Discurso de Alejandro Encinas Rodríguez, a nombre de la Coordinación Nacional del Movimiento Nacional por la Defensa del Petróleo, la Economía Popular y la Soberanía Nacional, en el Zócalo de la Ciudad de México
Lic. Andrés Manuel López Obrador, Presidente Legítimo de México.
Compañeras y compañeros:
1. El día de hoy iniciamos una nueva etapa de lucha de nuestro movimiento.
En esta nueva etapa fortaleceremos nuestra identidad; nuestra organización; nuestra capacidad de respuesta ante las acciones de la derecha; nuestra propuesta política, y nuestras alianzas con la sociedad.
2. Necesitamos consolidar el Proyecto Alternativo de Nación y al mismo tiempo impulsar un Programa de Emergencia en Defensa de la Economía Popular.
Partimos del principio de que la soberanía nacional reside en el pueblo, y que en México se requiere de un profundo cambio, pues hoy la Nación está desfondada, el pueblo en la miseria, mientras el Estado se debilita y unos cuantos acaparan la riqueza.
Desde las reformas neoliberales de los años ochenta, el crecimiento de la producción apenas rebasa al de la población. Con Felipe Calderón vamos de mal en peor, pues en 2008 nuestra economía no creció y este año va a disminuir.
Sin crecimiento económico no hay trabajo. De los cien millones de mexicanos, menos de la mitad tiene un empleo formal. En 8 años de gobiernos panistas, casi diez millones de jóvenes empezaron a buscar trabajo y sólo se han creado un millón trescientos mil empleos.
A la enorme mayoría de los jóvenes mexicanos no les queda otra alternativa que irse a Estados Unidos, mal vivir de la economía informal o tomar la vía de conductas antisociales o incorporarse a la delincuencia.
Sin empleo no hay ingresos, y los salarios y las prestaciones de quienes tienen trabajo disminuyen. Hoy el sueldo apenas alcanza para comprar una cuarta parte de lo que se adquiría hace 25 años. Y en los últimos meses las cosas han empeoraron, pues se han elevado el precio de los alimentos, de la luz, del gas, de las gasolinas y el diesel. Con Calderón todo sube en México menos el empleo y el salario.
El campo está en el abandono. Hace 26 años estábamos en el camino de la autosuficiencia alimentaria, pero con el Tratado de Libre Comercio hoy importamos gran parte del maíz, el fríjol, el arroz, el trigo, y la soya que consumimos. En el mundo se encarecen los alimentos, y en México tenemos que comprar en el exterior el 35% de lo que comemos.
Los campesinos emigran a las ciudades o a los Estados Unidos en busca de una oportunidad. En 2008, por primera vez, gastamos más en importar alimentos que lo que los migrantes enviaron de remesas a sus familiares.
Enfrentamos una profunda crisis económica y una perversa inequidad social, pero también una crisis moral. La corrupción crece, el narcotráfico y la delincuencia organizada actúan impunemente; la militarización y represión a los movimientos sociales amenazan las libertades conquistadas; el fraude y la imposición sustituyen a la democracia. Los mexicanos están perdiendo la esperanza y muchos están perdiendo la paciencia.
Ante esta crisis es necesario que el gobierno utilice todos los instrumentos del Estado para garantizar los derechos de los mexicanos a la alimentación, a la salud, al trabajo y la educación.
Pero lejos de ello, el gobierno usurpador impulsa políticas que sólo protegen a los grandes potentados. Por lo que nuestro movimiento ha asumido el compromiso de defender la soberanía nacional, entendida ésta, como soberanía popular. Es decir, el derecho del pueblo para decidir a favor de sus legítimos intereses sin ceder a presiones de ninguna índole.
En el momento actual, cuando la crisis económica nos golpea a todos y en especial a los más pobres, defender la soberanía nacional es defender la economía popular.
Recuperar la soberanía es fundamental para sacar al país de la postración económica, social, política y moral en la que lo sumieron los gobiernos vendepatrias.
Es nuestro compromiso defender la democracia que ha sido mancillada por los partidos de la derecha.
Es nuestro compromiso defender el petróleo y la soberanía sobre la energía y los recursos naturales de la que depende la viabilidad económica y ambiental del país.
Es nuestro compromiso defender la economía nacional y la soberanía productiva de la que depende la supervivencia de los pequeños y medianos empresarios que son quienes pagan impuestos y generan empleo.
