Capitales regiomontanos, claves del auge de Maciel y los “millonarios de Cristo”
Sanjuana Martínez /1
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Sábado 29 de mayo de 2010, p. 15
Sábado 29 de mayo de 2010, p. 15
Conocidos como los millonarios de Cristo por sus estrechas relaciones con la elite económica, la expansión de la congregación fundada por Marcial Maciel e impulsada desde el Vaticano, funcionó como freno a la penetración de la teología de la liberación en América Latina.
“Actualmente la Iglesia católica enfrenta dos enemigos –dijo Maciel a sus devotos discípulos–: los teólogos de la liberación en el interior y, externamente, a quienes propagan ideas para llevar a los católicos al paganismo.”
Era mayo de 1994 y Maciel disfrutaba de una auténtica divinización en torno suyo. Mantenía el reclutamiento de las principales familias de abolengo regiomontano desde hacía 50 años y, por tanto, reunir 3 mil personas para escucharlo en su última conferencia pública fue fácil. Los clanes y sagas de la oligarquía mexicana le rendían pleitesía donde fuera.
El fundador de la Legión de Cristo propagaba así el plan de Karol Wojtyla para desplazar a los jesuitas y anular la teología de la liberación y su dispersión en las comunidades de base populares. Fue una ofensiva contra los teólogos progresistas del reformismo conciliar, que instauró un modelo neoconservador en la Iglesia, que perdura con Benedicto XVI.
Modelo en expansión
El fundador de la Legión de Cristo encontró terreno sumamente fértil para sus planes: la próspera ciudad de Monterrey, uno de los entornos más conservadores del país, cuya alta sociedad enclavada en el municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León, practica la filantropía cuando se trata de expandir un modelo de cristianismo que coincide perfectamente con su visión empresarial y su defensa de los
El fundador de la Legión de Cristo encontró terreno sumamente fértil para sus planes: la próspera ciudad de Monterrey, uno de los entornos más conservadores del país, cuya alta sociedad enclavada en el municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León, practica la filantropía cuando se trata de expandir un modelo de cristianismo que coincide perfectamente con su visión empresarial y su defensa de los
“valores familiares”más tradicionales.
Allí Maciel incrementó, de manera paulatina y sistemática, el caudal económico que convirtió a la Legión de Cristo en exitoso emporio financiero, cuyo presupuesto anual asciende a más de 650 millones de dólares y constituye un verdadero pilar monetario para el Vaticano. Como dice el empresario regiomontano Dionisio Garza Medina, hermano de Luis, vicario general de la orden:
“La legión es la única multinacional mexicana en el mundo de la religión”.
Las puertas de las familias más acaudaladas se abrieron de par en par para recibir a Maciel, quien recolectaba hasta 100 millones de dólares anuales en donaciones. Su lema era
“cultivar, pedir y reconocer”. Los periódicos locales y sus secciones de sociales de la década de los 80 dan cuenta de las relaciones estrechas de Maciel con los Sada, Garza, Maldonado, Zambrano, Mugüerza, Fernández, Elizondo, Lagüera, Santos, Hinojosa, Salinas, Rocha, Treviño, González, Medina, Hernández, Canales, Páez, Clariond, Margáin, Lobo, Maíz, Stelzer, Barragán, García, Narro, Romo… A cambio de sus generosas donaciones, Maciel no sólo les ofrecía un espacio celestial, sino cosas más terrenales, como servicios religiosos opulentos. Celebraba sus bautizos, bodas, primeras comuniones, inauguraciones de negocios, misas privadas…
“Es la clase dominante, la elite que quiere imponer una visión del mundo concreta”, dice en entrevista Alejandra Rangel de Clariond, escritora y promotora cultural .
“Esa gente representa una línea conservadora, neoliberal, de derecha o extrema derecha que creyó en Maciel, de quien no creo que supieran lo de su doble vida y sus crímenes. Quiero pensar que estos empresarios, si se hubieran dado cuenta lo que hizo, no lo habrían apoyado; pero no sé, porque yo no me involucré en eso ni mi esposo.”
En una zona donde la endogamia forma parte de la concentración de la riqueza, Maciel fue encontrando adeptos de generación en generación, que fácilmente se entrelazaron alrededor de la congregación que fundó como una cadena que incluía estatus social y económico. Evangelizar a los ricos fue fácil. Casi nadie quería quedarse fuera: ser legionario era, y sigue siendo para muchos, símbolo de poder, dinero y bondad.
