miércoles, octubre 07, 2009


La consigna oficial y mediática es obvia: todos contra el SME.

Así se encuadran los artículos de reconocidos editorialistas de reconocidos medios. Reproduzco el de Denise Dresser, con la que tengo afinidad sólo en lo que se refiere a la despenalización del aborto, en lo demás.....

Otras columnas, por salud mental ni las menciono, ésta que ponemos aquí es sólo por el hecho de que recibimos por parte de uno de los miembros del ANCA (Antes Asamblea para anular el voto), un correo al respecto de bajarle el switch a Luz y Fuerza, como no habíamos leído la columna de Dresser suponíamos que era una postura personal, ahora vemos cómo influye la columnista (muchos columnistas) a la hora de formar opinión. Para equilibrar, también anexamos el artículo de hoy de Granados Chapa. (y comentarios de la resistencia, porque bueno, también tenemos voz y opinión)


Bajar el switch


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Denise Dresser


5 Oct. 09

* Llueve y se va la luz. Sopla el viento y se va la luz. Se cae un árbol y se va la luz. Hay un pleito entre el sindicato y el Gobierno y se va la luz. Pero eso sí, a pesar del servicio errático, la cuenta de Luz y Fuerza del Centro siempre llega de manera puntual y con cobros inexplicables.

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La empresa emplea a 44 mil personas, aunque podría operar con 8 mil 500. Las transferencias y los subsidios gubernamentales para mantenerla funcionando equivalen a dos veces el presupuesto del programa Oportunidades y a 157 por ciento del presupuesto de la UNAM. Síntomas de un arreglo político insostenible, de una relación corporativa cada vez más costosa, de un acuerdo que mantiene privilegios sindicales ordeñando las ubres estatales. Un pacto fundacional que nadie ha querido tocar por la inestabilidad política que el Sindicato Mexicano de Electricistas amenaza con producir. Pues adelante. Convoquemos a su dirigente -Martín Esparza- a marchar, a bloquear, a chantajear y a justificar los privilegios que defiende.

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Ah, el privilegio de gozar con un contrato colectivo que otorga el ascenso con base en la antigüedad, sin tomar en cuenta el desempeño o la capacitación. El privilegio de que un trabajador no tenga que ponerse al corriente aunque se haya ausentado del trabajo. El privilegio de que el tiempo de traslado y viajes por "asuntos sindicales" se compute como trabajo efectivo. El privilegio de que las causales de despido por pérdida de confianza no puedan ser aplicadas al personal sindicalizado.

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El privilegio de recibir, en especie o en efectivo, el equivalente a 350 K.W.H. por mes. El privilegio de manejar de manera discrecional las cuotas sindicales. Estos beneficios y tantos más. Premios otorgados al margen de la productividad; recompensas que han ido minando la competitividad. Ejemplos de un sindicato que promovió la ineficiencia y de un Gobierno que la permitió.

Creando así una compañía quebrada y un sindicato beligerante; una empresa que se come recursos públicos y una cúpula sindical que se ha enriquecido con ellos; un gobierno que quiere cobrar más impuestos para ayudar a los pobres, pero continúa financiando a paraestatales que los expolian.

Carretadas de dinero público, año tras año para "préstamos de habitación", "becas escolares", "desarrollo de facultades artísticas", "reubicación de plazas laborales", "primas vacacionales" y "delfinoterapia" para atender a sus enfermos. La opacidad disfrazada de autonomía sindical. La discrecionalidad encubierta con el discurso de los derechos adquiridos. (Conveniente leer Contralínea, el artículo que subimos aquí mismo)

