lunes, noviembre 22, 2010

Exhibe Greenpeace en plataforma petrolera para aguas profundas en el Golfo de México



Boletín 10117 / 22 de noviembre de 2010




Exhibe Greenpeace en plataforma petrolera para aguas profundas en el Golfo de México

- Dejan activistas mensaje a políticos del mundo: Petróleo = cambio climático

- Este lugar prueba la incongruencia de FCH en la lucha contra el cambio climático

Golfo de México.- A bordo de una lancha rápida, cuatro activistas de Greenpeace llegaron hasta la plataforma de aguas profundas PetroRig III o Centenario, localizada a 100 kilómetros de la costa de Veracruz, en la Zona Económica Exclusiva de México, y escalaron más de 20 metros de altura para dar un claro mensaje dirigido al gobierno mexicano, exigiéndole detener los proyectos de exploración petrolera en aguas profundas en el país.

Stop deepwater oil drilling y Go beyond oil se lee en las dos mantas que los activistas instalaron para recalcar, a todos los países del mundo que se reunirán en la décimo sexta conferencia de Naciones Unidas sobre cambio climático (COP 16) y que tendrá lugar en Cancún, la necesidad de comenzar a prescindir de los combustibles fósiles.

“Este lugar prueba la incongruencia entre el discurso de Felipe Calderón, quien constantemente afirma que busca dar una lucha contundente contra el cambio climático, y la realidad que su política energética. La exploración de petróleo en las aguas profundas del Golfo de México es un riesgo innecesario que aumentará la responsabilidad de México en el problema del cambio climático. Peor aún, si tales exploraciones llegaran a encontrar petróleo, la extracción de aguas profundas distraerá aún más la atención de las soluciones reales al cambio climático, como lo son las fuentes renovables, limpias y sustentables de energías y las medidas obligatorias de eficiencia energética”, señaló Gustavo Ampugnani, coordinador de la campaña de clima y energía de Greenpeace México.

“México debe de ir más allá de ser sede de la próxima conferencia, debe tener la calidad moral para organizarla. Estas plataformas simbolizan un futuro adverso para el clima y los ecosistemas marinos del Golfo, además de que son la prueba de la contradicción que existe entre un discurso gubernamental que se rasga la vestiduras por el cambio climático y una realidad irrefutable: al gobierno de México le interesa más el petróleo que detener el cambio climático”, aseveró Alejandro Olivera, coordinador de la campaña de océanos de Greenpeace México, a bordo del barco Arctic Sunrise de la organización ambientalista.

La PetroRig III, renombrada Centenario, es una plataforma petrolera semisumergible diseñada para perforar en aguas ultraprofundas (hasta 2,134 metros), y fue contratada por Petróleos




Mexicanos para operar en aguas profundas desde julio de 2010 hasta julio del 2015; su renta diaria es de 495 mil dólares.

“México está a punto de hospedar la 16° conferencia de cambio climático y esto es lo que tiene para mostrar al mundo: una política energética totalmente basada en combustibles fósiles y en la extracción de petróleo de fuentes cada vez más inaccesibles y con mayores costos”, dijo agregó Olivera.

Desde el sexenio anterior, el programa de aguas profundas se convirtió en uno de los proyectos estratégicos para el gobierno federal. En total, hay por lo menos cuatro plataformas rentadas por Pemex Exploración y Producción (PEP) para el periodo de 2008 a 2016, para explorar las áreas de la sonda de Campeche, Coatzacoalcos y Perdido. Para ello, Petróleos Mexicanos ha destinado una inversión total de 40,685 millones de dólares (1). Cabe señalar que la mayor parte de los lugares en los que se ha hecho exploración han arrojado yacimientos de gas, de petróleo extremadamente pesado o bien nada. Encontrar petróleo en yacimientos a miles de metros de profundidad en el Golfo de México significará entrar de lleno a la era del petróleo altamente costoso, ambientalmente inviable y de mala calidad.

La exploración y extracción de petróleo en aguas profundas supone riesgos innecesarios. En abril pasado el Golfo de México fue víctima -una vez más- de lo que significa la extracción de petróleo de aguas profundas: derrames, afectación a ecosistemas marinos, pérdidas a las economías costeras. Antes de eso, el Golfo sufrió uno de las más graves desastres petroleros de la historia: la explosión del pozo Ixtoc I, en la Sonda de Campeche, en la que más de 3 millones de barriles de crudo fueron vertidos al mar durante 280 días...




prácticamente hasta que se agotó la fuente. Esta tragedia era considerada la más grave de su tipo en la historia, pero quedó rebasada por la explosión de la plataforma Deepwater Horizon, de British Petroleum (BP), el 20 de abril pasado. En sólo tres meses, BP vertió 4.9 millones de barriles al mar.

“El caso BP puso en evidencia no sólo la falta de capacidad técnica para prever y hacer frente a una emergencia en aguas profundas, sino la voracidad de las empresas, que sacrifican seguridad a cambio de ganancias. En México ni siquiera existe una regulación sobre el tema. Si algo sale mal ¿quién se hará cargo? ¿a quién responsabilizar? A duras penas Pemex mal responde a los constantes derrames en Tabasco o Veracruz. Si México no abandona desde ahora su inversión en aguas profundas, no podrá emprender el viraje hacia el uso de fuentes renovables de energía y tendrá que enfrentarse, sin respaldo alguno, al colapso por el agotamiento de este combustible”, agregó Ampugnani.

Greenpeace exige:

· La prohibición de nuevas perforaciones en alta mar y la exploración de otras fuentes de petróleo de alto riesgo y costo no convencionales.

· Eliminación gradual de las perforaciones de petróleo existentes.

· Que el gobierno exija a las empresas petroleras estar completamente aseguradas para cubrir sus responsabilidades.

· Cancelar subsidios a combustibles fósiles.

· Leyes fuertes y políticas que promuevan una [r]evolución energética basada en energía limpia.


No hay comentarios.: