miércoles, enero 21, 2009

La familia nuclear es una construcción del capitalismo industrial, asevera experto

  • Garantizar la reproducción de la fuerza de trabajo, su objetivo
  • Familia tradicional, connatural al desarrollo del capitalismo

  • Mario Alberto Reyes


    México DF
    , enero 19 de 2009.
    La familia nuclear o tradicional es una construcción del capitalismo industrial en el que el proletariado pasó a ser una población urbana creciente para sustentar y consolidar la producción, pero ante todo, este tipo de familia tiene como objetivo garantizar la reproducción de la fuerza de trabajo.

    Al impartir la ponencia Las ¿nuevas? Paternidades: organización del trabajo, trabajo familiar y globalización, José Olavarría, catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), recordó que el origen del contrato social de Occidente surgió en el Imperio Romano, donde se establecieron las normas que regularían a la sociedad.

    Fue este modelo el que a través del derecho, legitimó a los varones como los soberanos, pues a cambio de sumisión, otorgaron protección a mujeres y niños. A partir de entonces se hegemonizó la forma en que se relacionan hombres y mujeres.

    Durante su intervención en el seminario Familias en el Siglo XXI: Realidades diversas y políticas públicas, que se lleva a cabo en El Colegio de México, José Olavarría, apuntó que el capitalismo industrial consolidó el trabajo asalariado sobre el cual se basa el modelo tradicional familiar.

    Añadió que con el paso del tiempo instituciones como la Iglesia católica, los partidos políticos, y las organizaciones de empresarios y trabajadores, comenzaron a impulsar esta conformación de seres humanos, porque se convencieron de que la familia nuclear es connatural al desarrollo del capitalismo.

    A través del contrato social el Estado se volvió un mediador entre el trabajo y el capital. La conciliación entre trabajo y familia surgida del desarrollo fue la forma en que se armonizaron los intereses de las empresas capitalistas con los de los trabajadores, para así constituir a la familia nuclear necesaria para sustentar el desarrollo industrial, dijo el sociólogo.

    En el primer día de trabajos del seminario, Olavarría indicó que a partir de los años 80 del siglo pasado, los Estados dejaron de proteger a las familias como consecuencia de la crisis económica derivada de un modelo neoliberal, en el que las corporaciones impusieron una nueva estructuración en las formas de trabajo.

    “(A partir de entonces) se privatizan las familias, los problemas de las familias son solamente de ellas, no hay Estado que las respalde. La crisis de la familia nuclear conlleva a una crisis de la paternidad. El varón que era dueño, autoridad, y proveedor se pierde. Esto implica una reestructuración del trabajo y quienes son las que llevan la dirección de la reestructuración del trabajo, son las corporaciones transnacionales”.
    En claro contraste con las ideas vertidas en el VI Encuentro Mundial de Familias, en el que la jerarquía católica aseguró que la crisis familiar se deriva de políticas de control natal y de leyes que otorgan reconocimiento jurídico a las parejas conformadas por personas del mismo sexo, el investigador de Flacso, apuntó que las corporaciones tienen como principal actividad el trabajo y la economía del dinero.

    “Cada trabajador es tratado como si estuviera orientado al mercado. Si le va bien a la empresa, le va bien a él, de eso dependen sus derechos. Las lealtades entre pares se pierden y pasan a ser competencia. Políticamente hay equidad de género, sostienen la meritocracia, pero en definitiva son los hombres quienes dominan ampliamente los poderes de la gerencia. Es una política propiamente masculina”.

    Comentó que el modelo económico actual no permite una adecuada convivencia familiar, pues independientemente de si son ejecutivos u obreros, los varones carecen de tiempo para estar al lado de su esposa e hijos, por lo que si bien los grupos ultraconservadores aseveran que la familia es lo más importante, en la práctica, las empresas son esenciales en la vida de los trabajadores.

    “Hay una ausencia importante de los padres en la vida familiar. Este modelo incita a no constituir familias, a no tener hijos, o a no vivir con ellos, ideal para hombres y mujeres solos, cuyas parejas no intervengan en los planes de la corporación”.

    Por último, destacó que la mayoría de los trabajadores reproducen modelos tradicionales de familia, aunado a que en el espacio doméstico tienen tiempo solo para recuperar fuerzas para continuar con el proceso de producción.

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