lunes, noviembre 24, 2008

Y el pueblo salió de nuevo a las calles



Esas multitudes que son ignoradas por la mayoría de los medios volvieron a tomar las calles y un río de gente inundó Reforma, de a pocos, de a muchos, con pancartas, con mantas, con banderas, con música: batucada o banda, con esperanza todos, con fe en un futuro mejor que ha de llegar porque estamos empeñados en ello. Cada bocacalle era un afluente que engrosaba el contingente, la calle, la fiesta popular, la magia de conformar un conglomerado de iguales tratando de construir un país de iguales. 

Las personas mayores cargadas de historia e historias llenan de experiencia la avenida, los jóvenes le inyectan brío, creatividad, dinamismo. Los padres y madres con sus hijos inyectándoles desde ya el deseo y la necesidad de una nación más justa, la algarabía de todos entre consignas, gritos, risas, humo y cohetes. Este pueblo noble merece mucho más  de lo que los gobiernos están dispuestos a darle. Pueblo que usa su tiempo libre para construir la democracia, que soporta frío, lluvia o sol y viento, que humilde lleva modestos alimentos para consumir cuando el hambre agobie, ahí, en el suelo, a mitad de calle mientras habla quien se ha hecho cargo de encabezar un movimiento nacional, que con las limitaciones que pueda tener, nadie con sentido común debe menospreciar. AMLO habla en la calle, el Zócalo o el Hemiciclo, el monumento a la Revolución o la explanada de Bellas artes, poco importa el lugar, pero -como decía Elenita Poniatowska- habla ahí en la calle como si fuera la sala de su casa y entabla un diálogo con la multitud, y la gente lo percibe del mismo modo, confiada; se hablan como si fueran viejos amigos o alguien de la familia; le hablan o hablan de él como no lo hacen con respecto a ningún otro político. Siempre le hablan de tú pero lo respetan como a nadie, aún cuando por ejemplo le reconvienen su falta de deslinde con el PRD y los chuchos. Esta vez AMLO avanzó en ese camino al afirmar la necesidad de ser verdadera posición y no una izquierda a modo, de señalar -pensando en el PRD pero quizá con una rudeza innecesaria hacia Convergencia y sobre todo el PT que lo ha apoyado sin reservas- que ningún partido es capaz de convocar un movimiento de la envergadura del actual. 

Se destaca la necesidad de la organización y la difusión de los objetivos y alcances de este movimiento, y la vinculación y defensa a otros: los trabajadores petroleros despedidos por buscar conformar un sindicato, la  defensa de los maestros de Morelos agredidos por su lucha contra la ACE y demás reivindicaciones, y la denuncia y apoyo ante la persecución de que es objeto el periódico PorEsto de Yucatán mediante  constantes auditorías por parte de la Secretará de Hacienda. Falta más articulación con el resto de luchas que se dan en el país, pero algo se está dando, y sobre todo, la gente, las bases, lo están aprendiendo sobre la marcha, en la práctica.

En fin, hay pueblo que quiere organizarse, hay pueblo que resiste y está dispuesto a seguirle, hay que trabajar aún más para lograr la unidad de las diversas luchas. Apenas hoy Kessel asegura que habrá perforación y producción petrolera en la selva Lacandona, esto podría ser el punto de enlace con ese otro movimiento fundamental para el país que es el zapatismo, o cualquier otro que tenga com objeto la defnsa de esas minorías desprotegidas entre los desprotegidos que son los indígenas. 

Por  lo pronto, hemos vuelto a las calles, nos hemos reconocido en esta fiesta popular de defensa de nuestros recursos y hemos refrendado nuestro  compromiso por la construcción de mejores condiciones para los habitantes de este país. Que sea así en tanto sea posible la implementación de un sistema alternativo de respeto a la vida toda del planeta.

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