domingo, marzo 27, 2011

Llevarán caso del general Villa Castillo ante la CIDH por "apología del delito"



Será difícil probar que el ex jefe policiaco de Torreón consumó asesinatos, aducen ONG

Llevarán caso del general Villa Castillo ante la CIDH por apología del delito

Ningún pronunciamiento del gobierno federal sobre los homicidios extrajudiciales del militar


Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada Domingo 27 de marzo de 2011, p. 8


Torreón, Coah. La Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH) llevará el caso del general en retiro Carlos Bibiano Villa Castillo ante la próxima reunión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en la que se abordarán temas en la materia y de seguridad pública, y que se realizará en Washington.

Así lo dio a conocer Juan Carlos Gutiérrez, director de la organización no gubernamental, al señalar que las audiencias sobre México empiezan el próximo 28 de marzo : Si bien es muy difícil probar que el general Villa Castillo ha consumado asesinatos, sí hay claramente apología del delito, algo que está tipificado en el Código Penal Federal.

En una entrevista concedida a La Jornada, el general Villa, ex director de Seguridad Pública en Torreón, y quien ahora se desempeña en un cargo similar en Quintana Roo, dijo: “Cuando veo un zeta lo mato, ¿para qué interrogarlo?”. Y con respecto a las mujeres halconas señaló que hace una deferencia por su sexo para que “mueran enteras.

“Halconas hay como unas cuatro en cada red. Son mujeres pobres, gordas, todas jodidas, pero también se mueren. Con ellas no batallo, simplemente les pongo un hilo en la cabeza y se ahogan. No deben vivir. Al menos mueren completas. Un detalle por ser mujeres”.

–General, ¿todas son feas como usted dice?, ¿no hay mujeres bonitas que andan con los narcos? –se le preguntó.

–Cuando se agarran también se matan, salvo que las agarren otros. Lo que yo desconfío de la Policía Federal es que ellos no matan, ellos nomás agarran. Y el Ejército y la Marina matan.

–¿Matan y luego averiguan?

–Es que así debe ser. Es un código de honor contra quienes deben de morir.

La entrevista también fue difundida la semana pasada por Carmen Aristegui en MVS, y algunas organizaciones defensoras de los derechos humanos criticaron las ejecuciones extrajudiciales del general Villa, quien el pasado viernes 25 de marzo envió una carta a MVS para disculparse y asegurar que no es un asesino.

Sus declaraciones ya están grabadas y nosotros vamos a presentarlas como una prueba. Lo más grave es el silencio de las autoridades federales. No ha habido ningún rechazo categórico, ningún pronunciamiento ni del presidente Felipe Calderón, ni del procurador general de la República, Arturo Chávez Chávez; del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, o del secretario de la Defensa. Tampoco del alcalde de Torreón, ni del gobernador de Quintana Roo, dijo Gutiérrez.

Consideró que el procurador puede iniciar una averiguación previa de oficio, pero no lo ha hecho: El silencio demuestra la existencia de una política que respalda este tipo de procedimientos. Eso es gravísimo porque contradice el discurso de que en México hay respeto a los derechos humanos. El debate no es sólo si el general Villa cometió los delitos, sino cómo se va construyendo una serie de eufemismos que avalan toda una lógica que sacrifica la base del estado de derecho sobre un supuesto mal menor: sacrificar las garantías procesales y la justicia para avanzar en la lucha contra la delincuencia.

Para el obispo Raúl Vera López las declaraciones del general Carlos Bibiano Villa en torno a su afirmación de que mata a los miembros de los cárteles de la droga, revelan “la descomposición del Estado y la instalación de facto de la pena de muerte”.

Fundador del Centro Diocesano para la Defensa de los Derechos Humanos Fray Juan de Larios y presidente del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, el obispo de Saltillo explica: “Las palabras del general lo que dan a conocer es que en México está establecida la pena de muerte de facto. Ya pueden matar sin que haya investigación alguna. No hay proceso y no se juzga. Y los civiles muertos se justifican como daños colaterales”.

