Copela o cuello

Milenio Diario, 04 julio 2007.

Jairo Calixto Albarrán.

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Con estas palabras que parecen sacadas de una película del Chino Herrera, pero según esto salieron de la boca del secretario del Trabajo para amenazarlo, Zhenli Ye Gon quedó inmortalizado con letras de oro que deberían deslumbrar con su brillo en el Congreso junto a “La patria es primero”.

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Si este delincuente de cuello Mao no hubiera existido, tendríamos que haberlo inventado. Su querida presencia, con esos 200 millones de dólares guardados bajo el colchón y el señalamiento de que forman parte del caudal del PAN para las elecciones (para estas y las que siguen), no se diga el quemón que le puso Javier Lozano, ha generado más diversión para toda la familia que Ahumada y Bejarano juntos.

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Pobre Lozano Alarcón, tan lo agarraron deglutiendo tubérculo poblano que sus respuestas en vez de categóricas le han salido muy neuróticas, poniéndolo de a pechito en la mira del sospechosismo en pleno.

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Lo mejor es la intervención del abogado mexicano de Ye Gon, un sujeto de nombre Rogelio de la Garza que parece haber tomado un curso propedéutico de vocería con Burrén Aguilar, pues en su afán de explicar que su cliente no dijo lo que está clarísimo que dijo, dio más vueltas en sentido contrario que Miguel Ángel Yunes para explicar las maravillas de la nueva Ley del ISSSTE. Creo que no había visto a nadie cantinflear con tan versátil puntualidad desde que Luis Carlos Ugalde dio a conocer los resultados del PREP.

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En vez de andar ahí haciéndose las víctimas, los del PAN le deberían agradecer a Zhenli que sus revelaciones le hayan dado lustre y algo de interés a la celebración calderónica del 2 de julio (¿por qué chillan tanto los blanquiazules por marchas y plantones, cuando cada vez que Jelipillo pasa por la sede de su partido en la colonia Del Valle de la Ciudad de México cierran todos los accesos, es imposible circular en ocho kilómetros a la redonda y aquello es un desmadre?) que fue organizada casi a escondidas, de manera deslucida y sin gracia, traicionando el ánimo festivo de una patria hambrienta de pachanga.

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En vez de salir a las calles para que las masas felicitaran el aniversario de tan heroica gesta electoral, Mouriño y Espino decidieron que su campeón celebrara ahí en petite comité casi de manera vergonzante.

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¿Por qué sería, si según las últimas encuestas oficiales ha crecido la simpatía por Calderón? Al ritmo de copelan o cuello, chance y va la gente.