viernes, mayo 09, 2008

Economía Moral. Vivir Mejor







Julio Boltvinik
jbolt@colmex.mx

Vivir Mejor / I

Lavándole la cara a la privatización petrolera

Calderón ha dejado de tomarse la foto con los militares y los policías federales y ahora se la toma con los indígenas, los más pobres de México. El anuncio formal de la nueva etiqueta mercadológico-electoral llamada Vivir Mejor (VM), a la cual algunos le llaman estrategia, pero coinciden en que no es un programa, tuvo lugar en el Museo Nacional de Antropología (el mismo sello indígena que las nuevas giras presidenciales) el lunes pasado.

Hermanado por la ilegitimidad de su acceso a la silla presidencial con Carlos Salinas de Gortari, repite los pasos que éste dio en su intento por legitimarse: 1) golpear duro para demostrar que es un presidente fuerte y decidido (Salinas encarcela a La Quina, Calderón lanza la guerra al narcotráfico); 2) lanzar un gran “programa” nacional para mostrar que gobierna para todos, especialmente para los pobres (Salinas, el Programa Nacional de Solidaridad, Calderón, el VM); 3) enviar y, mediante la alianza PAN-PRI, aprobar una andanada de reformas legislativas neoliberales (Salinas, entre otras, la reforma que convirtió la tierra ejidal en mercancía vendible y canceló la reforma agraria, y una ola privatizadora sin precedentes; Calderón, la reforma judicial que cancela garantías individuales básicas y endurece al aparato represivo, y la privatización petrolera) que dejan contentos a los verdaderos dueños del poder: los grandes capitalistas, locales y trasnacionales.

Pero Calderón se queda atorado año y medio en el primer paso en el cual fracasa: no logra convertirse en el superhéroe vencedor del narcotráfico (éste es invencible: mientras sea un negocio tan lucrativo siempre habrá empresarios osados que remplacen a los encarcelados o ejecutados), con lo cual retrasa el segundo, y en él no tiene las perspectivas de éxito que Salinas logró con Solidaridad. La diferencia principal es que ahora se trata de más de lo mismo, de la continuidad casi total de una estrategia neoliberal (que arranca con Zedillo y se mantiene con Fox) de dádivas (poco generosas) focalizadas sólo hacia los pobres extremos que la autoridad selecciona (no a todos), mientras Solidaridad arrancó, después del vacío social que Miguel de la Madrid creó al desmantelar (casi todo) Coplamar (Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados) y todo el SAM (Sistema Alimentario Mexicano); es decir, sin precedente muy cercano lo que le daba novedad, y con un enfoque hacia la comunidad y no hacia hogares individuales seleccionados como Oportunidades, lo que le confería mayor impacto. Hay que recordar que el éxito electoral que Salinas obtuvo, al parecer gracias a Solidaridad y su enorme campaña publicitaria, fue enorme: el PRI arrolló en las elecciones federales de 1991.

Calderón anunció VM después de enviar al Congreso las iniciativas legales para privatizar (fingiendo lo contrario) casi todas las actividades petroleras, con lo cual desató una crisis política nacional que continuará, por lo menos, durante todo este año, y que puede jugar un papel importante en las elecciones federales de 2009. Por ello el lanzamiento de VM desempeña una doble función: lavarle la cara, que no es una cara muy limpia, a su intento privatizador y tratar de repetir en 2009 la hazaña electoral de Salinas en 1991. Vivir Mejor, que no es un programa, sino una etiqueta (más parecida por ello al Contigo de Fox que al Oportunidades) es, por tanto, una etiqueta electorera que ya tiene logotipo y marca el inicio de la campaña electoral del PAN en 2009, encabezada por Calderón.

En su discurso del lunes, Calderón comenzó con una frase en apariencia sorprendente para un neoliberal:

“Vivir Mejor parte de la premisa de que el mercado por sí mismo es incapaz de generar condiciones de vida digna para la gente, y por eso se requiere la acción rectora y rectificadora del estado, una acción igualadora que permita corregir las terribles condiciones de marginación que padecen millones de mexicanos y que les cancela la oportunidad de un desarrollo genuinamente humano.”

