miércoles, febrero 23, 2011

2 del correo ilustrado de La Jornada.



Indignación por decisión del Senado

 
El 22 de febrero quedará como un día vergonzoso para México, antiguo país de asilo, ex defensor de derechos humanos de otros, y aun expulsor de cuando menos 10 por ciento de su población hoy asentada en Estados Unidos. Indignante resulta que en un momento de enorme violencia, el Senado haya legislado en contra de los derechos de los migrantes. Es inaudito que se le den más facultades represivas a la Policía Federal para cazar a migrantes incluso lejos de las fronteras. Durante años, México ha protestado por la arbitrariedad de la Border Patrol contra los inmigrantes mexicanos; durante años se ha exigido un trato digno a quienes cruzan la frontera con Estados Unidos sin papeles en busca de un futuro mejor. Aquí llevamos años protestando contra la violencia y la corrupción que se ensañan contra los migrantes que se internan en nuestro país para ir hacia el norte. Es inaudito, ajeno a la ética y hasta contrario al sentido político, que en México se legalice la criminalización de la migración.

Ojalá muy pronto quienes se opusieron a la ley Arizona alcen su voz contra la ley México, igual o peor. Ojalá quienes exigen buen trato a los mexicanos en Estados Unidos lo exijan y garanticen a los migrantes que tienen la desgracia de tener que pasar (ni siquiera quedarse) por aquí. Esa ley criminal debe ser vetada o desechada. En cambio debe garantizarse el derecho a migrar. Basta de trabajo sucio de México para Estados Unidos.

Lucía Melgar, profesora universitaria


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