domingo, enero 11, 2009

EL OPTIMISMO DE CALDERÓN

El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie;

el realista ajusta las velas.

William George Ward

HACE UN PAR de días, mi admirado Iván Restrepo presentaba una demoledora síntesis de lo que, hasta hoy, es la Administración del actual ocupante de Los Pinos: "En México las cúpulas empresariales y eclesiásticas que apoyaron la elección del licenciado Calderón, por no ser un peligro para México, ahora le reclaman la falta de programas para enfrentar la crisis. Igual hacen las organizaciones obreras y campesinas. Se quejan además del aumento generalizado de precios, de la gasolina más cara que en Estados Unidos; de la desocupación, cuando Calderón prometió ser el presidente del empleo, el crecimiento y la seguridad.. El año pasado las muertes violentas fueron casi 6 mil, el doble que en 2007. Los funcionarios, con Calderón a la cabeza, dicen que le estamos ganando la guerra al crimen organizado, que el país está blindado contra la crisis. En fin, Calderón prometió que en 2050 seremos potencia mundial. Sí, pero en desigualdad, injusticia y daños al ambiente."

En pocas líneas, repito, una síntesis demoledora, pero real. Contrastante, eso sí, con el optimismo desbordado que el ocupante de Los Pinos, quien también hace dos días inició el año laboral con una declaración que, antes que inyectar optimismo en los destinatarios, debe provocarles zozobra. En primer lugar, porque dicha confianza del michoacano está basada en datos de la quebrada Merril Lynch en la que ya no creen ni los ujieres de Wall Street. Y, más importante todavía, porque dijo que las grandes economías mundiales, cual la japonesa, británica y estadounidense están en peores condiciones que la mexicana para enfrentar la crisis financiera mundial.

Ese sí que es optimismo. Y desbordado.

¿En qué puede basarse Calderón para realizar tan temeraria afirmación?

Muy probablemente en la enorme cantidad de recursos de los cuales dispone la Administración, debido no sólo a la enorme cantidad de recursos con los que ha dejado de subsidiar los combustibles, algo así como 200 mil millones de pesos o, en otros términos, 2 puntos del PIB, sobremanera por todo el dinero que ha dejado de gastar debido a los subejercicios presupuestales de 2007 y 2008, que bien pudieran ascender a poco más de 200 mil millones de dólares.

Con ese monetario en las arcas gubernamentales –o depositadas por el Banco de México en bonos del Tesoro estadounidense que están pagando 0.25% anual de interés--, es que Calderón debe creer que podrá hacer frente a la crisis con programas contracíclicos que, pese a lo publicitado en el feriado navideño, aún deben estar sin elaborar.

Como sea, el optimismo de Calderón, hay que reiterarlo, contrasta con la realidad bien descrita por Restrepo.

Porque nada indica que, con todo y crisis, algo vaya a cambiar en 2009. Si hubo subejercicios presupuestales los dos años anteriores, ¿por qué no habría de haberlo en este que ya corre? ¿Aprenderían ya a gastar los colaboradores del señor Calderón? ¿Quién les habrá enseñado?

Falta gobernabilidad en el país, no cabe duda.

Lo más grave es que también escasean las capacidades administrativas, ¿no cree usted?

Lo que sí sobra es optimismo. ¿Fundamentado?




LA PROPUESTA DE LÓPEZ OBRADOR

Ningún gobierno puede mantenerse sólido mucho tiempo

sin una oposición temible

Benjamin Disraeli

"LA OPOSICIÓN GOBIERNA oponiéndose", solía decir don Jesús Reyes Heroles –el original— y, muy parcialmente, así ha sucedido ahora que el ocupante de Los Pinos apenas ha anunciado un Acuerdo Nacional en Favor de la Economía Familiar y el Empleo, con el que se pretende hacer frente a los estragos que aquí provoca la crisis financiera mundial.

Muy parcialmente sí porque, desde la primera mitad de diciembre anterior, el principal opositor de la actual Administración, el señor Andrés Manuel López Obrador, presentó en una carta al pueblo de México, firmada en Bolaños, Jalisco, un plan de ocho puntos mucho más ambicioso y completo.

Primero de esos puntos, no satisfecho por el señor Felipe Calderón, es el de aumentar cuando menos en un 12 por ciento el salario mínimo y, en consecuencia, los contractuales, para mínimamente "reponer el porcentaje en el que la inflación de 2006 a 2008 excedió al aumento de los mínimos y otorgar suficiente aumento para compensar la inflación de 2009."

Y es que, señala el Plan de AMLO, según cifras oficiales –invariablemente maquilladas--, la inflación en los dos últimos años (noviembre de 2006 a noviembre de 2008) ha sido de 12.9% en la canasta básica. En cambio, el salario mínimo ha aumentado sólo 8%; es decir ha perdido 4 puntos.

Segundo punto: derogar el IETU como apoyo a trabajadores asalariados, comercios y empresas, debido principalmente a sus aberraciones técnicas como –ejemplifica— lo es "el hecho de que el pago de intereses de la deuda de las empresas no es deducible ni tampoco las pérdidas cambiarias, precisamente cuando todas las empresas de México están golpeadas por ambos problemas."

El descenso en el precio de los combustibles y no el congelamiento del mismo, como lo anunció el señor Calderón, es el tercer punto del Plan de AMLO. "Es injustificable que las gasolinas en México sean más caras que en Estados Unidos y que los aumentos de energía eléctrica para consumo doméstico hayan incrementado este año hasta el 100 por ciento." Peor todavía. En el anuncio hecho ayer por el ocupante de Los Pinos, las tarifas de energía eléctrica para uso doméstico ni siquiera están contempladas. Esto es, implícitamente se advierte que seguirán subiendo.

Cuarto punto del plan presentado en tierras jaliscienses es el de la intervención gubernamental en los fondos de retiro de los trabajadores, para evitar mayores pérdidas o minusvalías en los mismos. Ello después de conocerse que, hasta octubre de 2008, las Afores habían reducido en 14% su valor.

Los puntos 5, 6 y 7 apuntan a la necesidad de impulsar al sector agropecuario para producir en México lo que consumimos, fortalecer la industria de la construcción para reactivar la economía y generar empleos, y extender los apoyos al desarrollo social.

Parcialmente satisfechas las demandas del opositor, demasiado parcialmente quizá, el octavo punto del Plan jamás será cumplido. Y es que este propone reducir en 200 mil millones el gasto corriente del gobierno, en salarios de los funcionarios, para ahorrar y destinar fondos a la atención de la crisis económica y de bienestar social.

Cierto. "La oposición gobierna oponiéndose".


Articulos de FRANCISCO RODRIGUEZ


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