lunes, marzo 09, 2009

Una reunión que valió la pena


(tomado de Granma, lunes, 9 de marzo de 2009)
Reflexiones de Fidel Castro:

Finalizado el evento sobre Globalización y Desarrollo con la presencia
de más de 1 500 economistas, destacadas personalidades científicas y
representantes de organismos internacionales reunidos en La Habana,
recibí una carta y un documento de Atilio Boron, Doctor en Ciencias
Políticas, Profesor Titular de Teoría Política y Social, director del
Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias
Sociales, PLED, aparte de otras importantes responsabilidades
científicas y políticas.

Atilio, firme y leal amigo, había participado el jueves 6 en el
programa de la Mesa Redonda de la Televisión Cubana, junto a otras
eminencias internacionales que asistieron a la Conferencia sobre
Globalización y Desarrollo.Supe que se marcharía el domingo y decidí invitarlo a un encuentro a las 5 de la tarde del día anterior, sábado 7 de marzo.Había decidido escribir una reflexión sobre las ideas contenidas en sudocumento. Utilizaré en la síntesis sus propias palabras:

" Nos hallamos ante una crisis general capitalista, la primera de una
magnitud comparable a la que estallara en1929 y a la llamada ‘Larga
Depresión’ de 1873-1896. Una crisis integral, civilizacional,
multidimensional, cuya duración, profundidad y alcances geográficos
seguramente habrán de ser de mayor envergadura que las que le precedieron.

"Se trata de una crisis que trasciende con creces lo financiero o
bancario y afecta a la economía real en todos sus departamentos.
Afecta a la economía global y que va mucho más allá de las fronteras
estadounidenses.

"Sus causas estructurales: es una crisis de superproducción y a la vez
de subconsumo. No por casualidad estalló en EE.UU., porque este país
hace más de treinta años que vive artificialmente del ahorro externo,
del crédito externo, y estas dos cosas no son infinitas: las empresas
se endeudaron por encima de sus posibilidades; el Estado se endeudó
también por encima de sus posibilidades para hacer frente no a una
sino a dos guerras no sólo sin aumentar los impuestos sino que
reduciéndolos, los ciudadanos son sistemáticamente impulsados, por vía
de la publicidad comercial, a endeudarse para sostener un consumismo
desorbitado, irracional y despilfarrador.

"Pero a estas causas estructurales hay que agregar otras: la acelerada
financiarización de la economía, la irresistible tendencia hacia la
incursión en operaciones especulativas cada vez más arriesgadas.
Descubierta la ‘fuente de juvencia’ del capital gracias a la cual el
dinero genera más dinero prescindiendo de la valorización que le
aporta la explotación de la fuerza de trabajo y, teniendo en cuenta
que enormes masas de capital ficticio se pueden lograr en cuestión de
días, o semanas a lo máximo, la adicción del capital lo lleva a dejar
de lado cualquier cálculo o cualquier escrúpulo.

"Otras circunstancias favorecieron el estallido de la crisis. Las
políticas neoliberales de desregulación y liberalización hicieron
posible que los actores más poderosos que pululan en los mercados
impusieran la ley de la selva.

"Una enorme destrucción de capitales a escala mundial,
caracterizándolo como una ‘destrucción creadora’. En Wall Street esta
‘destrucción creadora’ hizo que la desvalorización de las empresas que
cotizan en esa bolsa llega casi al 50%; una empresa que antes cotizaba
en bolsa un capital de 100 millones, ¡ahora tiene 50 millones! Caída
de la producción, de los precios, de los salarios, del poder de compra.
‘El sistema financiero en su totalidad está a punto de estallar. Ya tenemos más de $ 500 000 millones en pérdidas bancarias,
hay un billón más que está por llegar. Más de una docena de bancos
están en bancarrota, y hay cientos más esperando correr la misma
suerte. A estas alturas más de un billón de dólares han sido
transferidos desde la FED al cartel bancario, pero un billón y medio
más será necesario para mantener la liquidez de los bancos en los
próximos años’. Lo que estamos viviendo es la fase inicial de una
larga depresión, y la palabra recesión, tan utilizada recientemente,
no captura en todo su dramatismo lo que el futuro depara para el capitalismo.

