1 SHOT 2 KILLS
Francisco Gómez Maza
No cabe duda que, como siempre he dicho, la conciencia es tan superficial y la inconsciencia tan profunda, primero en los individuos y, como consecuencia, en las sociedades, que a nombre de la paz, de los “valores universales”, se cometen las peores barbaridades en este mundo en las mayorías de los individuos caminan a la deriva, los políticos no gobiernan sino dominan y oprimen, y las sociedades van enajenadas con la ideología, sumidas en la inconsciencia colectiva. Sólo así se explican los conflictos interpersonales, los deseos de venganza, los resentimientos, que se traducen en una absoluta incomunicación interpersonal, y los conflictos sociales como las guerras –las más inmediatas: Afganistán, donde el “diablo” de Al Qaeda y los talibanes son objeto de destrucción porque “así lo digo yo”, porque “son un peligro para el mundo”, sin ponerse a pensar si los grandes capitanes de la política no son más terroristas que Bin Laden, o peores, cosa que debe de pensar Barack Hussein Obama, principalmente, o los líderes del estado de Israel, frente a unos palestinos que viven para la servidumbre y que, al rebelarse, sólo están mostrando su absoluto descontento por el estado de cosas que domina sus vidas cotidianamente, frente a la dominación, la opresión, la expoliación de los grandes magnates y políticos israelíes.
Una muestra de intolerancia, llevada a su máximo es la guerra total que mantienen los israelíes en contra de los palestinos. Y en este espacio no acostumbro incluir fotografías, pero la de ahora es absolutamente necesaria incluirla, porque habla por sí misma. Resulta que el mundo democrático ha quedado horrorizado, ya no por las masacres en contra de civiles, hombres, mujeres, niños, ancianos, ancianas, sino por la maldita camiseta, que llevan puesta los soldados israelíes, en cuya parte posterior tiene impresa una leyenda dia-bólica, que revela la ideología (he dicho ya muchas veces que la ideología es producto de la inconsciencia y es contraria a la conciencia) de la derecha israelí, que es la que domina en aquel estado: "Un tiro, dos muertos". Buenos Aires, jueves, 26 de marzo de 2009.
Esta noticia circula mientras Israel enfrenta por estos días un severo cuestionamiento a la conducta mostrada en su ofensiva de 22 días en Gaza, al darse a conocer testimonios de sus propios soldados, según los cuales se les permitió, y en algunos casos incluso se les ordenó, disparar a palestinos civiles desarmados. Durante los ataques de enero murieron mil 300 palestinos, por lo menos la mitad de ellos civiles, según grupos palestinos de defensa de los derechos humanos. Donald Macintyre, del diario inglés The Independent, afirma que los testimonios –primeros de ese tipo que surgen de las propias fuerzas armadas– se apartan marcadamente de las afirmaciones oficiales de que los militares se esforzaron al máximo por evitar bajas civiles, y tienden a corroborar acusaciones palestinas de que los soldados abrieron fuego en forma indiscriminada y desproporcionada en zonas civiles durante la operación. "En uno de los testimonios, que arrojan una dura y nueva luz sobre lo que según los soldados eran las reglas permisivas de la Operación Plomo Endurecido, un militar describe la forma en que un oficial ordenó disparar contra una anciana a 100 metros de una casa que ocupaban las tropas", dice el periodista que tuvo acceso a las declaraciones.
El líder de un escuadrón narró: Al principio, la orden era entrar en una casa con un vehículo blindado, echar abajo la puerta y abrir fuego contra cualquier persona que avistáramos. Yo lo llamo asesinato. En un principio me preguntaba qué sentido podía tener aquello. Los superiores dicen que era permisible porque todos los que quedaban en la ciudad eran culpables, puesto que no escaparon. Según el diario Haaretz, tras ventilarse esos sucios secretos se volverá más difícil para los israelíes minimizar las acusaciones de la propaganda palestina. El director del curso, Danny Zamir, declaró al periódico que se sintió estremecido por los testimonios, presentados el 13 de febrero, y que a raíz de ello dijo al jefe del estado mayor de las fuerzas armadas, Gabi Ashkenazi, que temía una grave pérdida de moral de los militares. Ehud Barak, ministro israelí de Defensa, expresó: Les digo que, desde el jefe del Estado Mayor hasta el último soldado, el ejército más moral del mundo está listo a recibir órdenes del gobierno de Israel. No tengo duda de que todos los incidentes serán examinados uno por uno. El Ejército de Israel repudió oficialmente la existencia de las camisetas, señalando que no fueron fabricadas ni aprobadas por las Fuerzas Armadas.
Las prendas "no representan los valores del Ejército de defensa de Israel y son simplemente de mal gusto", afirmó la Institución en un comunicado. Las Fuerzas Armadas dijeron que no tolerarán ese tipo de conducta y que tomarán medidas disciplinarias contra los soldados involucrados en su fabricación o distribución. Haaretz mostró las fotografías de cinco camisetas y dijo que habían sido hechas entre una unidad; esto es, para algunas decenas de soldados. Las camisetas fueron usadas por soldados en diferentes unidades, aunque se desconoce el número exacto. Adiv, la fábrica de Tel Aviv que hizo las camisetas, se negó a formular declaraciones. Sin embargo, organizaciones israelíes de derechos humanos, entre ellas B’Tselem y la Asociación pro Derechos Civiles de Israel, exigieron una investigación independiente y se quejaron de que sólo se anunció la pesquisa militar, después que Haaretz publicó la nota; es decir, tres semanas después de que los asuntos principales fueron conocidos por el jefe del Estado Mayor. Este retraso sigue la pauta de otras sospechas de crímenes graves que no han sido investigadas.
La verdad es que el las Fuerzas Armadas de cualquier nación no se mueve una hoja de un árbol, sin la voluntad del superior. Y no es creíble que las Fuerzas Armadas israelíes no supieran, por lo menos, de la fabricación de tales camisetas, aunque todo el mundo no creerá que no sabían nada, sino que más bien la orden de fabricarlas salió de ellas. La ideología de la derecha israelí es acabar con el pueblo palestino, como Hitler intentó desaparecer de la faz de la Tierra todo vestigio de ADN semita, o como los estadounidenses pretenden acabar con los pueblos árabes de Irak, Afganistán e Irán, porque no merecen vivir en este modelo exclusivo de gente bonita, de alfombras rojas, de consumo sin medida de una gran cantidad de estupideces, de lujuria en Wall Street, que fue lo que ocasionó la gran recesión que está padeciendo el mundo y que el gobierno de Obama trata de paliar en beneficio de los grandes capitalistas y en detrimento del erario que es engordado con las contribuciones de los ciudadanos comunes, porque los no comunes se inventan imaginativas salidas para evadir sus obligaciones con el fisco.
Y en esas vamos en México y saldremos perdiendo todos si no revisamos el modelo impuesto desde Washington, que Washington mismo está ahora rechazando. Pero mejor vea, querido lector, la camiseta e indígnese, con una santa ira.
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