Yerros a granel

Milenio Diario, 15 septiembre 2007.

Guillermo Colín.

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El domingo pasado, en el programa Cambios que conduce el arquitecto Benavides a través del Canal 12, hubo la oportunidad de examinar lo afirmado en materia de seguridad pública y de empleo por el presidente Calderón en su Primer Informe de Gobierno. Ahí se señalaron yerros a granel en varios rubros y cifras que se consignan discordantes entre sí.

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Los adeptos acríticos al régimen acusaron a los participantes de la mesa redonda que así lo expusimos, de descalificar sin bases los números. Sin embargo, las evidencias son irrefutables. Si de suyo la rendición presidencial de cuentas que prevé el artículo 69 constitucional ha sido objeto de múltiples cuestionamientos a lo largo de la historia por el maquillaje proverbial de las cifras que hacen todos los titulares del Ejecutivo en sus gestiones, en esta ocasión la presidencia calderonista llevó a extremos la sustitución de hechos por premisas falsas.

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Para muestra, dice el documento que el presidente norteamericano George Bush fue recibido en Palacio Nacional, cuando la entrevista con su homólogo mexicano ocurrió en Cancún, nunca en la Ciudad de México; por tanto, Bush jamás ha estado con él, donde lo informa el Presidente de la República al Congreso de la Unión.Pero si eso es pecata minuta, aun tomando como buenas ciertas aseveraciones y cifras oficiales, y comparándolas con las del mismo periodo anterior en materia de seguridad, por ejemplo, la conclusión irrefutable es que ni en el sexenio foxista (al que se atribuye el auge desbordado del narcotráfico) hubo tanta laxitud como ahora en la contención de este flagelo.

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Y eso que se trata de la administración que sacó al Ejército a la calle para combatir la narcoviolencia. A nueve meses de distancia, éstos son algunos de los resultados corroborables a partir de cifras consignadas en fuentes oficiales: con Calderón ha habido 29.7 por ciento menos detenidos por delitos contra la salud que en el mismo periodo en 2006; 98.9 por ciento menos psicotrópicos incautados; 35.3 por ciento menos mariguana quemada; 25.6 por ciento menos hectáreas destruidas de amapola; 76.2 por ciento menos cocaína decomisada y 76.5 menos laboratorios clandestinos desmantelados.

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Y éste es el sexenio que dice ha declarado la guerra al narcotráfico.En materia de trabajo, el autodenominado Presidente del empleo no lo ha hecho mejor, pese a que también las cifras de su discurso no concuerdan con otras oficiales, como las del IMSS, que reportan un incremento de 450 mil 814 plazas de enero a junio; y sin embargo, en el Compendio de Estadísticas del Informe se presume para el mismo periodo que la “generación neta de empleos” sumó 866 mil 900 trabajadores asegurados.

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Quizá la disparidad ni el propio Calderón la examina, pues en otro párrafo de su propio informe se lee: “La afiliación total de trabajadores fue de 539 mil 925 trabajadores (sic) cifra superior respecto al mismo periodo de 2006”. 450 mil... 866 mil... 539 mil… todas cifras oficiales y ninguna verdadera. Y eso que los calderonistas hablan que son dizque cifras certificadas y homologadas en su metodología por entidades internacionales.