martes, diciembre 23, 2008

Luto castrense

Elementos del 35 Batallón de Infantería montan una guardia de honor ante los ataúdes de sus compañeros muertos el pasado domingo en la capital de Guerrero. La ceremonia luctuosa se realizó en las instalaciones de la 35 Zona Militar y fue encabezada por el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont. El gobernador Zeferino Torreblanca envió en su representación al secretario de Gobierno, Guillermo Ramírez Ramos
Foto Lenin Ocampo

Decapitaciones, afrenta a los militares: Sedena

Sergio Ocampo Arista (Corresponsal)

Chilpancingo, Gro., 22 de diciembre. Los asesinatos y decapitaciones de ocho efectivos del Ejército Mexicano perpetrados el fin de semana pasado constituyeron “un grave error de los delincuentes”, un atrevimiento que representó “una ofensa a las instituciones en su conjunto, y especialmente a quienes vestimos el uniforme castrense”, afirmó el comandante de la novena Región Militar, Enrique Alonso Garrido Abreu, durante un homenaje a los elementos militares localizados sin cabeza en esta ciudad.

Garrido Abreu dio lectura a un mensaje del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), general Guillermo Galván Galván, en las instalaciones de la 35 Zona Militar, con sede en Chilpancingo, ante el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont Urueta; Guillermo Ramírez Ramos, secretario general de Gobierno estatal, en representación del gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, y el alcalde de la localidad, Mario Moreno Arcos.

El jefe militar advirtió que “todo el poder del instituto armado habrá de coadyuvar con las instituciones de procuración de justicia para hacer que los autores materiales e intelectuales de estos crímenes reciban el castigo que se merecen”.

“Sin consideración ni concesión”

Indicó que “no habrá la más mínima consideración ni concesión, mucho menos descanso, hasta no ver en el lugar que corresponde a esos delincuentes”.

De acuerdo con el escrito de Guillermo Galván Galván, “la mejor manera de honrar a nuestros compañeros es seguir trabajando esforzadamente. Su muerte es origen de enorme pesar, pero constituye también el motivo poderoso para impulsar con mayor brío la labor que desarrollamos”.

Añadió que México confía en sus soldados, quienes “estamos para servir a nuestra patria; conscientes de que el costo de esta guerra seguirá, aceptamos el reto”.

Alonso Garrido Abreu leyó que “hoy el Ejército y la Fuerza Aérea mexicanos estamos de luto; desde nuestro comandante supremo, el presidente Felipe Calderón, hasta el último de los soldados, sentimos pesar”.

Señaló que el asesinato de sus compañeros constituyó “una de las manifestaciones más crueles que puede provenir de un ser humano, de individuos carentes del mayor germen de remordimiento”.

En el acto se rindió homenaje al capitán segundo de infantería Ervin Hernández Umaña, al sargento primero de infantería Carlos Alberto Navarrete Moreno, al sargento primero de informática Juan Humberto Tapia Romero, al sargento segundo jardinero Ricardo Marcos Chino, al cabo de infantería José González Mentado, al cabo de infantería Juan Muñoz Morales, al soldado de infantería Julián Teresa Cruz y al soldado de infantería Catarino Martínez Morales.

con información de Notimex

Nota: Esto sí es una frenta y los impulsará a continuar con más brío, según sus propias palabras. La muerte de los civiles no cuentan. Los muertos por el ejército, menos. Pero la muerte a los soldados, eso sí cala. Contrasten con lo siguiente:

Samuel Ruiz García, ex obispo de San Cristóbal (izquierda), y su sucesor, Felipe Arizmendi Esquivel, durante una oración frente a la tumba colectiva donde se encuentran los cadáveres de los 45 indígenas de la organizacion civil Las Abejas asesinados por grupos paramilitares el 22 de diciembre de 1997 Foto: Moysés Zúniga Santiago



QUE NO QUEDE IMPUNE”. En Acteal, municipio chiapaneco de Chenalhó, se recordó ayer la matanza de 45 indígenas a manos de paramilitares priístas, ocurrida hace 11 años Foto: Moysés Zúñiga

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