miércoles, agosto 15, 2007

Steelworkers, contra Calderón


Milenio Diario, 15 agosto 2007.

"Vamos a apoyar a Napoleón Gómez Urrutia hasta el final", dicen en carta al Presidente.

La agrupación norteamericana de mineros pedirá al Congreso de Estados Unidos que congele apoyos al gobierno de México hasta que resuelva "con justicia" la situación de sus compañeros mexicanos.

La United Steelworkers de Estados Unidos y Canadá, integrada por más de 850 mil miembros, envió ayer una carta al presidente Felipe Calderón donde le advierte que exigirá al Congreso estadunidense que niegue todo el apoyo económico y de seguridad a México hasta que resuelva con justicia el conflicto minero.

Antes de tomar el avión de regreso a su país, Jim Robinson, director de distrito de la USW, explicó que en la Cumbre de Líderes de América del Norte, que se celebrará del 17 al 22 de agosto, en Canadá, el presidente Calderón presentará a sus homólogos de Estados Unidos, Geroge W. Bush, y de Canadá, Paul Martin, un proyecto de ayuda a México por 700 millones de dólares.

“Nosotros vamos a llamar al Congreso de Estados Unidos a parar el proyecto de ayuda de seguridad porque la USW siente que no se puede dar este tipo de apoyo a un gobierno que sigue matando trabajadores.

“Eso es una violación de todos los convenios internacionales de derechos humanos que México ha firmado y ratificado, pero que no respeta”, dijo Jim Robinson, tras indicar que el tono de la carta entregada en Los Pinos “no puede ser diplomático”.

El dirigente sindical de la United Steelworkers, la federación más importante y poderosa del mundo, también refirió que Grupo México tiene minas en Estados Unidos y ahí pretendió “exportar sus políticas antisindicales y antitrabajadores, pero nosotros logramos derrotarlos”.

Para Robinson resulta increíble que el conflicto minero desatado desde que se quitó de manera “ilegal” la toma de nota a Napoleón Gómez Urrutia, y que continuó con la muerte de 65 mineros en Pasta de Conchos, el asesinato de dos trabajadores más durante el enfrentamiento en Sicartsa, en Lázaro Cárdenas, Michoacán, y recientemente de Reynaldo Hernández González, en Nacozari, Sonora, ya se haya prolongado varios meses.

“Por estos crímenes nadie ha sido responsabilizado ni civil ni penalmente y eso no es aceptable en un país que debe privilegiar los derechos elementales hacia los trabajadores”, dijo Jim Robinson.

En entrevista, el dirigente sindical rechazó que la USW “financie la estancia de Gómez Urrutia en Vancouver, Canadá, nosotros sólo lo apoyamos políticamente”, y dijo que el único dinero que donarán será al fondo de resistencia para solventar las tres huelgas estalladas en México desde el 30 de julio.

En la carta que entregaron en Los Pinos, la USW señala a la letra: “Señor Presidente, hasta que Germán Larrea (dueño de Grupo México) y los otros individuos responsables de las muertes de los miembros del sindicato en Pasta de Conchos, Lázaro Cárdenas y Nacozari, sean traídos a la justicia, y hasta que cese la interferencia de Grupo México y de las autoridades gubernamentales en los asuntos del sindicato minero, los United Steelworkers le exigiremos al Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica que detenga la aprobación de cualquier ayuda económica o de seguridad para el gobierno de México”.

En la misiva, firmada por Leo Gerard, presidente internacional de dicha federación, la USW también hace un llamado a “actuar inmediatamente para terminar la campaña de terror de Grupo México contra Napoleón Gómez Urrutia y el sindicato minero, cancelando las concesiones a la compañía y regresándolas al control gubernamental”.

Los integrantes de la USW aseguraron que aun cuando Napoleón Gómez Urrutia viva cómodamente en Canadá y a todo lujo, él es el dirigente del sindicato minero más importante de América Latina y, por esta razón, "lo vamos a apoyar hasta el final".

Claves.
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Visita de apoyo

• El viernes 10 de agosto llegó al menos una docena de líderes de los steelworkers.

• Durante su estancia en Cananea, Sonora, dijeron estar dispuestos a asesorar y apoyar moralmente al movimiento de huelga de los simpatizantes de Napoleón Gómez Urrutia.

