domingo, abril 27, 2008

el discurso de Andrés Manuel López Obrador , 27 Abril


Amigas y amigos:

Hoy iniciamos una nueva etapa de lucha por la defensa del petróleo. Aunque todavía no podemos cantar victoria, porque es mucha la codicia de quienes quieren convertir a la industria petrolera nacional en un negocio privado, es indudable que por ahora hemos podido pararlos.

En la primera etapa de la resistencia civil pacífica hemos logrado detener el madruguete y llevar el tema de las reformas energéticas al debate nacional. Es un hecho que los potentados no podrán, en los próximos tres meses, consumar, como lo tenían planeado, el gran pillaje de la privatización del petróleo. Y esto fue posible sin haber roto un solo vidrio, sin una pedrada, sin enfrentamientos en la calle, porque este movimiento ha sido, es y seguirá siendo pacífico.

¿Qué es lo que logramos frenar?

El intento de violar 12 artículos de la Constitución para apropiarse de la industria petrolera a espaldas del pueblo de México.

Debemos aclarar, y debe saberse cada vez más, que las iniciativas de reformas a leyes secundarias propuestas por Calderón contravienen el espíritu y la letra de los artículos 6º, 25, 27, 28, 49, 73, 108, 109, 113, 126, 127 y 134 de nuestra Constitución Política.

En esencia, con este grave atropello constitucional, se pretende entregar a particulares nacionales y extranjeros la exploración, la perforación, la refinación, la petroquímica, el transporte, los ductos y el almacenamiento de petrolíferos. Quieren dejar a Pemex como simple abastecedora de petróleo crudo, y quitarnos la posibilidad de utilizar todo el potencial del sector energético para llevar a cabo el desarrollo económico independiente que necesita nuestro país.

Aún más: estas iniciativas vulneran nuestra soberanía al conceder derechos a extranjeros y obligarnos, ante cualquier controversia, a recurrir a tribunales internacionales.

Nada más pensemos que si, en 1938, hubiésemos estado sometidos al marco legal que propone Calderón, la Suprema Corte de Justicia de la Nación no hubiera podido emitir el laudo a favor de los trabajadores que dio lugar a la expropiación petrolera.

Por si fuese poco y con gran cinismo, Calderón, Mouriño y sus socios quieren establecer un régimen de excepción para operar con manos libres en Pemex y continuar saqueando los bienes y el patrimonio de todos los mexicanos.

Por ejemplo, si se aprobara lo que ellos proponen, Calderón y Mouriño nombrarían a los integrantes del Consejo de Administración de Pemex, y estos incondicionales o prestanombres tendrían facultades para no llevar a cabo licitaciones públicas y entregar contratos de obras y servicios por asignación directa a sus empresas favoritas.

Además, podrían actuar sin informar a la sociedad, sin rendir cuentas a nadie, sin estar sujetos al régimen de responsabilidades como cualquier otro servidor público. También podrían conceder a su arbitrio sueldos elevadísimos fuera del presupuesto, autorizar incentivos adicionales a funcionarios y empresas y contratar deuda pública sin la autorización del Congreso.

Es decir, Calderón, Mouriño y sus socios nacionales y extranjeros están queriendo construir un andamiaje legal que los blinde y les permita atracar con impunidad en todo el sector energético. Y repito: todo este oprobio querían hacerlo de prisa, en sigilo, de puntitas, sin que se diera cuenta la mayoría del pueblo de México.

Todo esto fue lo que impidieron, por ahora, con la toma de la Tribuna, nuestros legisladores: senadoras y senadores, diputadas y diputados. Por ello nuestra admiración y respeto.

También, aquí rendimos homenaje a las mujeres brigadistas y a los hombres brigadistas de la Ciudad de México y de todo el país.

Claro está que nuestro comportamiento, como ya lo esperábamos, desató la furia de nuestros adversarios que, como es comprensible, defienden con obsesión la rapiña y los privilegios.

Pero no vale la pena detenernos tanto en sus motivos. Aquí lo importante es clarificar en qué se basan los potentados para tratar de imponerse. Desde mi punto de vista, ellos se apoyan, fundamentalmente, en el control que ejercen sobre los medios de comunicación, lo cual les permite ocultar la verdad, engañar y tratar de manipular a la población.

Es más, éste es un fenómeno mundial. Acaba de comentar el politólogo Giovanni Sartori, con motivo de las elecciones en Italia, que el triunfo de Berlusconi se debió al dominio que tiene de los medios de comunicación, y llegó a decir que así hasta él ganaba.

Algo parecido sucede en nuestro país, donde los dueños de los más influyentes medios de comunicación son de los hombres más ricos de México, y por intereses, afinidad o conveniencia, se ponen a las órdenes del régimen y ofrecen sus servicios para llevar a cabo cualquier campaña de desprestigio contra quienes son considerados una amenaza por resistir ante las injusticias o intentar un cambio verdadero.

