¡Zhing Gon!

Milenio Diario, 04 julio 2007.

Joaquín López-Dóriga.

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¿Qué será peor: ser malo o hacer el mal? Florestán.

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Desde el principio era para no creerse: 205 millones de dólares en efectivo escondidos en una mansión de las Lomas de Chapultepec, protegidos por la ostentosa complicidad del rumbo.

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Nadie conocía a Zhenli Ye Gong, el chinito nacido en Shanghai el 31 de enero de 1963, que llevaba una vida discreta, familiar. Un industrial de las medicinas que asistía a las reuniones de los padres de familia de la escuela de sus hijos, de quienes alguna vez fue anfitrión; que obtuvo su nacionalidad mexicana, según carta de naturalización 7640 de la SRE, el uno de noviembre de 2002 y su pasaporte el 6 de febrero de 2003.

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Casado, con hijos, se desenvolvía en sociedad con discreción hasta que, en diciembre de 2006, fue interceptado un envío de casi 20 toneladas de seudoefredrina que la tarde del jueves 15 de marzo llevó a los investigadores a la residencia de Sierra Madre 515, donde se realizó el mayor decomiso de dinero de que se tenga registro en el mundo, lo que se sabría después de que un oficial al mando del cateo reportó por teléfono al secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna.

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—Jefe, es un chingo de dinero —le dijo.

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—¿Cuánto? —indagó García Luna.

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—Un chingo, jefe, un chingo. Mejor véngase para acá.

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García Luna ya no insistió en que le convirtieran la medida.

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De eso se encargarían los peritos de la PGR y del Banco de México, que después de horas de contar y recontar hicieron el corte de caja: 205 millones 564 mil 763 dólares; 17 millones 306 mil 520 pesos, y 201 mil 460 euros.

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El jefe del operativo se había quedado corto con su cálculo.

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Aquel día se realizaron varias detenciones: la esposa, el cuñado, hasta los hijos de Ye Gong, del que públicamente no se supo nada porque escapó, hasta este lunes 2 de julio, cuando la PGR colocó en un portal un comunicado en el que revelaba que el oriental, a través de un despacho de abogados en Estados Unidos, había enviado una carta, después se sabría que dirigida al presidente Felipe Calderón, en el que le llama a negociar diciendo “a todas las partes les interesa manejar esta papa caliente con delicadeza. Deberíamos sentarnos y trabajar juntos para llegar a una solución y un acuerdo en este asunto”.

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La llave fue el señalamiento contra Javier Lozano, al que acusa de llevarle dos maletas de dinero del PAN para que las guardara con la amenaza de matarlo de no hacerlo, “coopera o cuello”, declaró Ye Gong el 17 de mayo a la agencia AP en Nueva York.

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Todo esto fue rechazado, por el gobierno lo del dinero, y por Lozano el papel de mensajero.

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Estamos ante el primer caso en que un acusado de narcotráfico plantea por escrito a un Presidente de México, que se siente a negociar “porque le conviene”.

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Y se da a conocer en el primer aniversario de las elecciones.