La Jornada, 25 dic. 2008
Las instituciones financieras en cuyas jurisdicciones se aplican bajos o nulos impuestos tienen en sus arcas siete billones de dólares, según la OCDE, y aunque otras organizaciones reportan que hasta 11 billones de dólares, ningún país se encuentra en la "lista negra" de paraísos fiscales.
París. Unos 200 expertos en finanzas de diversos países se reunieron el mes pasado en Montecarlo para estudiar reglas más duras contra la evasión fiscal, pero no hubo resultados.
El encuentro tuvo lugar en Mónaco, al sur de Francia, uno de los más conspicuos paraísos fiscales de Europa.
"Discutimos la evasión en el corazón geográfico del problema", dijo uno de los especialistas que participó en la conferencia, de nacionalidad francesa. "Mónaco tiene muy mala imagen, incluso en la comunidad financiera internacional."
Mónaco, Andorra y Liechtenstein son los últimos paraísos fiscales europeos acusados de no aplicar las normas voluntarias de transparencia financiera e intercambio de información de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entre cuya treintena de miembros figuran todas las economías del Norte rico.
Pero la reunión en Montecarlo, organizada por el Grupo de Acción Financiera de la OCDE, demostró, al menos, que la lucha contra la evasión fiscal volvió a inscribirse en la agenda internacional.
La OCDE y su Grupo de Acción Financiera libran desde comienzos de los años 90 una batalla contra los paraísos fiscales, refugio de fondos especulativos, de evasores y procedentes de actividades delictivas.
Un paraíso fiscal es un territorio —estado o jurisdicción dentro de un estado— donde los impuestos son bajos o nulos. Eso invita a personas adineradas o empresas a depositar allí sus haberes, con el fin de escapar a los gravámenes en sus países.
Siempre son centros de lavado de dinero, porque se hacen pocas preguntas a los depositantes sobre la fuente de ingresos o su destino.
Los esfuerzos de la OCDE y del Grupo de Acción Financiera han sido infructuosos.
Estos son "los tiempos económicos más difíciles que hemos afrontado en muchas décadas", dijo en octubre, en una conferencia en la sede de la OCDE en París, el director general de la organización, Ángel Gurría.
Esa reunión, propuesta por Alemania y Francia, los países que con más ahínco promueven el control o clausura de los paraísos fiscales, se realizó para analizar el rescate de instituciones financieras afectadas por la crisis, muchas de ellas a causa de sus actividades especulativas.
"Acordamos prestarles dinero a los bancos para rescatarlos de la quiebra, pero al mismo tiempo ellos no podrán continuar trabajando con paraísos fiscales", los cuales deberían ser cerrados, dijo el presidente francés Nicolas Sarkozy.
Gurría calculó que los paraísos fiscales en todo el mundo tienen en sus arcas siete billones de dólares. "Muchos países en los últimos tres años reforzaron sus normas contra la evasión", agregó.
Pero algunas cifras sugieren lo contrario. La red Tax Justice Network, con sede en Londres, estimó que son 11 billones de dólares los que, para no pagar impuestos en su lugar de origen, se ocultan en países europeos como Liechtenstein, Mónaco y Suiza y en otros paraísos fiscales de todo el mundo.
Hace ocho años, el Fondo Monetario Internacional (FMI) calculó que había depositados en paraísos fiscales un billón de dólares. Por lo tanto, el flujo hacia sus instituciones aumentó significativamente.
Pero la última edición de la "lista negra" de paraísos fiscales "que no colaboran", elaborada por el Grupo de Acción Financiera de la OCDE y que data de 2006, está en blanco. Sin embargo, en 2005 incluía 15 países, jurisdicciones y territorios.
Gurría informó que para 2008 la lista contará con tres países: Andorra, Liechtenstein y Mónaco.
Muchos expertos creen que este tipo de listados no tienen sentido alguno, pues existen miles de cuentas de banco secretas operadas a través de paraísos fiscales y los esfuerzos renovados de regulación parecen predestinados al fracaso.
"Por supuesto, aplaudo el regreso de la lista, pero todavía soy pesimista", dijo a IPS el experto francés en paraísos fiscales Jean Merckaert.
La lucha tiene un atraso de 15 años, al menos, aseguró. "Luego de más de 10 años durante los que hubo mucho debate sobre lucha contra la evasión, debemos admitir que nada cambió", añadió.
La supuesta cooperación internacional en la materia es meramente retórica, dijo. "Para que un paraíso fiscal deje de aparecer en la lista del Grupo de Acción Financiera, es suficiente que firme un acuerdo de cooperación", afirmó Merckaert.
Países de la Unión Europea (UE) como Alemania lanzaron campañas contra los ciudadanos que cometen evasión fiscal a través de cuentas secretas en otros países del bloque.
En la reunión del Grupo de Acción Financiera, el príncipe Alberto de Mónaco negó que su país fuera un paraíso fiscal. "Sé que Mónaco debe tener una conducta irreprochable en sus actividades financieras", aseguró.
Pero no le creyeron. "Mónaco sigue siendo un agujero negro de la globalización financiera", dijo el juez francés Renaud Van Ruymbeke, quien realizó numerosas investigaciones sobre delitos de cuello blanco, entrevistado por el diario parisino Le Monde.
"Me sorprende que nuestros líderes políticos acaben ahora de descubrir los centros financieros off-shore", ironizó el magistrado. "Con muchos colegas, los denunciamos en 1996 al lanzar el Llamado de Ginebra, en el cual advertíamos que los paraísos fiscales son también paraísos para los criminales."
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