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Por ello hay que retar a Martín Esparza a que cumpla con su palabra; a que encabece una movilización frente a Los Pinos si no le dan su "toma de nota", a que se vaya a la huelga, a que sus seguidores cierren filas para defender el derecho a la ineficiencia. Porque entonces todos los que hemos pagado el precio de sus privilegios denunciaremos lo que él y sus acólitos han tratado de ocultar. Las irregularidades que su elección evidenció. (Ahora Denise sí fue capaz de ver irregularidades!, en el 2006 nunca pudo hacerlo, claro hubiera significado tener al impresentable AMLO en lugar de -como lo dice en un artículo anterior- al mayordomo Calderón, que sirve a los que realmente tiene el poder. El Norte, 24 agosto 2009). Las tarifas elevadas que la ineficiencia de la empresa obliga a los consumidores más pobres a pagar. Las deficiencias en el servicio que los ciudadanos hemos tenido que soportar. Una empresa que ha creado más de 4 mil plazas en los últimos cinco años a pesar de no necesitarlas. (Defectos que pueden existir pero que no son privativos de la empresa en cuestión, lo que sí es singular es que el SME se ha pronunciado por la no privatización de los recursos energéticos y ahora justamente se está buscando -sin decirlo por su nombre- la privatización justificándola con toda una campaña en su contra. Ya habíamos visto esta película con PEMEX, con el IMSS: primero haz que la paraestatal funcione pésimo, luego fomenta el desprestigio basado en el mal funcionamiento y ¡sobre todo! en lo que le cuesta a la población permitir tales abusos; después de eso la población pedirá a gritos la privatización)

*

Mientras Martín Esparza reclama lo que le quieren quitar, nosotros reclamaremos lo que tenemos derecho a saber: ¿Por qué sindicatos como el SME no declaran las aportaciones gubernamentales recibidas? ¿Por qué no aclaran sus finanzas, sobre todo cuando provienen de nuestros impuestos? ¿Por qué su patrimonio permanece como un secreto cuando está financiado con fondos públicos? ¿Por qué a Luz y Fuerza este año se le transfirieron 40 mil millones de pesos cuando pierde 100 millones de pesos diarios? (Todas las preguntas pueden hacerse a cualquier secretaría de Estado, incluyendo a la institución siempre intocada por Denise: la presidencia. Cuando se les reclame a todas ellas y den respuesta, enseguidita estaré dispuesta a plantearle las mismas preguntas al sindicato; por cierto, ¿Desde cuándo Martín Esparza es administrador, gerente o dueño de Luz y Fuerza?

*

¿Por qué los partidos apoyan las demandas de trabajadores sindicalizados, pero ignoran los agravios de ciudadanos exprimidos? (¿Te refieres al PAN apoyando a Elba Esther y a Romero Deschamps, verdad?) ¿Por qué el Gobierno le sigue apostando a la alianza con los grupos corporativos, en vez de construir mayorías con los votos ciudadanos? (Ps, obvio que para sostenerse en el poder, y porque la mayoría de la ciudadanía no le cree al gobierno!) ¿Por qué no, en lugar de votar un punto de acuerdo para que la Secretaría del Trabajo respete la "autonomía sindical", el Congreso legisla para ayudar a los millones de mexicanos víctimas de Luz y Fuerza del Centro? (Total, quien es la victimaria, LyFC o el SME, ligera confusión, Denise?)

*

Al país le urge que alguien -en el Gobierno- se pare del lado de los ciudadanos, en vez de marchar al lado de los electricistas. (los electricistas ¿no son ciudadanos?) Le urge que alguien -desde la sociedad- promueva derechos en lugar de proteger prebendas.(ya te tienen, Denise) Le urge que alguien -en los partidos- esté dispuesto a enfrentar intereses organizados para así desatar el crecimiento económico anhelado.(Ah, el crecimiento anhelado!, el problema es que cuando hay crecimiento todo va a dar a los mismos poquitos de siempre; por qué quieres hacer creer a los lectores que esta vez sería diferente?)