Por eso no debemos pelearnos o hacer coraje cuando articulistas, conductores de radio o de televisión nos atacan, porque al final de cuentas ellos son únicamente instrumentos, empleados de las grandes corporaciones de comunicación que están indisolublemente ligadas al poder económico y al poder político.

Esto explica, también, por qué se cierran los medios, por qué nos difaman, por qué no permiten expresarnos y por qué en vez de informar se erigen en jueces y sólo sus opiniones se escuchan.

Por ejemplo, en el caso de la toma de la Tribuna, nunca hablaron de las causas. Nunca dijeron que se pretende violar la Constitución, privatizar a Pemex y fomentar la corrupción. Sólo se dedicaron a gritar y a repetir, una y mil veces la palabra secuestro.

¿Ustedes creen, por ejemplo, que ese burdo espot que difundió Televisa en contra mía y de los legisladores del FAP lo hubiesen transmitido si fuera en contra de Felipe Calderón?

Es indudable que este aparato de comunicación es la principal fuerza de los potentados y no debemos menospreciar sus efectos en la opinión pública. Como es sabido, repetir mentiras todos los días y a cada hora acaba por confundir a mucha gente.

Sin embargo, afortunadamente hay muchos otros, millones de mexicanos, mujeres y hombres, que ante la mentira y la manipulación, reflexionan, se rebelan y reafirman su convicción de que es indispensable llevar a cabo una renovación tajante de la vida pública de México. Y son estos ciudadanos conscientes, que saben leer el periódico, escuchar la radio o ver la televisión, el principal sustento de nuestro movimiento.

Por eso, en la defensa del petróleo y ante la gran lanzada de los medios de comunicación, nos mantenemos serenos y optimistas. Nos guiamos por principios más elevados que nuestras propias aspiraciones personales o partidistas. Y como ya dijimos, estamos dispuestos a asumir el costo del llamado desgaste político si con ello logramos evitar la privatización del petróleo. Este movimiento, repito, no se mide con el rasero de la política tradicional, sino con el de la historia.

En este sentido, me dio mucho gusto que hace unos días, el presidente del Partido Convergencia, Luis Maldonado Venegas, expresó, y lo cito textualmente: “Cuando el interés de México peligra, cuando las amenazas para socavar nuestra soberanía despliegan sus redes de poder y dominación, no es válido invocar posiciones ambiguas o actitudes evasivas. Por encima de la rentabilidad electoral de las futuras elecciones, está el porvenir de todos los mexicanos y la defensa irrestricta de la nación”.

Amigas y amigos:

Bajo estas consideraciones y con la fuerza de nuestras ideas y principios, vamos a iniciar una nueva etapa de resistencia civil pacífica para la defensa del petróleo.

El plan es sencillo, pero significa ir al meollo del asunto. Les propongo que sigamos organizando nuestras brigadas. Que si ya somos 100 mil brigadistas, mujeres y hombres, nos planteemos fortalecer y ampliar esta organización, hasta llegar a 200 mil brigadistas para finales del mes de junio. Con ese propósito voy a recorrer, durante este tiempo, todos los estados del país.

¿Cuál es el objetivo principal en esta segunda etapa de la resistencia civil pacífica? La tarea es ir casa por casa, barrio por barrio, colonia por colonia y pueblo por pueblo para dar a conocer nuestras razones y las gravísimas consecuencias que tendría la privatización de la industria petrolera.

Ante el cerco informativo, cada uno de nosotros será un medio de comunicación. Ante el engaño y la manipulación nos haremos cargo de abrirle paso a la verdad. La meta es que cada uno de los 100 mil brigadistas visite 10 domicilios a la semana, dialogue con la gente y entregue folletos, historietas y volantes. Es decir, informaremos, hasta finales de junio, en 5 millones de hogares; y de julio a agosto, cuando seamos 200 mil brigadistas, entraremos en comunicación, de manera permanente, con 10 millones de familias.

Aquí aprovecho y les hago un llamado respetuoso a todas y a todos, para actuar con responsabilidad. Con sinceridad les digo que no podemos caer en el autoengaño, perder el tiempo y desperdiciar nuestros materiales de difusión, que a pesar de los escasos recursos económicos se están elaborando, empacando y distribuyendo. Tampoco se trata de repartir los impresos en la vía pública o dejarlos debajo de la puerta, sino de entrar en comunicación con la gente y entregar la información de manera personal.

De la misma forma se recomienda que con los videos que se están repartiendo y que contienen información y entrevistas a intelectuales y expertos, se organicen círculos de estudio y reflexión sobre el tema del petróleo.

Sabemos que todo esto implica mucho esfuerzo y sacrificio, pero consagrarnos por entero a esta noble causa es en bien del pueblo, de nuestros hijos y de la patria.

