· Le sale más barato a Calderón matar pobres que acabar con la pobreza.
· Así como en la propaganda nazi, repetir una mentira muchas veces hasta que la población crea que es verdad. Aquí la gente cree que Calderón está en una guerra contra el narcotráfico, cuando en realidad es una guerra genocida de exterminio social contra la gente pobre y joven.
· Activista ve paralelismo entre la guerra contra el terrorismo de EU y la de Los Pinos.
David Carrizales
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 15 de mayo de 2011, página 8
Monterrey, NL, 14 de mayo. La guerra contra el narcotráfico ha logrado que la sociedad proteste porque su vida está en peligro, en lugar de hacerlo por los más de 50 millones de pobres, los despidos masivos de trabajadores, la contrarreforma laboral y la destrucción de sindicatos, puntualizó Julián Contreras Álvarez, representante del Frente Plural Ciudadano de Ciudad Juárez, durante el foro Militarización y Violencia en México.
Contreras Álvarez consideró que para entender la situación de extrema violencia que vive el país es necesario echar una mirada al contexto global, ya que Estados Unidos, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, inició una estrategia de guerras preventivas contra el terrorismo.
Con el argumento de evitar nuevos ataques contra su seguridad nacional, el vecino país emprendió reformas que culminaron con la Ley Patriótica, que implicó la anulación de los derechos civiles de los estadunidenses, y que ahora en México, con el pretexto de enfrentar al narcotráfico, el gobierno de Felipe Calderón impulsa una reforma similar bajo el nombre de Ley de Seguridad Nacional, expresó el activista.
El Plan Mérida y la guerra contra el narcotráfico emprendida por Calderón Hinojosa forman parte de la Política de Seguridad Nacional de Estados Unidos, pero el pretexto de la iniciativa es ayudar a México a enfrentar al crimen organizado, cuando son los estadunidenses los principales consumidores.
La estrategia se da en el contexto de la peor crisis económica internacional desde la gran depresión, pues ante la inestabilidad y el descontento social en distintos puntos del planeta, es prioridad para la seguridad de Estados Unidos tener el control mediante una política de terror contra la población para evitar que la gente proteste por cuestiones que en otras condiciones lo haría.
La lógica de la guerra, señaló Contreras, alimenta la violencia y una estrategia de metralletas en las calles beneficia a la industria militar, a la industria de la seguridad y a quien tal parece que le sale más barato matar pobres que crear empleos y que acabar con la pobreza.
Contreras Álvarez compartió sus experiencias y refirió que el Frente Plural Ciudadano de Ciudad Juárez surgió hace tres años y medio para oponerse a la militarización que se inició entonces, porque en la historia de la humanidad no hay ningún caso en que a la sociedad le haya ido bien cuando los ejércitos son sacados de los cuarteles para hacer funciones policiacas.
En el caso de Ciudad Juárez –prosiguió– con la militarización empezamos a ver que la gente moría ejecutada sin defenderse; esto echa por tierra cualquier lógica de guerra, donde ambos bandos se disparan. “Empezamos a documentar la presencia de escuadrones de paramilitares que actuaban con total impunidad, protegidos por fuerzas militares y federales para cometer masacres como la de Salvárcar.
Participación federal
También fuimos demostrando la participación de fuerzas policiacas federales y militares en extorsiones, secuestros, robos y cateos ilegales, amedrentamiento de la población, desplazamientos, desapariciones forzadas y otras prácticas.
En Ciudad Juárez “hemos llegado a la conclusión de que la diferencia entre el crimen organizado y las fuerzas federales no existe, sino que forma parte de una misma política de terror contra la población.”
No podemos negar que exista la posibilidad de que estemos viviendo eso que decían los propagandistas nazis: repetir una mentira muchas veces hasta que crean que es verdad. No vaya a ser que también aquí la gente crea que se está en una guerra contra el narcotráfico y no hay tal.
El activista concluyó: Valdría el ejemplo del circo romano para ilustrar esta guerra. Los que mueren en la arena, mueren realmente, se desangran en combate, pero eso no significa que para los que estén en las gradas deje de ser un espectáculo macabro, sangriento.
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