• Los steelworkers expresaron que para ellos no existe otro líder minero que Napo, y se comprometieron a entregar también recursos económicos para apoyar sus acciones.
Identifican como Iván Martínez a uno de los presuntos agresores.
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Una bala segó la vida del minero, juran en Nacozari.
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Fue asesinato, dicen la hija de Reynaldo, un médico y compañeros de la víctima. Autoridades estatales cambiaron declaraciones ante el MP, denuncian.
Lo que arrancó la vida a Reynaldo Hernández González no fue una pedrada. Fue una bala. Nancy, la hija de ese minero, nunca se separó del lugar adonde fue llevado el cuerpo. En el Ministerio Público vio las fotos que bajaban en la computadora los peritos y, por accidente, los escuchó decir: “¿Qué calibre le ponemos?”.
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“Fue una bala”, jura por la cruz un minero de nombre Genaro. Él conducía la pick-up, la Ford Lobo rojo en cuya caja quedó sin vida el cuerpo de Reynaldo Hernández González. Eso fue lo que aseguró en su primera declaración y luego en la segunda ante el MP.
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Pero algo trastocó su testimonio. Antes de salir de prisión las autoridades judiciales le insistieron en que una piedra quitó la vida a su compañero.“Fue una bala”, dice un médico legista que acudió al funeral de Reynaldo. Prefiere omitir su nombre ante el temor de que sufra represalias él o su familia. Da hondas bocanadas a su cigarro en las afueras de la funeraria Mineros de Nacozari, donde apenas fue velado Reynaldo la noche del martes y hoy.
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El doctor fuma pausado luego de haber visto con detalle el cráneo de Reynaldo en el ataúd. “Por la trayectoria que pudo seguir el proyectil, murió en el instante en que la bala penetró en su cráneo”.
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Hay más testimonios de ex mineros. Están escondidos en casas de amigos o familiares, aunque se atreven a identificarse. Son Javier García Reyes y Luis Jacobo Flores.
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“La noche del sábado estábamos reunidos en la Curva del Borracho; estábamos poniéndonos de acuerdo para hacer un mitin el domingo para exigir nuestra reinstalación. Éramos como 80 compas. Ahí estábamos cuando llegó, derrapando llanta, Iván Martínez, que es un incondicional de Grupo México. Hizo tres disparos al aire y después nos empezaron a llover piedras de otros trabajadores de la mina que venían a bordo de los camiones de la empresa. Los que pudimos corrimos a la sierra, pero desde ahí nos comenzaron a disparar”.
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Otros escaparon en sus trocas, como Victorino Meza García, en su Chevrolet que hoy está en el corralón de la policía municipal, destruida por las llamas que le prendieron los trabajadores de la mina cuando le dieron alcance. A él le dieron una paliza que —dice— nunca olvidará en lo que le quede de vida. Como nunca dejará de decir que esa noche sí hubo balazos.
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La bala que mató a Hernández González, según Genaro, salió de un retén que montaron los trabajadores de Grupo México. “Íbamos huyendo de la Curva del Borracho hacia El Globo. No pudimos seguir porque frente a nosotros, como a 25 metros había un grupo de trabajadores y de policías privados que trabajan para la empresa.
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“Por altavoces nos gritaron que apagáramos las luces del carro. Que nos fuéramos pa' tras. Hice caso, metí reversa cuando ellos prendieron una luz potente hacia mi troca, y empezamos a escuchar disparos. A mi lado iba mi compañero Francisco Chávez. En la caja de la camioneta iba Reynaldo… una bala reventó en mis oídos, hizo un hoyo en el parabrisas”.
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Después de que la muerte pasó silbando la vida de Genaro, y cuando estaban lejos del alcance de las balas, todo fue oscuridad y silencio. Detuvo la marcha del motor y vio tendido a Reynaldo.
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“Lo meneamos harto hasta que vimos que estaba muerto, que traía un hoyo en la cabeza, del lado izquierdo. Pedí ayuda al 060. Pero los que llegaron fueron los trabajadores de Grupo México y nos subieron en el camión donde nos golpearon hasta el cansancio, hasta que nos entregaron a la policía. Después nos llevaron a la cárcel de Esqueda. Tanto ahí como en Nacozari dije que fue una bala. Pero ellos me dijeron que en la averiguación decía que fue una piedra”, relata Genaro que aún sigue en shock.
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Nancy no acepta la versión de que una pedrada mató a su padre. Abogados la asisten. Incluso pide la intervención de la CNDH por los abusos de las autoridades estatales. En la comisión local no confía, "está comprada", dice.
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"Ni la viuda puede ver el cadáver"••• Juan Rivero, abogado del sindicato minero, refirió que aun cuando se entregó el cadáver a la viuda la funeraria tiene prohibido que se abra el féretro.
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“La funeraria pretexta que no se puede ver el cadáver. Es inadmisible que le digan a la viuda que no pueden abrir el féretro del marido. Yo voy a insistir en que se abra el féretro. Todo lo hacen para evitar que lo revise un médico legista”, dijo.
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Juan Luis Zúñiga Velásquez, integrante de la directiva del sindicato minero, reiteró que Reynaldo Hernández González fue asesinado con armas de fuego y acusó al gobernador de la entidad, Eduardo Bours, de estar “participando, apadrinando y apapachando a Grupo México”.
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En tanto, hoy un juzgado determinará si se concede el amparo definitivo a la organización gremial en el caso de la huelga en Taxco, Guerrero. Hoy también se celebrarán las otras dos audiencias incidentales donde se analizarán los casos de Cananea, Sonora, y Sombrerete, Zacatecas. (México • Blanca Valadez. Nacozari, Son. • Rodolfo Montes).

1 comentario:

lenny dijo...

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