martes, febrero 24, 2009

ORTIZ: ¿ES "MEMO" O SE HACE?


Por: FRANCISCO RODRÍGUEZ


SE LE BOTÓ la canica? Esa es la pregunta que muchos nos hacemos en relación al dispendioso Guillermo Ortiz Martínez, quien a diario dilapida el tesoro nacional –obvio, no es de él— en aras de defender al vapuleado peso frente a los embates de las divisas extranjeras.

Porque, mire usted que "tirar" todos los días 400 millones de dólares sin conseguir el propósito que se fija, no sólo huele mal sino que a no pocos nos hace pensar que a este señor ya se le descompuso algo en la cabeza. Sobre todo si nos atenemos a aquella frase atribuida a Albert Einstein de que "un síntoma de locura es pensar que haciendo lo mismo podemos obtener diferentes resultados".

Todos los días laborables –por fortuna sólo son cinco a la semana--, el "gobernador" del Banco de México se lanza al vacío con un "paracaídas" de cientos de millones de dólares. Todos los días se estrella en la banqueta. Y sin embargo, a la siguiente jornada vuelve a intentarlo. Otra vez se parte la boca. Y a nosotros los contribuyentes nos parte… el queso.

Obvio es que no "gobierna". Indiscutiblemente, es la crisis la que a él lo gobierna.

De esa "locura", por supuesto, no escapa el titular de la SHCP, Agustín Carstens quien, junto con Ortiz Martínez, encabeza la Comisión de Cambios (de moneda, no vaya usted a pensar con optimismo que se trata de miembros del gabinete).

Y es que a inicio de este febrero loco, el secretario de Hacienda del señor Felipe Calderón dijo que dicha Comisión continuará interviniendo para fortalecer al peso.

"Estaremos actuando de dos formas: mediante la ya conocida subasta de dólares e intervendremos discrecionalmente para garantizar un funcionamiento ordenado del mercado cambiario y fortalecer el peso".

Con tales palabras, otro de los grandes "mitos geniales" de las finanzas nacionales también se estrelló en la banqueta: el peso no flota "libremente". Hay control de cambios.

Y esos "cambios" son en reversa. Van en contra de la economía nacional.

Tal, empero, pareciera no preocupar a los doctos Carstens y Martínez. Ambos con ese posgrado en economía… aunque en su aparente demencia pretendan ejercer en medicina. El primero, cual otorrinolaringólogo, diagnosticando "catarritos" (jejeje) y, el segundo, ¡el segundo, de plano, cual paciente recostado en un diván ante un psiquiatra!

Porque, a todas luces, Ortiz es víctima de ludopatía que, define la Wikipedia, "consiste en una alteración progresiva del comportamiento por la que un individuo siente una incontrolable necesidad de jugar, menospreciando cualquier consecuencia negativa.. Se trata de una adicción. En algunos países, es causa de divorcio…"

Todos los días, Ortiz apuesta en la ruleta peso-dólar 400 millones de nuestras reservas. Hay otras mañanas en las que se da el lujo de agregar un centenar o dos más. Y todos los días pierde. ¡Divorciémonos de él! Exijamos que renuncie a un cargo en el que no debe ya estar –10 años han sido más que suficientes para demostrarnos su memez – ni siquiera los 10 meses que aún restan para que concluya su cargo.

Y es que, por si fuera poco, "Memo" confunde los dólares, los certificados del Tesoro estadounidense y los lingotes de oro y plata con ¡canicas! Desde su nebulosa, no nos aclara si las ve de barro, de piedra, de composición de cristal, de vidrio… tampoco si son ponches, ágatas, tréboles, agüitas, colorines o bombachas.

"Tenemos suficientes canicas en comparación a 1995" para enfrentar la crisis. Que ni nos recuerde 1995. Año del asalto del siglo XX a la sociedad mexicana, a través del Fobaproa que él y su compadre Ernesto Zedillo instrumentaron para saquear al país.

