De la columna Dinero, de la Jornada

13 feb 2007
Enrique Galván Ochoa

Ugalde se escabulló

La silbatina y mentadas de madre que el auditorio tenía preparados para el presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, tuvieron que ser repartidas entre los demás participantes del Seminario sobre Constitución, democracia y elecciones: la reforma que viene, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Hizo bien Ugalde en sacarle al bulto. Es uno de los personajes más impopulares y desacreditados del escenario político.

e@Vox Populi

Asunto: los misterios del redondeo

En un centro comercial, Soriana, mi padre redondeó su cuenta, práctica muy comun en todos y cada uno de los centros comerciales del país. En el recibo de compra aparecía ''redondeo 85 centavos'', mas lo que despertó mi instinto, mi instinto legal, fue que en la pantalla de la cajera aparecía el siguiente concepto: ''"Donación Cáritas AC''. Le pregunté a la empleada que si ellos, o sea Soriana, lo manejaba como una donación, a lo cual me respondió que sí. Entiendo que las donaciones son deducibles de impuestos para los contribuyentes, siempre y cuando se expida comprobante. Basado en lo anterior le pedí a la cajera que me diera mi comprobante de donación; la respuesta fue una negativa, ya que ellos (Soriana) sólo lo manejan como redondeo. Solicité hablar con el gerente y éste trató de explicarme que, ''bueno'', ellos sólo son captadores del efectivo, es decir, juntan el redondeo y lo entregan a Cáritas AC. Terminé pidiéndole que me regresara mis 85 centavitos, porque no iba a participar en una defraudación fiscal, y accedió. ¿Por qué fraude? Los supermercados recaudan una cantidad específica de dinero a lo largo del mes, pero el recibo de donación es a nombre ­en este caso­ de Soriana. Lo que tú donaste se lo adjudica otra persona y ella lo deduce de sus impuestos.

Héctor Martínez Gómez/DF

R: Lo del redondeo lo puso de moda la señora Marta para captar dinero destinado a Vamos México. Dicen que ahí hizo el primer millón de lo que sería un inmenso capital. Ahora se ha vuelto una plaga: todos redondean. ¿Por qué no mejor regalarle el dinero al cerillito que nos ayuda a embolsar la compra?



Es cierto, cuando dices no al redondeo, cajero(a) y clientes alrededor te ven con cara de perplejidad; la primera vez te hacen sentir chinche, pero luego agarras callo y no te importa. Así que igual como hemos venido implementando el boicot a los productos y empresas del fraude, así también digamos NO al redondeo (y sí a cooperar con los que empaquetan que lo mismo son niños que viejitos)