México: una revolución de los trabajadores, el mejor homenaje a la Independencia y a la Revolución burguesas
Pedro Echeverría V.
1. El presidente espurio, Felipe Calderón, acaba de concluir un discurso en cadena nacional, esto es, enlazando de manera obligada los medios de información electrónicos, pidiendo la unidad para los festejos “patrios” que durante todo el año de 2010 se realizarán en centenares de instituciones. Han metido a todos los actores en el mismo saco y se pretende que todos hagan coro al unísono para demostrar que México está unido para festejar su “Independencia” nacional iniciada en 1810 y su “Revolución Social” que estalló en 1910, precisamente durante los festejos del centenario. Lo más notable son dos casas: 1) que son muchos millones de pesos los que se están derrochando, a pesar del gigantes desempleo y la miseria de la población, y 2) que las “fiestas” servirán para tratar de desviar el descontento y las luchas del pueblo que se han estando manifestando en los últimos meses.
2. He escuchado juicios tontos de personas progresistas en el sentido de hacer “festejos populares” del centenario y bicentenario “para arrebatárselos a la burguesía”. El gobierno con razón podría burlarse porque otro festejo sería sólo el otro lado de la misma moneda; sería como rezarle al mismo dios pero en otro idioma. ¿Puede negarse acaso que hubo movimientos grandes de insurrección de los explotados y oprimidos, del pueblo, durante la Independencia y la Revolución?, pero tampoco puede negarse que la Independencia fue consumada por quienes se opusieron a ella (Iturbide y el Imperio) y que la Revolución sólo sirvió para consolidar una nueva dominación contra el pueblo y asesinó a Flores Magón, Zapata, Villa y demás. ¿Esto es lo que los trabajadores del campo y la ciudad deben aplaudir? Otra cosa sería festejar el bicentenario con otra revolución: la de los trabajadores.
3. Calderón ha destinado muchísimo dinero para los festejos; sabe que por más grande que sean las cantidades millonarias que se dilapide serán pocas si logra desviar el descontento, ya era muy grande, contra su gobierno. Los de abajo no tenemos la mínima idea acerca de la cantidad de instituciones, negocios y personas (¿intelectuales?) que saldrán beneficiados pagándoles viajes en México y el extranjero para conferencias, discursos, reuniones. ¿Cuántas imprentas se moverán para hacer programas, folletos, libros, publicidad, invitaciones, etcétera? Se anuncia una verdadera romería, tan grande para ser capaz de integrar a todos y convocarlos a olvidar durante 2010 los rencores y las diferencias con tal de construir la unidad alrededor del “señor presidente”. Se convierte en la gran oportunidad de lucimiento para muchos que han permanecido apagados; por eso ellos aplauden.
4. ¿Por qué la burguesía mexicana, sobre todo la política, ha sido inteligente para desviar, mediatizar y controlar los movimientos populares y, al mismo tiempo reprimir cualquier movimiento social? Porque ella se adueñó de la Revolución, la administró a su antojo y supo construir una legislación para asegurar su continuidad en el poder. Después de la proclamación de la Constitución en 1917 y de triunfo del movimiento de Agua Prieta, encabezado por Obregón, Calles y De la Huerta tres años después, el nuevo grupo gobernante se encargó de organizar a la burguesía privada por un lado, y a los trabajadores por otro. Las organizaciones empresariales así como los sindicatos y federaciones obreras y campesinas nacieron auspiciados, educados, protegidos y legislados por la nueva clase gobernante. ¿Debemos festejar que las organizaciones hayan nacido corporativizadas por la clase en el poder?
5. Por eso los últimos gobiernos panistas -a pesar de su evidente ignorancia política- al heredar el sistema priísta de dominación institucional y de control, a pesar de lo mucho que lo criticaron, simplemente negociaron para usarlo a su beneficio. Los ejemplos más evidentes fueron el uso de los líderes charros o corruptos, antes destacados priístas, como Esther Gordillo del SNTE, los dirigentes de los ferrocarrileros, petroleros, del IMSS, de la FSTSE, CTM, Congreso del Trabajo, etcétera. De hecho la Revolución Mexicana y más tarde el Cardenismo que organizó la CTM, la CNC, que nacionalizó los ferrocarriles y expropió el petróleo, terminó de redondear el sistema de dominación de la clase obrera y campesina que daría solidez y fuerza al partido oficial. Lo único que tuvieron que hacer desde la Presidencia Fox y luego Calderón es negociar con los caciques y dirigentes de los aparatos.
6. En tanto esa burguesía privada (financiera) -que nació y creció con la protección de la Revolución- en 1982 con el neoliberalismo pudo desplazar del gobierno a la burguesía pública o política (burocrática), la clase trabajadora durante los noventa años (1920-2010) sigue tan oprimida y mediatizada como en aquellos años en que nació. Quizá esta sea una explicación que permita comprender porque las luchas sociales en México han sido siempre minoritarias. Imaginen solamente aquellos tiempos gloriosos de los cuarenta, cincuenta y sesenta del PRI cuando sus tres sectores controlaban a casi todo los sectores campesino, obrero y popular del país. Aunque siempre nuestras luchas defensivas o independientes de trabajadores tenían la razón, fueron siempre minoritarias porque el corporativismo del gobierno y su ideología, ampliamente difundida en la familia, escuela, iglesia y medios de información, dominaron.
7. No hay nada que conmemorar o festejar junto a la clase política y empresarial. Más que bicentenario o centenario, hay que pensar cómo el pueblo mexicano puede liberarse de la miseria y la opresión. Las fiestas del PAN, del PRI, PRD y demás partidos no son nuestras celebraciones. ¿Cómo lograr que todos los movimientos sociales, todos cercanos al pensamiento de izquierda, se sumen a las luchas que en las pasadas reuniones del 5 y 6 de Querétaro fueron discutidas y programadas? Más que mítines y marchas en estos primeros meses hay que realizar tareas de organización y unidad para luego pasar a las acciones unitarias. Quizá el 1 de mayo pudiera ser nuestro acto más grande y combativo para que luego de ese día podamos ya emprender la gran huelga general que paralice a gran parte del país mediante la ocupación de instituciones. ¡Basta ya que nos vean la cata de tontos! ¡Seamos radicales, vayamos a la raíz de los problemas!
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