¡Canicas! Sí, canicas con las que se agacha y nos empina. ¿Tirará "de uñita" o parte de lo apostado se quedará en sus uñas?


¿Le habrá informado alguien que el 80 por ciento de todas las canicas con las que los niños juegan en todo el planeta se producen en México, y por eso utilizó el parangón?

Aún así, me parece una memez que el señor gobernador del Banco de México apueste nuestras "canicas" e invariablemente pierda lo que no es de él. Y por eso la pregunta. ¿Es o se hace, señor "gobernador"?

Índice Flamígero: "¿Y si las reservas del Banco Central se invirtieran en el aparato productivo del país y nos olvidáramos de que estamos regidos por el dólar, no provocaría el que el engranaje del país nuevamente comenzara a funcionar… y si la derrama de circulante se hiciera en la población económicamente activa, no llegarían los recursos a las grandes empresas y mejor distribuidos?" (Lector de www.elsemanario.com.mx, que dirige Samuel García).

LA ROÑA Y OTRAS RONDAS INFANTILOIDES


Por: FRANCISCO RODRÍGUEZ

Hay tres maneras de arruinarse: las mujeres, el juego y los técnócratas. La más placentera, las mujeres. La más rápida, el juego. Pero la más segura, los tecnócratas.


Georges Pompidou


"¡NO SE VALE!
¡Así ya no juego!", pareciera exclamar el señor Felipe Calderón a aquellos con quienes empezó a retozar --jugando a "la guerra contra el narcotráfico"-- por todo el territorio nacional en el no muy lejano diciembre de 2006. Y es que el ocupante de Los Pinos está molesto porque sus compañeros de divertimento no respetan las mínimas reglas del "¡enagarróteseme a'i!", originalmente establecido. Ahora los muy traviesos cambian a las escondidillas, detrás del creciente lumpenproletariado civil. ¡No se vale, pues!


En el homenaje al Ejército, Calderón volvió a las andadas del discurso maniqueo que sólo reconoce blancos y negros, buenos contra malos, soslayando la pluralidad y complejidad del vasto mosaico de las circunstancias y del país: "Las pretensiones de quienes amenazan a México han encontrado un valladar insuperable porque México cuenta con ustedes, soldados de la Patria, ejército de valientes; sostenidos por su amor a México y por el reconocimiento de toda una sociedad que, de manera abrumadora, repudia la acción de los criminales y aplaude al Ejército mexicano". Valientes soldados, cobardes malhechores. Reduccionismo de los problemas. Simplismo, nada más.


A la mitad de este juego infantiloide entre policías y ladrones –"tú las traes", como en la roña-- está la sociedad. Simplón y todo lo demás que usted quiera, el muchachito que cobra por fungir --¿o fingir?-- en la titularidad de la Secretaría de Economía ha dibujado desde París un buen panorama de todo aquello a lo que se enfrenta la mayoría de los mexicanos en la actualidad: "Hay varias ciudades y municipios en México donde (los delincuentes) cobran impuestos, donde imponen la ley, donde imponen presidentes municipales, donde exigen derecho o bono de seguridad."

Y sí, son varias. Como múltiples, también las dependencias mismas de la Administración que ya han sido infiltradas por la delincuencia. En las aduanas fronterizas, por ejemplo, son los delincuentes quienes cobran las "mordidas", que luego reparten entre el personal del SAT destacado en esas plazas.

Doña Blanca, cubierta de oro y plata

ESTE JUEGO EN el que la cocaína, Doña Blanca, está a cubierto por la complicidad de policías –y "una parte pequeña del Ejército", de acuerdo al subprocurador Juan de Dios Castro—, por la participación de empresarios en el lavado de recursos que genera el trasiego de los estupefacientes, y por la connivencia de políticos sin escrúpulos, es el que motiva que, urbi et orbi, a México se le catalogue cual "Estado Fallido".

