Los impuestos del ingeniero Slim
Caja fuerte
Luis Miguel González
2009-03-11•Negocios
¿Sabe usted cuántos impuestos paga el Grupo Carso de Carlos Slim? En 2008 fueron 117 mil 162 millones de pesos. Sin contar a Pemex y la CFE, no hay un contribuyente más grande.
Los impuestos que paga el Grupo Carso equivalen a la suma de los presupuestos de cuatro estados: Jalisco, Nuevo León, Colima y Nayarit. Son 320 millones de pesos diarios, mayores a las contribuciones fiscales que hacen todas las pequeñas empresas de México y valen 1 por ciento del PIB nacional.
La cifra fue dada a conocer por el propio Grupo Carso en un boletín. No mereció ningún titular de periódico. La mayor parte de comunicadores se inclinaron a priorizar otros dos datos: los compromisos de inversión en México por 37 mil 180 millones de pesos y la meta de generación de 34 mil 588 nuevos empleos.
Creo que la cifra de los impuestos merece más atención. El boletín es una rareza en la jungla de la comunicación corporativa. Vivimos en un país donde el pago de impuestos se lleva con sigilo. Las empresas están acostumbradas a develar sus inversiones, los empleos que generan e incluso los montos que destinan a actividades filantrópicas, pero sus impuestos son otra cosa, algunas veces más emparentada con los secretos industriales que con la responsabilidad social.
Es imposible pasar por alto el contexto en el que se da el boletín de Grupo Carso. No hay que echar mucha imaginación para ver en él una respuesta al equipo del presidente luego de la escaramuza verbal del mes pasado. El comunicado trata de atajar las críticas respecto a la supuesta falta de compromiso del ingeniero Slim con México en un año tan difícil.
Corresponde a otros decidir si es una respuesta satisfactoria a las críticas del gabinete. Para mí, lo más interesante es la decisión de revelar las contribuciones fiscales. El comunicado no nos permite saber si es justo el monto de impuestos que paga. Tampoco menciona nada sobre transferencias de recursos públicos al grupo Carso. No podemos hacer casi ninguna afirmación sobre su estatus como contribuyente, pero nos permite atisbar un cambio en la comunicación corporativa. Se imaginan lo diferente que serían las cosas si los empresarios y empresas hablaran de sus contribuciones. El pago de impuestos nos dice tanto o más de un corporativo que el monto de sus inversiones o sus acciones filantrópicas.
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