Sin embargo, Rangel de Clariond no coincide con esta visión elitista. Perteneciente a una familia de abolengo, prefirió el camino del compromiso con la justicia social y la lucha por mejorar el nivel de vida de los más desfavorecidos y lamenta que los jesuitas hayan sido desplazados en Monterrey por los legionarios:
Entre los millonarios sostenedores de Maciel y la legión, destacan las familias Garza Sada, dueña de Vitro; Garza Lagüera, propietaria de Femsa; Garza Medina, del Grupo Alfa; Romo Garza, de Grupo Pulsar; Servitje Sendra, de Bimbo; Maldonado Elizondo, de Copamex; Gutiérrez Muguerza, dueños de DeAcero; Canales Clariond, antiguos dueños de IMSA; Sada Zambrano, anteriores propietarios de Cydsa; Lankenau Rocha, del Grupo Financiero Abaco-Confía; Elizondo Lozano de Banca Serfin; Elosua Muguerza, de Lamosa; Elizondo Treviño de Seguros Monterrey; Santos de Hoyos de Gamesa; Lobo Morales, de Arka, Zambrano Treviño, de Cemex…
Prominentes hombres de negocios competían entre sí para relacionarse con Maciel. Destacan Alfonso Romo Garza y su esposa Maca Garza Lagüera Rangel; el ex secretario de Economía Fernando Canales Clariond, Ricardo Salinas Pliego, el ex gobernador de Nuevo León Benjamín Clariond Reyes-Retana, quien tiene un hijo cura legionario y una hija Miss Consagrada… La mayoría prefiere ahora guardar silencio ante las revelaciones de las aberraciones cometidas por el fundador de la legión.
“Suponiendo que ellos no supieran la realidad les vieron la cara de una manera descarada –comenta Ríos.
Añade:
Irma Salinas Rocha consigna su visión de las fortunas de Monterrey y sus inversiones, en el libro Nostro grupo:
“Esta orden no tenía objetivos que me convencieran. Creo que el trabajo pastoral debe estar dirigido hacia la exclusión, la marginación social y no como los legionarios, para estarse vinculando con las clases altas y las elites. Esos tienen todo el poder, el problema son los que no tienen voz”.
Entre los millonarios sostenedores de Maciel y la legión, destacan las familias Garza Sada, dueña de Vitro; Garza Lagüera, propietaria de Femsa; Garza Medina, del Grupo Alfa; Romo Garza, de Grupo Pulsar; Servitje Sendra, de Bimbo; Maldonado Elizondo, de Copamex; Gutiérrez Muguerza, dueños de DeAcero; Canales Clariond, antiguos dueños de IMSA; Sada Zambrano, anteriores propietarios de Cydsa; Lankenau Rocha, del Grupo Financiero Abaco-Confía; Elizondo Lozano de Banca Serfin; Elosua Muguerza, de Lamosa; Elizondo Treviño de Seguros Monterrey; Santos de Hoyos de Gamesa; Lobo Morales, de Arka, Zambrano Treviño, de Cemex…
“Son muchos los que apoyaron económicamente a Maciel y la legión. Lo hicieron para limpiar conciencias. Pensaban que se ganaban el pase al cielo”–dice Graciela Ríos, analista y consultora de empresas.
“En el caso de que los grandes millonarios supieran las atrocidades de este señor, creo que la única opción es pensar que lo justificaron, porque al fin y al cabo pensaron que había beneficios con la obra y sus colegios, a pesar de las desviaciones sexuales de Maciel. La mayoría sigue apoyando a los legionarios. Los únicos que han dicho que ya no, son Altos Hornos de México, de Monclova.”
Prominentes hombres de negocios competían entre sí para relacionarse con Maciel. Destacan Alfonso Romo Garza y su esposa Maca Garza Lagüera Rangel; el ex secretario de Economía Fernando Canales Clariond, Ricardo Salinas Pliego, el ex gobernador de Nuevo León Benjamín Clariond Reyes-Retana, quien tiene un hijo cura legionario y una hija Miss Consagrada… La mayoría prefiere ahora guardar silencio ante las revelaciones de las aberraciones cometidas por el fundador de la legión.
“Suponiendo que ellos no supieran la realidad les vieron la cara de una manera descarada –comenta Ríos.
“Ellos, que se las dan de hombres brillantes, inteligentes, emprendedores y grandes empresarios, cómo es posible que alguien como Maciel les haya jugado el dedo en la boca de esa forma. Ahora bien, si sabían y no quieren hablar es porque prefieren la complicidad ante la corrupción y las desviaciones sexuales de Maciel”.
Añade:
“A mí me dan pena los que no tienen dinero, la clase media, cuya bandera era creer en la santidad de Maciel y le apostaron su imagen y su prestigio a alabar a un delincuente, y quedaron en el peor de los ridículos, sin credibilidad. Los empresarios y millonarios al fin y al cabo le invierten a cosas que a veces les dejan ganancias y otras no”.
Irma Salinas Rocha consigna su visión de las fortunas de Monterrey y sus inversiones, en el libro Nostro grupo:
“Tarde o temprano se cumple y se cumplirá la ley inexorable de la eliminación. No puede fallar. Detrás de cada fortuna hay un gran crimen”.
Sanjuana Martínez
Periodista
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