"La acción ordinaria de Citicorp perdió el 90% de su valor en 2008.
¡La última semana de febrero cotizaba en Wall Street a $ 1.95 por acción!
"Este proceso no es neutro pues favorecerá a los mayores y mejor
organizados oligopolios, que desplazarán a sus rivales de los
mercados. La ‘selección darwiniana de los más aptos’ despejará el
camino para nuevas fusiones y alianzas empresariales, enviando a los
más débiles a la quiebra.

"Acelerado aumento del desempleo. El número de desempleados en el
mundo (unos 190 millones en 2008) podría incrementarse en 51 millones más a lo largo de 2009. Los trabajadores pobres (que ganan apenas dos euros diarios) serán 1 400 millones, o sea el 45% de la población económicamente activa del planeta. En Estados Unidos la recesión ya destruyó 3,6 millones de puestos de trabajo. La mitad durante los últimos tres meses. En la UE, el número de desempleados es de 17,5 millones, 1,6 millones más que hace un año. Para 2009, se prevé la pérdida de 3,5 millones de empleos. Varios Estados centroamericanos
así como México y Perú, por sus estrechos lazos con la economía
estadounidense, serán fuertemente golpeados por la crisis.

"Una crisis que afecta a todos los sectores de la economía: la banca,
la industria, los seguros, la construcción, etcétera y se disemina por
todo el conjunto del sistema capitalista internacional.

"Decisiones que se toman en los centros mundiales y que afectan a las
subsidiarias de la periferia generando despidos masivos,
interrupciones en las cadenas de pagos, caída en la demanda de
insumos, etcétera. EE.UU. ha decidido apoyar a las Big Three
(Chrysler, Ford, General Motors) de Detroit, pero sólo para que salven
sus plantas en el país. Francia y Suecia han anunciado que
condicionarán las ayudas a sus industrias automotoras: sólo podrán
beneficiarse los centros ubicados en sus respectivos países. La
ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, declaró que el
proteccionismo podía ser ‘un mal necesario en tiempos de crisis’. El
ministro español de Industria, Miguel Sebastián, insta a ‘consumir
productos españoles.’ Barack Obama, agregamos nosotros, promueve el
‘buy American!’.

"Otras fuentes de propagación de la crisis en la periferia son la
caída en los precios de las commodities que exportan los países
latinoamericanos y caribeños, con sus secuelas recesivas y el aumento
de la desocupación.

"Drástica disminución de las remesas de los emigrantes
latinoamericanos y caribeños a los países desarrollados. (En algunos
casos las remesas son el más importante ítem en el ingreso
internacional de divisas, por encima de las exportaciones).

"Retorno de los emigrantes, deprimiendo aún más el mercado de trabajo.
"Se conjuga con una profunda crisis energética que exige reemplazar al
actual, basado en el uso irracional y predatorio del combustible fósil.
"Esta crisis coincide con la creciente toma de conciencia de los
catastróficos alcances del cambio climático.

"Agréguese la crisis alimentaria, agudizada por la pretensión del
capitalismo de mantener un irracional patrón de consumo que ha llevado a reconvertir tierras aptas para la producción de alimentos para ser destinadas a la elaboración de agrocombustibles.
"Obama reconoció que no hemos tocado fondo todavía, y Michael Klare,
escribió en días pasados que ‘si el actual desastre económico se
convierte en lo que el presidente Obama ha denominado década perdida,
el resultado podría consistir en un paisaje global lleno de
convulsiones motivadas por la economía.’

"En 1929 la desocupación en EE.UU. llegó al 25%, al paso que caían los
precios agrícolas y de las materias primas. Diez años después, y pese
a las radicales políticas puestas en marcha por Franklin D. Roosevelt
(el New Deal), la desocupación seguía siendo muy elevada (17%) y la
economía no lograba salir de la depresión. Sólo la Segunda Guerra
Mundial puso fin a esa etapa. ¿Y ahora, por qué habría de ser más
breve? Si la depresión de 1873-1896, como expliqué, duró ¡23 años!
"Dados estos antecedentes, ¿por qué ahora saldríamos de la actual
crisis en cuestión de meses, como vaticinan algunos publicistas y
‘gurúes’ de Wall Street.

"No se saldrá de esta crisis con un par de reuniones del G-20, o del
G-7. Si una prueba hay de su radical incapacidad para resolver la
crisis es la respuesta de las principales bolsas de valores del mundo
luego de cada anuncio o cada sanción de una ley aprobatoria de un
nuevo rescate: invariablemente la respuesta de ‘los mercados’ es negativa.

