jueves, marzo 18, 2010

De La Jornada, Morelos


18 de Marzo 2008, hora de definiciones


No hay plazo que no se cumpla. Este 18 de marzo, la disputa por el destino de PEMEX entrará en la etapa de las definiciones. Por un lado, crece la conciencia de que es imprescindible mantener en pie la disposición constitucional que, desde 1938, asegurá a la Nación la explotación de los hidrocarburos. Por el otro, el gobierno insiste en concretar la reforma eneregetica cuyos grandes trazos permanecen deliberadamente desdibujados.

Se argumenta en todos los tonos posibles, que no se trata de “privatizar” la industria pero no se aclara como se pueden abrir a los capitales privados areas reservadas al Estado sin procurar la privatización. De hecho, como lo ha dicho el ex director de PEMEX, Francisco Rojas, nos encontramos ante una “privatizacion silenciosa”, que si bien no comenzó ayer, caso de no frenarse podría culminar en una situación irreversible para nuestro país.

No es un secreto que las grandes compañias petroleras, apoyadas por sus gobiernos, han privilegiado la búsqueda de nuevas zonas de explotación, habida cuenta el agotamiento de las reservas actuales y el alza de los precios a nivel global y, dado el hecho demostrable que la mayor parte de dichas fuentes se hallan en manos de compañias estatales, toda vez que nadie desea regalar su patrimonio en una era de escasez y enormes beneficios.

Nadie, salvo, nuestros tecnócratas, empeñados como estan en demostrar que México no tiene otra alternativa que “asociarse” con capitales extranjeros para explotar los nuevos yacimientos en aguas profundas, sin decir que a cambio estas se llevaran una parte de la renta petrolera, lo cual esta terminantemente prohibido por la Constitución. Se aduce que los tiempos apremian y la lumbre esta llegando a los aparejos, pero no admiten que el descuido criminal en que se ha mantenido a PEMEX, desde el punto de vista fiscal y tecnológico, no es casual pues es parte de la estrategia privatizadora. Por fortuna, la experiencia y los conocimientos acumulados por los administradores, técnicos y trabajadores de la industria, permite salir al paso de dichas falacias y refutarlas con argumentos bien fundados.

Ante el catastrofismo gubernamental, se ha demostrado que existen los recursos, la preparación y el saber necesario para evitar que la crisis en el sector acabe con el pilar del patrimonio nacional. Usando los recursos actuales, México podria reducir de inmediato la dependencia de gasolinas adquiridas en el extranjero, aumentar las reservas probadas y enfrentar con éxito del desafio de las aguas profundas, toda vez que la tecnología esta disponible sin necesidad de enajenar la propiedad nacional y existen cuadros adiestrados para la realización de esas tareas.

Es lamentable que el gobierno malinforme a la ciudadania al ocultar que existen 18 mil millones de reservas en aguas someras y en tierra, explotables con las tecnologías en manos de PEMEX. Y es que en el fondo, la gran apuesta de los gigantes del petroleo mundial, ademas de los yacimientos, estriba en apoderarse del mercado interno mexicano, cuyo valor estimula las mas peligrosas aventuras.


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