sábado, septiembre 15, 2007

México, paraíso de los empresarios

Milenio Diario, 14 septiembre 2007.
Sanjuana Martínez
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Los privilegios que conserva el sector empresarial en este país provocan una enorme desigualdad social que se traduce en 50 millones de mexicanos pobres que sobreviven con el paupérrimo salario mínimo. Las concesiones otorgadas por el poder político a quienes presuntamente generan riqueza, no sólo incrementan la brecha abismal que separa a ricos y pobres, muchas veces provocan grandes tragedias, como la ocurrida en el municipio de Nadadores, Coahuila.
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La noticia apenas ha sido investigada y difundida en su real dimensión. Aparentemente se trató de un “accidente” de tráfico que más tarde derivó en una explosión, provocando la muerte, hasta ahora, de 28 personas; un número aún no determinado de desaparecidos y alrededor de 180 heridos, algunos de ellos mutilados y quemados.
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La composición de la escena es la siguiente: alrededor de las 21:00 en el kilómetro 35 de la Carretera Federal número 30, entre los ejidos Las Flores y San José del Águila, se registró un choque entre un tráiler que cargaba 25 toneladas de material explosivo y una camioneta pick up en la que viajaban nueve personas. Los conductores del tráiler intentan informar a las personas cercanas que el contenido del mismo explotaría en cualquier momento, debido a que ambos vehículos comenzaron a arder.
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En el lugar se congregaron personas para auxiliar a los heridos, gente que descendió de sus vehículos varados a consecuencia del accidente, mirones, periodistas… 45 minutos después, el tráiler explota. ¿Por qué nadie evacuó correctamente el lugar? ¿Por qué un tráiler de la empresa Orica transportaba material explosivo a la hora que la gente vuelve a casa después de un domingo de esparcimiento? ¿Por qué no traía ningún letrero que indicara qué tipo de carga transportaba? ¿Por qué no lo custodiaba debidamente un vehículo adelante y otro atrás? ¿Por qué la empresa Orica no cumplió las mínimas normas que marcan las leyes mexicanas?
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Porque los muertos salen más baratos que invertir en seguridad. Porque la Secretaría de la Defensa (Sedena), encargada de vigilar los explosivos, no exigió los permisos debidos a la empresa Orica. Porque los dueños de Orica no cumplieron los artículos 37, 41, 42, 43, 60, 61, 62 y 63 de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. Porque la Sedena no inspeccionó a Orica. Porque para Orica es mejor pagar mordidas a diestra y siniestra que cumplir las leyes. Porque Orica no quiere mostrar los informes mensuales que le ordena el artículo 68 de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.
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Porque como la empresa Takata, ubicada en Coahuila, ya fue responsable de otra explosión y no le pasó nada, la empresa Orica sigue sus pasos. Porque los militares prefieren andar violando mujeres que ponerse a inspeccionar a quienes trabajan con explosivos. Porque la empresa Orica se niega a mostrar el seguro de protección que debería tener para cubrir sus unidades y a terceros en caso de un accidente. Porque es mejor acusar al chofer del tráiler que a un empresario multimillonario a quien las autoridades no le exigen responsabilidades.
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Porque el dueño de Orica puede hacerse el loco y no indemnizar a los familiares de los 28 muertos, no pagar los gastos médicos de los 180 heridos y no liquidar los daños. Porque para eso es generador de riqueza, para ser impune. Porque para los empresarios sólo es corrupto el que pide mordida, no el que la da. Porque Felipe Calderón Hinojosa prefiere hacerse de la vista gorda cuando se trata de sancionar a sus amigos empresarios. Porque vivimos en el paraíso de los empresarios. Porque los dueños del dinero, son los dueños de México.
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Porque los que tienen dinero son intocables. Porque son los empresarios quienes deciden qué candidato poner en la Presidencia, pagando campañas multimillonarias de spots, enriqueciendo a los dueños del duopolio televisivo y empobreciendo a los mexicanos con más salarios de hambre. Porque para eso pusieron a un monigote, para que haga una reforma fiscal que les beneficie y produzca más pobres. Porque el Consejo Coordinador Empresarial prefiere pagar desplegados en los periódicos para defender una democracia a modo, que protestar públicamente por los abusos de sus empresarios miembros.
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Porque muchos pseudoperiodistas se rasgan las vestiduras por la libertad de expresión pensando que las compensaciones que incrementan su cuenta bancaria serán más pequeñas. Porque prefieren enterrar 60 mineros en el fondo de una mina, que pagar para sacarlos. Porque empresarios como los dueños del Grupo México, causantes de la tragedia de Pasta de Conchos, son corruptos. Porque para muchos empresarios es mejor sobornar al líder sindical en lugar de aumentar los salarios a sus trabajadores.
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Porque si ellos viven bien, tienen el estómago lleno y acumulan riqueza, no tienen por qué pensar en los pobres. Porque todos son filántropos. Porque sus esposas hacen obras de caridad. Porque eligen tranquilizar sus negras conciencias donando millones de pesos para atender a los pobres que ellos mismos generan. Porque son responsables de enfermedades a consecuencia de sus empresas contaminantes. Porque es mejor que haya decenas de niños muertos de cáncer, que eliminar ese componente venenoso que después vierten en los ríos o en zonas habitacionales. Porque eligen deforestación para incrementar sus fortunas. Porque desde su Torre de Marfil desprecian al género humano…

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