Anoche, en Monterrey se vivió otro más de los terribles "enfrentamientos" entre delincuentes y fuerzas del orden. Por el sur de la ciudad, ráfagas y disparos de quién sabe qué calibre se estuvieron escuchando por espacio de al menos 15 minutos, sin tregua apenas, y casi simultáneamente sirenas de ambulancias?, patrullas? Reportes mínimos en los noticiarios o en la prensa escrita. En el centro se oían igualmente disparos y presuntamente persecuciones. No hay referencia en los diarios o noticias.
La población vive un día sí y otro también expuesta a quedar enmedio del fuego para luego ser reportada como daño colateral o simplemente ignorada. Mientras, Calderón, con un exceso de protección que demuestra de qué tamaño es su miedo, se pavonea habland de cuánto se avanza en el abatimiento del crimen.
Igual que él, la élite que está en posibilidad de rodearse de guardias de todo tipo no sufre en carne viva lo que la clase media y los más humildes tienen que padecer mañana tarde y noche. ¿Cómo es que los delincuentes se ensañan contra los grupos sociales de los cuales emergen: los jodidos? ¿Qué ganan con adueñarse de las calles y colonias, matando, levantando, torturando a sus vecinos, a sus casi iguales de condición económica, social, falta de oportunidades, educación, etc? ¿Cómo es que estos delincuentes nunca levantan los ojos a la clase que realmente los ha oprimido?
Llama la atención que los de la "delincuencia organizada" estén dispuestos a enfrentarse a policías públicos o soldados (llevándose entre los pies a civiles rasos) pero rara vez se den un quemoncito con las guardias privadas de los dueños del capital. A las cúpulas empresariales o políticas no les ha tocado, salvo por excepción, sufrir los rigores de esta guerra calderónica. Bajo el fuego desatado imprudencial o perversamente por Calderón, las víctimas diarias son el mismo pueblo desamparado y jodido. O que digan, de los 30 000 muertos del sexenio, ¿cuántos corresponden a la delincuencia de a pie, a la élite de esa delincuencia, a la clase política, a los dueños del poder, a los empresarios, banqueros, a la población civil totalmente ajena e inocente? ¿Alguien tiene datos o como todo en este país se apunta en la cuenta de la desmemoria de la gente?
Nosotros les diríamos a quienes tienen en ruinas a este país, con un tejido social deshecho por exceso de corrupción, avaricia, despojo e impunidad y por falta de oportunidades, cultura, educación, respeto y sentido de responsabilidad por el presente y el futuro, ¿a qué sabe ganar si el precio es tal? Y a la delincuencia les diríamos, no nos miren ni ataquen a nosotros, el enemigo está en otro lado, búsquenle! A Ambas partes: ¡ya estuvo! sáquense a la chingada!
RCPNL
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