Sin embargo, tal declaración es fiel a dos principios fundamentales que comparten el neoliberalismo y la doctrina social cristiana a las cuales es fiel Calderón: el principio de subsidiariedad (el Estado sólo debe intervenir cuando fallan el mercado y la familia) y el de igualdad de oportunidades. Las palabras que he marcado con cursivas en la cita lo resaltan: “por eso”, porque falla el mercado, debe intervenir el Estado; lo que finalmente le preocupa es que se le cancele a la población la oportunidad de una vida digna y no la realidad de una vida digna, ya que en esta concepción lo que importa es la igualdad de oportunidades y se repudia la igualdad de resultados. Es por ello también que se refiere sólo a quienes viven en terribles condiciones de marginación (los pobres extremos) y no a todos, ya que en el credo que profesa la igualdad de oportunidades sólo se pierde cuando se es pobre extremo.

Calderón enumeró lo que parecen ser los cinco principios de VM, en el primero de los cuales estableció (no se le fueran a asustar los poderosos) que la política económica no va a cambiar, que sus objetivos centrales seguirán siendo mantener los equilibrios macroeconómicos (no que la gente viva mejor) y evitar la crisis:

“1. Tenemos que mantener condiciones económicas estables, porque es la mejor manera de garantizar que el trabajador tenga un salario con poder adquisitivo (sic) y que el pobre pueda salir adelante. Cuando hay crisis los más afectados son quienes menos tienen.”

Los otros cuatro principios son: 2. El desarrollo de las capacidades y su aprovechamiento (una novedad del planteamiento respecto a Zedillo y Fox) como condición de crecimiento económico sostenido. 3. El trabajo es la puerta más grande para salir de la pobreza. 4. Se fortalecerá el mercado interno y el crecimiento económico. 5. VM, que es política económica y política social, parte de la premisa que ambas deben ser armónicas con el medio ambiente. Veremos en la próxima entrega que mantener sin cambios la política económica hace inviable el planteamiento de VM. Como ocurre desde 1992 (véase gráfica) la seguridad social no se promoverá en VM.

Economía Moral

Julio Boltvinik
jbolt@colmex.mx

■ Vivir Mejor / II

Derechos: ausentes; igualdad de oportunidades: 14 menciones

Aunque Calderón (FCH) ha señalado que la política social será el eje central de lo que resta de su gobierno, resulta evidente, como lo mostré al final de la entrega anterior de Economía Moral (02/05/08), al presentar los cinco principios de la etiqueta o estrategia Vivir Mejor (VM), que la política social seguirá subordinada a la política económica, a pesar de las declaraciones en contra de Calderón (citaré su discurso del 28 de abril cuando anunció el VM) y del documento oficial (DO) del VM. FCH dice que VM “concentra los programas y acciones que integran la política social del Gobierno Federal”. Es decir, en lugar de definir una política social a partir de la cual se habrían de definir las medidas de política y los programas que la instrumentarían, se procede al revés: dado lo que están haciendo, se escribe un documento y éste constituye VM. Pero si es una etiqueta de política social, ¿dónde queda la política económica? En el discurso de FCH (D) y en el DO encontramos lo siguiente:

Ambigüedad constante respecto al ámbito de VM. Por ejemplo, cuando FCH explica cómo se hizo VM: “he ordenado a todas las áreas del Gobierno federal que articulasen en una sola estrategia el conjunto de acciones y programas que integran la política social de mi Gobierno (sic) y, en general, la política pública” (D). En síntesis, el director de orquesta le ordenó a la orquesta que, con las partituras que cada músico tuviese a la mano, compusieran y ejecutasen una obra musical (al aparecer sin que él dirigiese ni estuviese presente, por ello conjuga el verbo articular en tercera persona del plural). Esta ambigüedad explica que sólo un par de páginas más adelante FCH diga que “la política social de mi Gobierno (sic) busca combatir a fondo y poder erradicar en el mediano plazo la pobreza extrema” (D). Aparte del reduccionismo neoliberal que reduce la población objetivo a la pobreza extrema (PE), nótese que la erradicación de la PE es objetivo sólo de la política social.