Es nuestro compromiso defender la producción campesina y la soberanía alimentaria de la que depende el abasto oportuno de alimentos suficientes para todos los mexicanos.
Es nuestro compromiso defender el empleo y la soberanía laboral de la que depende que los mexicanos encontremos en nuestro país un trabajo digno, seguro y bien remunerado.
Es nuestro compromiso defender la soberanía científica y tecnológica, pues la viabilidad del país depende de garantizar la educación pública, laica y gratuita para la formación de los científicos y técnicos que requiere el desarrollo del país y para aprovechar el enorme potencial que representa el conocimiento de los mexicanos.
Es nuestro compromiso defender la soberanía cultural de la que depende la preservación de nuestra identidad como Nación, nuestro patrimonio histórico, la cultura popular y la creación artística. Porque un pueblo también se empobrece cuando se pierde y degrada su cultura.
Es nuestro compromiso organizarnos, a través de una vasta red social que permita generar bases de confianza y solidaridad para lograr los cambios que nos hemos propuesto.
Es urgente activar el mercado interno, organizar la defensa del empleo, de los salarios y de los ahorros de retiro. Demandamos un aumento de emergencia al salario mínimo; el impulso a la industria de la construcción que genera puestos de trabajo en infraestructura básica y vivienda popular, y la intervención gubernamental en las Afores
Es urgente defender el consumo. Garantizar precios accesibles en los bienes de primera necesidad y abaratar los servicios cuyas tarifas establece el gobierno. Demandamos bajar el precio de gasolinas, del diesel, el gas y la luz.
Es urgente defender la producción, y a las pequeñas y medianas empresas. Reducir los costos de los energéticos y del crédito, y disminuir la carga fiscal de los pequeños contribuyentes, derogando el IETU.
Es urgente defender al campo. Abandonar la política de exportar trabajadores rurales e importar comida. Se debe impulsar al campo y en particular la agricultura familiar, que además de generar ingreso y empleo preserva los recursos naturales, la cultura, y nuestra soberanía alimentaria.
Es urgente defender los derechos sociales. El derecho a servicios médicos y a la educación gratuita, y extender los apoyos al desarrollo social para desempleados, adultos mayores, madres solteras, estudiantes.
Es urgente defender el patrimonio familiar, la casa, los bienes, los ahorros y en general el patrimonio que con mucho esfuerzo formaron las familias y representan la seguridad de los viejos y la herencia de los jóvenes.
Nuestro movimiento, en todos los frentes, debe restituir las capacidades productivas y sociales de México para enfrentar la crisis e iniciar una ruta igualitaria y sustentable.
Nada de esto se conseguirá por concesión de los poderosos, quienes ocasionaron este desastre.
Si queremos recuperar la soberanía nacional a la que renunciaron los gobiernos vendepatrias y queremos restaurar la economía popular golpeada por la crisis, necesitamos estar organizados y movilizarnos por nuestras demandas.
Movilizarnos contra las políticas antipopulares y para exigir acciones de gobierno favorables a las mayorías. Organizarnos y movilizarnos solidariamente contra las injusticias y arbitrariedades que a diario se cometen contra los pobres. Organizarnos para buscar solución a los problemas con nuestras propias fuerzas.
En esta lucha no estamos solos. Nuestro movimiento es parte de una amplia insurgencia popular que desde hace décadas trabaja en defensa de la democracia, la justicia, la libertad y la soberanía.
Nuestra propuesta es de unidad. Unidad en la acción, unidad en torno a reivindicaciones concretas, unidad desde las bases.
3. Para ello durante el mes de febrero instalaremos las Casas del Movimiento en las 31 capitales de los estados y en las 16 delegaciones políticas del Distrito Federal.
Estas casas serán los referentes territoriales y el centro de operaciones de nuestro movimiento. Lugares de encuentro y de trabajo para defender la economía popular y promover la solidaridad y la ayuda mutua, fomentando la vida y el desarrollo comunitario.
En una primera etapa, se brindará información sobre nuestro movimiento, se promoverá la organización y se atenderá la queja ciudadana por cobros excesivos de la luz; cartera vencida de vivienda social; así como por las comisiones e intereses desmesurados en las tarjetas de crédito.
En una segunda etapa, se sumarán acciones de defensa de la economía popular en materia de salud, consumo y abasto de productos básicos, junto con actividades artísticas, culturales y de educación política.