Porfirio Muñoz Ledo nos ha recordado apenas cuales son las características que, de acuerdo a Foreign Policy, deben reunirse para descender a tan deleznable categoría: ""un Estado que fracasa es aquel en el que el gobierno no tiene control real de su territorio, no es reconocido como legítimo por parte importante de la población, no ofrece seguridad interna y servicios públicos esenciales a sus ciudadanos y no tiene el monopolio del uso de la fuerza"

De todo eso hay en nuestra circunstancia actual.

Lo percibe la CNN, que divulga a media semana anterior un reportaje en el que destacan frases como México vive "un vértigo repugnante de caos y pillaje"… "el espantoso retrato de la violencia no tiene precedente y es horripilante"… "la población está verdaderamente asustada"… "por supuesto que ya es una guerra civil… y es también un conflicto cívico, pues un número cada vez mayor de personas aprecian a la ley y a los valores democráticos como algo que puede ser violado", según mi muy libre traducción.

Que nadie se regocije de esas percepciones. No pueden hacerlo los gobernantes así pillados en su ineficiencia. Tampoco los medios que, en su mayoría, como los avestruces ocultaron la cabeza en la arena ante esta información: la ignoraron. ¿Para seguir el juego al secretario de Turismo? Quizá.

Víbora de la mar… por aquí pueden pasar

MÉXICO YA NO es sólo parte de la ruta por la que transitan cientos de toneladas de drogas que abastecen al voraz mercado de adictos estadounidenses. Paulatinamente se ha convertido en una suerte de "narco-Estado" en el que, lo de menos, es si un malandrín se sienta o no en Doña Leonor, cual los clásicos del siglo anterior llamaban a la silla presidencial. Sonroja decirlo, pero es la verdad.

Por todos los flancos, ya el político, lo mismo que el empresarial, social y, claro, el policíaco los términos que privan son violencia, narcotráfico, lavado de dinero, et al. Así, el IFE y las caricaturas de partidos políticos "blindan" las campañas proselitistas, para que los candidatos no sean apoyados con dineros sucios a blanquear. El mismo órgano electoral identifica distritos y municipios violentos en los que, ¡ojo!, pudieran suspenderse los comicios del próximo mes de julio, si las actuales condiciones de anomalía prevalecen.

¿Guerra civil? ¿Estado de excepción? Sí. Ya hasta la Concamín, a través de su dirigencia, pide que en los ferrocarriles haya piquetes de la milicia para que cuiden los cargamentos de granos y maquinaria, pues los trenes son constantemente asaltados por hordas hambrientas.

¿Narco-tapados? A lo mejor sí movilizados por los cárteles que se disputan la plaza de Monterrey que, es secreto a voces, ha sido varias veces "vendida" a los narcos por los políticos –de todos los partidos--, en los años recientes.

Decir que no hay gobierno ya resulta ocioso y suena hueco. Y no, este no es un juego donde se pueda apostar la gobernabilidad de una Nación ante un croupier que, como siempre, lleva todas las de ganar. La casa pierde. La casa es México.

Quienes desde hace ocho años dijeron llegar a barrerla, la han ensuciado como nadie antes lo hizo. Los seis años del enfermo mental (diagnóstico de la Santa Sede) Vicente Fox, fueron de absoluta permisividad y hasta complicidad con quienes hoy alteran la paz social. Los poco más de dos años en los que el señor Calderón ha jugado con el avispero, han resultado aún peor: sin inteligencia, sin tocar a los grandes financieros de este sucio negocio, sin estrategia, pero sobre todo, repito, sin inteligencia, los resultados son contraproducentes. ¿Qué le puedo decir al respecto que usted no sepa?


Por eso se enoja Calderón, cuando le cambian el juego: del ideal "engarróteseme a’i
" a las escondidillas, ¿o no?

http://www.jornada.unam.mx/2009/02/24/cartones/rocha.jpg

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