Nuestros adversarios cuentan con dinero y con los medios de comunicación, pero nosotros tenemos lo más valioso: de nuestro lado está la razón, la defensa del pueblo y de su patrimonio y, sobre todo, contamos con ustedes, mujeres y hombres comprometidos, con mística y con convicciones.

En esta ocasión, no les pido que votemos si vamos a cumplir cabalmente con nuestros compromisos. Tampoco les tomaremos protesta. Las resoluciones de esta naturaleza no se pueden aprobar por el voto de una mayoría. Sólo les pido que hagamos un compromiso solemne y que cada uno de nosotros piense con sinceridad si tiene la voluntad y la capacidad de cumplir con su deber y con su tarea. Como diría Gandhi: tenemos que buscar en nuestros corazones si tenemos la fuerza requerida para llegar hasta el final. Sólo entonces hagamos la promesa, y sólo entonces esa promesa dará frutos y la lucha, de todos juntos, sólo podrá tener un desenlace: la victoria.

Hay que agregar que en esta segunda etapa de la resistencia civil pacífica, representantes nuestros van a participar en el debate que se llevará a cabo en el Senado de la República. Pero no sólo eso, el grupo de intelectuales en defensa del petróleo organizará debates en centros de trabajo, universidades y en todo el país.

También un grupo formado por legisladores y miembros de la Comisión Coordinadora Nacional en Defensa del Petróleo empezará a analizar la posibilidad de llevar a cabo un referéndum, un plebiscito o una consulta popular, lo que más convenga para recoger, en su momento, la opinión del pueblo sobre el tema del petróleo.

Como es lógico, debemos actuar de manera precavida y estar atentos para movilizarnos en caso de que las cúpulas del PRI y del PAN se pongan de acuerdo y pretendan imponer por sorpresa su llamada reforma energética.

Estoy seguro de que ante la insistencia de violar la Constitución, de privatizar la industria petrolera y de agravar la corrupción en Pemex, los legisladores del Frente Amplio Progresista reanudarán la resistencia civil pacífica en ambas Cámaras y estas acciones serán respaldadas por millones de mexicanos que no permitiremos semejante agravio al pueblo y a la nación.

Por último, les propongo que nos volvamos a reunir, aquí mismo, en dos meses más, el domingo 29 de junio, a las 10 de la mañana, para evaluar el avance de nuestra organización en la defensa del petróleo.

Amigas y amigos:

Veamos lo que estamos haciendo recordando la historia, para entender el porqué de los ataques que padecemos.

Tengamos presente que los hombres que han luchado en nuestro país en contra de los poderosos, siempre han sido descalificados o tratados con desprecio. A Hidalgo lo llamaban “demagogo”; a Morelos “hereje”; a Juárez “indio mugroso”; a Villa y Zapata los trataban de “bandidos” y a Madero de “loco espiritista”; y sin embargo, hoy son el ejemplo a seguir y los padres fundadores de la patria. Que estos hechos nos den fuerza interior y el aplomo necesario para seguir defendiendo nuestros ideales y las causas del pueblo y de la nación.

Actuemos también pensando que la razón tarda mucho en madurar, pero siempre llega y entonces se convierte en verdad de todos. También actuemos con alegría, desprovistos de odios y rencores. Ser firmes es cosa bien distinta a ser insensibles. Ante los ataques debemos pensar que tenemos adversarios, no enemigos. Adversarios a vencer, no enemigos a destruir.

Aceptemos la afirmación del amor como la mejor forma de hacer política. No debe caber en nosotros ni el odio, ni la amargura. Seamos el amor que todo lo da. Amar es perdonar en todo instante. Que nos mueva el amor a la patria y la vocación humanista del amor al prójimo. Luchar por los pobres, los humillados y los ofendidos, es nuestro propósito esencial. Tengamos la confianza de que la fuerza del amor se impondrá sobre la codicia y la manipulación.

Amigas y amigos:

De nueva cuenta, mi más profundo agradecimiento a dirigentes, legisladores y militantes del PRD, del PT y de Convergencia.

Mi agradecimiento a presidentes municipales, regidores, diputados locales, gobernadores y al jefe de Gobierno de la Ciudad de México por el respaldo político y moral a nuestro movimiento.

Mi reconocimiento también a esas honrosas y dignas excepciones: a los periodistas y a los medios de comunicación libres e independientes. ¡Qué gran aliada de todo movimiento honesto es la prensa honesta! ¡Qué necesaria su colaboración!

Nuestro agradecimiento sincero a muchos mexicanos, mujeres y hombres, que nos ayudan y cooperan en la medida de sus posibilidades y a su manera.

Y todo mi respeto y admiración a ustedes, dirigentes e integrantes de las brigadas en defensa del petróleo.

Lo que se obtiene con amor, se conserva para siempre.

¡Viva la Resistencia Civil Pacífica!

¡Viva la lucha en defensa del petróleo!

¡Viva el pueblo de México!

¡Viva México!

¡Viva México!

¡Viva México!

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