jueves, agosto 21, 2008

Eso, todo se arregla con la privatización

Impulsarán creación de librerías privadas

Si 95% de los municipios del país no cuentan con una librería, resulta indispensable establecer los mecanismos para favorecer la participación de la iniciativa privada.

La Red de Librerías Educal cuenta con cerca de 100 establecimientos. El Fondo de Cultura Económica ha generado la creación de 22 dentro de la República Mexicana e impulsado otras fuera del país a través de sus filiales, como Argentina, Colombia, España o Guatemala.

Ambas entidades públicas impulsan la apertura de más librerías, aunque también con la certeza de que no pueden crecer al infinito, debe impulsarse la presencia de la iniciativa privada en la administración de librerías.

De acuerdo con Henoc de Santiago, director de Educal, organismo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, con la promulgación de la Ley para el Fomento de la Lectura y el Libro resulta indispensable comenzar a explorar el desarrollo de proyectos para el crecimiento de librerías, sobre todo privadas.

“La red de Librerías del Estado ha funcionado bien, ha logrado llevar libros a espacios donde no llegaban, pero veo que estamos llegando a un límite natural de crecimiento, no podemos crecer al infinito. Entonces, hay que buscar mecanismos para que sea el sector privado el que empiece a desarrollarse de manera autónoma.”

Aun cuando reconoce que muchas de las librerías de los estados del país fueron pulverizadas por las condiciones del mercado, al grado de generar una pobre infraestructura librera: 95 por ciento de los municipios de la República no cuentan con una librería, según datos de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, a lo cual se suma que 40 por ciento de los mexicanos jamás ha visitado una librería.

A nombre no sólo de Educal, sino de la Asociación de Libreros de México, De Santiago señala que no se trata de inventar el “agua tibia”, sino de conocer los esfuerzos que se desarrollan en otros países, como podría ser el modelo francés, donde se impulsan proyectos y programas con inversión tanto del sector público como del privado, con lo cual se estimulan la apertura, modernización —en infraestructura y en equipo—, la capacitación del personal o el rescate de librerías.

“Necesitamos ver qué mecanismos se han instrumentado en otras partes del mundo, adaptarlos a la realidad mexicana, ver cuáles son los costos y también cuál es nuestra realidad financiera, pero ni siquiera creo que sea muy caro o de grandes inversiones por parte del Estado o de la iniciativa privada.

“Es cosa de armar un buen proyecto y empezar a ver cuáles serían los mecanismos para el desarrollo de una red librera privada, que sean como microempresas”, enfatiza el director de la Red Educal.


Aventura por el libro

Héctor Chávez, gerente de Comercialización del Fondo de Cultura Económica, asegura que las librerías son muy importantes dentro del esquema de la institución, contribuyen en 28 o 30 por ciento de las ventas del fondo editorial propio y factura alrededor de 100 millones de pesos al año, casi 40 por ciento de todo lo que percibe el FCE.

“Mediante nuestra red librera tratamos de promover las letras mexicanas y con ello contribuimos, a promover la cultura nacional y a nuestros autores […] La apertura de más librerías es la forma que tenemos de contribuir a que los libros se acerquen a un mayor número de lectores.”

El responsable de las librerías a nivel nacional manifiesta su esperanza de que la ley del libro anime la participación de la iniciativa privada en un esfuerzo comercial, pero que también pretende promover el hábito de la lectura.

“No lo vemos como una responsabilidad exclusiva del Fondo o del Estado y también estamos dispuestos a asesorar a quien tenga interés en participar en esta aventura, desde el diseño del espacio o de su acervo, hasta el sistema operativo y el contacto con los proveedores. Estamos dispuestos a apoyarlos al 100 por ciento”, resalta Héctor Chávez.

En la actualidad se encuentran en negociaciones con autoridades municipales de Hermosillo, Sonora, y con el gobernador de Nayarit, para abrir librerías en esos lugares, pero además se han acercado con autoridades universitarias, y en la medida que tengan apoyo “haremos el esfuerzo por abrir una librería. Este año tenemos pensado abrir una más en el aeropuerto de Toluca, en la Universidad Autónoma de Puebla y en la de Ciudad Juárez”.

Tal es la tarea de quienes están ligados a las librerías, especifica Henoc de Santiago, sobre todo a partir de la ley.

“Nuestro trabajo está en la estimulación de una red de librerías privadas y el precio único es la base para lograr ese impulso, sea del Estado o autónoma, porque no puedes concebir una red de librerías privadas si no hay una ley de precio único al libro”, concluye.


Reglamento pendiente

Promulgada la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro (23/07/2008) y creado el Consejo Nacional de Fomento para el Libro y la Lectura (01/08/2008) , ahora hacen falta otras dos herramientas para la puesta en marcha de manera formal de dicha legislación: el Programa de Fomento para el Libro y la Lectura, y sobre todo su reglamento.

Si bien la aprobación del instrumento legal ofrece un marco de trabajo que permite saber hacia dónde ir, explica José Ángel Quintanilla, uno de sus impulsores, resulta fundamental contar con el reglamento, pues a través del mismo se pondrá en marcha uno de los ejes de la ley: el precio fijo al libro.

En el artículo 22 se establece que “toda persona física o moral que edite o importe libros estará obligada a fijar un precio de venta al público para los libros que edite o importe. El editor o importador fijará libremente el precio de venta al público, que regirá como precio único”, pero sin señalarse cuáles serían los castigos en caso de incumplimiento, cuya responsabilidad recaería en la Profeco en primera instancia.

Eso se sabrá hasta la elaboración del reglamento, tarea que depende del Poder Ejecutivo.

Nota: La primera vez que le di una ojeada a la nota pensé que estaban hablando de otro país puesto que en México se suele llamar librerías a los lugares donde se venden libros, mientras que al lugar donde uno va a consultar y leer libros es costumbre llamarlos bibliotecas. Por qué en todo el artículo ni una sola vez se le nombra como suele uno decir en la vida diaria? Luego el tema de la privatización, pero miren que ya hasta da flojera que no se sepan otra canción! Noten que el tal Henoc de santiago que es director de Educal, organismo del consejo Nacional para la Cultura y las Artes habla
también a nombre de la Asociación de Libreros de México (ahí sí se usa el término para llamar a los que venden libros). De nuevo la duplicidad de funciones que tanto les gusta a los panistas y para lo que no ven ninguna dificultad ética, y declara abiertamente que su "trabajo está en la estimulación de una red de librerías privadas y el precio único es la base para lograr ese impulso, sea del Estado o autónoma, porque no puedes concebir una red de librerías privadas si no hay una ley de precio único al libro". O séase que es funcionario público que habla en representación de una asociación de privados que tiene como trabajo buscar la creación de una red de librerías (otra vez, bibliotecas, señores!) privadas lo cual a su vez depende de que salga la ley del precio único. Así que ya saben el porqué de dicha ley. Luego ya habrá bibliotecas privadas (que impulsarán el negocio de los libros) que, esas sí, lograrán el cometido de hacer de México un país de lectores y que, propiciarán el cierre de bibliotecas públicas. La ganancia por sobre todas las cosas, a partir de todo lo que sea vendible, adquirible, negociable. Y luego hay gente que aplaude. Qué país.

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