Denuncian destrucción de la selva de Quintana Roo y el arrasamiento de sitios arqueológicos
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
Considerado como uno de los ecocidios de mayor gravedad a nivel global, la destrucción de gran parte de la selva de Quintana Roo se adjudica el primer lugar en depredación forestal en México. El alcalde del poblado de Nicolás Bravo, Gualberto Caamal, y el comisariado ejidal Cristóbal Chi, facilitaron a un grupo de empresarios españoles y mexicanos la compra de tierras ejidales de uso común. Los inversionistas del Grupo Beta perpetraron recientemente la tala inmoderada de dos mil hectáreas de selva alta en el predio denominado Sabanitas, Ejido de Laguna Om, en el Municipio de Othon P. Blanco, estado de Quintana Roo.
Se trata del mismo ejido donde se encuentra establecido el programa mundial Oxígeno, el cual consiste en que los campesinos se comprometen a dejar ociosas las tierras para que crezca la maleza y produzca oxígeno, a cambio de apoyos económicos provenientes de fondos extranjeros. Las dos autoridades junto con integrantes del Grupo Beta firmaron lo que es considerado como un contrato leonino, ya que los empresarios y las autoridades ejidales lo manipularon comprometiendo a 370 ejidatarios, éstos estuvieron de acuerdo en que el Grupo Beta usufructuaría por 30 años parte de su ejido consistente en 2000 hectáreas de terreno con vegetación secundaria, es decir, sin selva.
Sin embargo la tierra fue cedida a la empresa Grupo Beta San Miguel, quien sembraría caña de azúcar para la producción de etanol, aparentemente el combustible del futuro. En lugar de cortar el monte bajo, fue talada la selva, y gran parte de la madera vendida.
A la par del ecocidio, varios cientos de monumentos arqueológicos de la cultura maya fueron arrasados, las estructuras integraban un inmenso asentamiento con abundantes edificios de todos tamaños y formas que ya se han perdido.
Los ejidatarios de Laguna Om hacen un llamado a la sociedad mundial para exigirle a las autoridades federales, estatales, municipales y ejidales se esclarezca el caso que tanto afecta a la humanidad y especialmente a los pobladores de esa comunidad, en su mayoría indígenas que no hablan español.
La Otra Chetumal, Quintana Roo, abril de 2009.
Colectivo Julio Macossay
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
Considerado como uno de los ecocidios de mayor gravedad a nivel global, la destrucción de gran parte de la selva de Quintana Roo se adjudica el primer lugar en depredación forestal en México. El alcalde del poblado de Nicolás Bravo, Gualberto Caamal, y el comisariado ejidal Cristóbal Chi, facilitaron a un grupo de empresarios españoles y mexicanos la compra de tierras ejidales de uso común. Los inversionistas del Grupo Beta perpetraron recientemente la tala inmoderada de dos mil hectáreas de selva alta en el predio denominado Sabanitas, Ejido de Laguna Om, en el Municipio de Othon P. Blanco, estado de Quintana Roo.
Se trata del mismo ejido donde se encuentra establecido el programa mundial Oxígeno, el cual consiste en que los campesinos se comprometen a dejar ociosas las tierras para que crezca la maleza y produzca oxígeno, a cambio de apoyos económicos provenientes de fondos extranjeros. Las dos autoridades junto con integrantes del Grupo Beta firmaron lo que es considerado como un contrato leonino, ya que los empresarios y las autoridades ejidales lo manipularon comprometiendo a 370 ejidatarios, éstos estuvieron de acuerdo en que el Grupo Beta usufructuaría por 30 años parte de su ejido consistente en 2000 hectáreas de terreno con vegetación secundaria, es decir, sin selva.
Sin embargo la tierra fue cedida a la empresa Grupo Beta San Miguel, quien sembraría caña de azúcar para la producción de etanol, aparentemente el combustible del futuro. En lugar de cortar el monte bajo, fue talada la selva, y gran parte de la madera vendida.
A la par del ecocidio, varios cientos de monumentos arqueológicos de la cultura maya fueron arrasados, las estructuras integraban un inmenso asentamiento con abundantes edificios de todos tamaños y formas que ya se han perdido.
Los ejidatarios de Laguna Om hacen un llamado a la sociedad mundial para exigirle a las autoridades federales, estatales, municipales y ejidales se esclarezca el caso que tanto afecta a la humanidad y especialmente a los pobladores de esa comunidad, en su mayoría indígenas que no hablan español.
La Otra Chetumal, Quintana Roo, abril de 2009.
Colectivo Julio Macossay
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