HSBC LAVADERO DE NARCOS
Desconocen a culpables de HSBC
Jessika Becerra, El Norte, 18 diciembre 2012
MÉXICO.- Pese a que el delito de lavado de dinero en HSBC es objeto de investigación por parte de las autoridades de Estados Unidos, en México aún se desconocen a los funcionarios culpables y las medidas que tomó la firma para sancionarlos.
Investigaciones de las autoridades financieras en Estados Unidos sobre el delito de lavado de dinero en HSBC, sostienen que las sucursales de este banco en Sinaloa enviaron mil 100 millones de dólares en efectivo a EU sólo en 2008.
Los recursos se relacionan con el Cártel de Sinaloa, de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y el Cártel del Norte del Valle de Colombia que lavaron al menos 881 millones de dólares en HSBC Bank USA entre 2006 y 2010.
Sin embargo, en México, la institución financiera reiteró que en México el tema se cerró con el pago de la multa que impuso la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Por su parte, este organismo regulador reiteró que con esa sanción y con la corrección de los controles antilavado de HSBC, el asunto se dio por terminado.
“El asunto fue cerrado por la CNBV en julio de este año con la aplicación y pago de la sanción por 28 millones de dólares (aproximadamente y la corrección en la aplicación de las normas preventivas de lavado de dinero”, sostuvo el organismo regulador.
Adjudican impunidad de HSBC a Gobierno
Acusan
ex fiscalistas que no se puede enjuiciar a empleados o ejecutivos
financieros de acciones delictivas graves si el banco es grande.
AP
Nueva York, Estados Unidos (18 diciembre 2012).-
Cuando el Departamento
de Justicia de Estados Unidos conminó al banco británico HSBC a pagar
una multa de mil 900 millones de dólares, los fiscales dijeron que se
estaba dando un golpe duro a una institución grande acusada de lavar
dinero de Irán, Libia y de los carteles de las drogas de México.
Algunos
ex fiscales, sin embargo, lo ven de otra manera: para ellos, el
Gobierno nuevamente decidió no enjuiciar por lavado de dinero a un banco
grande y a sus ejecutivos, en parte porque se ha difundido la noción de
que semejantes juicios podrían forzar el cierre de esas instituciones,
lo que se considera inaceptable.
Afirman que se repite el
razonamiento usado cuando se adoptaron rescates financieros para evitar
le debacle de varios grandes bancos estadounidenses al estallar la
crisis económica de 2008.
"Esto es una vergüenza. El Departamento
de Justicia debería avergonzarse'', declaró Jimmy Gurulé, ex fiscal
federal que ahora es profesor de derecho en la Universidad de Notre
Dame.
"HSBC y sus ejecutivos despejaron el camino para que
grandes carteles internacionales de las drogas pudiesen continuar con
sus operaciones. Si eso no justifica un castigo penal, no sé qué lo
hace''.
El senador demócrata Jeff Merkley envió una carta al
Secretario de Justicia Eric Holder en la que dijo que el Gobierno parece
haber sentado un firme precedente de que ningún banco ni ningún
empleado ni ejecutivo bancario puede ser enjuiciado por graves acciones
delictivas si el banco es una institución grande e importante para el
sistema financiero.
Neil Barofsky, otro ex inspector general del
Programa de Ayuda a Bienes Comprometidos (Troubled Asset Relief
Program), sostuvo por su parte que los bancos grandes pueden interpretar
este caso como un indicio de que tienen alguna "licencia para robar".
Desde
el 2009, varios bancos europeos han pagado grandes sumas para resolver
demandas según las cuales transferían dinero para gente o empresas que
figuran en una lista negra de Estados Unidos, como Credit Suisse, que
pagó 536 millones de dólares; Barclays, con una deuda de 298 millones;
Lloyds, con 350 millones; ING, con 619 millones; y el Royal Bank of
Scotland, con 500 millones de dólares por el supuesto lavado de dinero
en el banco holandés ABN Amro.
Mientras que esos casos
involucraron manejos con países como Irán, Libia, Cuba y Sudán, a HSBC
también se le relacionó con el lavado de al menos 881 millones de
dólares generados por carteles mexicanos.
Los fiscales dijeron
que no podían demostrar que los ejecutivos de HSBC se confabularon para
ayudar a los carteles o a naciones en listas negras.
Las fallas
en los controles de seguridad ocurrieron en forma gradual, a lo largo de
varias décadas, y fueron motivadas no por el deseo de delinquir, sino
por el afán de lucro, de acuerdo con los fiscales.
Además, los
fiscales dijeron que, de haberse llegado más lejos con las sanciones, se
podría haber hundido una empresa que emplea decenas de miles de
personas y que está fuertemente ligada a las economías de unas 80
naciones.
"La gente pierde su trabajo, las ciudades donde se
encontraban estas firmas son afectadas negativamente, los accionistas
-entre los cuales hay gente ordinaria- pierden sus ahorros y nada de
esto es justo. Incluso una multa grande puede afectar negativamente a
los empleados y los accionistas'', dijo por su parte Kevin O'Brien, ex
fiscal federal que ahora tiene una práctica privada.
Bill Black,
ex regulador financiero especialista en investigaciones de la crisis de
instituciones de ahorro y préstamo de los 80, rechazó ese argumento.
"Seamos
serios: ¿queremos que estos delincuentes sigan al frente de los bancos
para proteger la estabilidad de los bancos?'', cuestionó.
Para
Black y otras personas en desacuerdo con la posición del Gobierno, el
caso de HSBC es casi un calco de lo que sucedió inmediatamente después
de la crisis financiera de 2008, cuando los principales responsables de
la debacle rara vez fueron castigados.
Ningún ejecutivo bancario
de renombre fue a la cárcel ni se trató de retirarles las grandes
bonificaciones que cobraron en medio del derrumbe.
En el caso de
HSBC, el banco rescindió las compensaciones diferidas de este año para
la mayoría de sus altos ejecutivos y acordó postergar parcialmente esos
bonos destinados a los mismos mandos de la entidad en el futuro.
"El tipo que miente en su declaración de impuestos seguramente pasa cinco años en la cárcel'', dijo Gurulé.
"Y
estos tipos que hicieron negocios con Irán, que podrían haber
comprometido la seguridad nacional de Estados Unidos, ni siquiera son
enjuiciados. La equidad de este sistema parece bastante sospechosa''.
Los fiscales pintaron un panorama lúgubre, en el que HSBC era acusado de burlar las leyes sistemáticamente.
HSBC se abstuvo de mantener programas antilavado y de estudiar a sus clientes y el origen de su dinero, según el Gobierno.
Documentos
presentados durante el proceso demostraron que el banco permitió el
traspaso de unos 200 billones de dólares entre 2006 y el 2009 sin casi
vigilar su origen, incluidas transferencias por más de 670 mil millones
de dólares a México, lo que hizo que la institución fuese una de las
favoritas de los carteles.
Al mismo tiempo, le dio a México su calificación más baja con relación al riesgo de lavado de dinero.
En otras palabras, dijo que el riesgo de que hubiese lavado allí era muy bajo.
Una
subcomisión senatorial de investigaciones permanentes emitió en julio
un informe que coincide en buena medida con la imagen que presentaron
los fiscales.
Menciona, por ejemplo, un correo electrónico en el
que un ejecutivo de HSBC presiona para reanudar tratos con un banco de
Arabia Saudita que había sido vetado por posibles vínculos con los
ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001.
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