Movimiento Nacional por la Soberanía Alimentaria y Energética, los Derechos de los Trabajadores y las Libertades Democráticas

MANIFIESTO

LA LUCHA MINERA ES LA CAUSA DE TODOS LOS TRABAJADORES

LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES SON
TAMBIÉN DERECHOS HUMANOS

Este Primero de Mayo los ciudadanos, los trabajadores del campo y la ciudad marcharemos en la Ciudad de México y en las principales ciudades de nuestro país para honrar a los mártires de Chicago, Cananea y Río Blanco y a todos los trabajadores, hombres y mujeres caídos en la lucha por la defensa y conquista de sus derechos, con ello refrendamos nuestro compromiso, de lucha y solidaridad con el movimiento de huelga de la sección 65 del sindicato minero y en favor del cambio de régimen político y económico.

A casi 99 años del inicio de la primera revolución social del siglo XX, los Mineros de Cananea fueron precursores destacados, el Gobierno Federal ha escogido justamente a esta lucha minera por la libertad, la democracia y la autonomía sindical, como el escenario para perpetrar una nueva agresión en contra del ejercicio del derecho de huelga de los trabajadores mexicanos.

La aberrante decisión de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje por medio de la cual se dan por terminadas las relaciones de trabajo, tanto individuales como colectivas en la empresa Mexicana de Cananea S. A. de C. V., a pesar de que existe una huelga legal que no ha sido resuelta, representa la continuación de una estrategia gubernamental orientada a golpear y someter al sindicalismo y al Sindicato Minero para favorecer a los intereses de sus aliados empresariales, en este caso, el Grupo Industrial México.

A lo largo de tres años las autoridades laborales y el Grupo México han utilizado toda clase de artimañas para conseguir estos fines. Desde la intromisión abierta en la vida interna del sindicato hasta la persecución judicial de sus dirigentes. Desde la declaración de inexistencia de las huelgas legales en diversas empresas hasta el retiro de la toma de nota de su dirección nacional. Como todas estas tácticas han fallado hasta el día de hoy, recurren finalmente a una determinación de la JFCA que además de ser inconstitucional, fue ejecutada violentando los procedimientos legales establecidos. De nueva cuenta fracasarán porque todos los trabajadores mexicanos asumimos ya como propia la causa de nuestros hermanos mineros.

Esta aplicación facciosa de la las leyes laborales es una clara muestra de cómo el Poder Ejecutivo es omiso en el respeto a los derechos de los trabajadores, la legalidad y el Estado de Derecho. Lamentablemente los mineros no son el único gremio que se ha enfrentado a esta política gubernamental facciosa. El gobierno Federal actúa de la misma manera ante las huelgas de nuestros compañeros universitarios de los sindicatos de trabajadores administrativos y académicos del Colegio de Posgraduados y del Sindicato de Trabajadores Administrativos de la Universidad de Sonora. En los últimos años, por otra parte, se han multiplicado los casos en que se han utilizado mecanismos como la criminalización de la defensa de los derechos laborales, el pretexto del conflicto colectivo de naturaleza económica, los topes salariales, abaratar los despidos, la tercerización, los contratos de protección o los ataques a la autonomía, libertad y democracia sindical para avasallar y cancelar los derechos y prestaciones de los trabajadores mexicanos.

En el trasfondo de esta estrategia anti sindical está la pretensión del actual gobierno de convocar a sus aliados empresariales y a los poderes de facto a cerrar filas ante los próximos comicios federales. Poco importa si el precio a pagar por esta alianza implica la cesión de la soberanía y la autodeterminación de nuestra nación ante el capital trasnacional, la violación sistemática de los derechos humanos o la cancelación de las conquistas históricas de los trabajadores del campo y la ciudad.

Esta circunstancia está relacionada también con la crisis global que sacude al mundo desde octubre del año pasado. Es tal la magnitud de la crisis que en diversas naciones y foros comienzan a escucharse las voces de aquellos que sostienen que es imperativo modificar la estrategia económica neoliberal vigente, por su responsabilidad en la gestación de la crisis, sino por su incapacidad para generar crecimiento económico, empleos y bienestar para la población. Así ha ocurrido en eventos como la reunión del G20 o la cumbre de las Américas, en los que las posiciones de quienes buscan alternativas al dogma neoliberal han contrastado con las de aquellos que aún defienden, con algunos matices y ajustes, las políticas de libre mercado.

Tan grande como la exigencia de cambio, es la resistencia de aquellos que al amparo de liberalismo económico acumularon riquezas y poder sin límite. Por ello, la lucha por modificar este estado de cosas, requiere de nuevas y cada vez más amplias alianzas en las que confluyan los obreros con los campesinos y las organizaciones civiles reivindicando así los derechos de toda la humanidad.