Para el funcionamiento de las Casas contaremos con el apoyo de las Brigadas del Movimiento, de los comités del Gobierno Legítimo organizados en todo el territorio nacional, así como de los equipos de ciudadanos y especialistas que se constituyan para atender tareas específicas.
4. Simultáneamente, durante los próximos días realizaremos distintas acciones para promover nuestras causas.
La semana del 26 al 30 de enero, en todo el país realizaremos una campaña de información dando a conocer los acuerdos de esta Asamblea. Se trata de que todas y todos distribuyamos un volante, una historieta o peguemos un cartel en nuestra casa, oficina o en la escuela con esta información.
El martes 3 de febrero, a las 17.00 horas, estaremos de nueva cuenta en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público exigiendo un cambio en la política económica, que bajen los precios de las gasolinas y el diesel, y que se elimine el IETU.
El miércoles 17 de febrero, a las 17.00 horas, realizaremos un mitin en las oficinas de la Compañía Luz y Fuerza del Centro en la Ciudad de México y en las oficinas de la Comisión Federal de Electricidad en todo el país, en contra de los altos cobros en los recibos de luz y demandando la disminución de las tarifas.
El martes 3 de marzo, a las 17.00 horas, nos movilizaremos a la Asociación Mexicana de Bancos para protestar por las altas tasas de interés en las tarjetas de crédito y en las comisiones por los servicios que prestan los bancos; así como por la situación de las carteras vencidas en los créditos de vivienda.
El 18 de marzo, en todo el país reivindicaremos nuestra lucha en defensa del petróleo como pilar del desarrollo nacional, haremos una evaluación de los que ha sucedido con la reforma energética y nos concentraremos en el monumento a Lázaro Cárdenas, ubicado en el eje central de la Ciudad de México.
Finalmente, les proponemos, que el domingo 22 de marzo realicemos una nueva Asamblea en Defensa del Petróleo, de la Economía Popular y de la Soberanía, en el Hemiciclo a Juárez de la Ciudad de México a las 10 de la mañana.
Compañeras y compañeras:
Estos son nuestros retos y nuestras tareas Asumamos el compromiso de difundirlas y cumplirlas en todos los rincones del país. Sumemos esfuerzos y convoquemos a las mexicanas y a los mexicanos a la gran causa que significa rescatar a nuestro país para el bienestar de nuestros hijos.
Lic. Andrés Manuel López Obrador, Presidente Legítimo de México.
Compañeras y compañeros:
1. El día de hoy iniciamos una nueva etapa de lucha de nuestro movimiento.
En esta nueva etapa fortaleceremos nuestra identidad; nuestra organización; nuestra capacidad de respuesta ante las acciones de la derecha; nuestra propuesta política, y nuestras alianzas con la sociedad.
2. Necesitamos consolidar el Proyecto Alternativo de Nación y al mismo tiempo impulsar un Programa de Emergencia en Defensa de la Economía Popular.
Partimos del principio de que la soberanía nacional reside en el pueblo, y que en México se requiere de un profundo cambio, pues hoy la Nación está desfondada, el pueblo en la miseria, mientras el Estado se debilita y unos cuantos acaparan la riqueza.
Desde las reformas neoliberales de los años ochenta, el crecimiento de la producción apenas rebasa al de la población. Con Felipe Calderón vamos de mal en peor, pues en 2008 nuestra economía no creció y este año va a disminuir.
Sin crecimiento económico no hay trabajo. De los cien millones de mexicanos, menos de la mitad tiene un empleo formal. En 8 años de gobiernos panistas, casi diez millones de jóvenes empezaron a buscar trabajo y sólo se han creado un millón trescientos mil empleos.
A la enorme mayoría de los jóvenes mexicanos no les queda otra alternativa que irse a Estados Unidos, mal vivir de la economía informal o tomar la vía de conductas antisociales o incorporarse a la delincuencia.
Sin empleo no hay ingresos, y los salarios y las prestaciones de quienes tienen trabajo disminuyen. Hoy el sueldo apenas alcanza para comprar una cuarta parte de lo que se adquiría hace 25 años. Y en los últimos meses las cosas han empeoraron, pues se han elevado el precio de los alimentos, de la luz, del gas, de las gasolinas y el diesel. Con Calderón todo sube en México menos el empleo y el salario.
