miércoles, agosto 22, 2007

Aclaran o cuello

Milenio Diario, Joaquín López-Dóriga.
17 agosto 2007.

El caso Zhenli Ye Gon, que hay quienes ilusa o interesadamente dan por muerto, no ha comenzado en realidad, y esto tiene nerviosos a algunos.
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Qué lejos parece aquella noche del jueves 15 de marzo, cuando se dio a conocer lo que sería el mayor aseguramiento de dinero en efectivo en la historia mundial contra el crimen organizado: 205 millones de dólares.
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Luego se sabría que el domicilio donde encontraron los millones, en las Lomas de Chapultepec, era propiedad de un próspero chino nacionalizado mexicano identificado como Zhenli Ye Gon.
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Fue aquella una noche memorable para el presidente Calderón; era lo que necesitaba para validar su estrategia contra el narcotráfico. No sólo era el dinero, era el golpe a quien se había identificado como el más importante capo de la importación, procesamiento, distribución y exportación de seudoefedrina.
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En medio de aquella euforia, lo que era una victoria y motivo de admiración se comenzó a convertir en un conflicto y fuente de sospechas.
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Primero fue el destino del dinero: que si del Banjército al Bank of America, de regreso al Banco de México, expropiado y repartido conforme dice la ley. Después, la irrupción de Ye Gon a través de una entrevista de la AP en Nueva York, en la que denunciaba que el dinero era de la campaña presidencial del PAN, que se lo había llevado el actual secretario del Trabajo con la amenaza de “coopelas o cuello”; enseguida, la incapacidad de respuesta del gobierno y el tour de medios de Javier Lozano, que se fue a Nueva York para contratar un despacho que lo defendiera del oriental y sus abogados, y los dos deslices del presidente Calderón: decir que el chino había sido detenido en Washington a petición del gobierno mexicano para su extradición, cuando fue capturado por una orden de aprehensión de la DEA, y la advertencia de que iría a una cárcel mexicana.
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En medio de todo, el video que documentó que el presidente Fox, en persona y llevando como testigos a Santiago Creel y a Luis Ernesto Derbez, le entregó en mano su carta de naturalización y la insuficiencia de sus alternantes para deslindarse de un modo rotundo.
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En fin, que el caso de Ye Gon se convirtió en un conflicto del que el presidente Calderón y su equipo sólo podrán salir con bien y convertirlo en triunfo si procede contra la red de cómplices que desde el gobierno permitieron la construcción de este imperio del crimen organizado, que pasa por Aduanas, por la Secretaría de Salud, por la PGR, por empresarios y financieros.
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Mientras no se avance en esa estructura de complicidades oficiales, los tres arraigados del miércoles no alcanzan porque hay más involucrados, todo lo que se diga será usado en su contra; contra el presidente Calderón, claro.

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