lunes, junio 07, 2010

Madre de Daniel Hernández rechaza versión de la Sedena; el joven fue ultimado junto a 2 primos


¿Cuáles sicarios?; mi hijo aún traía uniforme de la escuela cuando los soldados lo mataron

Iban en esa camioneta porque Óscar Olivares, quien está desaparecido, les ofreció llevarlos a su pueblo

De la redacción

Periódico La Jornada
Domingo 6 de junio de 2010, p. 13

Tras enterrar a los tres estudiantes acribillados por soldados el pasado 2 de junio en Reynosa, Tamaulipas, familiares y amigos desmintieron la versión dada a conocer el pasado viernes por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) de que los jóvenes –de 13, 15 y 17 años– estaban al servicio del crimen organizado.

¿Cuáles sicarios?, si mi Danielito todavía traía el uniforme de la secundaria. Si estaba arriba de esa camioneta es porque un conocido del ejido les ofreció un aventón, pero ni él ni los otros dos, ni el que se llevaron, eran malos; los criminales son los soldados que me lo mataron, dijo entre lágrimas María, madre de Daniel Hernández Martínez.

Dijo que el muchacho, quien junto a sus primos César Alejandro y Eduardo Cuéllar fue acribillado en la carretera La Ribereña, que comunica Reynosa con Nuevo Laredo, cursaba el primer grado en la secundaria número tres General Francisco J. Múgica.

Familiares dijeron que el mediodía del miércoles, al salir de clases, los tres menores se subieron a la camioneta Dodge Ram conducida por Óscar Olivares, de 17 años, quien ofreció llevarlos a Estacion Anzaldúas, donde vivían.

En el trayecto por La Ribereña, en las inmediaciones del ejido Los Cavazos, el conductor desobedeció una instrucción de alto marcada por efectivos castrenses, quienes dispararon sus armas largas y mataron a los tres menores. Óscar Olivares permanece desaparecido desde entonces, por lo que su familia pidió la intervención de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para localizarlo.

Jesús Ricardo Segovia Leyva, visitador del organismo, dijo que inició un procedimiento para solicitar un informe de hechos a la octava Zona Militar, con sede en Reynosa.

Ya es común que, sin pruebas, el Ejército busque culpar a las víctimas


Exigen ONG indagación efectiva sobre homicidio de 3 menores en Tamaulipas

Gabriel León Zaragoza

Periódico La Jornada
Domingo 6 de junio de 2010, p. 13

Organizaciones defensoras de las garantías fundamentales demandaron una investigación efectiva, imparcial y apegada a derecho en instancias civiles sobre la muerte de tres menores de edad –el pasado 2 de junio– en la carretera La Ribereña, municipio de Reynosa, Tamaulipas, luego de que –según se ha publicado de versiones de testigos– elementos del Ejército les dispararon al no detenerse el vehículo en que viajaban.

Reiteraron que en la lucha contra el crimen organizado se hace urgente revisar el fuero castrense ante el número de civiles que han fallecido a manos de soldados, en lo que va de la presente administración.

Luis Arriaga, director del Centro Miguel Agustín Pro Juárez, comentó que estas acciones muestran el uso irracional y desproporcionado de la fuerza, como consecuencia de la injerencia militar en tareas que corresponden a cuerpos policiacos civiles.

Lo que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y nosotros hemos constatado es un incremento en las violaciones de las garantías fundamentales cometidas por militares, en agravio de civiles, destacó.

Manifestó que por la forma en que testigos refieren que fallecieron los estudiantes Daniel Hernández y César Alejandro Cuéllar, de la escuela secundaria Francisco J. Múgica, y Eduardo Cuéllar, del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario, cuando se dirigían a sus domicilios, se pone de relieve también que los soldados están actuando sin ningún control civil y con desapego a los derechos humanos.

Es una consecuencia grave de esta injerencia y de la apuesta de la presente administración de poner al Ejército en las calles sin ningún control ni mecanismos de rendición de cuentas, refirió.

Édgar Cortez, miembro del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, manifestó que se repite la práctica de la Sedena de ofrecer una versión oficial de los hechos, sin mostrar evidencias ni pruebas del trabajo de investigación que sustenten sus dichos.

Consideró que en este tipo de situaciones, lo que siempre hay es una práctica muy perniciosa de intentar justificar y querer poner una supuesta responsabilidad en las víctimas.

La Sedena informó que los tres menores de edad que murieron formaban parte de un grupo de presuntos sicarios que viajaban en un convoy integrado por tres camionetas, quienes se enfrentaron con soldados para cubrir la huida de los ocupantes de otros dos vehículos que escaparon rumbo a Nuevo Laredo.

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