sábado, septiembre 27, 2008

Yiria Escamilla, socialista, sindicalista, zapatista, mujer

EL PASADO 4 DE SEPTIEMBRE, INVICTAS, GRUPO FEMINISTA DENTRO DEL
SINDICATO DEL INSTITUTO DE VIVIENDA DEL DF, REALIZO UN VOLANTEO EN
CONTRA DEL DESPIDO DE DOS COMPAÑERAS SINDICALIZADAS DE RECIENTE
INGRESO. ESE MISMO DIA, EN ASAMBLEA INFORMATIVA DEL SINDICATO, EL
SECRETARIO GENERAL, GERARDO MORENO, SE DESLINDO DE LA ACCION A PESAR
DE ESTAR AL TANTO DE LA MOVILIZACION. AL MISMO TIEMPO, EL SECRETARIO
DE ORGANIZACION, ALVARO CASTRO, SOLICITO A LA COMISION DE HONOR Y
JUSTICIA SANCIONARA A INVICTAS POR MANIFESTAR SU SOLIDARIDAD. DERIVADO
DE ELLO, ESTE 25 DE SEPTIEMBRE FUE EXPULSADA YIRIA ESCAMILLA,
INTEGRANTE DE LA OTRA CAMPAÑA.

CON PROFUNDA INDIGNACION DENUNCIAMOS LOS HECHOS Y LES SOLICITAMOS SEA
DIFUNDIDA LA CARTA QUE LEYO EN LA ASAMBLEA DE EXPULSION.





No te sientas vencido, ni aún vencido,

no te sientas esclavo, ni aún esclavo;

trémulo de pavor, piénsate bravo,

y arremete feroz, ya mal herido.

Que vocifere, digna e invicta, ya rodando tu cabeza

.

Poema de guerra de la Roma antigua.



De cómo la Santa Inquisición expulsa al pecado de la crítica

del infierno llamado charrismo sindical.



Estoy aquí llamada a juicio por la Santa Inquisición, o séase la
Honorable Comisión de Honor y Justicia, pero no vengo justificarme ni
a disculparme ante ella ni ante nadie. Aún menos ante el combativo
Comité Ejecutivo, quien me acusa, a pedido del comprometido secretario
de organización Alvaro Castro, ¿o qué, ahora van a ocultar la granada
traidora que arrojaron? (Por cierto, traigo una copia para que
Alejandro Colón, cumpliendo su deber histórico, la entregue
inmediatamente a Mingüer, el papel de delator, es muy triste).

Me queda claro que esta asamblea es una formalidad, que ya está
afilada la guadaña, que el cuchillo clavado en mi espalda tiene costos
políticos, pero para estar aquí sólo me mueve una cuestión: la
dignidad rebelde.

No tengo absolutamente nada que perder, compañeros, en unos minutos,
formalmente estaré fuera de este sindicato y nada me atará con
ustedes. Sólo la conciencia de clase dictará mis pasos, como siempre,
sólo que ahora no pagaré cuotas (ni económicas ni políticas). Nunca
han podido callarme, nunca podrán hacerlo, ni siquiera bajo tortura.

Dos situaciones han valido la pena de todo esto, las dos compañeras
despedidas han firmado ya su contrato por tiempo indefinido, háganle
como quieran, el objetivo fue cumplido. La otra cuestión, son los
gestos de solidaridad y acompañamiento de algunos y algunas de
ustedes. Mujeres y varones de valor y de valía y que nos han hecho
valer, a mi, a Asunción.

Sé, que esta expulsión está dictada por consigna, que se han
tergiversado los hechos, que se ha desvirtuado el espíritu de
solidaridad que mujeres tuvieron con mujeres, que se han inventado
historias, nombres, que se han interpretado, acomodado artículos en
los Estatutos. Incluso se ha llamado a cuentas a compañeros con la
única finalidad de que se autoinculpen. Lo sé.

