viernes, junio 04, 2010

Proceso ABC. Familiares de niños fallecidos aprueban el informe de Zaldívar


Luto tardío en Los Pinos


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Familiares de los niños muertos durante el incendio de la guardería ABC de Hermosillo, durante una protesta en la ciudad de México en octubre de 2009Foto Jesús Villaseca
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El 4 de julio de 2009, familiares de los menores fallecidos marcharon a las oficinas del Seguro Social en el Distrito FederalFoto José Antonio López

Arturo Cano
Enviado
Periódico La Jornada
Viernes 4 de junio de 2010, p. 4

Hermosillo, Son., 3 de junio. El luto llegó tarde a Los Pinos. “Esa declaratoria debió darse el 6 de junio de 2009 y motu proprio, no por presión nuestra”, dice Patricia Duarte, quien perdió a su único hijo en el incendio de la guardería ABC, en referencia a la decisión del presidente Felipe Calderón de declarar día de duelo nacional el 5 de junio, aniversario del incendio que costó la vida a 49 pequeños y dejó heridos a otros 70.

Los padres y madres del Movimiento 5 de Junio preparan su marcha y apuran el paso para constituirse en asociación civil, al tiempo que celebran el proyecto de dictamen del ministro Arturo Zaldívar: que altos funcionarios del gobierno de Calderón aparezcan como responsables de las violaciones graves a los derechos fundamentales de vida, integridad física, seguridad social, salud e igualdad.

Menciona a 14 funcionarios, dice Moisés Madrid, cabello largo y piercings. Moisés y su esposa entregan sus credenciales de elector y firman la convocatoria que servirá para registrar la asociación ante notario. Moisés tiene dos enormes tatuajes: en un brazo se lee Nahomi y en el otro Ruth, los dos nombres de su hija muerta a los dos años y ocho meses de edad. Su esposa lleva en brazos una bebé: Se parece mucho, ¿verdad?, dice Moisés, y muestra la foto de su pequeña desaparecida.

Desfilan por un café los padres y madres que no viajaron a ver a Felipe Calderón a la ciudad de México, los que han marchado una y otra vez desde hace un año, los que han colocado mantas en los puentes y anuncios espectaculares con los rostros de sus hijos, y frases como: La corrupción me quitó el derecho a la vida.

Los padres y madres que la Presidencia de la República no invitó hace apenas un mes, cuando el 30 de abril Felipe Calderón se reunió con algunos de los deudos, pero no con los gritones, con los revoltosos, como dice Roberto Zavala, padre de Santiago. Él y otros se enteraron un día antes de la reunión a la que no habían sido convocados por boca del ministro Zaldívar.

Igual no hubieran asistido, porque han mantenido un punto en su lista de demandas: Nuestros hijos nacieron, crecieron y murieron aquí; lo menos que puede hacer el Presidente es venir acá, dice Patricia Duarte.

Esta vez sí los invitaron. Hace una semana, funcionarios del Instituto Mexicano del Seguro Social se lanzaron a convencerlos. Casi se hincaban, sostiene Martha Lemas, esposa de Roberto.

De la reunión con Calderón, a la que no acudió la mayoría de padres con hijos fallecidos, salieron la declaratoria de día de luto nacional y la promesa de una visita presidencial en tres semanas.

Antes, Calderón no había respondido a las invitaciones de los padres, hechas por conducto del gobernador Guillermo Padrés y del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont.

Qué casualidad que lo haga tres días antes del aniversario, señala Patricia Duarte. Eso nos indica que quiere limpiar su imagen, con el dictamen de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) encima. Pero nosotros no vamos a ser sus instrumentos, asegura la madre de Andrés Alonso García (tres años y cinco meses al momento de su muerte), profesora de educación física y dueña de un teléfono que no para de sonar, con llamadas de todo el país.

Justicia incompleta

El día de duelo nacional es un anuncio que no parece entusiasmar a los padres, quienes, en cambio, expresan mucho gusto con el dictamen del ministro Zaldívar. Nos parece muy bien que haya respetado el informe de los magistrados y que haya escuchado nuestra demanda de que la responsabilidad no podía recaer sólo en funcionarios menores, expresa Duarte.

Los padres saben que la resolución de la Corte no tendrá consecuencias jurídicas inmediatas. Sin embargo, recuerdan que el titular de la Procuraduría General de la República (PGR) les prometió que acataría el fallo.

En este país nunca ha habido justicia, pero el caso de nuestros hijos es un parteaguas. Si es preciso nos plantaremos en México frente a la PGR hasta que se haga justicia, hasta que los responsables terminen en la cárcel, dice Duarte.

Zavala, Duarte y otros padres y madres –suman más de 40– se mantienen en esa línea, organizados en el Movimiento 5 de Junio.

Ellos saben que algunos políticos locales los critican por haber recibido indemnizaciones de un fondo creado por el IMSS (un millón 400 mil pesos por niño fallecido, la mitad para los heridos).

Creen que pueden comprar las conciencias, señala Zavala. Eso no fue un regalo, y la reparación del daño es apenas una parte de la justicia. Nosotros queremos justicia completa, se suma Duarte.

Cuando la podredumbre te quita un hijo

En la colonia La Y, el galerón que ocupaban la guardería y una bodega de la Secretaría de Hacienda estatal sigue vacío. Varios trabajadores levantan una malla ciclónica alrededor. El boquete que abrió un vecino al estrellar su camioneta contra la pared está cubierto con una lona. Los padres han levantado un altar que preside una manta con las fotos de los niños muertos. Debajo hay una docena de muñecos de yeso, que semejan angelitos, con los nombres de algunos infantes.

Los padres han propuesto que en ese lugar se edifique un memorial, un lugar multimedia donde se puedan ver las fotos y los videos de nuestros hijos, donde se puedan escuchar las canciones que les gustaban, dice Roberto. Sólo les preocupa que el propietario de la bodega, emparentado con los dueños de la guardería, salga ganando con la expropiación.

En tanto, este sábado, con 42 grados de temperatura pronosticados, miles saldrán de este punto en una marcha para conmemorar un año de luto y de lucha, como se lee en la manta colocada cerca de las fotos de los niños, frente a la bodega autorizada como guardería gracias a una red y una trama de complicidades y corrupción que mató a 49 niños y dejó a más de 70 heridos, algunos con secuelas gravísimas

Una red y una trama, afirma Patricia Duarte, que va de los dueños que presentan un plano donde la bodega de Hacienda es un estacionamiento, a la subrogación de servicios para abaratar los costos del IMSS.

Caiga quien caiga y tope donde tope, dijo Felipe Calderón hace casi un año. Es lo que quieren ver los padres y madres de la guardería ABC. Es lo que quisiera ver Patricia Duarte, quien votó por Calderón y hoy está más que arrepentida.

Sólo que su arrepentimiento ha tomado forma de movimiento ciudadano que nunca se había visto por estas tierras. Patricia Duarte toca todos los temas y es dura. Sólo se niega a hablar del 5 de junio de 2009, la fecha en que murió su hijo en las llamas de la guardería. De ese día no, pide. Pero ese día, sigue, se abrió una cloaca: y cuando toda esa podredumbre te quita un hijo, nunca más puedes cerrar los ojos.



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