México sólo prosperará cuando sea capaz de desterrar los derechos adquiridos y los privilegios establecidos, tanto en el sector empresarial (¿cuándo organizas a los ciudadanos contra los empresarios voraces?, contra las canonjías de los funcionarios públicos -con nombres y apellidos- ) como en el mundo sindical. Ello requeriría colocar la eficiencia por encima de los compromisos políticos. Implicaría defender a los consumidores por encima de los cotos corporativos. Entrañaría, en el caso específico de Martín Esparza y LyF del Centro, desplegar la audacia suficiente para bajarles el switch. (ésta sí que es una propuesta cuasi terrorista que desquiciaría a la ciudad, pero a Denise, ideóloga y apologética del neoliberalismo, se le perdona todo)



Por mucho tiempo muchos ciudadanos nos hemos

portado de manera ejemplar cumpliendo

todas nuestras obligaciones y compromisos. ¿eso ha

servido para que los de arriba tomen nuestro

ejemplo? bah!, se han servido de nuestra

docilidad y se han reído. Yo, me niego a

exigirle a los trabajadores, así sean corporativistas,

bien pagados o no, a pedirles cuentas y reclamarles

lo que no he estado en capacidad o disposición de

EXIGIRLE a los de arriba; así que mientras los

que lo tienen TODO no estén dispuestos a bajarle a

sus ansias de ganancia, yo no le voy a pedir a los

trabajadores que lo hagan. A final de cuentas, los

"privilegios" de los trabajadores sólo son tales en

comparación a la jodidencia del resto.

Prerrogativas las de aquellos que no

osamos tocar. Se escandalizan por los altos

salarios de los electricistas, mencionando un

promedio de quinientos y feria pesos diarios.

El truco está en el promedio: si tú y yo

fuéramos los únicos trabajadores y nuestro

salario promedio fuera de $500, podría

significar que ambos ganamos esa cantidad

pero también podría significar que tú ganas

$900 y yo gano $100, nuestro promedio

seguiría siendo $500, pero las condiciones

serían totalmente distintas. En todo caso, si

fuera verdad que todos los electricistas tienen

buenos salarios, ¡enhorabuena!, lo que sería

la obligación del Estado y nuestra aspiración

legítima es alcanzar un nivel similar y

no quitarles las prestaciones que tienen; claro

que dirán que no alcanza para todos, pero ¿por

qué tenemos que pedirles que sean los trabajadores

los que se sacrifiquen para que otros mejoren?

¿qué no se les ocurre otra fórmula? Por último,

hay quienes que dados a escoger entre un

empresario y un trabajador, no dudan en escoger

al empresario; eso nos pone en campos distintos


SME, petroleros, SNTE


http://www.elnorte.com/libre/online07/imggc/pix.gif

Miguel Ángel Granados Chapa


7 Oct. 09

http://www.elnorte.com/libre/online07/imggc/pix.gif
Es de suponerse que a la acción contra el liderazgo voraz de Martín Esparza (el calificativo corresponde a la muy activa propaganda oficial) seguirán procedimientos semejantes contra Elba Esther Gordillo y Carlos Romero Deschamps. Como al dirigente del Sindicato Mexicano de electricistas, a los líderes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y de petroleros se les señala como uno de los factores del deplorable estado del sistema educativo y de la industria petrolera, y a los miembros de agrupaciones, como a los del SME, de gozar privilegios desmesurados con cargo al erario.



Pemex se halla en quiebra técnica: sus activos son inferiores a sus pasivos. Recientemente el Senador Francisco Labastida Ochoa dijo que por cada peso suyo, Pemex debe 293. Produce cada vez menos y hay que inyectarle onerosos recursos públicos. Y en contraste, sus trabajadores reciben prebendas que no escandalizan a quienes profieren condenas contra el SME.



El 24 de julio, pocas semanas antes de ser despedidos, el director general de Pemex y su director corporativo de administración suscribieron, prácticamente a escondidas, un nuevo contrato colectivo con el sindicato. Incrementaron en 21.16 por ciento el bono de productividad a que se obligó la empresa desde el 2005, cuando su actual director, Juan José Suárez Coppel, era director corporativo de Finanzas.

La prebenda deriva del Plan Maestro de Productividad y partió de otorgar un 14.4 por ciento, a pesar de que los rendimientos por trabajador eran cada vez más exiguos. Ahora que la productividad ha decaído a mayor velocidad, ese bono ha ido en aumento. Con el monto acordado en julio, en vigor desde hace dos meses, ese gaje significa un 42 por ciento sobre el salario base.