"Según atestigua George Soros ‘la economía real sufrirá los efectos
secundarios, que ahora están cobrando brío. Puesto que en estas
circunstancias el consumidor estadounidense ya no puede servir de
locomotora de la economía mundial, el Gobierno estadounidense debe
estimular la demanda. Dado que nos enfrentamos a los retos
amenazadores del calentamiento del planeta y de la dependencia
energética, el próximo Gobierno debería dirigir cualquier plan de
estímulo al ahorro energético, al desarrollo de fuentes de energía
alternativas y a la construcción de infraestructuras ecológicas.
"Se abre un largo período de tironeos y negociaciones para definir de
qué forma se saldrá de la crisis, quiénes serán los beneficiados y
quiénes deberán pagar sus costos.

"Los acuerdos de Bretton Woods, concebidos en el marco de la fase
keynesiana del capitalismo, coincidieron con la estabilización de un
nuevo modelo de hegemonía burguesa que, producto de las consecuencias de la guerra y la lucha anti-fascista tenía como nuevo e inesperado telón de fondo el fortalecimiento de la gravitación de los sindicatos obreros, los partidos de izquierda y las capacidades reguladoras e interventoras de los estados.

"Ya no está la URSS, cuya sola presencia y la amenaza de la extensión
hacia Occidente de su ejemplo inclinaba la balanza de la negociación a
favor de la izquierda, sectores populares, sindicatos, etc.
"En la actualidad China ocupa un papel incomparablemente más
importante en la economía mundial, pero sin alcanzar una importancia
paralela en la política mundial. La URSS, en cambio, pese a su
debilidad económica era una formidable potencia militar y política.
China es una potencia económica, pero con escasa presencia militar y
política en los asuntos mundiales, si bien está comenzando un muy
cauteloso y paulatino proceso de reafirmación en la política mundial.

"China puede llegar a jugar un papel positivo para la estrategia de
recomposición de los países de la periferia. Beijing está gradualmente
reorientando sus enormes energías nacionales hacia el mercado interno.
Por múltiples razones que serían imposibles discutir aquí es un país
que necesita que su economía crezca al 8 % anual, sea como respuesta a
los estímulos de los mercados mundiales o a los que se originen en su
inmenso —sólo parcialmente explotado— mercado interno. De confirmarse ese viraje es posible predecir que China seguirá necesitando muchos productos originarios de los países del Tercer Mundo, como petróleo, níquel, cobre, aluminio, acero, soja y otras materias primas y alimentos.

"En la Gran Depresión de los años 30, en cambio, la URSS tenía una muy
débil inserción en los mercados mundiales. China es distinto: podrá
seguir jugando un papel muy importante y, al igual que Rusia e India
(aunque éstas en menor medida) comprar en el exterior las materias
primas y alimentos que necesite, a diferencia de lo que ocurría con la
URSS en los tiempos de la Gran Depresión.

"En los 30s la ‘solución’ de la crisis se encontró en el
proteccionismo y la guerra mundial. Hoy, el proteccionismo encontrará
muchos obstáculos debido a la interpenetración de los grandes
oligopolios nacionales en los distintos espacios del capitalismo
mundial. La conformación de una burguesía mundial, arraigada en
gigantescas empresas que, pese a su base nacional, operan en un
sinnúmero de países, hace que la opción proteccionista en el mundo
desarrollado sea de escasa efectividad en el comercio Norte/Norte y
las políticas tenderán —al menos por ahora y no sin tensiones— a
respetar los parámetros establecidos por la OMC. La carta
proteccionista aparece como mucho más probable cuando se la aplique,
como seguramente se hará, en contra del Sur global. Una guerra mundial motorizada por ‘burguesías nacionales’ del mundo desarrollado
dispuestas a luchar entre sí por la supremacía en los mercados es
prácticamente imposible porque tales ‘burguesías’ han sido desplazadas
por el ascenso y consolidación de una burguesía imperial que
periódicamente se reúne en Davos y para la cual la opción de un
enfrentamiento militar constituye un fenomenal despropósito. No quiere
decir que esa burguesía mundial no apoye, como lo ha hecho hasta ahora con las aventuras militares de Estados Unidos en Irak y Afganistán, la realización de numerosas operaciones militares en la periferia del sistema, necesarias para preservación de la rentabilidad del complejo militar-industrial norteamericano e, indirectamente, para los grandes oligopolios de los demás países.