Lamentó que el Ejército Mexicano aplique una terminología de guerra y criticó los métodos desvelados por el general Villa Castillo: A menos que ya estén aceptando que hay una guerra civil en donde están los civiles también pagando. Hay una perversión de la mentalidad dentro de la estructura de Estado. Anodinamente se está justificando muertes como si fuera un estado de guerra, cuando no hay un estatus ni de guerra civil, ni de una invasión extranjera por la cual se justifique este código militar.

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El general Carlos Bibiano Villa Castillo, tras dar la entrevista. Foto Holanda Contreras


Los métodos del general Villa significan, para el obispo Raúl Vera, un precedente muy grave porque establecen que hay un estatus de criminalidad aceptada y tolerada desde el Estado.

Estas declaraciones muestran que la descomposición del país emerge de una descomposición del Estado y de las instituciones. Revela el tremendo hueco que hay en esta famosa guerra contra el narcotráfico. Es lo que explica su fracaso. Como dice el general Villa Castillo, ellos están preparados para matar. Y no arrestan, no presentan ante la justicia. De manera que se encubre a estos criminales.

Es muy grave, señala, que el Ejército y las policías maten en lugar de interrogar para obtener información: Esto significa que el miembro del crimen organizado no va a revelar ni la estructura interna de su grupo criminal, ni tampoco los nexos que tienen dentro del poder político, de la función pública. Tampoco habrá capacidad del Estado para desmantelar la estructura misma del grupo y el grado de penetración en las instituciones y en la iniciativa privada para el lavado de dinero.

Alertó sobre la destrucción del Estado democrático: Esto es lo grave. Estamos entrando en una dictadura. El estatus político de México está pasando a eso. Se está estableciendo un Estado militarizado donde hay una acción dictatorial en la que el aparato militar está autorizado para matar.

Sobre el apoyo que el general Villa ha cosechado entre la sociedad dijo: Lo que no sabe esa gente es que ellos también pueden ser víctimas del general Villa.

Luis Arriaga, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, AC, exigió una remoción inmediata del militar: Las declaraciones de Villa Castillo revelan la manera en la que opera el Ejército. Por un lado hay un discurso oficial que afirma la necesidad de combatir a grupos delictivos, pero dejan de lado los graves abusos que se están cometiendo, como ataques con armas de fuego, torturas, detenciones arbitrarias, cateos, ejecuciones extrajudiciales y agresiones contra la población civil.

La penetración de los militares en las distintas policías del país, dijo Arriaga, ha traído como consecuencia un incremento en las violaciones de derechos humanos: No se trata de violaciones aisladas, sino del mismo diseño del Ejército. Son corporaciones creadas para responder y se mueven en una lógica bélica que no es la adecuada para enfrentar el problema de la inseguridad. Esta entrevista deja entrever perfectamente que los militares pueden seguir cometiendo violaciones a los derechos humanos sin que haya ninguna consecuencia. Esto es lo grave. La impunidad de cometer abusos contra la población sin sufrir castigo.

A raíz de la publicación de la entrevista, Leticia Quezada Contreras, vocera del grupo parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados, exigió a Felipe Calderón, jefe supremo de las fuerzas armadas, presentar a la sociedad mexicana un diagnóstico transparente sobre la cantidad de militares que ocupan puestos civiles en los distintos gobiernos estatales y municipales: En el combate a la delincuencia organizada existe una permanente actuación fuera de la ley por parte de quienes deberían ser los responsables de aplicarla. Es preocupante que alguien que ocupa una dirección de Seguridad Pública afirme que su código de honor es asesinar y después averiguar, además de que manifieste su desconfianza a la propia Policía Federal y a la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Las revelaciones del general Villa Castillo en el sentido de que a las mujeres halconas les coloca un hilo en la cabeza para que se ahoguen y mueran enteras tienen además un componente distinto: Yo detecto un tufo de misoginia y machismo exacerbado en los comentarios del general, me preocupa sobremanera que un encargado de seguridad tenga esa visión o haga comentarios sin ninguna visión de género.



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