Respecto de la educación, poco hay que añadir al conocimiento general de la repercusión que tiene el pacto político entre la SEP y el SNTE en el deterioro de la calidad educativa, que se aprecia en los resultados de ENLACE, que si bien recientemente ha reflejado mejoría en algunos renglones, por años ha mostrado niveles muy deprimidos.



Un factor principalísimo en la generación de tal desastre es la creciente conversión del sindicato en órgano de gobierno: no sólo el yerno de la presidenta del sindicato, Fernando González Sánchez, manda en la principal subsecretaría, sino que la Alianza por la Calidad Educativa establece mecanismos que entrega funciones de autoridad al sindicato.

Por eso supongo que Gordillo y Romero Deschamps seguirán la suerte de Esparza, el líder de los electricistas del centro del País. Fajados ya los pantalones, como se le alaba que esté haciendo con el SME, el Presidente Calderón podrá actuar en igual sentido con el SNTE y el STPRM. Pero mi suposición se basa en un dato falso: de lo que se trata no es de corregir los graves defectos de la industria petrolera y el sistema de educación básica, y de evitar dispendios siempre gravosos, pero en mayor medida en una época de crisis aguda.



Al negar la toma de nota a la elección del dirigente electricista, el Gobierno realiza no un acto racional de administración del patrimonio público -como el que significaría obrar en Pemex y la SEP- sino, sobre todo, debilita o elimina un foco muy activo de oposición, de activismo político disidente que resulta estorboso.



Gordillo y Romero Deschamps son aliados del Presidente. Lo era de modo expreso la lideresa sindical, cuyos buenos oficios fueron útiles para formalizar una buena relación política del dirigente petrolero con el Gobierno calderonista. Por eso están a salvo. Por eso es ingenuo esperar que el daño que infieren a zonas muy sensibles de la economía y la vida social pueda ser remediado en el corto plazo.



En cambio, Esparza no sólo encabeza un sindicato recipiendario de beneficios que escandalizan a las buenas conciencias muy conformes con el dispendio en general, sino que forma parte, por sí o a través del Frente Sindical Mexicano, de un frente obrero que coincide con el Movimiento en defensa de la economía popular que sigue a López Obrador.

Tal condición no debe ser coartada para un manejo ilegal y faccioso del poder sindical. Es muy claro, las cifras difundidas por el equipo de Esparza así lo muestran, que la candidatura de Alejandro Muñoz tuvo en las elecciones de junio pasado casi tanto asentimiento como el expresado a favor de Esparza, si no es que mayor, en caso de que las acusaciones de fraude correspondieran con la verdad. La diferencia en la votación para cada uno de los candidatos es estrecha. Si la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje dispone anular las elecciones y reponer el procedimiento, por más sesgo que se advierta en esa resolución judicial, la corriente que apoya a Esparza haría bien en acatar el laudo y disponerse a ganar una vez más los comicios internos.

De lo contrario, estará ofreciendo un blanco fácil a la tirria de la Secretaría del Trabajo. En el sexenio pasado se opuso al líder Napoleón Gómez Urrutia un dirigente postizo. No parece que ésa sea la situación de Muñoz. Ha tenido sostenida presencia en la vida sindical. Era tesorero del comité encabezado por Esparza. Una nueva contienda daría luz al SME.



Cajón de sastre


Hoy hace un año tuve el alto honor de recibir del Senado la medalla Belisario Domínguez. Terminé las palabras de agradecimiento con dos demandas. Por un lado, que legislaran contra la desaparición forzada de personas, una plaga que se multiplica, pero que en todos los casos cuenta con la autoría, la complicidad o la ineptitud de agentes del Estado. Igualmente pedí la expedición de una ley de amnistía, pues proliferan personas presas por sólo su participación en movilizaciones, lo que constituye una criminalización de la protesta social. Un año después, reitero esas peticiones, cuya satisfacción hará bien a la República.



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