martes, marzo 23, 2010

De El País


El Presidente no tiene quien le crea

6 de cada diez mexicanos cree que las visitas de Calderón a Ciudad Juárez sólo son por mejorar su imagen

MARÍA DE LAS HERAS 22/03/2010


"Si de todas maneras nos van a matar, pues que siquiera nos maten por hablar", decía en una entrevista radiofónica la madre de dos de los muchachos masacrados en Ciudad Juárez hace unas semanas, y en su voz había más un tono de rebeldía que de desesperación, exigiendo disculpas a las autoridades no ya por haber sido incapaces de proteger la vida de sus hijos, sino por haber insinuado que formaban parte de una pandilla de delincuentes, como si eso además justificara la masacre.

"No es usted bienvenido", le espetaba en la cara al Presidente Felipe Calderón durante su primera visita al municipio, apenas unos días después de la matanza. "Si hubieran matado a alguno de sus hijos -le decía al Presidente y a su esposa- ya hubieran buscado debajo de las piedras para encontrar a sus asesinos".

Calderón reconoce que su estrategia para acabar con el narcotráfico no ha funcionado y anuncia un giro hacia el gasto social para tratar de minar desde las raíces la penetración del narcotráfico y la violencia que se viven en esa ciudad fronteriza. El jefe del Poder Ejecutivo federal regresa a Ciudad Juárez acompañado por siete secretarios de Estado y por el titular de la PGR (fiscalía) para presentar el plan "Todos somos Juárez, reconstruyamos la ciudad".

La semana pasada, Calderón viaja a Ciudad Juárez por tercera vez en este año y su secretario de seguridad pública presenta ante la opinión pública las estadísticas de los asesinatos del último año, asegurando que su número ha decrecido consistentemente en los últimos meses. Fuera del recinto donde se hacía la presentación, elementos del Estado Mayor Presidencial trataban de contener a un grupo de jóvenes que se resistían al grito de "Con nosotros muy cabrones, con los narcos maricones".

Previo a la más reciente visita presidencial, el sábado 20 de marzo asesinaron en Ciudad Juárez a tres personas vinculadas con el consulado de Estados Unidos en esa ciudad. Se escucha la indignación y condena del presidente Barack Obama y en pocas horas, contrario a lo que indican las leyes mexicanas, los cuerpos de las víctimas estadounidenses ya están cruzando la frontera rumbo a El Paso, Texas.

El gobierno mexicano se compromete públicamente a esclarecer los hechos y llevar ante la justicia a los culpables, y la secretaria de Estado de Estados Unidos anuncia que el 23 de marzo (mañana) visitará México junto con el secretario de Defensa Robert Gates, la jefa de la Seguridad Interna, Janet Napolitano, el director de Inteligencia Nacional, Dennis Blair y otros altos funcionarios involucrados en la ley y los narcóticos.

Hoy, en la encuesta que levantamos para elpais.com, quisimos hacer un recuento de las opiniones que acompañan los asuntos antes narrados, y los resultados no pueden ser más desalentadores.

Para empezar, el 62% de los mexicanos opina que tanta visita de Calderón a Juárez obedece a una estrategia para mejorar su imagen pública y no porque el mandatario tenga un interés real en mejorar las condiciones de vida en esa ciudad fronteriza.

Verdad o no, la opinión pública no cree lo que dijo el secretario de seguridad pública federal respecto a que el número de asesinato ha ido disminuyendo en los últimos meses, y en ese tenor, cinco de cada diez dicen que gastar más en programas sociales no va remediar tampoco la angustiosa situación de los juarenses.

El 68% opina que el Presidente Calderón le ha puesto un interés inusitado al caso de los norteamericanos asesinados, empeño que ha estado lejos de mostrar frente a los otros miles y miles de ejecutados que se acumulan en nuestro país día con día.

En cuanto a la visita de mañana de Hillary Clinton y los otros funcionarios del gabinete de Obama, parece que no hay muchas expectativas, y mientras 4 de cada diez piensan que puede salir algo positivo para México, cinco dicen que es poco probable que se llegue a acuerdos realmente trascendentes para el tema de la lucha contra el narcotráfico.

Además, esta semana la noticia ya no es Juárez, sino la ciudad de Monterrey, Nuevo León, estado también fronterizo. Presuntos grupos de sicarios recorrieron por dos días consecutivos los accesos carreteros y "decomisaron" al menos 60 vehículos de particulares con los que bloquearon durante horas al menos 30 puntos de las vías que comunican a esa capital con las poblaciones de Reynosa y Miguel Alemán, del vecino estado de Tamaulipas. Además, se registran otros asesinatos dos jóvenes estudiantes de excelencia (como los de Juárez de hace unas semanas, pero estos de posgrado), y como primera reacción las autoridades los acusan de ser sicarios para retractarse después ante la evidencia de lo contrario.

La Secretaría de Gobernación federal aseguró que los bloqueos son una reacción desesperada ante el avance logrado en el combate a la delincuencia. Suponiendo, sin conceder, que lo que estamos viviendo en México es resultado de la agonía del narcotráfico, habría que preguntarse entonces: ¿hasta dónde estamos todos dispuestos a pagar por los estertores?


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