Fallas contra lavado de dinero
Proliferan centros de apuestas
Los reality shows de la PGR
Los muertos se acumulan en las calles, los secuestros invaden todo el territorio nacional (incluído el pueblo de Tlalpan al sur de la ciudad de México), las carreteras se han vuelto inseguras y muchas ciudades parecen pueblos fantasma porque sus habitantes han huido aterrorizados por los enfrentamientos entre militares y marinos contra narcotraficantes. A pesar de ello, el gobierno federal anuncia que su “guerra” contra el crimen organizado sigue adelante, mientras que Felipe Calderón y su familia se refugian en el bunker de Los Pinos protegidos por miles de soldados del Estado Mayor Presidencial.En México todos sabemos que el problema es generado por Estados Unidos y el enorme consumo de drogas entre su población; sin embargo, el gobierno de ese país ha decidido que la batalla se libre en territorio mexicano para evitar que la violencia cruce la frontera y ponga en riesgo a los estadounidenses.
Con más de 30 mil muertos en México, aparece el combate al lavado de dinero como la única forma de frenar a los cárteles de la droga y quitarles el financiamiento que ahora los hace invensibles y con capacidad de corromper a cualquier político, policía, militar o ciudadano común. Esto también lo sabe el gobierno de Calderón, pero al respecto no hace nada y permite que miles de millones de dólares circulen libremente por instituciones financieras y empresas.
Así el blanqueo de capitales está presente en la economía con la anuenecia del gobierno panista y una manifestación de ello es la presencia de negocios ilegales vinculados con el juego y las apuestas, en donde mucho dinero proveniente del tráfico de drogas llega a los casinos y de allí sale tan limpio que nadie dudaría que está vendecido.
Empresarios de este sector han denunciado ante la secretarías de Gobernación y de Hacienda el crecimiento del juego ilegal. Hay indicios – aseguran – de la participación de recursos de procedencia ilícita en las salas de juego ilegales, que operan fundamentalmente en los estados de Tamaulipas, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León. Sin embargo, la respuesta de las autoridades no se ha presentado. Además, se les aplica las reglas para combatir el lavado de dinero diseñadas para el sector financiero a pesar de las diferencias evidentes de su actividad. La vigilancia y la regulación para evitar el dinero sucio en los circuitos de las casas de apuesta simplemente no existe.
Las 40 recomendaciones creadas por los organismos anti lavado en México y en organismos multilaterales fueron formuladas para proteger al sistema bancario del lavado de dinero, pero ignoran las características de actividades no financieras. Por ello, los reportes sistemáticos y las reglas efectivas han resultado poco útiles y las áreas de análisis de dependencias como la Secretaría de Hacienda y la Procuraduría General de la República se están saturando de información que no les permite ver en donde se encuentra el verdadero problema.
Así, el análisis sobre operaciones resulta irrelevante, pues el promedio de apuesta por cliente en México es de 600 pesos. Hasta ahora México, sin embargo, ha decidido no seguir la guía de enfoque basado en riesgo para el sector de casinos creada por organismos multilaterales. Además, incumple la recomendación de la GAFI, que insisten en poner los controles sólo donde se necesitan. Como también sucede en la banca, seguir las operaciones sospechosas es más eficiente.
Una regulación especial
En las salas de juegos y apuestas el movimiento de efectivo y la operación está muy alejado del escenario que predomina en el sector bancario. En la sala de juego, por ejemplo, no puede conocer al cliente, porque en muchos casos sus visitas son esporádicas, mientras que en los bancos se persigue a trabajadores por ahorrar ahí sus ingresos.
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