La política económica aparece en D en la cuarta línea de acción del VM. Las tres primeras son: atender el problema alimentario, fortalecer la ampliación de capacidades, consolidar una red de protección social para enfrentar contingencias. La cuarta es “el establecimiento de puentes que vinculen en forma efectiva la política social y la política económica”. En el DO las cuatro líneas se reducen a tres (las 2 primeras se fusionan bajo el rubro capacidades) y en la, ahora tercera línea, se habla de “puentes comunicadores hacia un desarrollo económico sostenido y sustentable”.

La metáfora de puentes dice mucho que sus autores quisieran decir. Puesto que sólo tiene sentido tender puentes entre dos elementos que están separados (como dos orillas de un río), con ello confiesan públicamente que han separado la política económica de la social. Al respecto escribí hace varios años que: “la política social en el país padece de dos problemas nodales: a) la operación insular de las entidades públicas, y b) la separación tajante entre la política económica y la social, y la subordinación de la segunda a la primera”. Y añadí: “En el primer campo está prohibido pensar en intervenciones con objetivos sociales directos. Esta separación y la prevalencia automática de los objetivos de equilibrio económico sobre cualquier otro, han llevado a la política social a una existencia solitaria y a la política económica a una insensibilidad social total”. La metáfora de los puentes implícitamente acepta esta separación tajante y busca no articularlas plenamente al fijarles los mismos objetivos sino sólo establecer algunos vínculos.

La manera que FCH aborda el asunto de los puentes es de no creerse: “Por eso buscamos que haya una política económica (sic), y que toda la política económica del Gobierno (sic) tenga sentido social… que toda política social tenga un sólido fundamento y racionalidad económica, para que pueda ser una política pública verdaderamente eficaz. Puede ser que FCH no sepa lo que está diciendo, pero lo que la segunda frase en cursivas dice es que quiere someter a la política social a la lógica del valor y la acumulación (ésta es la racionalidad económica del capitalismo; no hay otra) y además cree que sólo la lógica del valor lleva a la eficacia. No señor, la lógica de la política social debe ser, y ha sido, la de necesidades humanas y valores de uso que permiten su satisfacción, y esta relación debería (aunque no siempre ha sido así) estar fundada en derechos sociales vigentes para todos. (Por cierto que el verdadero carácter de VM se refleja en el hecho que en todo su discurso FCH nunca habla de derechos sociales, ni siquiera menciona la palabra, mientras repite 14 veces la expresión o referencia a igualdad de oportunidades). La primera frase en cursivas es un lapsus en el que confiesa que no hay política económica (¿o será una errata?). Su afirmación de que toda la política económica del gobierno debe tener sentido social es o bien hipocresía o bien el reflejo de su concepción en la cual lo fundamental es que los empresarios (los grandes, que son los que cuentan) estén contentos, porque ellos son los que invierten y crean los empleos que permitirían que los mexicanos salgan de la pobreza por la puerta más grande (“El trabajo es la puerta más grande para salir de la pobreza”), por lo cual sería no sólo una política económica con sentido social, sino la única posible con esa característica. Olvida, o no sabe, o no quiere saber, que en la inmensa mayoría de los hogares pobres en México se trabaja y se trabaja muy duro, por salarios miserables que los hunden en la pobreza debido a la política neoliberal de desvalorizar el trabajo (véase gráfica).

¿Cuáles son los dichosos puentes? A esto tendré que dedicar la próxima entrega porque el espacio se me ha agotado. Baste por ahora señalar que se trata de puentecitos que mantienen la subordinación de la política social a la económica y aisladas una de la otra.

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