El método que utiliza esta Santa Inquisición es la autoinculpación,
todo lo que uno diga puede ser usado en su contra. Inventan,
tergiversan, invocan artículos a su manera, juzgan la crítica, no
saben que hay libertad de expresión, que la democracia es la crítica,
la confrontación de ideas, la tolerancia y respeto a la diferencia.
Piden fotos a la autoridad, para acusar, reciben documentos anónimos.
No saben de política, pero actúan como fascistas.

Nunca se juzgarán así mismos, ni a sus cuates, pero hay quién sabe su
historia, renuncian al sindicato y regresan, renuncian a esta misma
Comisión y regresan. Son esquiroles ¿o dónde estuviste en la huelga
Kanga?

Esta Santa Inquisición le disputa el poder al Comité Ejecutivo, y no
duden que aspiren a él en las próximas elecciones. Obsérvenlos bien,
con la reforma estatutaria, ellos, los esquiroles, los van a juzgar, a
someter. Ustedes, espero, no lo permitirán. Si así actúan ahora, en el
Comité Ejecutivo, ¿cómo serán?

Les urge juzgarme y expulsarme, antes de la aprobación de los nuevos
estatutos, le urge no ser cuestionados, tener el control. Castigar.

Sé también que de nada serviría explicar, argumentar, que esto es una
granada lanzada por el comité ejecutivo para crear una cortina de humo
ante su incapacidad política, ante su tibieza. Porque se privilegia el
diálogo de altura con el enemigo de clase, es decir, las autoridades,
y eso es más importante que sus propios compañeros. Lanzan la granada,
igual que Calderón, para desviar, ocultar y justificar la represión.

Los señores inquisidores han dictado sentencia. Pero antes, hay cosas que decir…

Estoy aquí para advertirles que un fantasma recorre el sindicato, el
fantasma del neocharrismo. Yo lo vi, existe, lo estoy viendo ahora
mismo.

Los nuevos charros son como Fidel Velásquez o como Elba Esther
Gordillo, pero en versión remix, crean comisiones, estatutos, hacen
deslindes, no actúan políticamente, es más ni se mueven, le apuestan
al diálogo respetuoso, a lo que les de el patrón. Nadie en el
sindicalismo los conoce, no tiene historia de lucha, hacen malos
discursos, golpean y esconden la mano, y lo peor de todo, agachan la
cabeza.

El líder de los neocharros, araña hasta el último minuto el poder, no
se quiere ir, no se irá. Ocupará nuevas carteras, por sí mismo o por
medio de otros. Traiciona, falta al respeto, no reconoce, es juez y
parte (aquí y en la Junta de Conciliación y Arbitraje). Llama a la
unidad y es el primero es dividir. Su propia incompetencia lo vuelve
dictador, nadie más que él tiene la razón, sabe la verdad y es el
omnipotente.

Los neocharros no están solos, se acompañan con gentiles hombres,
gurús que salieron huyendo de su mediocridad revolucionaria, que
vociferan por la defensa de los trabajadores, que son los primeros en
señalar, recriminar, descalificar, desde la comodidad de su no hacer
nada (ahora me explico porque Pinochet estuvo tanto tiempo en el
poder). Son los informantes tanto del patrón como de los nuevos
charros, juzgan, señalan con el dedo, delatan y siguen sin hacer nada.

Los neocharros también se sirven de los analfabetos políticos que les
hacen el trabajo sucio, van de lugar en lugar dando su versión,
chismorrean, descalifican porque no son nadie. Son los lacayos que por
quedar bien con los que detentan el poder son capaces de todo, y son
los primeros en aplaudir. Afortunadamente, son los menos.

Los neocharros, no respetan ni siquiera el trabajo político de sus
propias compañeras de cargo. Ellas no hablan, realizan el trabajo real
pero tampoco lo reconocen. Ellas callan, se someten también. Las
siguen viendo como menores políticos. Ellas guardan silencio, jamás
las escucharemos proponer, encabezar, alegar, nada, se encargan de
todo, pero ¿existen?