"La situación actual no es igual a la de los años treintas. Lenin ‘el
capitalismo no se cae si no hay una fuerza social que lo haga caer’.
Esa fuerza social hoy no está presente en las sociedades del
capitalismo metropolitano, incluido Estados Unidos.
"USA, UK, Alemania, Francia y Japón dirimían en el terreno militar su
pugna por la hegemonía imperial.

"Hoy, la hegemonía y la dominación están claramente en manos de USA.
Es el único garante del sistema capitalista a escala mundial. Si USA
cayera se produciría un efecto dominó que provocaría el derrumbe de
casi todos los capitalismos metropolitanos, sin mencionar las
consecuencias en la periferia del sistema. En caso de que Washington
se vea amenazado por una insurgencia popular todos acudirán a
socorrerlo, porque es el sostén último del sistema y el único que, en
caso de necesidad, puede socorrer a los demás.

"EE.UU. es un actor irreemplazable y centro indiscutido del sistema
imperialista mundial: sólo él dispone de más de 700 misiones y bases
militares en unos 120 países que constituyen la reserva final del
sistema. Si las demás opciones fracasan, la fuerza aparecerá en todo
su esplendor. Sólo EE.UU. puede desplegar sus tropas y su arsenal de
guerra para mantener el orden a escala planetaria. Es, como dijera
Samuel Huntington, ‘el sheriff solitario’.

"Este ‘apuntalamiento’ del centro imperialista cuenta con la
invalorable colaboración de los demás socios imperiales, o con sus
competidores en el área económica e inclusive con la mayoría de los
países del Tercer Mundo, que acumulan sus reservas en dólares
estadounidenses. Ni China, Japón, Corea o Rusia, para hablar de los
mayores tenedores de dólares del planeta, pueden liquidar su stock en
esa moneda porque sería una movida suicida. Claro está, que ésta
también es una consideración que debe ser tomada con mucha cautela.
"La conducta de los mercados y de los ahorristas de todo el mundo
fortalece la posición norteamericana: la crisis se profundiza, los
rescates demuestran ser insuficientes, el Dow Jones de Wall Street cae
por debajo de la barrera psicológica de los 7.000 puntos
—¡descendiendo por debajo de la marca obtenida en 1997!— y pese a ello
la gente busca refugio en el dólar, ¡cayéndose las cotizaciones del
euro y el oro!

"Zbigniev Brzezinski ha declarado: ‘estoy preocupado porque vamos a
tener millones y millones de desocupados, mucha gente pasándola
realmente muy mal. Y esa situación estará presente por un tiempo antes
de que las cosas eventualmente mejoren’.

"Estamos en presencia de una crisis que es mucho más que una crisis
económica, o financiera.
"Se trata de una crisis integral de un modelo civilizatorio que es
insostenible económicamente; políticamente, sin apelar cada vez más a
la violencia en contra de los pueblos; insustentable también
ecológicamente, dada la destrucción, en algunos casos irreversible,
del medio ambiente; e insostenible socialmente, porque degrada la
condición humana hasta límites inimaginables y destruye la trama misma de la vida social.

"La respuesta a esta crisis, por lo tanto, no puede ser sólo económica
o financiera. Las clases dominantes harán exactamente eso: utilizar un
vasto arsenal de recursos públicos para socializar las pérdidas y
reflotar a los grandes oligopolios. Encerrados en la defensa de sus
intereses más inmediatos carecen siquiera de la visión para concebir
una estrategia más integral.

"La crisis no ha tocado fondo", dice. "Nos hallamos ante una crisis
general capitalista. Nunca alguna otra fue mayor. La que tuvo lugar
entre 1873 y 1896, duró 23 años, se llamó Larga Depresión. La otra muy
grave fue la de1929. Duró igualmente no menos de 20 años. La actual
crisis es integral, civilizacional, multidimensional."
De inmediato añade: "Es una crisis que trasciende con creces lo
financiero, lo bancario y afecta la economía real en todos sus departamentos".

Si alguien toma esta síntesis y la lleva en el bolsillo, la lee de vez
en cuando o se la aprende de memoria como una pequeña Biblia, estará
mejor informado de lo que ocurre en el mundo que el 99% de la
población, donde el ciudadano vive asediado por cientos de anuncios
publicitarios y saturado con miles de horas de noticias, novelas y
películas de ficción reales o falsas.

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