El campo está en el abandono. Hace 26 años estábamos en el camino de la autosuficiencia alimentaria, pero con el Tratado de Libre Comercio hoy importamos gran parte del maíz, el fríjol, el arroz, el trigo, y la soya que consumimos. En el mundo se encarecen los alimentos, y en México tenemos que comprar en el exterior el 35% de lo que comemos.
Los campesinos emigran a las ciudades o a los Estados Unidos en busca de una oportunidad. En 2008, por primera vez, gastamos más en importar alimentos que lo que los migrantes enviaron de remesas a sus familiares.
Enfrentamos una profunda crisis económica y una perversa inequidad social, pero también una crisis moral. La corrupción crece, el narcotráfico y la delincuencia organizada actúan impunemente; la militarización y represión a los movimientos sociales amenazan las libertades conquistadas; el fraude y la imposición sustituyen a la democracia. Los mexicanos están perdiendo la esperanza y muchos están perdiendo la paciencia.
Ante esta crisis es necesario que el gobierno utilice todos los instrumentos del Estado para garantizar los derechos de los mexicanos a la alimentación, a la salud, al trabajo y la educación.
Pero lejos de ello, el gobierno usurpador impulsa políticas que sólo protegen a los grandes potentados. Por lo que nuestro movimiento ha asumido el compromiso de defender la soberanía nacional, entendida ésta, como soberanía popular. Es decir, el derecho del pueblo para decidir a favor de sus legítimos intereses sin ceder a presiones de ninguna índole.
En el momento actual, cuando la crisis económica nos golpea a todos y en especial a los más pobres, defender la soberanía nacional es defender la economía popular.
Recuperar la soberanía es fundamental para sacar al país de la postración económica, social, política y moral en la que lo sumieron los gobiernos vendepatrias.
Es nuestro compromiso defender la democracia que ha sido mancillada por los partidos de la derecha.
Es nuestro compromiso defender el petróleo y la soberanía sobre la energía y los recursos naturales de la que depende la viabilidad económica y ambiental del país.
Es nuestro compromiso defender la economía nacional y la soberanía productiva de la que depende la supervivencia de los pequeños y medianos empresarios que son quienes pagan impuestos y generan empleo.
Es nuestro compromiso defender la producción campesina y la soberanía alimentaria de la que depende el abasto oportuno de alimentos suficientes para todos los mexicanos.
Es nuestro compromiso defender el empleo y la soberanía laboral de la que depende que los mexicanos encontremos en nuestro país un trabajo digno, seguro y bien remunerado.
Es nuestro compromiso defender la soberanía científica y tecnológica, pues la viabilidad del país depende de garantizar la educación pública, laica y gratuita para la formación de los científicos y técnicos que requiere el desarrollo del país y para aprovechar el enorme potencial que representa el conocimiento de los mexicanos.
Es nuestro compromiso defender la soberanía cultural de la que depende la preservación de nuestra identidad como Nación, nuestro patrimonio histórico, la cultura popular y la creación artística. Porque un pueblo también se empobrece cuando se pierde y degrada su cultura.
Es nuestro compromiso organizarnos, a través de una vasta red social que permita generar bases de confianza y solidaridad para lograr los cambios que nos hemos propuesto.
Es urgente activar el mercado interno, organizar la defensa del empleo, de los salarios y de los ahorros de retiro. Demandamos un aumento de emergencia al salario mínimo; el impulso a la industria de la construcción que genera puestos de trabajo en infraestructura básica y vivienda popular, y la intervención gubernamental en las Afores
Es urgente defender el consumo. Garantizar precios accesibles en los bienes de primera necesidad y abaratar los servicios cuyas tarifas establece el gobierno. Demandamos bajar el precio de gasolinas, del diesel, el gas y la luz.
Es urgente defender la producción, y a las pequeñas y medianas empresas. Reducir los costos de los energéticos y del crédito, y disminuir la carga fiscal de los pequeños contribuyentes, derogando el IETU.
Es urgente defender al campo. Abandonar la política de exportar trabajadores rurales e importar comida. Se debe impulsar al campo y en particular la agricultura familiar, que además de generar ingreso y empleo preserva los recursos naturales, la cultura, y nuestra soberanía alimentaria.
Es urgente defender los derechos sociales. El derecho a servicios médicos y a la educación gratuita, y extender los apoyos al desarrollo social para desempleados, adultos mayores, madres solteras, estudiantes.
Es urgente defender el patrimonio familiar, la casa, los bienes, los ahorros y en general el patrimonio que con mucho esfuerzo formaron las familias y representan la seguridad de los viejos y la herencia de los jóvenes.
