cárdenas y las de Carlos Salinas. Ellos, como cohorte personal de un Salinas ya “electo”, recibieron ordenes de acordonar la cuadra donde éstos dos individuos se entrevistaron, y desde luego, nada pudieron saber de lo que acordaron en secreto. Pero lo que sí pudo mirar —así sin más—, fue cuando Cárdenas salió del edificio cargado con maletas de dinero —él dixit—, las que metió rápidamente a uno de los vehículos para perderse después entre el tráfico.

Esto que digo no tendría nada que ver con inocencia o sospecha, con candor o suspicacia, con ingenuidad o recelo a no ser por la noticia que se publicó apenas ayer en “todos los periódicos México” sobre la personal postura de Cárdenas respecto de los sucesos políticos que están ocurriendo en el país. Sabido es que Cuauhtémoc, “el águila que cae”, por años ha tenido un cierto prestigio político —a últimas fechas ya algo desgastado— que, bien manejado por los cabecillas de la imposición puede surtir algún efecto en las ¿cándidas? mentes del defraudado elector.

Por ello cuando leí la nota recordé la confidencia que me hiciera aquel paisano, el que fuera militar en su juventud y a la postre guardia presidencial, pero que hoy prefiere ser carenador de barcos en los diques de la región. Este humilde paisano, dolido por lo que vió, renunció poco después al cargo y prefirió salirse del estiércol que siempre ha sido la política mexicana.

Francamente y por más que uno le busque, no se puede entender la postura de Cuauhtémoc cuando todos sabemos que es el partido que él mismo fundó el que está luchando por un cambio de cosas en el México del siglo veintiuno. ¿De qué se trata, Cuauhtémoc? Como están las cosas casi todos sabemos —y una gran mayoría, cándidamente, lo sospecha— que en 1988 hubo fraude electoral. ¿Y qué hizo el buen Cuauhtémoc? ¿Volar como el águila aunque le quemasen los pies o entrevistarse a ultranza con Salinas para pactar la elección, para recibir esas maletas que mi paisano dice que miró? Y aquí la pregunta es: ¿se vendió Cuauhtémoc en el 88? No lo sabemos.

Pero si él en su momento no actuó con patriotismo, no fue capaz de defender un triunfo que a todas luces le favoreció, ¿por qué se opone ahora a que López Obrador defienda su causa envuelto en la bandera de su propio partido?

¿Daño irreversible a la izquierda o defensa de intereses particulares? ¿De qué se trata?

Ahora mismo he comenzado a sentir —así sin más—, al igual que mi paisano, el viejo zardo retirado sintió, un cierto escozor en el pescuezo.

Y puedo ver pájaros negros que sobrevuelan Palacio, penachos de plumas que se derriten en el fuego, extranjeros que nos queman los pies para encontrar el tesoro… y también —así sin más, como entre brumas—, a un águila que cae.