martes, mayo 11, 2010

Un gobierno de izquierda para México



México merece un gobierno de izquierda: Vasconcelos


Judith Amador Tello


MÉXICO, D.F., 10 de mayo (Proceso).- Al repasar y analizar la concepción cultural que su padre, José Vasconcelos, aplicó para la educación del México posrevolucionario en el siglo XX, el exembajador Héctor Vasconcelos lamenta que la derecha en el poder no esté interesada en la formación humanística, sino en la capacitación exclusiva para la producción económica. Hay una razón: “La derecha tiene desprecio y temor a las ideas”.

Convencido de que la derecha tecnocrática está quebrada y ha llevado al fracaso económico al país y al mundo, Héctor Vasconcelos considera que México debe darse la oportunidad de tener nuevamente un gobierno de izquierda, luego de que han transcurrido 70 años desde la presidencia de Lázaro Cárdenas.

El exdiplomático, miembro de la comisión de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para la celebración del Bicentenario de la Independencia de México y el Centenario de la Revolución, y actual secretario de Relaciones Internacionales del llamado gobierno legítimo, vislumbra incluso que habría un mejor proyecto educativo y cultural opuesto a la manifiesta carencia de ideas de los gobiernos panistas.

Y es que para el hijo del filósofo y político José Vasconcelos, exrector de la Universidad y fundador de la Secretaría de Educación Pública, la exclusión de la filosofía y de las humanidades en la enseñanza media superior (Proceso 1695 y 1738) y el retiro del representante permanente de México ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) (Proceso 1733), no son hechos aislados, sino signos del desprecio y el temor por las ideas, característicos de la derecha.

Por ello, se suma a las críticas que diversos filósofos y especialistas en educación han expresado en este semanario, en el sentido de que a los últimos gobiernos no les ha preocupado la educación integral, la formación de individuos pensantes y críticos, sino la capacitación de mano de obra para servir productivamente al sistema económico en el poder.

Mientras en la concepción de educación, que ha imperado en los últimos siglos en Occidente, lo fundamental es formar la mentalidad de los estudiantes para que puedan ejercer un pensamiento crítico, aquí la tecnocracia en el poder –acorde con las políticas del consenso de Wa-shington– quita el énfasis en la formación humanística.

La supresión de la filosofía viene a ser un paso más de la reforma al sistema educativo, en la cual ya se había eliminado etapas de la historia en la enseñanza secundaria, y parte de un proceso de décadas en el cual se ha venido desvinculando los proyectos educativos y culturales (Proceso 1748). En este sentido, apunta Vasconcelos:

“La cuestión de la historia es realmente crucial, porque si no es a partir del conocimiento de la historia del país propio, ¿cómo pueden formarse ciudadanos que valoren y evalúen el presente de cada generación? Me parece que solamente a partir de una perspectiva histórica y filosófica puede uno tomar decisiones maduras el día de hoy.

“Pero la derecha ha temido históricamente las ideas, porque la derecha no tiene ideas, tiene prejuicios. Ha sido así durante siglos en todas partes del mundo. Y ciertamente la derecha mexicana también ha tenido prejuicios en vez de ideas, entonces es evidente que no tiene ningún interés en que los jóvenes y los adolescentes se formen en la filosofía y en la historia, pues eso es lo que desarrolla las ideas; quieren gente que simple y sencillamente asuma los prejuicios de la derecha y luego sirvan a la función productiva.”

Advierte, sin embargo, una paradoja en el hecho de que para los tecnócratas lo fundamental sea lo económico, pues no tiene buenos resultados en ese campo:

“Fueron ellos los que nos llevaron a una crisis económica como la del año pasado. Es decir, desde mi punto de vista, esta derecha tecnocrática está quebrada en los hechos, porque causaron una crisis internacional que es –por lo menos– la más grave desde 1929.

“Si tuvieran estos criterios puramente economicistas o financieros para llevarnos al éxito, ¡pero no! Nos han llevado al fracaso y han detenido el crecimiento de México que, como todos sabemos, durante los años cuarenta, cincuenta y sesenta tuvo un auge económico importante que permitió –por ejemplo– el surgimiento de una clase media. Desde que la tecnocracia está en el poder, básicamente desde 1982 y de manera muy acusada ahora con los gobiernos del PAN, ni siquiera ha producido prosperidad económica.”

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