martes, octubre 23, 2012

FRICASÉ


 Se vale y qué bueno

 EL ABOGADO DEL PUEBLO

Periódico El Norte Sección Editorial, Lunes 22 de octubre de 2012.

No hay forma más directa y efectiva de afirmar y afianzar en una comunidad los valores democráticos que el MANIFESTARSE públicamente ante sociedad y gobierno.
 Por ello nos permitimos felicitar muy efusivamente a la comunidad médica local que haya salido a la calle el sábado pasado para denunciar la inseguridad de la que son víctimas y que les impide cumplir cabalmente su sagrada labor de velar por el bienestar físico de la comunidad a la que sirven.
Poco o nada importa que hayan sido 100, o mil, los ciudadanos que desfilaron desde Colegio Civil hasta el Palacio de Gobierno demandando de nuestras autoridades incrementar la seguridad no sólo para ellos, sino para toda la comunidad.
Nos parece irónico que, eventualmente, todos esos delincuentes que victimizan a la sociedad SECUESTRANDO y extorsionando a sus miembros, especialmente a la comunidad médica, acaban tarde que temprano requiriendo de los cuidados de esas mismas gentes a las que pretenden intimidar y explotar.
Son tan malos los delincuentes que generan inestabilidad en nuestro medio que no respetan ni a las mujeres, ni a los niños, ni a los curas, ni a los doctores ni a nadie.
Pasan de esta manera de ser un problema focalizado con el tráfico de sustancias prohibidas a convertirse en ENEMIGOS DE LA SOCIEDAD.
No dejan más remedio que el obligar al Estado a combatirlos frontal y violentamente como lo ha venido haciendo.
A nivel local, como todos sabemos, contamos con un Gobierno estatal que habla mucho, pero hace poco, y a nivel municipal hemos caído a niveles insólitos de desfachatez de tal manera que en casos como Monterrey ¡ni siquiera hay autoridad!
Recuerden ustedes, amigos, que fueron las manifestaciones, la inconformidad ciudadana tomando las calles, las que finalmente deciden decidieron los rumbos de los gobiernos.
Lo hemos visto en Chile, en Argentina y en muchos otros países.
De manera que si acaso abrigamos como ciudadanos inconformidad por el estado actual de las cosas, no sólo es positivo, sino que es nuestro deber el MANIFESTAR esa inconformidad y hacer -más que eso, obligar- a las autoridades a que respondan a las exigencias ciudadanas.
Las cuales, a todas luces, son del todo legítimas y procedentes, de manera que no les queda más remedio a los gobernantes que nos "representan" en los tres niveles de Gobierno que atender a la ciudadanía y responder a sus reclamos con acciones claras y efectivas.
Además deben tener presente, estimados lectores, que no sería ésta la primera ocasión en que en NUESTRAS CALLES se dan manifestaciones públicas de repudio que le han aportado a la comunidad importantes resultados.
Gobernadores como Eduardo Livas, Eduardo A. Elizondo, Pedro Zorrilla, Alfonso Martínez Domínguez y Sócrates Rizzo, entre otros, hubieron de capotear la inconformidad ciudadana, y todos sin excepción, se vieron impulsados por ésta a realizar cambios y proponer respuestas a la indignación ciudadana.
No será diferente con las actuales "autoridades" siendo la única diferencia importante que en los años mencionados (60, 70, 80 y 90) Nuevo León, y su capital, Monterrey, contaban con un liderazgo social más fuerte, unido e influyente que el actual, un tanto disperso y desunido.
Líderes de la talla de Andrés Marcelo Sada, Ricardo Margáin Zozaya, José Luis Coindreau y otros formaron cada quien en su forma y a su manera grupos de presión ciudadana en defensa de los intereses de la sociedad que fueron no sólo efectivos, sino que cambiaron para bien hasta el funcionamiento y desempeño de las instituciones políticas de antaño.
Mas es precisamente por esto que la manifestación MÉDICA del sábado nos parece un excelente precedente, uno que estamos seguros que debe ampliarse y profundizarse.
No hay como cientos de miles de gentes en las calles para impulsar los CAMBIOS PROFUNDOS que las sociedades demandan.
Declaraciones de prensa aquí y allá, dispersas y difusas, jamás serán tan impactantes en el statu quo como las cacerolas, las batas médicas o las tinas vacías rebosando las calles y clamando con una sola voz demandando el cambio que la sociedad exige.
En suma: bien por la comunidad médica, nuestras más sinceras felicitaciones por dar muestra de su valor cívico, y sólo anhelamos que OTROS grupos sigan su ejemplo hasta que eventualmente CIENTOS DE MILES de ciudadanos revienten nuestras plazas clamando por un ¡ya basta! a la violencia, a la barbarie, a la inseguridad y la impunidad.


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