Estoy aquí para que este juicio sumario sirva, por lo menos, de
advertencia de lo que les espera compañeros: el fascismo sindical. El
terror.

Cuidado! Los neocharros les pedirán que voten por ellos otra vez, se
inventarán carteras políticas para perpetuarse en el poder, no moverán
un dedo ante las autoridades porque ese no es su método de trabajo.
Dirán que cualquiera que no esté con ellos, será expulsado. Además les
aumentarán las cuotas sindicales diciendo que será para la caridad de
los enfermos, porque se creen muy buenos.

De solidaridad nada saben. Han dejado solos a muchos, a nosotras. Han
traicionado y ellos lo saben. Quédense con su traición, con su
centímetro de poder, nadie se los disputará.

De mandar obedeciendo nada saben los neocharros, quieren el poder
únicamente. Muy bien, quédense con él, no hace falta para continuar la
lucha.

Ahora, es su lucha, compañeros, estuvimos al pendiente de que lo menos
dañino afectara al sindicato, nada ya podemos hacer. Es su tarea, es
su deber.

Lo fácil sería agachar la cabeza, pedir perdón o clemencia. Lo fácil
sería ser cómplice y callarse. Lo fácil sería acoplarse a este nuevo
modelo de neocharrismo sin chistar, desviar la mirada, hacerse al modo
de los que mandan pero que no dirigen. Lo fácil sería claudicar,
desdecirse como lo hacen ellos. Autoengañarse y creer que no pasa
nada, mentir como ellos, ser su reflejo, ser ese monstruo contra el
que siempre luchamos. Eso es lo fácil.

Lamentablemente, compañeros, soy rete difícil, no hay necedad más
grande que la mía. Me empeño en ser mujer y me la creo, me empeño en
llamarme socialista, sindicalista, en ser, orgullosamente, zapatista.
Que sirvan estos datos para echarle leña al fuego.

Me golpean a mí y a Asunción, porque ella sabe la historia completa de
este sindicato. Ella lo hizo, ella sabrá cuando dejarlo.

No permitiré ninguna falta de respeto más, no soy chivo expiatorio de
nadie, no me pongo de pechito ni soy carne de cañón, soy congruente
con mi hacer y mi pensar. Mis principios ejes son la verdad y la
justicia.

Así que de frente, como deben ser las cosas, me despido de las
trabajadoras y trabajadores dignos de la ASTINVI, gracias por la
enseñanza de la huelga, de los congresos, de los gestos de
solidaridad, gracias hasta de la indiferencia que me rehuye. Tiene
razón en hacerlo, estoy llena de dignidad rebelde y eso es contagioso.

No le apuesto ni un quinto a que este sindicato claudique, creo
firmemente, que ustedes, la base sindical, no lo permitirán. Tal vez
no todos, tal vez no muchos, tal vez… en otras trincheras. Hasta el
último momento creeré fervientemente, que habrá quien luche, enfrente
y venza al fantasma del neocharrismo antes de que se apodere por
completo de este nuestro, perdón, de éste su sindicato.



Yiria Escamilla, socialista, sindicalista, zapatista, mujer y hasta
hoy, su compañera.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta vieja se cree la versión contemporánea de José Revueltas: De todos lados la corren

alvaro dijo...

se quien es yiria y para ell todo mi
apoyo

Anónimo dijo...

MUY BIEN YIRIA ¡FELICIDADES! DIJISTE PURAS VERDADES. PERO ESE SINDICATO CHARRO, YA TAN QUEMADO POR SUCIO Y CORRUPTO ALGUN DIA SE ACABARA, YA QUE SU COMISION Y SUS AGREMIADOS SON UNA BOLA DE BASTARDOS TRAICIONEROS.

LLAMAME A MI CEL.ULTIMA LLAMADA.