Este Primero de Mayo refrendamos la alianza que le da sustento a nuestro Movimiento. Asunto de la mayor importancia debido a que, en nuestro país el actual gobierno se ha convertido en el principal defensor de la continuidad de las políticas de libre mercado. Ello explica su negativa a reconocer la gravedad de la crisis así como el tipo de medidas que ha intentado aplicar para atenuar sus efectos. La mayor parte de ellas se orienta a mantener la política económica actual y a rescatar a los empresarios afectados, soslayando los efectos sobre otros sectores como los pequeños productores agrícolas, los transportistas, los pescadores, los trabajadores de la industria y los servicios. Causa irritación, en ese contexto, que el gobierno festeje la generación de 4000 empleos, en el mes de marzo, cuando los empleos perdidos en el último semestre superan los 800,000.

La realidad es que, a pesar del discurso triunfalista de nuestros gobernantes la crisis ha contribuido a multiplicar los añejos problemas que ya arrastraba nuestra economía. En efecto, factores como la exclusión social, la concentración de la riqueza, el abandono del campo, el estancamiento del mercado interno, el incremento del desempleo y la productividad a base de la disminución real de los salarios ya estaban presentes en nuestra economía antes de la actual crisis. La mayoría eran la consecuencia lógica de años de aplicación de las recetas neoliberales y de una integración subordinada a los mercados globalizados.

La crisis los ha recrudecido de tal manera que no es una exageración decir que hoy en día nuestro país se enfrenta a la grave disyuntiva de construir un nuevo proyecto de nación para que, a partir de la democracia participativa y de una estrategia económica distinta al dogma neoliberal, se recupere la autodeterminación política y económica de la nación pues de otra manera nos contentaremos con seguir, como hasta ahora, en el papel de socios menores de la declínate primera potencia económica del mundo. O replanteamos, a partir de un nuevo proyecto de nación, nuestra relación con los mercados globales o nuestra participación en los mismos se limitará a suministrar permanentemente mano de obra barata y materias primas para beneficio de los capitales trasnacionales.

Ya se sabe que, en la actual situación, poco o nada podemos esperar de las oligarquías políticas y económicas que gobiernan a nuestra nación y que se han pronunciado por la permanencia y profundización de las políticas de libre mercado, por lo que han desdeñado el diálogo verdadero con nuestro Movimiento y se aprestan a impulsar nuevas reformas para terminar de desmantelar a lo que queda de nuestro maltrecho sistema de seguridad social, para flexibilizar y abaratar aún más a la mano de obra de los trabajadores mexicanos y para abrir nuevas aéreas de negocio al capital trasnacional a costa de la soberanía económica de nuestro país.

En consecuencia, el impulso para transformar de raíz el régimen político y el modelo económico de la nación tendrá que venir desde abajo; de todos los excluidos: de los trabajadores desempleados, de los jubilados y los pensionados, de las mujeres, de los jóvenes, de los de la tercera edad, de los indígenas, de los campesinos y de los trabajadores precarios. Este Primero de Mayo los trabajadores nos movilizamos en defensa de nuestros derechos y profundizaremos nuestra alianza estratégica con la sociedad civil para la democratización de nuestro país y el cambio de rumbo de nuestra economía.

Ø GENERACIÓN DE EMPLEO CON PLENOS DERECHOS. RECONSTRUCCIÓN DE LAS CADENAS PRODUCTIVAS Y ESTABLECIMIENTO DEL SEGURO NACIONAL DE DESEMPLEO

Ø AUMENTO GENERAL DE SALARIOS

Ø ALTO A LA LEGALIZACIÓN DE LAS OUTSOURCING

Ø SOLUCIÓN INTEGRAL AL CONFLICTO MINERO

Ø CANCELACIÓN DE LAS CONCESIONES AL GRUPO MÉXICO

Ø RENEGOCIACIÓN DEL TLCAN

Ø REDUCCIÓN DEL PRECIO AL DISEL

Ø ALTO A LA REFORMA LABORAL GUBERNAMENTAL

Ø PLENO RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS INTEGRALES. NO A LA CRIMINILIZACIÓN DE LA PROTESTA SOCIAL Y LIBERTAD A LOS PRESOS POLÍTICOS.

Ø POR UN PRESUPUESTO CON SENTIDO SOCIAL. AMPLIACIÓN DEL GASTO PÚBLICO DESTINADO A EDUCACIÓN, SEGURIDAD SOCIAL, VIVIENDA, DESARROLLO AGROPECUARIO, EL DESARROLLO INDUSTRIAL Y LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA. BLINDAJE AL GASTO SOCIAL DEL GOBIERNO FEDERAL

México, D. F., a 22 de abril de 2009.


QUE LA CRISIS ECONÓMICA LA PAGUE EL CAPITAL, NUNCA MAS LOS TRABAJADORES

PARA UNA SALIDA DEMOCRÁTICA A LA CRISIS

Confederación Nacional Campesina (CNC), Consejo Nacional de Organismos Rurales y Pesqueros (CONORP), Unión Nacional de Organizaciones Regionales, Campesinas y Autónomas (UNORCA), Central Campesina Independiente (CCI), Unión Campesina Democrática (UCD), Coalición Ciudadana Nacional, Diálogo Nacional, Unión Nacional de Trabajadores (UNT), Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), Federación Nacional de Sindicatos Universitarios, Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios y de Educación Superior (CNSUES), Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, Frente Sindical Mexicano (FSM), Movimiento Nacional Los de Abajo.