De nuevo, el ambiente de fiesta popular se dejó sentir: la gente anhelante de esperanza, rabiosa ante las injusticias diarias y las falsedades de la clase en el poder, pero siempre solidaria, amistosa entre sí, comprensiva y cariñosa con su líder y con el resto de asistentes. Gente que no asistió a la marcha de la víspera pero que quizá asistirá a la marcha del día posterior, la de la defensa por la soberanía alimentaria y contra la carestía. Gente de la de a pie, la que viaja a diario en metro o en camión, gente que no se perfuma ni estrena blanco prístino en una marcha de iluminados e iluminadores, sino que viste como siempre aunque sea domingo, gente que no es entrevistada por la tv sobre sus próximos proyectos o su vida familiar famosa y glamorosa. Gente, la gente de México, la que sufre los sinsabores que la hace padecer la otra parte, la parte "bonita" de este país desigual.
Ahí están firmes, consecuentes, prestos. Ninguneados o minimizados por las voces oficiales, pero presentes sin necesidad de llamados de microfonistas televisivos, sin ser requeridos, llamados o inducidos por cúpulas empresariales u organismos derechosos; informados por esa corriente de participación ciudadana continua aunque insuficiente.
Afortunadamente, AMLO actúa prudentemente al no informar públicamente sobre los pasos a seguir o las acciones a tomar. ¿qué caso tiene adelantar lo que al minuto sería criticado, denostado, bloqueado? Sin embrago se equivoca al citar a una concentración para el 15 de septiembre en el Zócalo; se equivoca porque señala será una hora solamente para dejar paso al teatrito del espuriato. La gente se niega, se oye un NO claro y rotundo de la gente. No se quiere dejarle el paso libre a Calderón. Pero AMLO insiste. Finalmente la gente cesa en su negativa. Por convencimiento? Por adhesión irrestricta? Por confianza extrema en quien encbeza el movimiento y la esperanza? Porque finalmente irá y no querrá retirarse a pesar del pedimento de Obrador?
Mientras, ¿qué pasará en el plano parlamentario? AMLO avaló la propuesta hecha por los expertos, pero ¿la versión final de tal propuesta fue revisada por el gobierno legítimo a detalle para que no se fueran gazapos o errores involuntarios que pesarán a la hora de la discusión? Habrán metido mano de alguna manera los chuchos en este proceso? Lo cierto es que muchos no confían en la discusión a ese nivel, en donde las negociaciones ya no serán consultadas sino decididas por un sector del perredismo que se ha ganado a pulso el repudio de la gente.
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