lunes, junio 25, 2012

Por la Coordinación de la Proclama por el Rescate de la Nación:
Mario Saucedo, Miguel Concha y Miguel Álvarez.

MANIFIESTO
POR LA PAZ Y LA LEGALIDAD ELECTORAL

Los ciudadanos firmantes del presente Manifiesto queremos expresar a las autoridades electorales federales y estatales, a las autoridades representantes de los ejecutivos federal, estatal y municipal de todo el país, y a la opinión pública, las siguientes consideraciones:
Uno. Nuestro país se encuentra en estado de emergencia nacional a causa de una guerra declarada por el titular del ejecutivo, no para controlar y combatir al crimen organizado, cuya violencia se sigue multiplicando con su estela de dolor y sufrimiento, sino para proteger  intereses de empresas monopólicas y de conformidad con el gobierno norteamericano y su política guerrerista. El resultado de esta estrategia de guerra es la catástrofe humanitaria en que se ha hundió al país.
Dos. El proceso electoral en curso representa la posibilidad de un cambio por la vía institucional de las políticas que han comprometido la paz y tranquilidad, la soberanía, la justicia y el bienestar de la población. Es claro que la legalidad y la legitimidad de dicho proceso va a depender del respeto irrestricto a la voluntad popular expresada en el sufragio. Y los responsables de que así suceda son el gobierno federal y los estatales, las autoridades electorales y, también los poderes fácticos. De no resultar así, tal vez esta sea de las últimas oportunidades para que siga vigente la vía electoral como medio para acceder al gobierno en un clima de paz social
Tres.  En nuestra historia reciente el fraude y la imposición han puesto en riesgo la estabilidad política y social. Dan cuenta de ello las elecciones para presidente de 1988 y del 2006, así como una cantidad importante de elecciones municipales y estatales, en donde los gobiernos han impuesto candidatos que no ganaron limpiamente. Y no solo en las urnas no se respeta el sufragio. La utilización de recursos públicos, o los de origen ilegal proveniente del crimen organizado, o los gastos por encima de los topes de campaña, han estado presentes en numerosos procesos electorales. A ello también se suma la denigrante práctica de la compra de votos, que lucra con la pobreza; la compra de autoridades; la parcialidad y arbitrariedad de órganos electorales; amenazas e intimidaciones sobre votantes y candidatos e incluso la  represión y la muerte; la injerencia ilegal e inmoral de los medios de comunicación y de los poderes fácticos. 
Cuatro. La irrupción del movimiento estudiantil y juvenil “#Yosoy132” ha puesto de manifiesto, en esta coyuntura, la grave decisión del monopolio televisivo de imponer a su candidato como presidente de la República. Detrás de ello está la intención de garantizar la permanencia de su control mediático sobre la sociedad, así como la de resguardar los privilegios de las minorías que detentan el poder político y económico. La autoridad electoral tiene el deber y la gran responsabilidad de garantizar la transparencia, equidad, imparcialidad, objetividad y legitimidad de los comicios. Pero advertimos, con preocupación, la presencia de prácticas utilizadas en elecciones anteriores que ponen en riesgo el pleno respeto del derecho al sufragio efectivo. 
Quinto. Confiamos en que las distintas autoridades y los poderes fácticos respeten a cabalidad la voluntad popular de los mexicanos, haciendo valer el voto. Deseamos unas elecciones limpias y justas, que le den incuestionable legalidad y legitimidad al proceso y a quien resulte triunfador. Para todos debe estar claro que, ante el clima de violencia, de inseguridad, de desesperanza, nada agravaría más ésta situación, que el intento de imponer a alguien por el camino del fraude.  
Queremos dejar en claro a todas las autoridades que si pretenden fraguar un fraude, tendrán como respuesta nuestra movilización y nuestra resistencia en contra de tal propósito. Lo haremos, no tengan duda, de manera pacífica, no violenta, pero con la firme determinación de revertir cualquier intento de atropellar la voluntad popular, expresada en el sufragio. Este es nuestro deber y así lo consideramos los firmantes de este Manifiesto, ciudadanos libres y comprometidos con la justicia, la paz, la dignidad y con nuestra patria. 
Convocamos a mujeres y hombres de todas las edades y sin distinción de creencias ideológicas o religiosas, de todas las condiciones sociales y de las distintas filiaciones políticas, a participar activamente en defensa de la legalidad del proceso electoral. Y si no hay elecciones legales y limpias, convocamos a manifestaremos pacíficamente por todo el país, y a nivel internacional. Convocamos a la resistencia civil y pacífica, que de manera creativa y efectiva impida otra imposición.  
Para analizar retos y escenarios desde nuestros movimientos, les invitamos a reunirnos en espacio unitario el próximo sábado 23 de junio y el sábado 14 de julio. A la brevedad mandaremos propuesta de lugares.
México DF, junio de 2012
  
Firmantes:
Por la coordinación de la Proclama por el Rescate del la Nación

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