Nuestro movimiento, en todos los frentes, debe restituir las capacidades productivas y sociales de México para enfrentar la crisis e iniciar una ruta igualitaria y sustentable.
Nada de esto se conseguirá por concesión de los poderosos, quienes ocasionaron este desastre.
Si queremos recuperar la soberanía nacional a la que renunciaron los gobiernos vendepatrias y queremos restaurar la economía popular golpeada por la crisis, necesitamos estar organizados y movilizarnos por nuestras demandas.
Movilizarnos contra las políticas antipopulares y para exigir acciones de gobierno favorables a las mayorías. Organizarnos y movilizarnos solidariamente contra las injusticias y arbitrariedades que a diario se cometen contra los pobres. Organizarnos para buscar solución a los problemas con nuestras propias fuerzas.
En esta lucha no estamos solos. Nuestro movimiento es parte de una amplia insurgencia popular que desde hace décadas trabaja en defensa de la democracia, la justicia, la libertad y la soberanía.
Nuestra propuesta es de unidad. Unidad en la acción, unidad en torno a reivindicaciones concretas, unidad desde las bases.
3. Para ello durante el mes de febrero instalaremos las Casas del Movimiento en las 31 capitales de los estados y en las 16 delegaciones políticas del Distrito Federal.
Estas casas serán los referentes territoriales y el centro de operaciones de nuestro movimiento. Lugares de encuentro y de trabajo para defender la economía popular y promover la solidaridad y la ayuda mutua, fomentando la vida y el desarrollo comunitario.
En una primera etapa, se brindará información sobre nuestro movimiento, se promoverá la organización y se atenderá la queja ciudadana por cobros excesivos de la luz; cartera vencida de vivienda social; así como por las comisiones e intereses desmesurados en las tarjetas de crédito.
En una segunda etapa, se sumarán acciones de defensa de la economía popular en materia de salud, consumo y abasto de productos básicos, junto con actividades artísticas, culturales y de educación política.
Para el funcionamiento de las Casas contaremos con el apoyo de las Brigadas del Movimiento, de los comités del Gobierno Legítimo organizados en todo el territorio nacional, así como de los equipos de ciudadanos y especialistas que se constituyan para atender tareas específicas.
4. Simultáneamente, durante los próximos días realizaremos distintas acciones para promover nuestras causas.
La semana del 26 al 30 de enero, en todo el país realizaremos una campaña de información dando a conocer los acuerdos de esta Asamblea. Se trata de que todas y todos distribuyamos un volante, una historieta o peguemos un cartel en nuestra casa, oficina o en la escuela con esta información.
El martes 3 de febrero, a las 17.00 horas, estaremos de nueva cuenta en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público exigiendo un cambio en la política económica, que bajen los precios de las gasolinas y el diesel, y que se elimine el IETU.
El miércoles 17 de febrero, a las 17.00 horas, realizaremos un mitin en las oficinas de la Compañía Luz y Fuerza del Centro en la Ciudad de México y en las oficinas de la Comisión Federal de Electricidad en todo el país, en contra de los altos cobros en los recibos de luz y demandando la disminución de las tarifas.
El martes 3 de marzo, a las 17.00 horas, nos movilizaremos a la Asociación Mexicana de Bancos para protestar por las altas tasas de interés en las tarjetas de crédito y en las comisiones por los servicios que prestan los bancos; así como por la situación de las carteras vencidas en los créditos de vivienda.
El 18 de marzo, en todo el país reivindicaremos nuestra lucha en defensa del petróleo como pilar del desarrollo nacional, haremos una evaluación de los que ha sucedido con la reforma energética y nos concentraremos en el monumento a Lázaro Cárdenas, ubicado en el eje central de la Ciudad de México.
Finalmente, les proponemos, que el domingo 22 de marzo realicemos una nueva Asamblea en Defensa del Petróleo, de la Economía Popular y de la Soberanía, en el Hemiciclo a Juárez de la Ciudad de México a las 10 de la mañana.
Compañeras y compañeras:
Estos son nuestros retos y nuestras tareas Asumamos el compromiso de difundirlas y cumplirlas en todos los rincones del país. Sumemos esfuerzos y convoquemos a las mexicanas y a los mexicanos a la gran causa que significa rescatar a nuestro país para el bienestar de nuestros hijos.
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